PRESENTACIÓN
Arthur C. Clarke
Nació en 1917 en Minehead, Somerset, Inglaterra, en el seno de una familia de agricultores.
Siendo aún un niño, mostró gran afición por la astronomía, y la SF[1]. Como el protagonista de uno de los relatos incluidos en esta selección, inició su exploración personal del espacio con un telescopio casero que construyó él mismo; y, como el propio Clarke señala, un hito memorable en su vida fue el día que recibió un gran paquete lleno de ejemplares de Wonder Stories, adquiridas a cinco centavos el ejemplar, que constituyó un estímulo fundamental para sus inquietudes tanto científicas como literarias.
Vinculado desde muy joven a la British Interplanetary Society, sería luego su presidente y principal impulsor, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, época en la que también comienza a afianzarse como escritor de SF de primera línea.
Su interés por el submarinismo le llevó a establecerse provisionalmente en Florida y a asociarse con el fotógrafo Mike Wilson. Ambos se instalarían luego en Ceilán, y Clarke adoptó la ciudadanía cingalesa.
El reconocimiento definitivo de Clarke como «grande» de la SF tuvo lugar en la XIV Convención Mundial de SF, celebrada en Nueva York en 1956, donde fue el invitado de honor y obtuvo el Hugo al mejor relato por The Star.
En 1962 la UNESCO le otorgó el premio Kalinga por su labor de divulgación científica, honor que comparte con autores de la talla de Julian Huxley, Bertrand Russell y George Gamow.
Desde entonces, su popularidad ha ido en aumento, principalmente debido a su participación en el filme 2001, una odisea del espacio y a su galardonada novela Cita con Rama. Sus novelas más famosas, aparte de la citada, son El fin de la infancia y La ciudad y las estrellas.
Sí el mayor interés de Clarke reside en el brillante cientifismo de sus narraciones, a la vez riguroso y apasionado, la clave de su éxito hay que buscarla en su contenido filosófico, un tanto simplista, pero atractivo, en su exultante fe en la humanidad y su destino grandioso. Prescindiendo de la dudosa validez del contenido humanístico y filosófico de la obra de Clarke y de su optimismo visionario, no cabe duda de que en una época en que la mayor parte de la SF «seria» tiende hacia el pesimismo crítico, muchos aficionados encuentran en las esperanzadas narraciones de Clarke una lectura a la vez estimulante y tranquilizadora.
En cualquier caso, se trata de uno de los autores imprescindibles de la SF, además de uno de los más famosos, lo que justifica sobradamente esta selección en la que ofrecemos una visión sucinta, pero bastante completa de los temas y enfoques favoritos del autor británico.
Como contrapunto al carácter un tanto clásico de la selección clarkiana (los cuentos están fechados entre 1955 y 1961, y la SF es un género de evolución hiperacelerada), completan la antología los más recientes relatos de cuatro autores de prestigio. Y para que el tránsito no sea demasiado brusco, el primero de los cuatro es nuestro viejo amigo Asimov, cuya afinidad con Clarke es notable en más de un sentido.
CARLO FRABETTI