Flotación de los órganos internos

La generalidad de la gente desconoce el efecto que en los órganos internos produce el baño.

Cuando nos encontramos en la normal posición bípeda, gravitan los órganos internos verticalmente hacia abajo respecto de su sustentación natural.

Cuando nos ponemos en posición decúbito, supina o de bruces, esto es, acostados de lado en la cama, boca abajo o boca arriba, los órganos gravitan en dirección distinta.

Pero cuando nos sumergimos en el agua difiere notablemente la posición de los órganos de la que toman cuando tamos de pie, acostados o sentado,

La fluctuación peculiar del agua, que hace presión por todos lados sobre el cuerpo, determina una condición especial, como si los órganos internos sobre todo los pulmones, el hígado, el bazo y los intestinos quedaran libres en su espacio respectivo, sin oprimirse uno a otro y en una especie de descanso o relajación que no sólo alivia de las presiones innecesarias, sino que propende a reajustar los pequeños desplazamientos.

Este efecto puede obtenerse llenando casi hasta el borde la bañera con agua a temperatura agradable, la misma poco más o menos que la del cuerpo, dejándose flotar como cuando en los baños de mar hacen la plancha los, nadadores.

Se permanecerá en esta posición alrededor de un cuarto de hora, pues, como hemos manifestado, no es un baño frío ni caliente, sino puramente de placer.