Capítulo 1
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Cómo seducir con éxito
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En este capítulo
• Comprenderás las reglas básicas de la seducción
• Identificarás y emitirás señales de seducción
• Te situarás en la zona de seducción
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La madre naturaleza te ha dotado de las habilidades necesarias para convertirte en todo un seductor o seductora. Quizá, con el paso del tiempo, has perdido la práctica o no has utilizado esas habilidades lo suficiente como para confiar en ellas, pero no dudes de que las tienes y de que puedes mejorarlas todo lo que haga falta.
El arte de la seducción es una sutil combinación de lenguaje corporal, seguridad en uno mismo, actitud y aspecto. Puedes utilizar esos rasgos de tu carácter de diversas maneras, tanto en un coqueteo mutuo, inocente y casto con alguien que no te atrae, como en los casos en que pretendes seducir a alguien que te gusta con locura. La seducción no tiene por único objetivo el sexo, aunque éste sea un agradable resultado cuando los sentimientos son recíprocos, sino que también sirve para conectar con personas que te parecen interesantes y deseas conocer.
Cuando coqueteas con alguien, esa persona se siente bien consigo misma y, a cambio, hace que tú también te sientas bien. La mejor manera de aumentar tu confianza es que alguien intente seducirte, ¡lo cual es gratis!
Si algún episodio de tu carrera como seductor o seductora ha acabado derivando en algo parecido a “cómo perder amigos y alejar a la gente”, ahora puedes cambiar tu vida radicalmente.
Las reglas básicas de la seducción
La mayoría de las personas se hacen las siguientes preguntas a la hora de seducir:
• ¿Cómo conseguiré que se fije en mí?
• ¿Cómo puedo saber si le gusto?
• ¿Y ahora qué digo?
• ¿Cómo puedo conseguir que las cosas vayan más allá de una simple amistad?
Este libro considera todos estos aspectos y muchos otros. Pero antes de nada, debes conocer las reglas básicas de la seducción que recogen los siguientes apartados.
Afina los instintos animales
Para mejorar tus técnicas, puedes recurrir a los estudios sobre la seducción en seres humanos y animales que han realizado numerosos científicos, desde antropólogos hasta psicólogos.
En el reino animal, los machos están dotados de vistosas plumas, impresionantes melenas o rasgos llamativos para atraer a las hembras. En cambio, en el caso de los humanos, es a la inversa: excepto en los siglos xvi y xvii, cuando los hombres se adornaban con enormes pelucas y extravagantes vestiduras, son las mujeres las que tradicionalmente se engalanan para conseguir pareja.
Según diversos estudios, las mujeres toman la
iniciativa de seducción el 90 % de las veces. Aunque parezca que
son los hombres quienes se encargan de todo, lo hacen si las
señales que emiten las mujeres los invitan a insinuarse.
Un novato en la discoteca
La primera vez que Sergio fue a una discoteca, volvió a casa con el ánimo por los suelos, a pesar de que había buscado información en internet sobre cómo conocer chicas e incluso le había pedido consejo a su hermano mayor.
“Intenté ligar con un montón de chicas pero ninguna me hizo caso”, le dijo a su madre. “¿Y qué te hacía creer que ellas estaban interesadas en ti?”, le preguntó ella. “Nada, simplemente me gustaban e intenté ligar con ellas”, respondió. Afortunadamente, la madre de Sergio lo puso al tanto de cómo piensan las chicas y así, la siguiente vez que fue a la discoteca, tuvo más éxito.
Sergio cometió el típico error adolescente, que muchos hombres siguen cometiendo en la edad adulta. Antes de nada, es necesario encontrar a alguien que esté disponible para que la seducción sea mutua, en vez de unilateral. Para tener éxito, primero debes reconocer las señales y luego seguir tus instintos.
