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“Que a nadie se le ocurra sucederme. Ni lo piensen”.

—Ni siquiera pienses. Él lo sabe todo.

—¿Hasta lo que pienso a solas?

—Te digo que él lo sabe todo. Es adivino.

—¿La lealtad no basta?

—Al contrario. Mientras más leal eres, más sacrificable serás. O menos confiable, no sé.

—Entonces, ¿qué diferencia con estar en la oposición?

—Muy poca. Si eres opositor, estás más protegido que si eres colaborador.

—¿La lealtad no basta?

—Más vale sacrificar a los leales que sacrificarse o ser sacrificado. El líder supremo no tolera que nadie le haga sombra. Nadie puede tomar vuelo propio.

—¿Qué pasó con Largo?

—Lo entambaron. Luego lo visitaron en la cárcel y le dijeron, “si te declaras culpable, te salvas”. Se declaró culpable y lo fusilaron.

—¿Dónde está enterrado?

—En tumba anónima.

—Pero era parte de nuestra historia; merece reconocimiento…

—Ha sido exiliado de la historia.

—¿Y qué pasó con Bobby?

—Ya no tiene privilegios. Confesó sus errores.

—¿También lo fusilaron?

—No, ahora trabaja en Xochimilco de trajinero. Es lo que llaman “el plan piyama”. En vez de fusilarte, te convierten en jardinero, en chofer, en…

—En trajinero de Xochimilco.

—“Que a nadie se le ocurra sucederme”. Así es.

—¡Pero si va a cumplir noventa y nueve años!

—Que ni siquiera lo piensen…

—Ni siquiera ni siquiera ni siquiera…

—Lo piensen lo piensen lo piensen…

—Adán Gorozpe es el líder mexicano de por vida.

Desperté con un sofoco alarmado. Me toqué la frente. Una pesadilla.