Notas
[1] Yannis Stavrakakis, The Lacanian Left, Edimburgo, Edimborough University Press, 2007. <<
[2] Este artículo fue publicado en Critical Inquiry, año 32, verano de 2006, pp. 646-680. Traducción al español de Ernesto Laclau. <<
[3] Véase Slavoj Žižek, «Against the Populist Temptation», en Critical Inquiry, año 32, primavera de 2006, pp. 551-574. <<
[4] Ernesto Laclau, La razón populista, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2005. <<
[5] Excepto, desde luego, cuando él identifica los rasgos específicos de las campañas por el «no» con los rasgos definitorios de todo populismo posible. <<
[6] Véase Slavoj Žižek, op. cit., p. 554. <<
[7] Ibid. <<
[8] Ibid., p. 555. <<
[9] Slavoj Žižek, op. cit., p. 557. <<
[10] Un subterfugio barato que puede encontrarse en muchos puntos de los trabajos de Žižek consiste en identificar la afirmación de ciertos autores acerca de un grado de comparabilidad entre rasgos de los regímenes nazi y estalinista con la imposibilidad de distinguir entre ellos, postulada por autores conservadores como Nolte. La relación entre un líder político y su «ideología» es un asunto sumamente complicado, que involucra muchos matices. No hay nunca una situación en la que el líder sea totalmente exterior a su ideología y que tenga respecto a ella una relación puramente instrumental. Muchos errores estratégicos cometidos por Hitler en el curso de la guerra, especialmente durante la campaña de Rusia, sólo pueden explicarse por el hecho de que él se identificaba con aspectos básicos de su discurso ideológico, de que él era, en tal sentido respecto a ese discurdo, un líder «secundario». Pero si es erróneo hacer de la relación de manipulación entre el líder y su ideología la esencia de un régimen «totalitario» indiferenciado, es igualmente erróneo afirmar, como lo hace Žižek, una mecánica diferenciación entre un régimen (comunista) en el que el líder sería puramente secundario y otro (fascista) en el que tendría una primacía irrestricta. <<
[11] En el pasaje citado por Žižek estoy simplemente resumiendo, con aprobación, el análisis del cartismo de Gareth Stedman Jones, «Rethinking Chartism», en Languages of Class, Studies in Working Class History, 1832-1902, Cambridge, Cambridge University Press, 1983 [trad. esp.: Lenguajes de clase. Estudios sobre la historia de la clase obrera inglesa, Madrid, Siglo XXI, 1989]. <<
[12] Véase Ernesto Laclau, «Why do Empty Signifiers Matter to Politics?», en Emancipation(s), Londres, 1996, pp. 36-46 [trad. esp.: «Por qué los significantes vacíos son importantes para la política?», en Emancipación y diferencia, Buenos Aires, 1996]. <<
[13] No usamos aquí el término simbólico en el sentido lacaniano sino en otro que se encuentra frecuentemente en discusiones relativas a la representación. Véase, por ejemplo, Hanna Fenichel Pitkin, The Concept of Representation, Berkeley, University of California Press, 1967, cap. 5 [trad. esp.: El concepto de representación, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 1985]. <<
[14] Slavoj Žižek, op. cit., p. 558. <<
[15] Ibid., p. 560. <<
[16] Slavoj Žižek, op. cit., p. 565. <<
[17] Ibid., p. 566. <<
[18] Slavoj Žižek, op. cit., p. 566. <<
[19] A partir de ahora nos referimos a la noción estrictamente lacaniana de lo Simbólico. <<
[20] Véase el excelente libro de Ian Steedman, Marx after Sraffa, Londres, New Left Books, 1977. <<
[21] Slavoj Žižek, op. cit., p. 564. <<
[22] Karl Marx y Friedrich Engels, Manifesto of the Communist Party, en The Marx-Engels Reader, ed. de Robert C. Tucker, Nueva York, Norton, 1978, p. 478 [trad. esp.: Manifiesto del Partido Comunista, Buenos Aires, Catari, 1994]. <<
[23] Véase Alain Badiou, L’Etre et l’événement, París, Seuil, 1988 [trad. esp.: El ser y el acontecimiento, Buenos Aires, Manantial, 2000]. <<
[24] Slavoj Žižek, op. cit., p. 564. <<
[25] Ibid. <<
[26] Ibid., p. 566. <<
[27] Slavoj Žižek, op. cit., p. 567. <<
[28] Cómo es posible una relación entre elementos que no pertenecen al mismo campo de representación es algo que discutiremos más adelante. <<
