Nota del autor
Este escrito sólo pretende ser unas vacaciones narrativas que he querido tomarme en la inminencia de mis ochenta años.
No es un relato histórico ni un relato policiaco, sino un relato afortunadamente inclasificable. Además, creo que la lectura presenta menos dificultades que otras novelas mías. Incluso el título es distinto de los míos habituales.
Deseo advertir que la historia no es autobiográfica, aunque haya prestado a mi protagonista el diminutivo con que me llamaban mis familiares y amigos. El contexto es auténtico. Y la pensión Eva existió realmente, mientras que son enteramente inventados los nombres de los visitantes asiduos y los acontecimientos descritos.
A. C.