RECONOCIMIENTOS

 

 

Doy gracias a la Iglesia “Casa de Oración” en la Concepción, Venezuela; por haber sido un espacio donde he podido aprender por la práctica el contenido de este pequeño libro. A mi esposa por haber dejado tantas cosas por estar a mi lado. A mis padres por demostrarme el amor. Finalmente, agradezco al Programa Valores de la Cámara de Comercio de Maracaibo y la Universidad del Zulia por invitarme a realizar esta reflexión.