[29] Slavoj Žižek, op. cit., p. 566. <<
[30] Slavoj Žižek, op. cit., p. 567. <<
[31] Slavoj Žižek, op. cit., p. 565. <<
[32] Véanse Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, Hegemonía y estrategia socialista, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2004, cap. 3; Ernesto Laclau, Nuevas reflexiones sobre la revolución de nuestro tiempo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1993; y La razón populista, op. cit. <<
[33] Véase acerca de este tema el artículo clásico de Joan Copjec, «Sex and the Euthanasia of Reason», en Read my Desire. Lacan Against the Historicists, Cambridge, Mit Press, 1994, pp. 201-236 [trad. esp.: El sexo y la eutanasia de la razón, Buenos Aires, Paidós, 2006]. <<
[34] Que implica la representación de lo irrepresentable, que conduce a lo que Hans Blumenberg llamó «la metáfora absoluta». <<
[35] Véase Etienne Balibar, «Sur la dialectique historique. Quelques remarques critiques à propos de Lire Le Capital», en Cinq études du matérialisme dialectique, París, 1974, pp. 205-245 [trad. esp.: Cinco ensayos de materialismo histórico, Barcelona, Laia, 1976]. <<
[36] Slavoj Žižek, op. cit., p. 566. <<
[37] Ibid., p. 567. <<
[38] Slavoj Žižek, op. cit., p. 559. <<
[39] Ibid. <<
[40] Slavoj Žižek, op. cit., p. 560. <<
[41] Siempre que se trata de definir el terreno que organiza cierta área de subjetividad, el límite de ésta cambia y, como consecuencia, el referente al que se dirige ese discurso resulta sustancialmente modificado. Véase, por ejemplo, el siguiente pasaje de Freud: «Al demostrar el papel jugado por los impulsos perversos en la formación de los síntomas en las psiconeurosis, hemos incrementado sustancialmente el número de personas al que podríamos considerar como pervertidos […]. De tal modo, la diseminación extraordinariamente amplia de las perversiones nos fuerza a suponer que tal disposición a las perversiones no es de una gran rareza sino que debe formar parte de lo que pasa por constitución normal» (Sigmund Freud, Three Essays on the Theory of Sexuality, en The Standard Edition of the Complete Psychological Works of Signund Freud, trad. y ed. de James Strachey, 24 vols., Londres, 1953-1974, vol. 7, p. 71 [trad. esp.: Tres ensayos de teoría sexual, en Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu, 2000, vol. 7]). Lo mismo puede decirse del populismo. <<
[42] Véase Ernesto Laclau, «Las manos en la masa», en Radar, 5 de junio de 2005, p. 20 (disponible en línea: <www.pagina12.com.ar/diaro/suplementos/radar/9-2286-2005-06.09.html>) y «Žižek: Estados Unidos debería intervenir más y mejor en el mundo: Pide que asuma su papel de policía global», en La Nación, 10 de marzo de 2004 (disponible en línea en: <www.lanacion.com.ar/04/03/10/dg_58163.asp>). <<
[43] Slavoj Žižek, op. cit., p. 563. <<
[44] «Žižek: Estados Unidos debería intervenir más y mejor…», op. cit. <<
[45] Slavoj Žižek, op. cit., p. 563. <<
[46] Es un motivo de cierta celebración que Žižek, en su artículo de Critical Inquiry, haya hecho por primera vez un esfuerzo para discutir separadamente mi obra de la de Chantal Mouffe, en lugar de atribuir a cada uno de nosotros las afirmaciones del otro. Para dar un ejemplo extremo de este mal hábito, después de una larga cita de un texto de Mouffe, él comenta: «el problema es que esta traducción del antagonismo en agonismo, en el juego regulado de la competencia política, implica por definición una exclusión, y es esta exclusión la que Laclau no tematiza» (Slavoj Žižek, Iraq: the Borrowed Kettle, Londres, 2004, p. 90 [trad. esp.: Irak. La tetera prestada, Buenos Aires, Losada, 2007]). El problema no es si yo estoy de acuerdo o en desacuerdo con lo que Mouffe ha dicho; el problema es que es deshonesto criticar a un autor por las afirmaciones de otro. <<
[47] Ibid., pp. 83 y 84. <<