Además, tanto los humanos como los animales siguen una serie de rituales concretos de apareamiento con los que están familiarizados los demás miembros de su especie. Cuando conoces a una persona que te atrae, se pone en marcha el cortejo humano, que sigue un modelo de cinco pasos:
1. Estableces contacto visual. No basta con una mirada rápida; para seducir, debes establecer contacto visual deliberadamente durante el tiempo suficiente para que la otra persona se dé cuenta.
2. Sonríes. Una sonrisa demuestra tu interés y es una forma no verbal de atraer la atención.
3. Presumes un poco. Te arreglas el pelo, te colocas bien la ropa y muestras tu mejor perfil para captar el interés de la persona que te gusta.
4. Entablas conversación. Cuando das información personal y haces preguntas a la otra persona, aceleras el proceso de atracción.
5. Encuentras excusas para tocar tu cuerpo y tocar a la otra persona. Al tocarte con gestos eróticos y tocar a la otra persona cuando la relación ha avanzado, consigues dejar bien claro tu interés.
Sigue tus instintos animales para conocer
nuevos amigos y encontrar parejas. Si deseas atraer a alguien del
sexo opuesto, haz hincapié en las diferencias sexuales; en cambio,
para disuadir a alguien que se siente atraído por ti, oculta estas
diferencias.
La seducción: un juego de dos
Hacen falta dos personas para que la seducción tenga éxito. No se trata de un proceso unilateral; para que llegue a buen puerto, la seducción debe ser mutua. Seducir a alguien es algo parecido a bailar: los movimientos están coordinados, aunque son diferentes.
En general, el papel que desempeñas en el
proceso romántico de seducción y tu éxito se verán determinados por
tu sexo. El éxito de las mujeres con los hombres es directamente
proporcional a su capacidad para emitir señales de cortejo y para
valorar si son correspondidas. El éxito de los hombres con las
mujeres depende de su capacidad para descifrar las señales que
reciben, en lugar de comenzar sus propios rituales de seducción.
Tanto las mujeres como los hombres deben interpretar correctamente
las señales y reaccionar en consecuencia.
Las dificultades de los hombres para
encontrar pareja se deben a su falta de perspicacia a la hora de
comprender las señales que reciben, mientras que las de las mujeres
se deben a su incapacidad para encontrar a un hombre que se ajuste
a sus ideales. Por lo tanto: ¡Chicos, prestad más atención!
¡Chicas, no seáis tan quisquillosas!
El uso de la seducción para atraer nuevos amigos puede resultar muy difícil, ya que lo habitual es esperar a que la otra persona tome la iniciativa para establecer contacto. Sin embargo, la otra persona podría estar utilizando la misma táctica. Por ello, la mejor manera de conocer gente y hacer amigos es tomar la iniciativa.
Este método de forjar amistades apenas entraña riesgos y tiene un altísimo porcentaje de éxito. Evidentemente, conseguirás atraer a las personas si emites las señales básicas de seducción, pero adaptadas al entorno de la amistad.
Dificultades habituales en la seducción
Todos nos hemos topado alguna vez con al menos una de las siguientes dificultades en el proceso de seducción:
• Intentar seducir a la persona equivocada. La clave del éxito de la seducción es elegir a alguien que esté disponible. Muchos cometen el error de intentar seducir a una persona sin asegurarse primero de que a ésta le interesa recibir su atención.
• No saber cómo plantear el acercamiento. Cuando no tienes claro cómo acercarte o qué decir, acabas convirtiéndote en un manojo de nervios y aplazas el momento crucial. La manera más sencilla de solucionar este problema consiste en acercarse siempre de frente y recurrir a las frases que suelen utilizarse para entablar conversación.
• Temer que ocurra algo terrible. El miedo al rechazo es natural, pero si aprendes a superarlo podrás erradicar el miedo irracional a que suceda algo horrible.
• No ser capaz de interpretar correctamente las señales. ¿Cómo puedes reaccionar de la manera adecuada si malinterpretas las señales que emite la otra persona? La respuesta es que no puedes. Ésta es una de las razones por las que la seducción fracasa, pero puedes solucionar el problema si aprendes a leer el lenguaje corporal.
