[275]
[SECCIÓN III:] (*)
EL CAPITAL QUE RINDE GANANCIA.
TRANSFORMACIÓN DE LA PLUSVALÍA EN BENEFICIO
[277] //631//
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Tercera sección
El capital que rinde ganancia
Interés. Beneficio. (Costos de producción, etc.)
Tasa del beneficio. — Caída de la tasa del beneficio. — Tasa del beneficio. — Suma del beneficio. — Atkinson. A. Smith. Ramsay, Ricardo. — La plusvalía en cuanto beneficio siempre expresa una proporción menor. — Wakefield. Carey. Bastiat
El capital está puesto ahora como unidad de la producción y circulación, y la plusvalía que genera en un período determinado, por ejemplo en un año, es
= = o bien = P [ – ( x )]
El capital está realizado ahora no sólo como valor que se reproduce a sí mismo y por tanto se perpetúa, sino como valor que pone valor. A través de la absorción en sí mismo del tiempo de trabajo vivo, por un lado, y del movimiento de la circulación que le es propio (en el cual el movimiento del intercambio resulta puesto como el suyo propio, como proceso inmanente del trabajo objetivado), se comporta consigo mismo como con lo que pone nuevo valor, como productor de valor. El capital se comporta ante la plusvalía como si fuera él su fundamento, como si la hubiera creado. Su movimiento consiste en que, mientras se produce, se comporta a la vez como fundamento de sí mismo en cuanto fundado, en cuanto valor presupuesto, consigo mismo como plusvalía o con la plusvalía como valor puesto por él. En un lapso determinado, lapso puesto como unidad de medida de sus rotaciones porque es la medida natural de su reproducción en la agricultura, el capital produce una plusvalía determinada, no determinada por la plusvalía que aquél pone en un proceso [278] de producción, sino por el número de repeticiones del proceso de producción, o de sus reproducciones en un espacio de tiempo dado. En virtud de que la circulación está inserta en el proceso de reproducción del capital, en el movimiento efectuado por éste fuera del proceso inmediato de producción, la plusvalía ya no aparece puesta por su relación simple //632// e inmediata con el trabajo vivo; esta relación se presenta, antes bien, sólo como un momento de su movimiento total. El capital, partiendo de sí mismo como del sujeto activo, del sujeto del proceso —y en la rotación el proceso inmediato de la producción aparece determinado de hecho por su movimiento como capital, independientemente de su relación con el trabajo—, se comporta consigo mismo como valor que se aumenta a sí mismo, esto es, se comporta con la plusvalía como puesta y fundada por él; se vincula como fuente de producción consigo mismo en cuanto producto; como valor productivo, consigo mismo en cuanto valor producido. Por ello, al valor recién producido ya no lo mide por su medida real, la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario, sino que lo mide por sí mismo, por el capital, como supuesto de ese valor, Un capital de un valor determinado produce en un lapso determinado una plusvalía determinada. La plusvalía, medida así por el valor del capital presupuesto —y puesto así el capital como valor que se valoriza a sí mismo— es el beneficio; bajo este specie —no æterni sino capitalis—(1) la plusvalía es beneficio, y el capital en sí mismo como capital, como valor que produce y reproduce, se diferencia de sí mismo como beneficio, valor recién producido. El producto del capital es el beneficio. Por consiguiente la magnitud de la plusvalía es medida por la magnitud de valor del capital, y la tasa del beneficio está por lo tanto determinada por la proporción entre su valor y el valor del capital. Hemos expuesto más arriba una parte muy grande de lo referente a este punto. Pero hay que insertar aquí lo que anticipáramos. En la medida en que el nuevo valor puesto, cuya naturaleza es igual a la del capital, sea incluido en el proceso de producción y se conserve a sí mismo a su vez como capital, el capital mismo habrá crecido y operará ahora como capital de un valor mayor. Después de haber diferenciado al beneficio [279] en cuanto valor recién producido(2), de sí mismo en cuanto valor presupuesto que se valoriza, y de haber puesto al beneficio como la medida de su valorización, suprime la distinción y pone al beneficio en su identidad consigo mismo como capital que ahora, aumentado por el beneficio, comienza de nuevo el mismo proceso en una escala mayor. Al describir su órbita se amplía él mismo como sujeto de aquélla, con lo cual recorre una órbita que se expande, una espiral.
Las leyes generales expuestas precedentemente se pueden resumir de la siguiente manera; la plusvalía efectiva está determinada por la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario, o por [[la proporción entre]] la parte del capital —la parte de trabajo objetivado— que se intercambia por trabajo vivo y la parte de trabajo objetivado por la cual es sustituida. Pero la plusvalía, bajo la forma del beneficio, se //633// mide por el valor total del capital presupuesto al proceso de producción. La tasa del beneficio depende pues —supuestos la misma plusvalía, la misma proporción de plustrabajo con respecto al trabajo necesario— de la proporción entre la parte del capital que se intercambia por trabajo vivo y la parte que existe bajo la forma de materias primas y medios de producción. Cuanto menor sea, pues, la parte intercambiada por trabajo vivo, tanto menor será la tasa del beneficio. En la misma proporción, pues, en que en el proceso de producción el capital en cuanto capital ocupe un espacio mayor con relación al trabajo inmediato, cuanto más crezca pues el plusvalor relativo —la fuerza creadora de valor, propia del capital— tanto más caerá la tasa del beneficio. Hemos visto que la magnitud del capital ya presupuesto —presupuesto a la reproducción— se expresa específicamente en el crecimiento del capital fixe en cuanto fuerza productiva producida, trabajo objetivado dotado de una apariencia de vida. El total del valor del capital comprometido en la producción se expresará, en cada parte del mismo, como proporción disminuida entre el capital intercambiado por trabajo vivo y la parte del capital existente como valor constante. Tomemos, por vía de ejemplo, el caso de la industria manufacturera. En la misma proporción en que crece el capital fixe, la maquinaria, etc., ha de crecer aquí la parte del capital que existe en materias primas, mientras [280] que mengua la parte intercambiada por trabajo vivo. En relación con la magnitud de valor alcanzada por el capital presupuesto a la producción —y de aquella parte del capital que en la producción actúa como capital— cae pues la tasa del beneficio. Cuanto más amplia sea la existencia conquistada ya por el capital, tanto más exigua será la proporción entre el nuevo valor creado y el valor presupuesto (valor reproducido). A igual plusvalía, esto es, a igual proporción entre plustrabajo y trabajo necesario, el beneficio puede por ende ser desigual, y ha de serlo en proporción con la magnitud de los capitales. La tasa del beneficio puede caer aunque aumente la plusvalía real. La tasa del beneficio puede subir aunque decrezca la plusvalía real. Puede ocurrir, en realidad, que crezca el capital y en la misma proporción el beneficio(3), siempre que la proporción entre la parte del capital presupuesta como valor, existente bajo la forma de materias primas y capital fixe, aumente uniformemente con la parte del capital intercambiada por trabajo vivo. Pero esta proporcionalidad supone un crecimiento del capital sin crecimiento y desarrollo de la fuerza productiva del trabajo. Un supuesto anula el otro. Tal cosa contradice la ley de desarrollo del capital y, especialmente, del desarrollo del capital fixe. Una //634// progresión de tal género sólo puede ocurrir en etapas en las cuales el modo de producción del capital aún no se ha adecuado a este último, o bien en aquellas esferas de la producción donde el capital sólo haya alcanzado formalmente el dominio, como por ejemplo, en la agricultura. Aquí, la fertilidad natural del suelo puede surtir el mismo efecto que un aumento del capital fixe, esto es, hacer que aumente el tiempo de plustrabajo relativo sin que se reduzca el cuanto del trabajo necesario. (Por ejemplo en los United States.) El gross profit(4) —es decir la plusvalía considerada al margen de su relación formal, no como proporción sino como simple magnitud de valor sin relación con otra magnitud—, crecerá en promedio no como la tasa del beneficio, sino como el volumen del capital. Por tanto, si la tasa del beneficio está en proporción inversa al valor del capital, la suma del beneficio estará en relación directa al mismo. Sólo que esta tesis únicamente es verdadera para un estadio restringido alcanzado en [281] su desarrollo por la fuerza productiva del capital o del trabajo. Un capital de 100 con un beneficio del 10% rinde una suma de beneficio menor que un