[48] Slavoj Žižek, «Holding the Place», en Judith Butler, Ernesto Laclau y Slavoj Žižek, Contingency, Hegemony and Universality: Contemporary Dialogues on the Left, Londres, 2000, p. 326 [trad. esp.: «Mantener el lugar», en Contingencia, hegemonía, universalidad. Diálogos contemporáneos en la izquierda, trad. de Cristina Sardoy y Graciela Homs, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003]. <<
[49] Slavoj Žižek, Iraq: the Borrowed Kettle, op. cit., p. 82. <<
[50] Veintitrés Internacional, año 2, núm. 12, Buenos Aires, septiembre/octubre de 2006. <<
[51] Este ensayo fue publicado originalmente en Peter Hallward (ed.), Think Again. Alain Badiou ant the Future of Philosophy, Londres y Nueva York, Continuum, 2004, pp. 120-137. Quiero agradecer a Peter Hallward por su lectura atenta del borrador y por sus múltiples comentarios que me ayudaron a presentar mi argumentación de un modo más claro y preciso. Traducción al español de Leonel Livchitz. <<
[52] Slavoj Žižek, The Ticklish Subject: The Absent Centre of Political Ontology, Londres, Verso, 1999, pp. 172 y 173 [trad. esp.: El espinoso sujeto. El centro ausente de la ontología política, trad. de Jorge Piatigorsky, Buenos Aires, Paidós, 2001]. <<
[53] Alain Badiou, Ethics. An Essay on the Understanding of Evil, trad. de Peter Hallward, Londres, Verso, 2001, p. 73 [trad. esp.: «La ética. Ensayo sobre la conciencia del mal», en Tomás Abraham, Alain Badiou y Richard Rorty, Batallas éticas, Buenos Aires, Nueva Visión, 1995]. <<
[54] Alain Badiou, op. cit., p. 73. <<
[55] Me han dicho que en sus cursos de finales de la década de 1990 Badiou ha dado una respuesta parcial a esta objeción a través de su referencia a posiciones de sujeto «reaccionarias» y «oscuras». En mi caso, me limito al material publicado. <<
[56] Slavoj Žižek, «Class Struggle or Postmodernism? Yes, please», en Judith Butler, Ernesto Laclau y Slavoj Žižek, Contingency, Hegemony, Universality: Contemporary Dialogues on the Left, Londres, Verso, 2000, p. 125 [trad. esp.: «¿Lucha de clases o posmodernismo? ¡Sí, por favor!», en Contingencia, hegemonía, universalidad. Diálogos contemporáneos en la izquierda, trad. de Cristina Sardoy y Graciela Homs, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003]. <<
[57] Slavoj Žižek, «Class Struggle or Postmodernism?…», op. cit., pp. 124 y 125. <<
[58] El hecho de que Žižek explicite más que Badiou lo que he denominado el «tercer discurso» no significa que su postura teórica sea más coherente. Oscila de modo constante entre fundamentar sus opciones ético políticas en un enfoque teórico marxista (incluso un marxismo ad usum Delphini, como en el pasaje que acabo de citar) y la exaltación de las virtudes puramente formales del «vivere pericolosamente». Y cuando se trata de optar por ésta —ser antisistema porque sí—, se puede relajar bastante en lo referido a las restricciones ideológicas. Sugiere, por ejemplo, que «la única perspectiva “realista” es fundar una nueva universalidad política optando por lo imposible, asumiendo plenamente el lugar de la excepción, sin tabúes, sin normas a priori (“derechos humanos”, “democracia”), cuyo respeto nos impediría también “resignificar” el terror, el ejercicio implacable del poder, el espíritu de sacrificio… si algunos liberales de gran corazón desaprueban esta elección radical por considerarla Linkfaschismus, ¡que así sea!» (Slavoj Žižek, «Holding the place», en Judith Butler, Ernesto Laclau y Slavoj Žižek, op. cit., p. 326 [trad. esp.: «Mantener el lugar», en Contingencia, hegemonía, universalidad, op. cit.]). Un poco truculento, ¿no? <<
[59] El término «ontología» tiene un significado particular en el enfoque teórico de Badiou, diferente en algunos aspectos de su uso filosófico corriente. En mi caso, lo empleo en este último sentido. La oposición entre lo óntico y lo ontológico proviene, por supuesto, de Heidegger. <<
[60] Alain Badiou, op. cit., p. 74 <<
[61] Ibid. <<
