Comezón en Bull Run

Sharon Webb

Los autores de ciencia ficción han extrapolado, en versiones espaciales más o menos acertadas, la figura del aventurero, el vagabundo, el pirata, el cazador… En esta línea, y con una intención claramente paródica, Sharon Webb ha creado a la enfermera espacial Terra Tarkington, a la que en esta ocasión vemos implicada en un asunto muy… picante.

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
2 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 306548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

Quizá sea la última vez que recibas noticias mías. Estoy definitivamente perdida. Cuando el doctor Brian-Scott y yo estábamos iniciando una ardiente alianza… llegó el apocalipsis.

Es verdad. Cuando me alisté en el Cuerpo de Enfermeras Interestelares, empeñé mi vida. Te escribo desde una nave en cuarentena. Aún no se han producido declaraciones oficiales, pero donde vapor hubo (por usar una frase trillada), un reactor queda.

Acabo de regresar después de disfrutar de un permiso de una semana (tiempo terrestre, no el de Bull Run), y me encontré con que había caído en un nido de pestilencias. Las enfermeras aldebaranas no hacían más que sisear sus comentarios al respecto, pero pasaban todo el tiempo de la lengua estándar a su lengua nativa, de modo que no logré enterarme de los detalles. Pregunté a un ordenanza hiadiano pero se limitó a sacudir la cabeza y a zangolotear la arruga que tiene por nariz. No dijo ni palabra, Carmie, y eso que es un chismoso. Cuando a Glockto le cuesta encontrar palabras, es que la cosa está seria. He podido averiguar que el epidemiólogo jefe, el anciano doctor Kelly-Back, ha enfermado. Se comenta que cogió la plaga de un paciente aurigano. La esposa del doctor Kelly-Back, Olga, la siniestra, será sin duda la siguiente. ¿Y después de Olga, qué? Carmie, me voy a morir. Y todavía ignoro cuáles son los síntomas.

Cuando leas en los periódicos sobre la enfermedad que diezmó el Puesto de Avanzada Nath, piensa en mí. Carmie, y llora.

Destruidamente tuya,
TERRA

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
2 de enero

Gladiola Tarkington

Submarítimo 45

Ciudad del Petróleo

Golfo de México 233433111 Tierra Unida, Sol

Querida mamá:

Aquí todo marcha bien, pero es muy aburrido. Acabo de regresar después del permiso de una semana. Me temo que he sido terriblemente extravagante, me pasé toda la semana en las Híades IV y me compré calzones de abrigo. En la nave no puedo utilizarlos, porque los calzones hiadianos sólo sirven para cuando hay cuarenta grados bajo cero, pero me serán muy útiles en la Tierra, si alguna vez llego a ir. No te preocupes por la plaga.

Un abrazo,
TERRA

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
5 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 306548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

Te dije que iba a morirme, pero es mucho peor que eso. Mucho peor. Me despellejaré viva, víctima de un hongo insidioso y maligno.

Aún no tenemos noticias oficiales, pero ello es debido a que las noticias oficiales han de venir del doctor Kelly-Back, y el pobre está hecho una piltrafa. A pesar de ello, sigue trabajando y atendiendo a los enfermos; pero se le va la cabeza y no pone todo el corazón en lo que está haciendo. Carmie, deberías verlo. Tiene que usar guantes gruesos para no arrancarse la piel a tiras. Olga me ha comentado que por las noches ha de sujetarle las manos, porque si no lo hiciera, por la mañana, su marido se despertaría sin la mayor parte de su epidermis. Carmie, tiene una mirada horrible. Como enloquecida. Y suspira y gime mucho.

No existe una cura conocida, Carmie. Ninguna. Y se trata de una enfermedad definitivamente contagiosa. Esta misma mañana me encontré con Olga justo cuando se untaba la punta de la nariz con un anestésico local, pero me confesó que no le hacía demasiado efecto. Para colmo de males, Glockto, el ordenanza, entró en ese momento y le rogó que le diera un poco de anestesia para su arruga.

Carmie, es tan deprimente que estoy al borde de la catatonia. Justo cuando el doctor Brian-Scott y yo estábamos empezando una relación satisfactoria, sobreviene el desastre. Moriremos en la flor de la vida.

Sé que si él enferma primero, estaré a su lado. Pero ¿y si enfermo antes yo? ¿Seguirá queriéndome si me despellejo toda? Dicen que la belleza es algo superficial, que sólo llega a flor de piel, pero es mentira, Carmie.

Sólo hay una solución. Tengo que pensar en el modo de que salgamos de este cacharro.