capital de 1.000 con un beneficio del 2%. En el primer caso la suma es 10, en el segundo 20, o sea el gross profit del capital grande es el doble del obtenido por el capital 10 veces menor, aunque la tasa del beneficio del menor sea mayor fuera sólo del 1%, la suma del beneficio sería de 10(5), tanto como para el capital 10 veces menor, porque, en la misma proporción en que su magnitud [[se ha modificado]], la tasa del beneficio ha disminuido. Si la tasa del beneficio para el capital de 1.000 fuera de sólo 1/2%, la suma del beneficio sería entonces sólo la mitad de la correspondiente al capital menor, sería sólo de 5, porque la tasa del beneficio sería 20 veces menor. Expresado de manera general, pues; si la tasa de beneficio decrece para el capital mayor, pero no en proporción a su magnitud, crecerá el gross profit aunque disminuya la tasa del beneficio. Si la tasa del beneficio disminuye pero en proporción a su magnitud, el gross profit se mantendrá igual al del capital menor; se conservará estacionario. Si decrece la tasa del beneficio en proporción mayor a lo que crece su magnitud, decrecerá el gross profit del capital mayor, comparado con el menor, tanto como decrezca la tasa del beneficio. Es ésta, en todo respecto, la ley más importante de la moderna economía política y la esencial para comprender las relaciones más dificultosas. Es, desde el punto de vista histórico, la ley más importante. Es una ley que, pese a su simplicidad, hasta ahora nunca ha sido comprendida y, menos aún, expresada conscientemente. Como esta disminución de la tasa del beneficio equivale a lo siguiente: 1) a la fuerza productiva ya producida //635// y a la base material que constituye aquélla para la nueva producción; esto presupone, a la vez, un enorme desarrollo de scientific powers; 2) a la reducción de aquella parte del capital ya producido que se intercambia por trabajo inmediato, esto es, a la disminución del trabajo inmediato requerido para la reproducción de un enorme valor que se expresa en una gran masa de productos; gran masa de productos a bajos precios, porque la suma total de los precios es = al capital reproducido + el beneficio; 3) [[a]] la dimensión del capital [282] en general, también a la parte del mismo que no es capital fixe; o sea un tráfico inmensamente desarrollado, gran número de operaciones de cambio, amplitud del mercado y universalidad del trabajo simultáneo; medios de comunicación, etc.; disponibilidad del necesario fondo de consumo para efectuar este proceso descomunal (los obreros comen, necesitan casas, etc.). Se pone así de manifiesto que la fuerza productiva material ya disponible, ya elaborada, existente bajo la forma de capital fixe —tal como el scientific power, tal como la población, etc., en suma, tal como todas las condiciones de la riqueza, esto es, las condiciones máximas para la reproducción de la riqueza, o sea el rico desarrollo del individuo social—, que el desenvolvimiento de las fuerzas productivas motivado por el capital mismo en su desarrollo histórico, una vez llegado a cierto punto, anula la autovalorización del capital en vez de ponerla. A partir de cierto momento el desenvolvimiento de las fuerzas productivas se vuelve un obstáculo para el capital; por tanto la relación del capital se torna en una barrera para el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo. El capital, es decir el trabajo asalariado, llegado a este punto entra en la misma relación con el desarrollo de la riqueza social y de las fuerzas productivas que el sistema corporativo, la servidumbre de la gleba y la esclavitud, y, en su calidad de traba, se le elimina necesariamente. Con ello se quita la última, figura servil asumida por la actividad humana, la del trabajo asalariado por un lado y el capital por el otro, y este despojamiento mismo es el resultado del modo de producción adecuado al capital; las condiciones materiales y espirituales para la negación del trabajo asalariado y del capital, las cuales son ya la negación de formas precedentes de producción social, son a su vez resultados del proceso de producción característico del capital. En agudas contradicciones, crisis, convulsiones, se expresa la creciente inadecuación del desarrollo productivo de la sociedad a sus relaciones de producción hasta hoy vigentes. La violenta aniquilación de capital, no por circunstancias ajenas al //636// mismo, sino como condición de su autoconservación, es la forma más contundente en que se le da advice to be gone and to give room to a higher state of social production(6). [283] No se trata solamente del incremento de la scientífic power, sino de la medida en que la misma está puesta como capital fixe, del volumen de la amplitud con que está realizada y se ha apoderado de la totalidad de la producción. Se trata asimismo del desarrollo de la población, etc., en suma de todos los momentos de la producción, por cuanto la fuerza productiva del trabajo, así como la aplicación de la maquinaria, está relacionada con la población, cuyo crecimiento es ya, en y para sí, tanto el supuesto como el resultado del incremento que experimentan los valores de uso a reproducir y, por tanto, a consumir. Como esta merma del beneficio equivale a la merma proporcional del trabajo inmediato con respecto a la magnitud del trabajo objetivado que aquél reproduce, y del nuevo que pone, el capital hará todos los esfuerzos para poner coto a la mengua de la proporción entre el trabajo vivo y la magnitud del capital en general, y por tanto también entre la plusvalía, cuando está expresada como beneficio, y el capital presupuesto, by reducing the allotment made to necessary labour and by still more expanding the quantity of surplus labour with regard to the whole labour employed. Hence the highest development of productive power together with the greatest expansion of existing wealth will coincide with depreciation of capital, degradation of the labourer, and a most straightened exhaustion of his vital powers. These contradictions lead to explosions, cataclysms, crises, in which by momentaneous suspension of labour and annihilation" of a great portion of capital the latter is violently reduced to the point, where it can go on(7). Estas contradicciones, of course, tienen como resultado estallidos, crisis, en los que la anulación momentánea de todo trabajo y la destrucción de gran parte del capital lo hacen volver violentamente al punto en el cual is enabled fully employing its productive powers without [284] committing suicide. Yet, these regularly recurring catastrophes lead to their repetition on a higher scale, and finally to its violent overthrow(8). En el movimiento desarrollado del capital existen momentos que detienen ese movimiento mediante otros recursos que las crisis; tal como, por ejemplo, la continua desvalorización de una parte del capital existente: la transformación de una gran parte del capital en capital fixe, el cual no presta servicios como agente de la producción directa; improductivo despilfarro de una gran parte del capital, etc. (El capital, empleado productivamente, siempre se reintegra por partida doble; tal como hemos visto, el poner valor presupone, por parte del capital productivo, un contravalor. El consumo improductivo del capital por un lado lo //637// reintegra, por el otro lo destruye[*]. Que, por lo demás, se pueda contener la baja en la tasa del beneficio suprimiendo detracciones al mismo, por ejemplo rebajando los impuestos, disminuyendo la renta del suelo, etc., no es tema que debamos considerar aquí, por mucha que sea su importancia práctica, ya que se trata de partes del beneficio bajo otro nombre y de las que se han apropiado personas que no son el capitalista mismo[*]. La disminución se contrarresta, asimismo, mediante la creación de nuevas ramas de la producción, en las que se requiere más trabajo inmediato en proporción al capital, o en aquellas donde aún no está desarrollada la fuerza productiva del trabajo, id est, la fuerza productiva del capital.) (También los monopolios.) «Profit is a [285] term signifying the increase of capital or wealth; so failing to find the laws which govern the rate of profit, is failing to find the laws of the formation of capital»(9) (William Atkinson, Principles of Political Economy, etc. Londres, 1840, p. 55.) Pero sin embargo, Atkinson ha failed in understanding even what the rate of profit is(10). A. Smith explicó la baja de la tasa del beneficio con el incremento del capital, como si se debiera a la competencia de los capitales entre sí[223]. A esto objetó Ricardo que en las diversas ramas de la industria la competencia, por cierto, puede reducir los beneficios a un nivel medio, puede nivelar las tasas, pero no puede abatir esas tasas medias mismas[224]. La tesis de Smith es correcta en cuanto es en la competencia —en la acción de un capital sobre otro capital— donde se realizan por primera vez las leyes inmanentes