AGRADECIMIENTOS
Este libro tal vez nunca habría sido escrito si, hace ya casi diez años, Álvaro Pombo no me hubiese leído, con un entusiasmo del que creo sólo él es capaz, el Réquiem a un niño de Rilke. A pesar de su brevedad ha costado no pocos dolores de cabeza y numerosas reescrituras. Es fruto también de los comentarios, de la inteligencia y el cariño de muchas personas que se han tomado la molestia —en ocasiones repetida— de corregirlo y de explicarme a mí mismo con paciencia el libro que un poco a tientas trataba de escribir.
Verónica Bello, Mónica Caballero, Modesto Calderón, Pedro Casado, Mercedes Cebrián, Rafael Chirbes, Marcos Giralt, Miguel Goñi, José Hamad, Lourdes Hernández, Jorge Herralde, Leticia de Frutos, Marta Iglesias, Eduardo Lostao, Rafael Llano, Diana Martínez (a quien le debo, también, el título), Felipe Martínez, Javier Montes, Tomás Muñoz, Marta Pastor, Alberto Pina, Pablo Torres, Valentina Volpato.