Mi más profunda gratitud para todos aquellos cuyas palabras y cuya visión puedan verse, de algún modo, reflejadas en esta obra. Después de tantos libros, conversaciones, clases y publicaciones, no sería capaz de decir en qué medida ha contribuido cada uno de ellos a mi manera de pensar y de sentir. Creo que el mejor modo de expresar mi reconocimiento es compartir las lecciones que me han transmitido y que me han sido útiles cuando he tratado de aplicarlas. Junto con mis experiencias, forman los cimientos sobre los que, día a día, continúo edificando mi felicidad y mi progreso espiritual.