al capital, sus tendencias. Es falsa, con todo, en el sentido en que él la comprende, como si la competencia impusiera al capital leyes externas, introducidas de afuera, que no serían sus propias leyes. La competencia sólo puede bajar permanentemente y en todas las ramas de la industria, las tasas del beneficio, esto es, sólo puede bajar permanentemente las tasas medias del beneficio, si es concebible y sólo en la medida en que sea concebible una baja general y permanente, una baja que opere como ley, de las tasas del beneficio, previamente a la competencia y sin tener que ver con ella. La competencia ejecuta las leyes internas del capital, las impone como leyes obligatorias a cada capital, //638]// pero no las crea. Las pone en práctica. Por consiguiente, explicarlas simplemente por la competencia significa admitir que no se las ha comprendido. Ricardo, por su parte, dice: «Ninguna acumulación de los capitales puede abatir permanentemente los beneficios si una causa igualmente permanente no aumenta los salarios» (p. 92, t. II, París, 1835, traduit de Constancio)[225]. Esta causa la encuentra Ricardo en la improductividad creciente, relativamente creciente, de la agricultura, en «la creciente dificultad de aumentar la cantidad de las sub[si]stencias»[226], esto es, en el incremento proporcional del salario, de tal modo que en realidad el salario no obtiene [286] más, pero el producto contiene un trabajo mayor; en una palabra, para la producción de los productos agrícolas se requiere una parte mayor de trabajo necesario. Para Ricardo, por consiguiente, a la tasa decreciente del beneficio corresponde un incremento nominal del salario y un crecimiento real de la renta del suelo. Su unilateral manera de concebir las cosas, que toma solamente un case aislado —por ejemplo que la tasa del beneficio puede disminuir porque el salario momentáneamente aumenta, etc.—; que eleva a ley general una relación histórica tomada de un período de 50 años, relación que en los 50 años siguientes se invierte, y que en general se funda en el desequilibrio histórico entre el desarrollo de la industria y el de la agricultura —en sí y para sí es cómico que Ricardo, Malthus, etc., en su época, cuando la química fisiológica apenas existía aún, hayan formulado leyes generales y eternas para la misma—, esta manera de concebir ricardiana, pues, ha sido atacada desde todos los ángulos, más que otra cosa a partir de la intuición de que era falsa e insatisfactoria; pero, comúnmente, más en su aspecto correcto que en el falso.
«A. Smith thought that accumulation or increase of stock in general lowered the rate of profits in general, on the same principle which make the increase of stock in any particular trade lower the profits of that trade. But such increase of stock in a particular trade means an increase more in proportion than stock is at the same time increased in other trades it is relative.»(11) (P. 9, An Inquiry into those Principles Respecting the Nature of Demand and the Necessity of Consumption, Lately Advocated by Mr. Malthus. Londres, 1821.)[227] «La competition among the industrial capitalists puede level(12) los beneficios que se alcen particularmente sobre el nivel, pero no lower this ordinary level»(13) (Ramsay, IX, 88.)[228] (Ramsay y otros economistas diferencian atinadamente entre el hecho de que la productividad aumente en las [287] amas de la industria que producen el capital fixe, y naturalmente //639// los wages,(14) y el hecho de que aumente en otras industrias, por ejemplo en las que producen objetos de lujo. Las últimas no pueden reducir el tiempo de trabajo necesario. Sólo lo pueden hacer mediante el intercambio con productos agrícolas de pueblos extranjeros, y en tal caso es como si hubiera aumentado la productividad dentro de la agricultura. De ahí la importancia del comercio cerealero libre para los capitalistas industriales.) Dice Ricardo (edición inglesa, On the Principles of Political Economy and Taxation, 3.ª edition, Londres, 1821): «The farmer and manufacturer can no more live without profits, than the labourer without wages»(15) (p. 123(16), l. c.)[229]. «La tendencia a la baja es natural en los beneficios, porque en el desenvolvimiento de la sociedad y de la riqueza, la additional food(17) requiere más y más trabajo. Esta tendencia, esta baja del beneficio es contrarrestada, a intervalos recurrentes, tanto por las mejoras en la maquinaria anexa a la producción de los necessaries(18) como por los descubrimientos agronómicos que reducen los costos de producción» (l. c., p. 120-121 (19) [230]. Ricardo confunde inmediata y directamente el beneficio con la plusvalía, en absoluto ha establecido esa diferencia. Pero mientras que [la tasa] de la plusvalía está determinada por la proporción entre el plustrabajo empleado por el capital y el trabajo necesario, la tasa del beneficio no es otra cosa que la proporción entre la plusvalía y el valor total del capital presupuesto por la producción. Su proporción, por consiguiente, disminuye y aumenta conforme a la relación entre la parte del capital intercambiada por trabajo vivo y la que existe en calidad de materia prima y capital fixe. Bajo todas las circunstancias, la plusvalía considerada como beneficio, tiene que expresar una proporción de la ganancia inferior a la proporción real de la plusvalía. Bajo todas las circunstancias, en efecto, el beneficio se mide por el capital total, que siempre es mayor que el empleado en wages e intercambiado por trabajo vivo. Como Ricardo confunde tan simplemente plusvalía y beneficio, y [288] como la plusvalía sólo puede decrecer constantemente —sólo puede decrecer tendencialmente— si decrece la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario, o sea el tiempo requerido para la reproducción de la capacidad de trabajo, y esto sólo es posible con la mengua de la fuerza productiva del trabajo, Ricardo supone que la fuerza productiva del trabajo, mientras que aumenta en la industria gracias a la acumulación del capital, decrece en la agricultura. Huyendo de la economía, se refugia en la química orgánica. Hemos //640// demostrado la necesidad de esta tendencia sin tomar en consideración para nada la renta de la tierra, de la misma manera que no habíamos tomado en consideración, por ejemplo, la demanda creciente de trabajo, etc. Cómo se vinculan entre sí la renta de la tierra y el beneficio, es tema a ventilar cuando analicemos la renta misma de la tierra, no aquí. Pero que el postulado fisiológico de Ricardo, expresado como ley general, es falso, lo ha demostrado la química moderna[231]. De ahí que los discípulos de Ricardo, en la medida en que no se limitan a repetirlo maquinalmente, hayan desechado sin inmutarse —al igual que la economía moderna en general— lo que les desagradaba en los principios de su maestro. To drop the problem is their general method of solving it(20). Otros economistas, como por ejemplo Wakefield, se refugian en el examen del field of employment(21) para el capital en expansión. Corresponde esto al análisis de la competencia, y es más bien la dificultad que el capital encuentra para realizar el beneficio creciente; por tanto, negación de la tendencia inmanente a la baja de la tasa del beneficio. Sin embargo, para el capital, la necesidad de buscar un field of employment cada vez más amplio es a su vez una consecuencia. No se puede contar a Wakefield y afines entre quienes han planteado el problema mismo. (Es, hasta cierto punto, reproducción de la tesis de Smith.) Entre los economistas más modernos, por último, los armonistas —que encabeza el [[norte]]americano Carey y cuyo ladero más petulante era el francés Bastiat (es, dicho sea de paso, una de las más hermosas ironías de la historia que los freetraders(22) continentales repitan como papagayos al señor Bastiat, quien, por su parte, sacia su sed de sabiduría en el proteccionista Carey), admiten el fact, la tendencia de [289] la tasa del beneficio a disminuir a medida que el capital productivo crece. Pero lo explican simplement et bonnement(23) en razón de que aumenta el valor de la tasa del trabajo, o sea de la proporción que del producto total obtiene el obrero, mientras que el capital recibiría como compensación el aumento de los gross profits.(24) Las molestas antítesis o antagonismos en que se mueve la economía clásica, y que Ricardo pone de relieve con científica inclemencia, se deslíen así en well-to-do-harmonies.(25) Con todo, la exposición de Carey parece de algún modo expresión de un pensamiento por lo menos propio. Se remite a una ley que no hemos de considerar sino en la teoría de la competencia, donde ajustaremos cuentas con él. [En cambio] se puede ya liquidar aquí la insulsez de Bastiat, los pulimentados lugares comunes expuestos de manera paradojal y su soberana ausencia de ideas disimulada bajo la lógica formal.[*] [233] En la Gratuité du crédit. Discussion entre M. Fr. Bastiat et M. Proudhon, París, //641// 1850 (a Proudhon, anotémoslo entre paréntesis, le cabe un papel extremadamente ridículo en esta polémica, donde oculta su impotencia dialéctica bajo una capa de altanería retórica) se afirma en la lettre(26) de Bastiat (dicho sea incidentalmente, el muy honorable con su dialéctica conciliadora transforma, tout bonnement y tout simplement(27), la ganancia que en base a la simple división del trabajo toca tanto al que construye caminos como al usuario de éstos, en ganancia que corresponde al «camino» mismo, id est al capital)[232]: «A mesure que les capitaux augmentent (et avec eux les produits), la part absolue qui revient au capital augment, et sa part proportionnée diminue. A mesure que les capitaux augmentent (et avec eux les produits), la part proportionnelle et la part absolue du travail augmentent… Puisque le capital voit grossir sa part absolue, encore qu’il ne relève successivement que 1/2, 1/3, 1/4, 1/5 du produit total, le travail, à qui successivement [il] revient 1/2, 2/3, 3/4, 4/5, entre évidemment dans le partage pour une part progressive, dans le sens proportionnel comme dans le sens [290] absolu(28).» A título de ilustración consigna lo siguiente:
