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Correspondencia con el médico-poeta Walter Vogt

Entre los contactos personales que le debo al LSD se encuentra también mi amistad con el médico, psiquiatra y escritor Dr. Walter Vogt. Como lo mostrará el siguiente extracto de nuestro intercambio epistolar, no eran tanto los aspectos medicinales del LSD que le interesaban al médico, sino más bien los efectos psicológicos profundos y modificaciones de la conciencia que ocupaban al poeta, los que constituían el tema de nuestra correspondencia.

Muri/Berna, 22-11-70

Querido y apreciado señor Hofmann:

Esta noche he soñado que una familia amiga me había invitado a tomar el té en una confitería en Roma. Esta familia conocía también al papa, quien estaba sentado con nosotros a la misma mesa tomando el té. Estaba vestido todo de blanco y tenía asimismo una mitra blanca. Estaba sentado en paz y callaba.

Y de pronto se me ocurrió enviarle mi Vogel auf den Tisch («Pájaro en la mesa») —como tarjeta de visita, si le parece—, un libro que ha quedado un poco apócrifo, de lo cual, réflexion faite[21], ni siquiera me lamento, pese a que el traductor italiano esté convencido de que es mi mejor libro (por cierto, el papa también es italiano. So it goes[22]).

Tal vez le interese la obrita. La escribió en 1966 un autor que entonces no tenía la menor experiencia con sustancias psicodélicas, y que no comprendía los informes sobre experimentos médicos con estas drogas. Esto último apenas se ha modificado, sólo que la incomprensión tiene ahora otro origen.

Supongo que su descubrimiento ocasiona un hiato en mi obra (qué gran palabra), no precisamente una Saulus-to-Paulus Conversion, como dice Roland Fischer… a saber: lo que escribo se vuelve más realista o en todo caso, menos expresivo. De cualquier forma no habría logrado sin, el cool realismo de mi pieza de TV Spiele der Macht («Juegos del poder»). Así lo atestiguan las distintas versiones, si es que siguen tiradas en algún sitio.

Si tuviera interés y tiempo para un encuentro, me gustaría mucho encontrarme alguna vez con usted para conversar.

…………

W. V.

Burg i. L., 28-11-70

Querido señor Vogt:

El hecho de que el pájaro que vino volando a mi mesa, haya encontrado el camino hasta aquí, se lo debo una vez más al poder mágico del LSD, en última instancia. Pronto podría escribir un libro sobre todas las consecuencias que me acarreó aquel experimento de 1943.

A. H.

13-3-71

Querido señor Hofmann:

Incluyo una crítica de las Annäherungen de Jünger, publicada en el diario; presumo que le interesará…

…………

También a mí me parece que alucinar-soñar-escribir se oponen cada cual a la conciencia diurna y son funciones complementarias entre sí. Claro que puedo hablar únicamente de mí a ese respecto. En otras personas puede ser diferente; es bastante difícil hablar con otros sobre estas cosas, porque en realidad a menudo se hablan idiomas distintos…

… Dado que usted colecciona autógrafos y me brinda el honor de incluir una de mis cartas en su colección, le adjunto el manuscrito de mi «testamento» en el que juega un papel su descubrimiento, «el único invento alegre del siglo XX»…

W. V.

El último testamento del Dr. Walter Vogt de 1969

No quiero un entierro especial

sólo muchas orquídeas caras y obscenas

innúmeros pajarillos con nombres de colores

no danzas desnudas

pero

vestidos psicodélicos

altavoces en todas las esquinas y

nada más que el último disco de los beatles[23]

cienmilmillones de veces

y do what you like[24].

en una cinta sinfín

y nada más

que un cristo popular con una

aureola de oro legítimo

y un querido cortejo fúnebre

que se llene de ácido[25]

till they go to heaven[26].

one two three four five six seven

quizás nos encontremos allí

Dedicado cordialmente al

Dr. Albert Hofmann, en

el comienzo de la primavera

de 1971.

29-3-71

Querido señor Vogt:

Usted me ha agraciado nuevamente con una bella carta y con un autógrafo espléndido, el testamento de 1969…

…………

Unos sueños muy extraños de estas últimas semanas me motivan a examinar una conexión entre la composición (química) de la cena y la calidad de los sueños. Al fin y al cabo, el LSD también es algo que se come…

A. H.

4-5-71

Querido señor Hofmann:

…………

La cuestión del LSD parece avanzar. Ahora queremos constituir en el policlínico un «grupo de autoexperimentación», sin ambiciosos programas de investigación, lo cual me parece muy prudente…

…………

Espero que el año que viene pueda tomarme medio año, entre el policlínico, para dedicarlo íntegramente a la literatura. A toda costa debería escribir mis obras principales, sobre todo una cosa más larga en prosa, de la que tengo unos vagos perfiles… En ella su descubrimiento tendrá un papel importante…

…………

W. V.

5-9-71

Querido señor Hofmann:

Durante el fin de semana a orillas del lago Murten[27] pensé a menudo en usted —radiantes días otoñales— ayer sábado, con una tableta de aspirina (por cefalea o gripe débil) sufrí un flashback muy extraño, como con mescalina (que tuve una única vez, y muy poca)…

He leído un divertido escrito de Wasson sobre hongos: divide a la gente en micófila y micófoba… En el bosque de su región debe de haber ahora bonitas oronjas falsas. ¿No deberíamos intentar?…

W. V.

7-9-71

Querido señor Hofmann:

Debo escribirle brevemente, qué hice debajo de su globo en el puentecillo soleado: por fin escribí unas notas sobre nuestra visita en Villarssur-Olons (en casa del Dr. Leary); luego cruzó el lago una barca de hippies, de fabricación casera, como de una película de Fellini. La dibujé y encima pinté su globo…

W. V.

15-4-72

Querido señor Vogt:

Su obra en la TV, Spiele der Macht, me ha impresionado sobremanera…

Lo felicito por esta pieza excelente, que lleva a la conciencia ciertos daños psíquicos; es decir que, a su manera, también es «ampliadora de la conciencia», con lo cual puede resultar terapéutica en un sentido más elevado, igual que la tragedia antigua.

