PRESENTACIÓN

Fantasía y especulación

Resulta a menudo difícil determinar si un relato es de SF[1] o, sencillamente, fantástico. Entre la fantasía —en el sentido tradicional del término— y la SF propiamente dicha, hay toda una gama de posibilidades intermedias que hacen borrosas las fronteras y discutibles los criterios de clasificación.

Sin ánimo de establecer reglas o esquemas rigurosos, sino con la única intención de aclarar conceptos, quisiera señalar las características más específicas de la SF, las que más contribuyen a conferirle una fisonomía propia, que la distingue de otras literaturas fantásticas.

En contra de lo que muchos creen, lo que caracteriza a la SF es, más que una temática (científica) o una ambientación (futurista), una estructura, un método.

En primer lugar, la SF conserva la lógica formal. El relato de SF se basa en unas premisas imaginarias, pero una vez establecidas éstas se intenta desarrollar sus consecuencias de una forma lógica y coherente. Por otra parte, las premisas imaginarias no se establecen arbitrariamente, sino que se da (o al menos se insinúa) una explicación científicamente verosímil de los elementos fantásticos utilizados en la narración.

La SF es básicamente especulativa.

No es necesario que un relato trate de seres extraterrestres o naves interplanetarias para que sea de SF. No es necesario, ni tampoco suficiente. Hay una infinidad de cuentos y novelas que se expenden con la etiqueta «ciencia ficción», pero que sólo utilizan los elementos espaciales o futuristas como simple mise en scène, como «coreografía» efectista de una trama convencional y a menudo pueril. A este tipo de productos se les debería llamar cosmowesterns o algo similar, pero no ciencia ficción.

En Y enseñar locamente, por ejemplo, los elementos fantásticos casi no existen: la historia que nos relata es perfectamente verosímil dentro de las coordenadas científicas y sociológicas actuales; sin embargo, su estructura (desarrollo lógico de las consecuencias de unas premisas obtenidas por extrapolación de unos hechos reales) es específicamente propia de la SF. Paradójicamente, este relato, que es el menos fantástico de los incluidos en la presente selección, tal vez sea el más genuinamente fantacientífico.

En la ciencia ficción, la ciencia pone no sólo el tema, sino, principalmente, el método.

¿Y la ficción? ¿Cuál es el papel de la fantasía?

Este aspecto es mucho más difícil de esquematizar, y su exposición exigiría, más que un prólogo, todo un ensayo.

Pero si quiere ir conociendo la respuesta… lea con atención los relatos contenidos en este volumen.

CARLO FRABETTI