Produit total | Part du capital | Part du travail | (29) | |
lre période | 1.000 | 1/2 ou 500 | 1/2 ou500 | |
2e | 1.800 | 1/3 ou 600 | 2/3 ou 1.200 | |
3e | 2.800 | 1/4 ou 700 | 3/4 ou 2.100 | |
4e | 4.000 | 1/5 ou 800 | 4/5 ou 3.200 | |
(p. 130, 131) |
La misma broma se repite en la p. 288 bajo esta forma: gross profit creciente junto a tasa decreciente del beneficio, pero masa creciente de productos, vendidos a precio inferior; con tal motivo se habla con mucha gravedad de la «loi d’une décroissance indéfinie qui n’arrive jamais à zéro, loi bien connue des mathématiciens»(30) (p. 288). «On voit ici» (¡charlatán de feria!) «un multiplicateur décroitre sans cesse, parce que le multiplicande s’acroît toujours»(31) (p. 288, l. c.).
Ricardo había presentido a su Bastiat. Al poner de relieve el incremento del beneficio, en cuanto suma, junto al del capital y pese a la mengua experimentada por la tasa del beneficio —vale decir la entera sabiduría bastiática anticipada— no dejaba de observar que esta progresión sólo «es válida para un período determinado». Dice textualmente: «Por mucho que pueda disminuir la tasa de los profits of stock(32) a causa de la acumulación del capital en la tierra y de un aumento del salario» (por el cual, nota bene, Ricardo entiende aumento de los costos de producción de los productos de la tierra indispensables para la conservación de la capacidad de trabajo), «la suma total de los profits debe aumentar». Así, suponiendo que repetidas accumulations de //642// 100.000 libras bajan la tasa del beneficio de 20 a 19, 18, 17%, podemos esperar que todo el amount of profits received [291] by the successive owners of capital would be always progressive(33); que sería mayor si el capital fuera de 200.000 libras en vez de 100.000; aún mayor si fuera de 300.000 y así sucesivamente, aunque a una tasa decreciente, with every in crease of capital(34). Esta progresión, con todo, sólo es Pálida para un período determinado: así, 19% sobre 200.000 libras es más que 20 sobre 100.000; 18% sobre 300.000, más que 19% sobre 200.000; pero una vez que se ha acumulado el capital to a large amount(35) y que han disminuido los beneficios, la acumulación ulterior reduce la suma de éstos. Así, si suponemos que la acumulación es de 1.000.000 y los beneficios de 7%, el importe total de los beneficios será de 70.000 libras; ahora bien, si al millón se le hace una addition(36) de 100.000 libras y los beneficios bajan al 6%, los propietarios del stock obtendrán 66.000 libras, o sea 4.000 libras de menos, aunque el amount of capital haya aumentado de 1.000.000 a 1.100.000" (l. c., p. 124, 125)[234]. Esto, naturalmente, no le impide al señor Bastiat el efectuar la operación escolar de aumentar a tal punto un multiplicando que arroje con un multiplicador decreciente un producto creciente, del mismo modo que las leyes de la producción no le impiden al doctor Price el exponer su cálculo del interés compuesto. Como la tasa del beneficio decrece, lo hace con respecto al salario que, por consiguiente, tiene que acrecentarse proporcional y absolutamente. Tal es la conclusión de Bastiat. (Ricardo observó esta tendencia a la caída de la tasa del beneficio paralelamente al aumento del capital, y como él confundía el beneficio con la plusvalía, tuvo que hacer que aumentara el salario para lograr que disminuyera el beneficio. Pero como al propio tiempo vio que en la realidad el salario disminuía más que aumentaba, hizo que creciera su valor —esto es, el cuanto de trabajo necesario— sin que aumentara su valor de uso. De hecho, pues, sólo hizo crecer la renta de la tierra. Bastiat, el armonista, descubre empero que con la acumulación de los capitales el salario crece proporcional y absolutamente.) Supone lo que tendría que demostrar, que la merma en la tasa del beneficio se identifica con el aumento [292] en la tasa del salario, e «ilustra» entonces su supuesto con un ejemplo de cálculo que parece haberlo entretenido en grado sumo[*]. Si bien la merma en la tasa del beneficio no expresa otra cosa sino la merma de la proporción en que el capital total necesita trabajo vivo para su propia reproducción, //643// esto es harina de otro costal. El señor Bastiat pasa por alto la pequeña circunstancia de que, en su supuesto, aunque decrece la tasa del beneficio del capital, el capital mismo se acrecienta, el capital presupuesto a la producción. Que el valor del capital no puede crecer sin que éste se apropie de plustrabajo, es algo que el propio señor Bastiat bien podía haber barruntado. Que el mero aumento de los productos no acrece el valor, se lo podían haber mostrado las lamentaciones suscitadas en la historia francesa por las cosechas excesivas. Entonces, el problema giraba sencillamente en torno a investigar el siguiente punto: si la baja en la tasa del beneficio equivalía al aumento de la tasa del trabajo necesario en proporción al plustrabajo(37), o más bien a la baja de la tasa global del trabajo vivo empleado con relación al capital reproducido. El señor Bastiat, pues, distribuye sencillamente el producto entre el capitalista y los obreros, en lugar de hacerlo entre la materia prima, el instrumento de producción y el trabajo y de preguntarse en qué partes alícuotas se emplea su valor en el intercambio por esas diversas porciones. Evidentemente, la parte del producto intercambiado por materia prima e instrumento de producción no le concierne en nada a los obreros. Los que éstos comparten con el capital, en cuanto salario y beneficio, no es otra cosa sino el nuevo trabajo vivo agregado. Pero lo que más inquieta a Bastiat es quién engulle entonces el producto aumentado. Como el capitalista se zampa una parte relativamente menor, ¿no habrá de devorar el obrero una relativamente mayor? Particularmente en Francia —cuya producción total da para comer muchísimo, cuando menos en la fantasía de Bastiat— el señor Bastiat podría convencerse de que en torno al capital [293] pulula una masa de cuerpos parásitos que, con uno u otro título, absorbe una parte tan grande de la producción global que a los obreros no se les puede hacer el campo orégano. Que, por lo demás, con la producción en gran escala debe aumentar la masa total del trabajo empleado, aunque decrezca la proporción entre trabajo empleado y capital, resulta claro, como lo es, que con ello nada obsta para que, con el aumento del capital, una población obrera aumentada requiera una mayor masa de productos. Por lo demás Bastiat, en cuyo Armónico cerebro todos los gatos son pardos (véase más arriba, salario)[235], confunde la disminución del interés, con el aumento del salario, ya que aquélla equivale, antes bien, a un Aumento del beneficio industrial, no afecta en nada a los obreros, sino sólo a la proporción en que diversas species de capitalistas se reparten el beneficio total. //644//
Capital y rédito (beneficio). Producción y distribución. Sismondi. — Costos de producción desde el punto de vista del capital. Beneficio, ídem [desde el punto de vista del capital]. — Desigualdad de los beneficios. Nivelación y tasas generales del beneficio. — Transformación de la plusvalía en beneficio. Leyes
