XV

 

Hay un resquicio de mi alma

que aún te quiere

en las noches de soledad,

que son todas

desde que te fuiste.

 

Hay una parte de mi corazón

que todavía grita tu nombre

en los momentos de melancolía,

que son todos,

desde que no estás.

 

Hay una neurona de mi cerebro

que sigue recordándote

en los instantes de tristeza,

que son todos,

desde que me olvidaste.


 

Hay un ser, que soy yo,

y que quiere dejar de serlo,

pero no puede.

 

No puede dejar de llamarte,

de gritarte, de recordarte,

de vivir sin ti.