Tu amiga, la maquinadora,
TERRA

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
7 de enero

Gladiola Tarkington

Submarítimo 45

Ciudad del Petróleo

Golfo de México 233433111 Tierra Unida, Sol

Querida mamá:

No estoy enferma. Jamás he dicho que lo estuviera. No veo por qué tienes que preocuparte, me encuentro estupendamente.

Los calzones hiadianos no son infecciosos. Las únicas infecciones que cogemos aquí, nos las contagian los pacientes.

He solicitado que me transfieran, pero me dijeron que era imposible hasta que a Olga Kelly-Back no le volviera a crecer la piel.

Tu hija que te quiere,
TERRA

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
9 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 306548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

Pues bien, no me concedieron la transferencia para abandonar este ataúd de latón, pero los he fastidiado de todos modos. Me ofrecí como voluntaria para una misión especial en las Pléyades II. El doctor Brian-Scott también irá. Al parecer, una de las Madres de las Pléyades II está enferma. Su producción de huevos descendió a cero, y debemos averiguar por qué. De cualquier forma, la población de las Pléyades II se encuentra en declive, pero la verdad es que no pueden permitirse el lujo de perder una Madre. Parece que se trata de un caso interesante; sin duda, algo mejor que el prurito terminal.

Olga es una masa de excoriaciones, y mejor que no te describa el estado del pobre doctor Kelly-Back. Temo de veras por su cordura, Carmie. Está tan quisquilloso que resulta imposible permanecer a su lado. Y eso si te encuentras con fuerzas para intentarlo.

Creímos que los aldebaranos eran inmunes, pero esta mañana al doctor Qotemire se le cayó una escama de la cola durante una operación de cirugía. Quedó terriblemente afectado por este hecho, y la enfermera aldebarana que lo asistía se tornó de un azul tan pálido que creí que se desmayaría. Abandonaré este cacharro justo a tiempo, Carmie. Una cosa es ver la enfermedad en humanos y hiadianos, pero otra muy diferente es contemplar la defoliación del doctor Qotemire. Creo que no podría soportarlo. Ya resulta bastante difícil mirar al doctor Qotemire cuando está sano.

TERRA

P.D.: ¿Qué te parece este itinerario? Mañana tomamos el transbordador que va a las Híades IV y luego el expreso a las Pléyades II. Nuestro puerto de entrada es el Siete Hermanas, el único Domo del Placer en años luz. Pasaremos la noche en el Kublai Kan y luego iremos a ver a nuestra paciente.

Como siempre, tuya,
TERRA

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
9 de enero

Gladiola Tarkington

Submarítimo 45

Ciudad del Petróleo

Golfo de México 233433111 Tierra Unida, Sol

Querida mamá:

Tengo la piel bien. Te preocupas demasiado. Y me preocupa que te preocupes por mí.

No me dejan volver a casa, mamá. Nos envían al doctor Brian-Scott y a mí a las Pléyades II a examinar a una paciente. Pero no te preocupes. Probablemente lo que se dice del Domo del Placer de Siete Hermanas es falso.

Besos,
TERRA

Expreso Pléyades II
Tramo 17º 800880008
10 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 306548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

La vida es sombría. Para mí no existen amaneceres brillantes. No hay un fulgor rosado. El doctor Brian-Scott ha sido atacado por el hongo.

Durante todo el trayecto en el transbordador no cesó de retorcerse, y ahora empieza a rascarse. Justo cuando nuestro amor comienza a florecer, ya ves, cortado de raíz (para utilizar una expresión trillada), de la forma más cruel. No puedo expresarte cómo me siento.

Desoladamente tuya,
TERRA

Domo del Placer
Pléyades II 456765453 Pléyades
11 de enero

Gladiola Tarkington

Submarítimo 45

Ciudad del Petróleo

Golfo de México 233433111 Tierra Unida, Sol

Querida mamá:

No deberías ponerte tan nerviosa por todo. El Domo del Placer es, en realidad, una inmensa nadería. Algo absolutamente manso e inofensivo.

Estoy segura de que la policía nos soltará pronto. Y no te preocupes. Aunque por momentos el doctor Brian-Scott se pone peor, yo sigo muy bien.

Muchos besos y abrazos,
TERRA

Domo del Placer
Pléyades II 456765453 Pléyades
11 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 306548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

Me tienen prisionera en el Domo del Placer de Siete Hermanas. Anoche, cuando llegamos, el doctor Brian-Scott no podía parar de rascarse mientras pasábamos por los trámites aduaneros, y los funcionarios venga a mirarnos de forma rara todo el tiempo. Cuando creí que ya habíamos pasado, se nos acercaron dos seres enormes y nos pusieron bajo arresto. (Digo «seres» porque no sé lo que eran; llevaban unos voluminosos trajes de descontaminación).