Retournons à nos moutons(38) [236]. El producto del capital es pues el beneficio. Por cuanto se relaciona consigo mismo en calidad de beneficio, se relaciona consigo mismo en calidad de fuente de la producción del valor, y la tasa del beneficio expresa la proporción en que ha aumentado su propio valor. Pero el capitalista no es solamente capital. Tiene que vivir, y como no vive del trabajo [[propio]], que vivir del beneficio, esto es, del trabajo ajeno que se ha apropiado. El capital, en cuanto fuente de la riqueza, está puesto de esta suerte. El capital —ya que se ha incorporado la productividad como cualidad inmanente— se relaciona con el beneficio en cuanto rédito. Puede consumir una parte de éste (aparentemente el todo, pero ya veremos que esto es falso) sin cesar de ser capital. Tras el consumo de este fruto, el capital puede dar nuevos frutos. Puede representar la riqueza que es disfrute sin dejar de representar la forma universal de la riqueza, lo que [294] le era imposible al dinero en la circulación simple. Para seguir siendo forma universal de la riqueza el dinero tenía que abstenerse, o si se consumía [[cambiándose]] por riqueza real, disfrutes, cesaba de ser la forma universal de la riqueza. De este modo, el beneficio se presenta como forma de distribución, al igual que el salario. Pero como el capital sólo puede crecer por reconversión del beneficio en capital —en pluscapital—, el beneficio es igualmente forma de producción para el capital; exactamente al igual que el salario desde el punto de vista del capital es meramente una relación de producción, y desde el punto de vista del obrero relación de distribución. Vemos aquí cómo las relaciones de distribución mismas son producidas por las relaciones de producción y representan a éstas d’un outre point de vue(39). Vemos, además, cómo la relación de la producción con el consumo es puesta por la producción misma. Absurdo común a todos los economistas burgueses, como también por ejemplo John Stuart Mill: al tener por eternas las relaciones burguesas de producción pero por históricas sus formas de distribución, muestra que no entiende ni las unas ni las otras. Respecto al intercambio simple observa acertadamente Sismondi: «Un échange presupone siempre dos valores; cada uno de ellos puede tener un destino diferente, pero la cualidad de capital y rédito no se desprende del objeto intercambiado, sino que se une a la persona que es su propietaria» (Sismondi, V1)[237]. Por ello, no es posible explicar //645// el rédito si partimos de las simples relaciones de intercambio. La cualidad que tiene un valor mantenido en el intercambio de representar capital o rédito, está determinada por relaciones que están más allá del intercambio simple. Es necio, pues, querer reducir estas complejas formas a aquellas simples relaciones de cambio, tal como lo hacen los armónicos freetraders. Desde el punto de vista del échange simple, y considerando la acumulación como mera acumulación de dinero (valor de cambio), el beneficio y el rédito del capital son imposibles. «Si los ricos gastaran en productos de lujo la riqueza acumulada —y sólo pueden adquirir mercancías por échange—, pronto estaría agotado su fonds… Pero en el ordre social la riqueza ha adquirido la cualidad de reproducirse mediante el trabajo ajeno… La riqueza, como el trabajo [295] y mediante el trabajo, produce un fruto anual que se puede destruir cada año sin que por ello el rico se vuelva más pobre. El fruto es el rédito, que se origina del capital» (Sismondi, IV)[238]. Si el beneficio aparece así como resultado del capital, también aparece, por otra parte, como supuesto de la formación de capital. Y de este modo está nuevamente puesto el movimiento cíclico en el cual el resultado se presenta como supuesto. «De este modo parte del rédito se transforma en capital, en un valor permanente que se reproduce, que ya no desaparece; este valor se escinde de la mercancía que lo ha creado; al igual que una cualidad metafísica, insustancial, permanece siempre en posesión del mismo cultivateur» (capitalista), «para el cual reviste diversas formas» (Sismondi, VI)[239].
Como el capital está puesto en cuanto creador de beneficio, en cuanto fuente de la riqueza, independientemente del trabajo, se supone que todas las partes del capital son uniformemente productivas. Así como la plusvalía en términos de beneficio se mide con respecto al valor total del capital, la misma se presenta como si fuera producida uniformemente por las diversas partes componentes de aquél. Por consiguiente la parte circulante del capital (la parte que se compone de materias primas y medios de subsistencia) no produce entonces más beneficio que el componente constituido por el capital fixe, es decir que el beneficio se refiere uniformemente a esos componentes según la magnitud de los mismos.
Como el beneficio del capital sólo se realiza en el precio que se paga por éste, que se paga por el valor de uso creado por el capital, el beneficio estará determinado pues por el excedente del precio recibido con respecto al precio que cubre los desembolsos. Como además esta realización únicamente se efectúa en el intercambio, para cada capital individual el beneficio no estarcí limitado necesariamente por su //646// plusvalía, por el plustrabajo contenido en él, sino que estará en relación con el excedente del precio que obtiene el capital en el intercambio. Puede intercambiar por más que su equivalente, y de ahí que el beneficio sea mayor que su plusvalía. Este puede ser el caso únicamente en la medida en que el otro sujeto del intercambio no reciba un equivalente. El plusvalor total, al igual que el beneficio total —que no es más que la plusvalía misma calculada de diversa manera—, nunca puede aumentar ni disminuir en virtud de esta operación; él [296] mismo no se modifica por ella, sino sólo su distribución entre los diversos capitales. Sin embargo estas consideraciones corresponde hacerlas sólo cuando consideramos la pluralidad de capitales, no aquí, todavía. Frente al beneficio, el valor del capital presupuesto en la producción se presenta como adelantos; costos de producción que el producto debe reintegrar. Luego de la detracción de aquella parte del precio que los reintegra, el excedente constituye el beneficio. Como el plustrabajo —el beneficio y el interés, no siendo ambos otra cosa que partes de aquél— nada le cuesta al capital, o sea no se incluye entre los valores adelantados por éste, no figurará ese plustrabajo —que está incluido en los costos de producción del producto y que constituye la fuente de la plusvalía, y por tanto la del beneficio— entre los costos de producción del capital. Estos equivalen tan sólo a los valores realmente adelantados por el capital, no al plusvalor del cual éste se apropia en la producción y que realiza en la circulación. Los costos de producción desde el punto de vista del capital no son pues los reales costos de producción, ya que al capital nada le cuesta el plustrabajo. El excedente en el precio del producto sobre el precio de los costos de producción, le da el beneficio. Por ende puede existir beneficio para el capital sin que se realicen sus reales costos de producción, esto es, todo el plustrabajo puesto en obra por aquél. El beneficio —el excedente por encima de los adelantos que el capital ha efectuado— puede ser menor que la plusvalía, o sea, que el excedente, obtenido por el capital, de trabajo vivo por encima del trabajo objetivado que aquél ha intercambiado por la capacidad de trabajo. Debido a la separación entre interés y beneficio —de la que nos ocuparemos de inmediato— también para el propio capital productivo una parte del plusvalor es puesta como costo de producción. La confusión de los costos de producción, desde el punto de vista del capital, con el cuanto de trabajo —plustrabajo incluido— objetivado en el producto del capital, ha hecho decir que «el beneficio no //647// está incluido en el natural price(40)»[240] Sería «absurd denominar excess o profit a part of the expenditure»(41) (Torrens, IX, 30)[241]. Esto da por resultado, en el caso, una enorme confusión; o no realizar el beneficio en el intercambio, [297] sino hacerlo surgir del mismo (lo que sólo relativamente puede ser el caso, si uno de los sujetos del intercambio no obtiene su equivalente) o atribuir al capital una fuerza mágica que crea algo de la nada. Por cuanto el valor puesto en el proceso de producción realiza su precio en el intercambio, el precio del producto aparecerá determinado in fact por la suma de dinero que expresa un equivalente de la cantidad total de trabajo contenida en la materia prima, la maquinaria, el salario y el plustrabajo impago. El precio aún aparece aquí, pues, sólo como cambio de forma del valor; el valor expresado en dinero; pero la magnitud de ese precio está presupuesta en el proceso de producción del capital. El capital aparece con ello determinando el precio, de tal modo que el precio está determinado por los adelantos efectuados por el capital + el plustrabajo realizado por él en el producto. Más adelante veremos cómo, a la inversa, el precio se presenta como determinante del beneficio. Y si aquí los costos de producción reales globales se presentan como determinantes del precio, el precio aparecerá más abajo como determinante de los costos de producción. Para imponerle al capital sus leyes inmanentes a título de necesidad externa, la competencia aparentemente las invierte. Las trastoca.
