A Bob y Kathy Morsberger que aprecian lo que MaryS helley inició.

¡Ay, extraviado mortal! ¿Qué relación tienes con huéspedes semejantes? Tiemblo por ti. ¿Por qué no deja de mirarte, y no dejas de mirarlo? Ah, ya descubre el rostro: lleva impresa en la frente la cicatriz del trueno, y en su mirada relumbra la inmortalidad de los infiernos…

Byron: Manfred

Harás al abatido y conquistado de tez pálida, con cejas enarcadas y enmarañadas, y en la piel por encima de las cejas pondrás surcos de dolor; a cada lado de la nariz mostrarás las arrugas que ascienden en arco desde la aleta hasta la comisura del ojo, y mostrarás la dilatación de las ventanas de la nariz que es causa de esos surcos, y los labios los harás entreabiertos, como en aquellos que lloran lamentándose.

Leonardo da Vinci: Tratado de la Pintura

PRIMERA PARTE