Los hombres tienen entre diez y veinte veces
más testosterona que las mujeres y, por ello, suelen ver las cosas
desde la perspectiva del sexo. Los estudios demuestran que a los
hombres les cuesta más trabajo interpretar las señales sutiles y
los matices, lo que los lleva a confundir la simpatía con la
disponibilidad sexual.
Comprende el lenguaje corporal
El lenguaje corporal es un elemento fundamental de la seducción, puesto que demuestra nuestro grado de disponibilidad, atracción, interés y sensualidad. Algunas señales son inconscientes, por lo que es imposible controlarlas y comprenderlas, pero otras son deliberadas, y es en éstas en las que debes centrarte.
Si eres capaz de interpretar el lenguaje corporal y las acciones de los demás, obtendrás más información sobre sus sentimientos. De este modo, sabrás a quién le gustas y podrás entablar relaciones fácilmente en tu vida laboral y social.
Observa a las personas
No hay nada más fascinante que las personas. Cuanto más las observes, más aprenderás sobre su comportamiento, de manera que podrás predecir cómo reaccionarán en determinadas situaciones. Por esa razón, muchas empresas invierten cuantiosas sumas de dinero en pruebas psicométricas que les permiten predecir la conducta de una persona en un determinado entorno laboral antes de contratarla o ascenderla. El valor añadido del que dispones frente a estas pruebas es que tú puedes observar a las personas en su ambiente natural. Puedes aprender a prever el comportamiento de tu familia y tus amigos, pero también el de tus potenciales parejas.
Si eres capaz de interpretar la conducta de
los demás, los desconocidos no te parecerán figuras temibles cuya
presencia puede ponerte en una situación incómoda.
La próxima vez que pienses “Me resulta violento hablar con X” o “Me encanta encontrarme con Y”, analiza por qué te pasa eso. Piensa qué aspecto de su comportamiento te impide sentirte a gusto o te alegra el día.
A tu alrededor tienes un sinfín de oportunidades para observar a las personas, ¡aprovéchalas!
Pistas correctas, orden incorrecto
David se informó sobre el comportamiento humano durante el proceso de seducción, y elaboró una lista con las señales que emitiría una mujer en caso de que se sintiese atraída por él. Dichas señales eran:
1. Pupilas dilatadas.
2. Labios más carnosos.
3. Miradas insinuantes.
4. Ojos húmedos.
5. Jugueteo con el pelo.
A David le molestaba que ninguna de las mujeres que le gustaban mostrase signos de interesarse por él; de hecho, huían de él en cuanto tenían la ocasión.
Sin embargo, la lista de David no estaba nada mal. El problema era que esperaba que las mujeres revelasen simultáneamente todas las señales en el momento en que las abordaba. David volvió a empezar desde cero e incorporó también las señales iniciales que le habían parecido demasiado aburridas y generales, y antes de darse cuenta, había conseguido la cita de sus sueños.
La seducción sigue un proceso. No sirve de nada comprobar cómo ha quedado el bizcocho si te has limitado a echar los ingredientes en un molde y a meterlo en el horno. Debes empezar mezclando bien los ingredientes, en el orden correcto y con los accesorios de cocina adecuados, para luego introducir el molde en el horno precalentado. Sólo así obtendrás un resultado bien calentito y sabroso.
Detecta las señales clave en los demás
Si eres capaz de reconocer las señales clave, tendrás la confianza necesaria para iniciar el proceso de seducción. Puedes tener la seguridad de que alguien está intentando seducirte si hace lo siguiente: establece contacto visual, te sonríe, juega con el pelo o la ropa, entabla conversación, realiza los mismos movimientos que tú o encuentra ocasiones para tocarte. Este comportamiento se corresponde con los cinco puntos del modelo de cortejo humano que mencionamos en el apartado “Afina los instintos animales”. Si lo detectas, vas por buen camino. Para conocer todas las señales de seducción, lee los capítulos 10, 11 y 12.