Repitámoslo una vez más: el beneficio del capital no depende de su magnitud, sino, a magnitudes iguales, de la proporción entre los componentes (la parte constante y la variable); luego, de la productividad del trabajo (la cual, empero, se expresa en aquella primera proporción, puesto que a igual productividad el mismo capital no puede elaborar en el mismo tiempo con la misma porción de trabajo vivo el mismo material); del tiempo de rotación, que está determinado por las diferentes proporciones entre el capital fixe y el circulant, por la diversa durabilidad del capital fixe, etc., etc. (véase arriba). La desigualdad del beneficio en diversas ramas de la industria para capitales de igual magnitud, id est la desigualdad de las tasas del beneficio, es condición y supuesto para las compensaciones que opera la competencia.
En la medida en que el capital obtiene, adquiere materia prima, instrumento y trabajo a través del intercambio, sus elementos mismos existen ya bajo la forma de precios, están puestos ya como precios, presupuestos a él. Confrontar el precio de mercado de su producto con los precios de sus elementos se vuelve entonces decisivo para el capital. Pero [298] esto no debe tener cabida sino en el capítulo de la competencia.
De modo que la plusvalía, puesta por el capital en un tiempo dado de rotación, adquiere la forma del beneficio en //648// tanto se la mide con respecto al valor total del capital presupuesto a la producción. Mientras que la plusvalía se mide directamente por el plustiempo de trabajo que el capital gana en el intercambio con el trabajo vivo. El beneficio es nada más que otra forma, más desarrollada —en el sentido del capital—, de la plusvalía. Aquí únicamente(42) se considera la plusvalía en cuanto obtenida en el proceso de producción a cambio del capital mismo, no a cambio del trabajo. El capital en cuanto capital, en cuanto valor presupuesto, se presenta por ende relacionándose consigo mismo —a través de la mediación de su propio proceso— en cuanto valor puesto, producido, y el valor puesto por él se llama beneficio.
Las dos leyes inmediatas que aparecen ante nosotros en esta transformación de la plusvalía en beneficio, son las que siguen: 1) Expresada como beneficio, la plusvalía se presenta siempre como una proporción menor al monto real de la plusvalía en su realidad inmediata. Efectivamente, en vez de que se le mida con respecto a una parte del capital, la intercambiada por trabajo viva (una proporción que se expresa como la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario)(43), se le mide con respecto al total. Sea cual fuere la plusvalía que pone un capital a y sea cual fuere la proporción en a entre c y v, entre la parte constante y la parte variable del capital, la plusvalía p tiene que aparecer menor si se le mide con respecta a c + v que si se lo hace con respecto a su medida real, v. El beneficio o —considerándolo no en cuanto suma absoluta, sino, tal como suele ocurrir, en cuanta proporción (la tasa del beneficio es el beneficio expresado como la proporción según la cual el capital ha puesto plusvalía)— la tasa del beneficio no expresa nunca la tasa real según la cual el capital explota al trabajo, sino una proporción siempre menor, y cuanto más falsa sea la proporción que expresa aquella tasa tanto mayor será el capital. La tasa del beneficio, entonces, sólo podría expresar la real tasa de la plusvalía si el capital entero se intercambiara nada más que [299] por salario, si todo el capital se intercambiara por trabajo vivo, o sea si existiera meramente como medios de subsistencia y no sólo no existiera en la forma de materia prima ya producida (tal como ocurre en la industria extractiva), es decir si no sólo la materia prima fuera = 0, sino si también los medios de producción, ya en la forma de instrumentos o en la de capital fixe desarrollado, fueran = 0. Este último case no puede darse sobre la base del modo de producción correspondiente al capital. Si a = c + v, cualquiera que sea la magnitud de p, tendremos: < (44)
2) La segunda gran ley es que, en la medida en que el //649// capital se ha apropiado ya del trabajo vivo bajo la forma de trabajo objetivado, en la medida pues en que el trabajo ya está capitalizado y por tanto actúa también de manera creciente en el proceso de producción bajo la forma de capital fixe, o en la medida en que crece la fuerza productiva del trabajo, decrece la tasa del beneficio. El incremento de la fuerza productiva es equivalente a) al incremento de la plusvalía relativa o al tiempo relativo de plustrabajo que el trabajador entrega al capital; b) a la mengua de trabajo necesario para la reproducción de la capacidad de trabajo; c) a la merma de la parte del capital que se cambia por trabajo vivo, con respecto a las partes del mismo que participan en el proceso de producción en calidad de trabajo objetivado y valor presupuesto. La tasa del beneficia, por ende, está en proporción inversa al incremento de la plusvalía relativa o del plustrabajo relativo, al desarrollo de las fuerzas productivas y, asimismo, a la magnitud del capital empleado en la producción como capital [constante]. En otras palabras, la segunda ley es la tendencia de la tasa del beneficio a descender con el desarrollo del capital, tanto con el desarrollo de su fuerza productiva como con el del volumen en que éste se ha puesto a sí mismo en calidad de valor objetivado, del volumen en que tanto el trabajo como la fuerza productiva están capitalizados.
Otras causas que ocasionalmente podrían incidir sobre la tasa del beneficio, que podrían hacerla descender por períodos [300] más prolongados o más breves, no corresponden a este lugar. Es completamente cierto que, considerando al proceso de producción en su conjunto, el capital que opera como materia prima y capital fixe no sólo es trabajo objetivado, sino que tiene que ser reproducido de nuevo por el trabajo y, precisamente, reproducido de manera continua. Su existencia —el volumen que ha alcanzado ésta— supone por lo tanto cierto volumen de la población laboriosa, una gran población, que es en y para sí condición de toda fuerza productiva. Pero esta reproducción se opera en todas partes bajo el supuesto de la acción del capital fixe y la materia prima y el scientific power, tanto en cuanto tales como en su calidad de elementos asimilados a la producción e incluso ya realizados en ella. Este punto sólo ha de desarrollarse más detenidamente cuando consideremos el tema de la acumulación.