Pues bien, nos escoltaron a través de una especie de túnel hasta nuestra celda. Parece una habitación corriente de Floatel, pero que esto no te induzca a engaños, Carmie, en realidad es una celda. Estamos encerrados. En cierto modo nos alimentan y nos cuidan, pero no hemos tenido contacto físico con nadie. Un servosalud entró en la celda y nos tomó muestras.

En un momento en que paró de rascarse, el doctor Brian-Scott llamó a la embajada. Todos fueron muy amables, pero inflexibles. Hemos de quedarnos aquí hasta que obtengamos permiso del Servicio de Salud de Pléyades II.

De modo que ahora estoy prisionera en un agujero pestilente. ¿Quién hubiera dicho que todo acabaría así, Carmie? ¿Te han arrestado alguna vez? ¿Alguna vez pasaste la noche en un Domo del Placer con un hombre atacado por la comezón? Puedes creerme, no es divertido. No es en absoluto divertido.

El servosalud nos dijo que el hongo aurigano no remite ante ningún medicamento conocido en la galaxia civilizada.

Lo que el servosalud no nos dijo fue que todo estímulo placentero empeora las cosas.

¿Sabes lo impotente que se siente una al ver al hombre que ama retorciéndose en una cama de gelatina suplicándote: «Por favor, Terra, haz algo»?

¿Y qué podía hacer yo? El doctor es él.

Desesperadamente tuya,
TERRA

Domo del Placer
Pléyades II 456765453 Pléyades
12 de enero

Querida Carmie:

Nos han soltado. El servosalud acaba de entrar hace unos momentos a comunicárnoslo.

Nos dijo lo siguiente: «Estáis en libertad, podéis abandonar el domo. No intentéis regresar o seréis ejecutados».

¿Te imaginas, Carmie? Vinimos en una misión benéfica y nos tratan de este modo. No veo la hora de largarme de aquí.

El Servicio de Salud de Pléyades II nos informó que podíamos visitar a nuestra paciente fuera del domo. Al parecer, allá fuera hay muchísimos hongos, y los nativos son inmunes a la mayor parte de ellos, incluyendo la variedad aurigana.

Si no fuera una profesional en cuerpo y alma, ni me molestaría en ayudar a la Madre de las Pléyades. Pero como tú ya bien sabrás, querida Carmie, mi dedicación no tiene fin.

Además, no nos queda ningún otro sitio adónde ir. No nos permiten abordar el expreso porque estamos contaminados. Estamos condenados a vagar por la superficie hostil de las Pléyades II, quizá para siempre.

Tuya en estos terribles momentos,
TERRA

Oviporium de la Madre
Ciénaga Malsana
Pléyades II 352344480
13 de enero

Gladiola Tarkington

Submarítimo 45

Ciudad del Petróleo

Golfo de México 233433111 Tierra Unida, Sol

Querida mamá:

Aquí estamos, en el Oviporium. Hemos visto a nuestra paciente, y el doctor Brian-Scott y yo comenzaremos con el tratamiento después del almuerzo, eso si él sigue vivo. Yo me encuentro bien.

Te sorprenderías si te enteraras de las costumbres sexuales de las Pléyades TI. Boquiabierta te quedarías.

Tu maravillada hija,
TERRA

Oviporium de la Madre
Ciénaga Malsana
Pléyades II 352344480 Pléyades
13 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 306548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

He averiguado por qué lo llaman Domo del Placer. El único placer que se puede llegar a conseguir en este planeta, se encuentra bajo ese domo. En cuanto lo abandonas, afuera llueve todo el tiempo. Todo el tiempo. Todo huele a humedad y a moho.

La Madre de las Pléyades II está enferma. Cuando llegamos, una especie de espasmo la tenía acurrucada como una pelota. Como siempre has llevado una vida protegida, allá en la Tierra, quizá te hayas olvidado de las lecciones de Fisiología Alienígena, Carmie querida. La Madre mide unos tres metros de largo y se parece mucho a un ciempiés. Dejó de poner huevos y, al parecer, tiene muchos dolores. Claro que resulta difícil precisarlo, porque está completamente ciega, sorda y muda.

Al cabo de unos instantes comenzó a retorcerse. Sus criados se asustaron. La rodearon gimoteando y retorciendo las antenas, mientras el doctor Brian-Scott estaba por ahí y se rascaba. Le practicó luego una revisión interna y, entre rascadura y rascadura, anunció: «Creo que se trata de una obstrucción mecánica del ovipositor».

Me pareció interesante, por eso le eché un vistazo a la cola, pero el doctor Brian-Scott me dijo que estaba mirando por el extremo que no era. El ovipositor de la Madre se encuentra justo debajo de la boca. ¿Te imaginas, Carmie?