Descifra los gestos más reveladores
Los gestos son un reflejo de los sentimientos. Si conoces bien los gestos que pueden controlarse y los que son involuntarios, podrás saber mejor qué demuestra tu interés y qué te hace parecer indiferente.
Los sentimientos se reflejan sobre todo en las siguientes partes del cuerpo:
• Cara. Aunque seas capaz de controlar los gestos de la cara, puedes realizar movimientos minúsculos mientras recobras la compostura. Una mirada experta puede descifrar los sentimientos que ve “escritos” en tu cara. Hay más información en el capítulo 10 sobre cómo interpretar el código del lenguaje facial.
• Manos. Su situación privilegiada ante el cuerpo permite observarlas con facilidad. Si las ocultas, podría parecer que intentas engañar; si las retuerces, demuestras nerviosismo y si frotas las palmas entre sí lentamente, podría interpretarse que vas detrás de algo. En cambio, si están abiertas y relajadas es evidente que sientes comodidad en compañía de una persona. El capítulo 11 trata sobre el lenguaje de las manos.
• Pies. Como los pies son la parte del cuerpo que está más alejada del cerebro, se controlan menos, y por esta razón resultan más reveladores. Los pies suelen indicar la dirección hacia la que quieres dirigirte. Si los orientas hacia alguien, significa que quieres estar cerca de esta persona; si los orientas en la dirección opuesta, significa que te gustaría estar en otro lugar.
La próxima vez que hables con alguien con
quien preferirías no estar, fíjate bien en qué dirección has
orientado los pies.
La cara, las manos y los pies permiten interpretar fácilmente lo que revela el comportamiento. Para jugar con ventaja complementa estos conceptos con los consejos del capítulo 8 sobre cómo entablar conversación.
Una seductora incombustible
No había quien ganara a Laura. Sus amigas nunca habían conocido a nadie que tuviera más éxito que ella cuando se trataba de seducir a un hombre. Una noche que estaban charlando, intentaron descubrir su secreto. Sin ánimo de ofender, no era la más guapa del grupo, tiraba a bajita y estaba un poco rellenita. Sin embargo, hipnotizaba a los hombres, y sus amigas no conseguían explicarse a qué se debía su enorme éxito. El problema es que estaban pasando por alto que:
• Sonreía continuamente.
• Establecía contacto visual.
• Era simpática con todos.
• Entendía perfectamente a los hombres.
• Era toda una experta en el uso de las señales de seducción femeninas.
• No la desalentaban los fracasos ocasionales.
A Laura no le importaba lo que los demás pensaran de ella. Simplemente causaba la mejor impresión que podía y todos la querían por eso. Ya fuera en una papelería o en un bar, podía ganarse a cualquiera gracias a su energía y su vitalidad.
Para dominar el arte de la seducción, hacen falta fuerzas y resistencia. Debes tratar a todas las personas como si fueras a seducirlas, y si no funciona, buscar la siguiente oportunidad, pero sin desanimarte si de vez en cuando sufres un rechazo.
Adopta una actitud seductora
Pregunta: ¿Qué harías si tuvieses la seguridad de que no ibas a fallar?
Respuesta: Cualquier cosa.
Para tener éxito a la hora de seducir, debes actuar como si fueras infalible. Es evidente que no siempre conseguirás que todo salga como has planeado, pero también se aprende de los errores. Recuerda: en la seducción es muy importante la actitud que muestres; si crees que puedes hacerlo, es que puedes. Si el miedo al rechazo te impide actuar, puedes superarlo siguiendo los consejos del capítulo 15.