Es claro, además, que aunque decrezca la parte del capital que se intercambia por trabajo vivo, considerándola en proporción al capital total, la masa total del trabajo vivo utilizado puede aumentar o permanecer estacionaria si el capital crece en la misma o mayor proporción. La población puede, por consiguiente, aumentar continuamente en proporción al decrecimiento del trabajo necesario. Si el capital a gasta //650// 1/2 en c y 1/2 en v, mientras que el capital a′ gasta 3/4 en c y 1/4 en y, el capital a′ podría aplicar 2/4 de v y 6/4 de c. Pero si originariamente era = 3/4 de c + 1/4 de v, ahora será = 6/4 de c + 2/4 de v, o sea que habrá crecido en 4/4, esto es, se habrá duplicado. Con todo, hemos de investigar con más detalle esta relación también en la teoría de la acumulación y en la de la población. En general, no debemos dejar que las conclusiones derivadas de estas leyes y las cavilaciones al respecto nos induzcan a error.
La tasa del beneficio, pues, no está determinada sólo por la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario, o la proporción según la cual el trabajo objetivado se intercambia por trabajo vivo, sino por la proporción que en general media entre el trabajo vivo empleado y el trabajo objetivado; entre la parte del capital que en general se intercambia por trabajo vivo, y la parte que interviene en calidad de trabajo objetivado en el proceso de producción. Esta parte, empero, decrece en la misma proporción en que aumenta el plustrabajo con respecto al trabajo necesario. [301]
Plusvalía es igual a proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario
(Como el obrero tiene que reproducir la parte del capital que se intercambia por su capacidad de trabajo, al igual que las demás partes del capital, la proporción en que el capitalista, en el intercambio por capacidad de trabajo, obtiene su ganancia, aparece como determinada por la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario(45). Originariamente las cosas se presentaban de tal manera como si el trabajo necesario sólo reintegrara los gastos. Pero como el obrero no gasta nada salvo el trabajo mismo —tal como se aprecia a las claras n la reproducción—, se puede expresar simplemente la proporción de la plusvalía como la que media entre el plustrabajo y el trabajo necesario(45).) //651//
Valor del capital fixe y su fuerza productiva. Durabilidad del capital fixe, ídem [que su fuerza productiva]. — Las fuerzas sociales, la división del trabajo, etc., nada le cuestan al capital. — Diferencia de las máquinas a este respecto (economía de los capitalistas en el empleo de maquinaria). — Beneficio y plusvalía
[[Con respecto al capital fixe —y a la durabilidad como condición, no extrínseca, del mismo— resta aún señalar: en la medida en que el instrumento de producción mismo es valor, trabajo objetivado, no aporta en cuanto fuerza productiva. Si una máquina cuya fabricación insumió 100 jornadas laborales, solamente remplazara 100 jornadas, en modo alguno contribuiría a aumentar la fuerza productiva del trabajo y de ninguna manera reduciría el costo del producto. Cuanto más duradera sea la máquina, tantas más veces se podrá crear con ella la misma cantidad de producto o tantas más veces se podrá renovar el capital circulant, repetir su reproducción, y tanto menor será la contribución de valor (necesaria para la compensación del déchet, del wear y tear(46) de la maquina); esto es, tanto más se reducirá el precio del producto y su correspondiente costo de producción. Con todo, aún no debemos [302] introducir en esta parte del análisis la relación de precios. El abatimiento del precio como condición para la conquista del mercado no tiene cabida sino en la competencia. Por tanto, debemos desarrollar el problema de otra manera. Si el capital pudiera obtener sin costos el instrumento de producción, por 0, ¿qué consecuencias tendría ello? Lo mismo que si los costos de circulación fueran = 0. Significaría esto que el trabajo necesario para la conservación de la capacidad de trabajo se reduciría y que, de este modo, [aumentaría] el plustrabajo, id est la plusvalía, sin que al capital ello le costara ni lo mínimo. La división y la combinación del trabajo dentro del proceso de producción constituyen justamente tal tipo de aumento de la fuerza productiva, una maquinaria que al capital nada le cuesta. Ese aumento supone, empero, trabajos en gran escala, id est, desarrollo del capital y el trabajo asalariado. Otra fuerza productiva que nada le cuesta es la scientific power. (Ni qué decir tiene que siempre debe pagar cierta contribución para los curas, maestros y sabios, sea grande o pequeña la scientific power que desarrollen.) Pero el capital sólo puede apropiarse de esta última mediante el empleo de la maquinaria (también en el proceso químico, en parte). El incremento de la población, es una de tales fuerzas productivas que no le cuestan nada. En suma, todas las fuerzas sociales que se desarrollan con el aumento de la población y el desenvolvimiento histórico de la sociedad, nada le cuestan. Pero en la medida en que esas fuerzas, para que sea posible su empleo en el proceso inmediato de la producción, requieren un sustrato producido por el trabajo, esto es, existente bajo la forma de trabajo objetivado, //652// o sea en la medida en que ellas mismas son valores, el capital sólo puede apropiárselas por medio de equivalentes. Well. El capital fixe cuya utilización costara más que la de trabajo vivo, es decir que requiriera para su producción o conservación más trabajo vivo que el que sustituía, sería un nuisance(47). La maquinaria que no costara nada, sino que sólo requiriera su apropiación por el capitalista, poseería el máximo de valor para el capital. De la simple proposición según la cual si el valor de la maquinaria fuera = 0, sería la más valiosa para el capital, se desprende que toda reducción de su [303] costo es una ganancia para aquél. Mientras que por una parte (1 capital tiende a aumentar el valor total del capital fixe, simultáneamente [tiende] a reducir el valor de cada parte alícuota del mismo. En la medida en que el capital fixe ingresa como valor en la circulación, cesa de operar como valor de uso en el proceso de producción. Su valor de uso consiste precisamente en el aumento de la fuerza productiva del trabajo, la reducción del trabajo necesario, el incremento del plustrabajo relativo y por tanto del plusvalor. En la medida en que entra en la circulación su valor sólo es reintegrado, no aumentado. El producto, por el contrario, el capital circulant, es el portador del plusvalor, que sólo se realiza cuando aquél pasa del proceso de producción a la circulación. Si la máquina durara eternamente, si no estuviera compuesta ella misma de material perecedero que tiene que ser reproducido (dejando completamente de lado el invento de máquinas perfeccionadas, que les hagan perder a aquella máquina su carácter de tal), si fuera un perpetuum mobile(48), correspondería de la manera más plena a su concepto. No sería necesario reintegrar su valor, pues éste perduraría en una materialidad indestructible. Dado que sólo se emplea capital fixe en la medida en que éste es menor como valor que como capacidad de poner valor, el plusvalor realizado en el capital circulante —aunque el capital fixe mismo nunca entrara como valor en la circulación— pronto remplazaría los avances(49) y de este modo actuaría como capaz de poner valor luego de que sus costos, al igual que [los] del plustrabajo que se ha apropiado, fueran = 0 para el capitalista. Continuaría operando como fuerza productiva del trabajo y al propio tiempo sería dinero en el tercer significado, de valor constante que es para sí mismo. Supongamos un capital de 1.000 libras. Digamos que un quinto(50) es maquinaria y que el plusvalor total es = 50. El valor de la maquinaria, por ende, es de 200. Tras una cuádruple rotación, la maquinaria estaría paga. Y fuera de ello, del hecho de que el capital continuara poseyendo en la maquinaria trabajo objetivado por 200, a la quinta rotación sería lo mismo que si un capital que sólo costara 800 rindiera 50; o [304] sea, 6 1/4% en vez de 5%. Tan pronto como el capital fixe //653// entra como valor en la circulación, desaparece" su valor de uso para el proceso de valorización del capital, o bien sólo entra en la circulación cuando tal proceso cesa. Por consiguiente cuanto más duradero, cuanto menos requiera reparaciones, una reproducción total o parcial, cuanto más prolongado sea su tiempo de circulación, tanto más operará como fuerza productiva del trabajo, como capital; esto es, como trabajo objetivado que pone plustrabajo. En cuanto momento de valor del capital fixe, su duración, idéntica a la del tiempo de circulación de su valor, o a la del tiempo requerido para su reproducción, se deriva del concepto de capital fixe. (Que en sí y para sí, considerándola sólo desde el punto de vista material, esa duración está implícita en el concepto de medio de producción, no requiere esclarecimiento alguno.) La tasa de la plusvalía está determinada simplemente por la proporción entre el plustrabajo y el trabajo necesario; la tasa del beneficio, por la proporción, no entre el plustrabajo y el trabajo necesario, sino entre la parte del capital intercambiado por trabajo vivo y el capital total que interviene en la producción.]]