[62] Mi presupuesto básico es que los términos centrales de una formación discursiva se universalizan al operar como puntos nodales (como significantes amos en el sentido lacaniano) de una cadena de equivalencias. He mencionado antes el ejemplo de Solidaridad, pero esta universalización a través de la equivalencia siempre está presente. Simplemente piénsese en la demanda de «paz, pan y tierra» en la Revolución Rusa, que condensó una pluralidad de demandas distintas, o en el rol del «mercado» en el discurso de Europa del Este después de 1989. Mi argumento es que la construcción de la hegemonía nazi operó exactamente del mismo modo y que, como consecuencia, los símbolos centrales de su discurso —aquellos que nombraron el vacío— no se pueden concebir como poseedores de una referencia puramente particularista. Por supuesto, la función universal de estos nombres debilita pero no elimina su contenido particular, aunque esto sucede con todos los discursos hegemónicos. No es posible para el universal hablar de un modo directo sin la mediación de alguna particularidad. <<
[63] Alain Badiou, L’être et l’événement, París, Seuil, 1988, p. 334 [trad. esp.: El ser y el acontecimiento, trad. de Raúl J. Cerdeiras y Alejandro A. Cerletti, Buenos Aires, Manantial, 1999]. <<
[64] La noción de «plenitud ausente» es mía, y no de Badiou. (Véase mi ensayo «Why do empty signifiers matter to politics?», en Emancipations(s), Londres, Verso, 1996 [trad. esp.: «¿Por qué los significantes vacíos son importantes para la política?», en Emancipación y diferencia, Buenos Aires, Ariel, 1996]). No posee un equivalente exacto en el sistema de Badiou porque está basado en nuestros modos diferentes de concebir el proceso de nominación. <<
[65] Esto no significa, por supuesto, que esté reduciendo el enfoque de Žižek sobre estas cuestiones a aserciones de ese tipo. Él posee la virtud de su propio eclecticismo, de modo en que en muchas ocasiones desarrolla análisis políticos de mucho mayor interés, y todo su enfoque del campo político ideológico es complejo y, en muchos aspectos, potencialmente fructífero. Estas aserciones, sin embargo, siguen presentes, no sin producir algunos efectos políticos y teóricos esterilizadores. <<
[66] Peter Hallward, «Translator’s Introduction», en Alain Badiou, Ethics, op. cit., pp. XXXIII—XXXV. <<
[67] No sería posible tampoco restringir el análisis de la teoría de conjuntos a la situación, dado que la contaminación entre situación y acontecimiento es una base mucho más fundamental que su distinción. <<
[68] Considero que la distinción entre filosofía y antifilosofía es un desvío del verdadero problema. No niego que hay casos en los que la noción de antifilosofía sería pertinente —tales como Nietzsche— pero considero que la generalización de la distinción, al punto de transformarla en una ligne de partage que atraviesa toda la tradición occidental es un ejercicio algo ingenuo y estéril. Detectar un gesto platónico como un momento fundador que separa el pensamiento conceptual de su «otro» es simplemente ignorar que el dualismo platónico está basado en un ejército de metáforas que vuelve a la teoría de las formas algo profundamente ambiguo. Y, más cerca nuestro, afirmar que las Investigaciones filosóficas o La voz y el fenómeno son obras antifilosóficas no tiene sentido para mí. Una cosa es negar la validez del pensamiento conceptual; otra es mostrar, a través de la crítica conceptual, que el medio conceptual es incapaz de fundamentarse sin apelar a algo diferente de sí. Reducir lo segundo a lo primero no es una defensa del concepto sino sólo un etnocentrismo conceptual. <<
[69] Como hemos afirmado repetidamente en este ensayo, la sobredeterminación entre lo situacional y lo acontecimiental presupone que el acontecimiento no puede ser sólo el tipo de ruptura excepcional que Badiou tiene en mente. Esas rupturas, sin duda, ocurren y es en éstas que la dualidad entre el estado de la situación y lo que hemos denominado la «situacionalidad» se vuelve plenamente visible. Pero lo importante es que si el acontecimiento es la decisión que escapa a la determinación de lo calculable dentro de una situación, todo tipo de acción social está dominada por la distinción situación/acontecimiento. Es un error pensar que, fuera de las rupturas revolucionarias, la vida social está dominada por la lógica puramente programada de lo calculable dentro de una situación. (La crítica de Wittgenstein a la noción de aplicación de una regla es pertinente en esta discusión). <<