A. H.

19-5-73

Querido señor Vogt:

He leído ya tres veces su prédica de lego, la descripción e interpretación de su trip del Sinaí…[28]

¿Verdad que era un trip de LSD…? Ha sido un acto de valentía elegir como tema de una prédica, aunque fuera una prédica de lego, un acontecimiento tan sospechoso como lo es una experiencia de drogas.

Sin embargo, en el fondo las cuestiones que plantean las drogas alucinógenas pertenecen a la Iglesia, en primer lugar a la Iglesia, pues son drogas sagradas (el peyotl, el teonanacatl, el ololiuqui, con los que el LSD guarda un estrechísimo parentesco químico-estructural y de modo de acción).

Estoy completamente de acuerdo con lo que dice en la introducción respecto de la actual religiosidad eclesiástica. Los tres estados de la conciencia (el estado despierto de un trabajo y un cumplimiento del deber ininterrumpidos, la embriaguez alcohólica, el sueño), la distinción entre las dos fases de la embriaguez psicodélica (la primera fase, la cima del trip, en la que se vive en dominios cósmicos, o en la sumersión en el propio cuerpo, dentro del cual está todo lo que existe; y la segunda fase, que puede designarse la fase de una comprensión más elevada de los símbolos), y la referencia a lo abierto del estado de conciencia causado por alucinógenos… todas éstas son observaciones de fundamental importancia para juzgar la embriaguez provocada por los alucinógenos.

La adquisición principal que obtuve con mis experimentos de LSD en el terreno de los conocimientos fue la vivencia del entrelazamiento indisoluble de lo físico y lo psíquico. «Cristo en la materia» (Theilhard de Chardin). ¿También usted ha llegado sólo a través de sus experiencias con drogas a la conclusión de que debemos descender «en la carne que somos» para las nuevas profecías?

Una crítica a su prédica: usted hace decir a Timothy Leary la «experiencia más profunda que existe: “el reino de los cielos está dentro de ti”». Esta oración, citada sin indicar la prioridad, podría interpretarse como si no se conociera una o, mejor dicho, la verdad central del cristianismo.

Una de sus observaciones que merece ser universalmente tomada en cuenta es la de que «no hay una experiencia religiosa no-extática»…

El próximo lunes a la noche me entrevistarán en la televisión suiza (sobre el LSD y las drogas mágicas mejicanas, en el programa «De primera mano»). Estoy curioso por saber qué tipo de preguntas harán los señores…

A. H.

24-5-73

Querido señor Hofmann:

…………

Desde luego que se trataba de LSD —sólo que no quería escribirlo con todas las letras, en realidad no sé muy bien por qué… El hecho de que presente al buen Leary, que entretanto me parece un poco pasado de droga, como testigo principal, sólo puede explicarse por el momento del discurso o prédica…

Debo reconocer que efectivamente fue sólo el LSD el que me llevó a la conclusión de que debemos descender «a la carne que somos» —aún la estoy masticando, tal vez incluso me llegó «demasiado tarde», pese a que comparto cada vez más su opinión de que el LSD debería ser tabú para los jóvenes (tabú, no prohibido, esa es la diferencia…).

…………

La frase que le gusta, «no hay una experiencia religiosa no-extática», parece no haber gustado tanto a otros, por ejemplo a mi (casi único) amigo literario y pastor-lírico Kurt Marti… Pero de todos modos no estamos de acuerdo en casi nada, y sin embargo, cuando nos llamamos de vez en cuando y concertamos pequeñas acciones, debemos de ser la más pequeña minimafia de Suiza…

W. V.

13-4-74

Querido señor Vogt:

Anoche hemos seguido con viva atención su pieza de TV Pilatus vor dem schweigenden Christus («Pilato ante el Cristo silente»).

… como representación de la relación originaria hombre/Dios: el hombre, que se presenta ante Dios con sus preguntas más difíciles y al final tiene que contestarlas él mismo, porque Dios calla. No las contesta con palabras. Las respuestas están contenidas en el libro de su creación (a la que pertenece el propio hombre interrogante). Las verdaderas ciencias naturales = desciframiento de este texto.

A. H.

11-5-74

Querido señor Hofmann:

…………

… En el entresueño he compuesto un «poema»; creo que enviárselo es una frescura que puedo permitirme. Primero se lo quise mandar a Leary, pero this would make no sense[29].

Leary encarcelado

Gelpke muerto

Curas en asilos

¿Es ésta su psicodélica

revolución?

¿Habíamos tomado en

serio algo

con que sólo se debe jugar

o

al contrario…?

W. V.

Esta pregunta en la poesía de Vogt —¿habíamos tomado en serio algo con que sólo se debe jugar, o al contrario?— resume en una fórmula escueta y eficaz la ambivalencia fundamental de los que nos ocupamos en drogas psicotrópicas.