Pon fin a la negatividad
Nuria prefería no hacer nada a hacer algo, ya que estaba convencida de que todo lo que se propusiese saldría mal. Siempre que iba a tomar algo, se ponía pantalones vaqueros, y cada vez que sus amigas intentaban convencerla para que se comprase un vestido, se negaba en redondo. “Mi madre dice que tengo las piernas feísimas y que es mejor que no lleve vestidos si no quiero hacer el ridículo”, alegaba como excusa. En realidad, la madre de Nuria nunca decía nada positivo sobre nada ni nadie. Nuria se había pasado toda la vida bajo el influjo de la negatividad de su madre, lo que había minado por completo su confianza en sí misma. Los amigos de Nuria se propusieron conseguir que dejase deutilizar expresiones negativas al final de cada frase y procuraron decir siempre cosas positivas sobre su aspecto y su personalidad. Al final lograron que Nuria fuese más positiva y se comprase un vestido que le quedaba genial. Gracias a este cambio, empezó a sentirse más segura de sí misma. En lugar de mirar con cinismo a los hombres que conocía en los bares, decidió darles una oportunidad y, cuando quiso darse cuenta, estaba aceptando los piropos de un extraño sobre su vestido sin intentar desviar la conversación o quitarse mérito. Nuria logró superar toda una vida de condicionamientos negativos y ahora disfruta de una relación estable.
Si alguien como Nuria consigue aprovechar una iniciativa positiva, todo el mundo puede. Sólo tienes que pensar en todo lo que puedes lograr a cambio y sacar a la luz el poder de seducción que llevas dentro.
Practica todos los días tu método de
seducción con personas de cualquier edad y sexo. Cuando domines el
proceso de coqueteo mutuo e inocente, podrás dar el siguiente paso
y conquistar con éxito el nivel superior de seducción.
Controla los pensamientos
Eres tú quien tiene el poder sobre tu mente, aunque a veces parezca justo lo contrario.
Cuando no dejas de oír comentarios negativos, acabas creyéndotelos. Si te repites continuamente que no vales para nada o que no puedes hacer algo, conseguirás que al final sea cierto. Por eso, necesitas cambiar tu manera de pensar. En este libro encontrarás consejos para crear tus propios mantras o afirmaciones positivas. Se trata de pequeños mensajes o frases que no debes dejar de repetirte para que tu subconsciente esté en armonía con tu forma positiva de pensar.
Proponte tener siempre éxito a la hora de
seducir y prepárate para cosechar las recompensas, es decir, más
amigos, mejores relaciones laborales y citas fabulosas.
Todas las noches, antes de dormir, deshazte
de tus pensamientos negativos automáticos y sustitúyelos por el
recuerdo de tres cosas que hayas hecho bien a lo largo del día.
Céntrate en tus logros y olvida todo lo negativo. Este proceso será
mucho más eficaz si dedicas unos minutos a apuntar tus éxitos. A la
mañana siguiente, puedes revisar tus notas y felicitarte por tus
logros.
Olvida tu historial de seducción
Un historial de seducción está formado por las malas experiencias que todos hemos vivido y que se han convertido en sentimientos negativos que nos impiden materializar nuestro potencial de seducción. Es absolutamente imprescindible que olvides dicho historial para recuperar tus maravillosas habilidades de atracción. Hay dos tipos de historial:
• Aquel del que no te importa hablar. Tu madre te dijo que nunca lavases los trapos sucios en público, y con toda la razón: no sólo es incómodo para quienes te escuchan, sino que repercute de forma negativa en ti, independientemente de cuál sea el problema o de quién haya sido la culpa.
No menciones jamás a tus ex parejas o tus
traumas cuando acabas de conocer a alguien; deja que se forme su
propia opinión. Tampoco te centres tanto en lo que dices, sino en
cómo lo dices. Consulta los consejos del capítulo 5 para transmitir
una imagen de seguridad.
• Aquel que escondes dentro de ti. Se trata de las vivencias que te rondan la mente desde hace tiempo y que probablemente has magnificado de manera desproporcionada. Este historial no es tan malo como crees, y sin duda no tiene ninguna importancia para las nuevas personas que conozcas. Si intentan seducirte, es para conocerte mejor, y no para investigar los traumas de tu pasado. Estás a punto de reemplazar tu historial por las nuevas experiencias que vivas con las personas a las que seduzcas, por eso es hora de que mires adelante.