Entonces, sin dejar de rascarse, el doctor me dijo: «Será mejor que le coloquemos un paño protector».

Comentó que cuando terminase de dilatarle el ovipositor, los huevos comenzarían a salir. «Cuando lo hagan —dijo—, la Madre comenzará a lanzar litros de fluido por los poros laterales para cubrir los huevos».

De manera que tengo que ponerme un traje de plastilina para evitar que el jugo me toque.

Ya te contaré lo que ocurre.

Obstétricamente tuya,
TERRA

Oviporium de la Madre
Ciénaga Malsana
Pléyades II 352344480 Pléyades
14 de enero

Carmelita O’Hare-Mbotu

Enfermera diplomada

Centro Médico Teton

Jackson Hole Summation City

Wyoming 206548760 Tierra Unida, Sol

Querida Carmie:

¡Estoy exaltada! Jamás adivinarías lo que ha ocurrido. Cuando nos pusimos los trajes, el doctor Brian-Scott dilató el ovipositor de la Madre y, efectivamente, los huevos blancos comenzaron a salir en un torrente continuo. La Madre los cogía uno por uno con sus patas anteriores y los hacía rodar por su cuerpo hasta llegar a la cola. Mientras tanto, un fluido marrón no cesaba de manar de las aberturas que tiene en el costado del cuerpo. Cuando los huevos llegaban a la cola, habían adquirido un tono amarronado; estaban completamente cubiertos de fluido.

El pobre doctor Brian-Scott tenía un aspecto abyectamente desdichado dentro de su traje de plastilina. Este hecho no hizo más que exacerbar su estado hasta un extremo insoportable.

Mientras daba vueltas bailando sobre un pie y luego sobre el otro, y no paraba de rascarse con una expresión enloquecida en el rostro, me pregunté por qué la Madre tendría que escupir esa cosa sobre los huevos. El doctor dejó de rascarse y de bailar, y durante la pausa, le dio tiempo para explicarme: «Así se evita que los huevos se pudran. Hay tanta humedad que los hongos destruirían los huevos en un santiamén».

Entonces se me ocurrió la brillante idea. Sugerí: «¿Te parece que ese jugo serviría para paliar los efectos del hongo aurigano?».

Mi sugerencia tuvo en él unas sorprendentes consecuencias. Se quedó inmóvil, como si se hubiera convertido en plexiglás o algo por el estilo. Luego, después de una larguísima pausa, saltó por los aires y comenzó a arrancarse las ropas.

Fue increíble. Ahí estaba, desnudo, con la piel enrojecida por la comezón, delante de todo el mundo. Tendió una mano y comenzó a embadurnarse con esa asquerosa sustancia amarronada y espesa. Mientras lo hacía, lanzaba felices gemidos, sin dejar de embadurnarse. Carmie, prácticamente se abrazó a la Madre.

No puedes imaginarte lo mortificada que me sentí. Por suerte, la Madre está ciega, sorda y muda; de no haber sido así, cualquiera sabe cómo habría reaccionado. Imagino que sus criados habrán pensado que era parte del tratamiento.

Me puse furiosa. Podía haberse matado. Jamás he visto un experimento menos científico; al menos podría haber probado untándose una pequeña parte del cuerpo. Fue una suerte que no se le cayera la poca piel que le quedaba.

Pues bien, al cabo de un rato estaba completamente marrón, igual que los huevos, y tenía en el rostro una sonrisa beatífica.

Cuando vi aquella sonrisa, dejé de sentirme mortificada.

Entonces me dijo (fíjate, recuerdo sus palabras textuales): «Terra, te quiero».

Cuando regresemos nos llevaremos recipientes con el jugo de la Madre para curar la plaga. Las Autoridades Portuarias manifiestan que podemos subir al expreso una vez recibido el tratamiento.

Me siento como Madame Curie.

Majestuosamente tuya,
TERRA

Puesto de Avanzada Hospital Satélite
Taurus 14, Promontorio Norte 978675644
Órbita Nath
16 de enero

Gladiola Tarkington

Submarítimo 45

Ciudad del Petróleo

Golfo de México 233433111 Tierra Unida, Sol

Querida mamá:

No hace falta que vengas a verme. Estoy bien. Preferiría que no llamases al doctor Kelly-Back en estos momentos, todavía sigue débil por lo de la plaga.

Todos recibimos el tratamiento. El doctor Brian-Scott dice que las manchas marrones se van al cabo de unos meses.

Mientras tanto, me pondré a estudiar. En vista de mi interés en las costumbres reproductoras de las Madres de las Pléyades II, el doctor Brian-Scott dice que va a enseñarme los hábitos reproductores más interesantes de toda la galaxia.

Tu solícita hija,
TERRA