[70] Peter Hallward, Badiou, a Subject to Truth, Minneapolis y Londres, University of Minnesota Press, 2003, pp. 81 y 82. <<
[71] Este ensayo fue publicado originalmente en Mathew Calarco y Steven DeCaroli (eds.), Giorgio Agamben. Sovereignity and Life, Stanford, Stanford University Press, 2007. Traducción al español de Leonel Livchitz. <<
[72] Giorgio Agamben, Homo Sacer. Sovereign Power and Bare Life, California, Stanford University Press, 1998, p. 181 [trad. esp.: Homo Sacer I. El poder soberano y la nuda vida, trad. y notas de Antonio Gimeno Cuspinera, Valencia, Pre-textos, 1999]. <<
[73] Ibid., p. 105. <<
[74] Ibid., p. 106. <<
[75] Giorgio Agamben, op. cit., p. 106. <<
[76] Ibid., p. 111. El énfasis pertenece al original. <<
[77] Frantz Fanon, The Wretched of the Earth, Nueva York, 1968, p. 130 [trad. esp.: Los condenados de la tierra, trad. de Julieta Campos, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2007]. <<
[78] Giorgio Agamben, State of Exception, Chicago y Londres, University of Chicago Press, 2005, pp. 28 y 29 [trad. esp.: Estado de excepción, trad. de Flavia Costa e Ivana Costa, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007]. <<
[79] Ibid. <<
[80] Giorgio Agamben, Homo Sacer, op. cit., pp. 106 y 107. <<
[81] Giorgio Agamben, Homo Sacer, op. cit., p. 1. <<
[82] Ibid., p. 3. <<
[83] Ibid., p. 4. <<
[84] Ibid., p. 185. <<
[85] Giorgio Agamben, Homo Sacer, op. cit., p. 186. <<
[86] Ibid. <<
[87] Ibid., pp. 183 y 184. <<
[88] Ibid., p. 187. <<
[89] Giorgio Agamben, Homo Sacer, op. cit., p. 179. <<
[90] Ibid., p. 175. <<
[91] Giorgio Agamben, Homo Sacer, op. cit., p. 59. <<
[92] Este ensayo fue publicado originalmente en Paul A. Passavant y Jodi Dean (eds.), Empire’s New Clothes, Nueva York y Londres, Routledge, 2004. Ha sido publicado en español por Sociedad, Revista de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, núm. 22, primavera de 2003, pp. 207-220. Traducción al español de Miguel Cañadas. El libro que analiza este artículo es Empire, de Michael Hardt y Antonio Negri (Cambridge y Londres, Harvard University Press, 2000 [trad. esp.: Imperio, Barcelona, Paidós, 2002]). <<
[93] «Peuple oil multitudes: question d’Eric Alliez à Jacques Rancière», en Multitudes, núm. 9, mayo-junio de 2002, pp. 95-100. <<
[94] Jacques Rancière, La Mésentente, París, Galilée, 1995. <<
[95] «Peuple ou multitude…», op. cit., p. 96. <<
[96] Ibid., p. 97. <<
[97] Michael Hardt y Antonio Negri, op. cit., p. 71. <<
[98] Ibid., p. 73. <<
[99] He analizado con mayor detalle estas cuestiones en mi ensayo «Más allá de la emancipación», en Emancipación y diferencia, Buenos Aires, Ariel, 1996. <<
[100] En mi ensayo «Identidad y hegemonía: el rol de la universalidad en la constitución de lógicas políticas», en Judith Butler, Ernesto Laclau y Slavoj Žižek, Contingencia, hegemonía, universalidad. Diálagos contemporáneos en la izquierda, trad. de Cristina Sardoy y Graciela Homs, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003, pp. 49-95. El texto de Marx al que me refiero es «Contribution to the Critique of Hegel’s Philosophy of Law. Introduction», en Collected Works of Karl Marx and Friedrick Engels, t. 3, Londres, Lawrence and Wishart, 1975, pp. 186 y 187. El énfasis pertenece al original. <<
[101] Michael Hardt y Antonio Negri, op. cit., p. 84. <<
[102] Michael Hardt y Antonio Negri, op. cit., p. XIV. <<
[103] Ibid., p. 210. <<
[104] Michael Hardt y Antonio Negri, op. cit., p. 212. <<
[105] Michael Hardt y Antonio Negri, op. cit., p. 216. <<
[106] Ibid., p. 217. <<
[107] Ibid., p. 399. <<
[108] Michael Hardt y Antonio Negri, op. cit., p. 399. <<