Piensa en la última vez que viste a alguien
que te gustaba. ¿Te impidió hablar con esta persona alguna duda
persistente sobre tus coqueteos o relaciones anteriores? No dejes
que tus inhibiciones o experiencias pasadas frustren tus ambiciones
de seducción. Cuando le hiciste algún comentario a una persona
recién conocida sobre tus ex parejas o tus fracasos sentimentales,
¿parecía interesarle? ¿Quedó contigo para verte otra vez? Si la
respuesta es negativa, queda claro que no se te dan bien las
conversaciones de seducción. En el capítulo 8 encontrarás numerosos
consejos sobre este aspecto.
A por la segunda oportunidad
Rubén había salido con muchas mujeres, pero nunca era capaz de llegar a la segunda cita. Aunque esto ya era bastante frustrante en sí mismo, sentía la necesidad de comentar sus fracasos con todas las mujeres con las que salía, para completar su humillación y darles una idea de su falta de madurez.
Sus amigos decidieron organizarle una cita a ciegas y lo aleccionaron para que no torturase con sus fracasos sentimentales a Ana, la chica que habían elegido, porque estaría firmando su sentencia de muerte. Ambos congeniaron y quedaron para una segunda, tercera y cuarta cita. Rubén acabó confesándole a Ana que se ponía muy nervioso cuando pensaba en tener relaciones sexuales con ella, pero para entonces ella estaba muy encariñada y, aunque se rio, fue muy comprensiva con él. En la actualidad, están casados y tienen dos hijos.
Para comenzar tus relaciones con buen pie, deja que las personas te conozcan por lo que eres, y no por tus experiencias sentimentales pasadas.
Detecta las oportunidades de todos los días
Ahora que sabes que puedes conseguir nuevas amistades y citas con una actitud positiva, lo único que necesitas es encontrar la oportunidad de dejarte llevar.
La práctica hace al maestro y, si utilizas
tus dotes de seducción a menudo, acabarás siendo irresistible.
Piensa en tus hábitos cotidianos y en las personas con las que es probable que te encuentres a lo largo del día. No sólo se te ofrecen infinitas ocasiones de coquetear amigablemente, lo que aumenta tu experiencia, seguridad y habilidad, sino que podría presentarse la oportunidad de que te aventuraras en el terreno sentimental.
Por lo general, todos los días puedes interactuar con personas:
• En tiendas, bancos, cafeterías, colas, etcétera.
• En el transporte público.
• En un atasco o en los semáforos.
• En el trabajo.
• En el gimnasio o en una actividad recreativa.
• Por correo electrónico.
• Por mensajes de texto.
• En foros y chats.
• A la puerta del colegio de tus hijos.
• Paseando al perro.
• De compras.
¡Jo, jo, jo!
Bárbara fue al teatro del barrio a buscar a su hija pequeña, que actuaba en una función escolar. Mientras la esperaba en el vestíbulo, Papá Noel se acercó a ella. Le enseñó el siete que se le había hecho en la parte posterior de los pantalones y le preguntó si creía que los niños se darían cuenta. La expresión candorosa de Papá Noel era tan encantadora como la visión de sus posaderas, y Bárbara no pudo evitar coquetear un poco con él.
El joven no dudó en corresponderle, ya que le aterraba la idea de enfrentarse a doscientos niños revoltosos, y así conseguiría olvidar su miedo escénico. Durante unos pocos minutos, Bárbara y Papá Noel se divirtieron con un agradable e inocente coqueteo. Así, Bárbara se fue con una sonrisa en los labios y Papá Noel reunió fuerzas para su misión.
Nunca pierdas una oportunidad para alegrarle el día a alguien coqueteando amigablemente, ya sea más joven, mayor que tú o del mismo sexo.
La lista de oportunidades es infinita, por
eso no tienes excusa para no practicar tus dotes de seducción todos
los días. Si deseas saber más sobre cómo aprovechar estas
oportunidades, lee en el capítulo 4 cómo coquetear con amigos,
ligues y compañeros de trabajo, y en el capítulo 6 cómo detectar
quién está disponible.