Dicho concretamente, el beneficio —tal como aquí aún lo consideramos, es decir, como beneficio del capital, no de un capital individual a expensas de otro, sino como beneficio de la clase capitalista—, nunca puede ser mayor que la suma de la plusvalía. Como suma, el beneficio es la suma de la plusvalía, pero es esta misma suma de valor en cuanto proporción con respecto al valor total del capital, y no con respecto a la parte del mismo cuyo valor realmente crece, o sea con respecto a la parte que se intercambia por trabajo vivo. En su forma inmediata el beneficio no es sino la suma de la plusvalía expresada como proporción con respecto al valor total del capital.
Maquinaria y plustrabajo. Recapitulación de la teoría de la plusvalía en general
La transformación de la plusvalía en beneficio, esta modalidad de cálculo de la plusvalía por el capital, por más que se funde en una ilusión sobre la naturaleza de la plusvalía, o [305] más bien vele esa naturaleza, es necesaria desde el punto de vista del capital.[*]
La reducción del trabajo necesario en proporción al plustrabajo //654// se expresa, considerando la jornada de un solo obrero, en que el capital se apropia de una parte mayor de la jornada laboral. El trabajo vivo empleado sigue siendo el mismo. Supongamos que merced al aumento de la fuerza productiva —por ejemplo a consecuencia del empleo de maquinaria—, de 6 obreros cada uno de los cuales trabaja 6 días en la semana, 3 se vuelven superfluos. Si los 6 trabajadores mismos fueran los dueños de la maquinaria, cada uno de ellos trabajaría sólo inedia jornada. Ahora, en cambio, 3 continúan trabajando una jornada entera cada día de la semana. Si el capital continuara empleando a los 6, cada uno trabajaría sólo media jornada, pero sin ejecutar plustrabajo. En el supuesto de que antes el trabajo necesario ascendía a 10 horas diarias y el plustrabajo a 2, el plustrabajo total de los 6 obreros ascendería diariamente a 2 x 6, igual a una jornada, y en la semana sería igual a 6 jornadas = 72. Cada uno trabajaría de balde un día por semana. O bien sería lo mismo que si el sexto obrero hubiera trabajado gratuitamente toda la semana. Los 5 obreros representarían trabajo necesario, y si fuera posible reducirlos a 4 y que el otro obrero siguiera trabajando de balde, la plusvalía relativa habría aumentado. Antes era = 1 : 6, y ahora sería como 1 : 5. Por consiguiente, la ley anterior: aumentar el número de las horas de plustrabajo, recibe aquí la forma: reducir el número de los obreros necesarios. Si fuera posible para el mismo capital utilizar a los 6 obreros según esta nueva tasa, la plusvalía habría aumentado no sólo en términos relativos, sino absolutos. El tiempo de plustrabajo ascendería a 14 2/5. 2 2/5 horas por 6 obreros desde luego que es más que 2 2/5 por 5. [306]
Considerando la plusvalía absoluta, ésta aparece determinada por la prolongación absoluta de la jornada laboral más allá del tiempo de trabajo necesario. El tiempo de trabajo necesario trabaja para el mero valor de uso, para la subsistencia. El día de plustrabajo es trabajo para el valor de cambio, para la riqueza. Es el primer momento(51) del trabajo industrial. El límite natural está puesto —suponiendo que existan las condiciones de trabajo, la materia prima y el instrumento de trabajo, o una de ambas, según el trabajo sea puramente extractivo o bien formativo, según aísle simplemente el valor de uso del globo terrestre o le dé forma—, el límite natural, decíamos, está puesto por la cantidad de jornadas //655// laborales simultáneas o de la capacidad viva de trabajo, id est por la población trabajadora. En este nivel la diferencia entre la producción del capital y precedentes estadios de la producción es únicamente formal. El robo de seres humanos, la esclavitud, la trata de esclavos y el trabajo forzado de los mismos, [[en suma]] la multiplicación de estas máquinas laborantes, de estas máquinas que producen surplusproduce(52) está puesta aquí directamente por la violencia, mientras que en el capital se halla medida por el cambio.
Los valores de uso aumentan aquí en la misma proporción simple que los valores de cambio y, por ende, esta forma del plustrabajo se presenta tanto en los modos de producción de la esclavitud, servidumbre de la gleba, etc., en los cuales la cuestión principal y predominante es el valor de uso, como en el modo de producción del capital, orientado directamente hacia el valor de cambio y sólo indirectamente hacia el valor de uso. Ese valor de uso, como es el caso por ejemplo de la construcción de las pirámides egipcias y, en suma, de los trabajos suntuarios de carácter religioso que se imponían a la masa de la nación en Egipto, India, etc., puede estar orientado a lo puramente fantástico, o, como ocurría con los antiguos etruscos, por ejemplo, a lo inmediatamente utilitario.
El carácter industrial distintivamente histórico del modo de producción fundado sobre el capital, empero, se presenta de [307] manera inmediata en la segunda forma de la plusvalía, [[lo sea]] en cuanto plusvalía relativa, forma que aparece como desarrollo de la fuerza productiva de los obreros; con respecto a la jornada laboral como reducción del tiempo de trabajo necesario, y con respecto a la población como reducción de la población, trabajadora necesaria (ésta es la forma antitética).
A la primera forma corresponden la violenta transformación de la mayor parte de la población en asalariados y la disciplina, que convierte su existencia en la de meros obreros. A lo largo de 150 años, por ejemplo, a partir de Enrique VII, en los anales de la legislación inglesa figuran, escritas con sangre, medidas coercitivas que se aplicaban para transformar en asalariados libres a la masa de la población, ahora libre y desposeída. La supresión de las mesnadas, la confiscación de los bienes eclesiásticos, la abolición de las guildas y confiscación de su propiedad, el desalojo violento de la población rural para transformar las tierras labrantías en pasturas, enclosures of commons(53), etc., habían puesto a los trabajadores como mera capacidad de trabajo. Pero éstos, of course(54), preferían el vagabundaje, la mendicidad, etc., al trabajo asalariado y en un principio hubo que acostumbrarlos al mismo por la fuerza. Esto se repite análogamente con la introducción de la gran industria, de las fábricas movidas por máquinas. Cfr. Owen[242].
Tan sólo en cierto estadio del desarrollo del capital el intercambio //656// entre el capital y el trabajo se vuelve in fact formalmente libre. Se puede decir que el trabajo asalariado no se realiza plenamente en Inglaterra, desde el punto de vista formal, hasta fines del siglo XVIII con la derogación de la law of apprenticeship(55).
La tendencia del capital es, of course, la de ligar el plusvalor absoluto con el relativo; por ende, la máxima extensión de la jornada laboral con la máxima cantidad de jornadas laborales simultáneas; simultáneamente con la reducción al mínimo, por un lado, del tiempo de trabajo necesario, por otro lado, de la cantidad de trabajadores necesarios. Esta exigencia contradictoria, cuyo desarrollo se apreciará en diversas formas como sobreproducción, sobrepoblación, etc., tiene vigencia bajo la forma de un proceso en el cual las [308] determinaciones contradictorias se suceden en el tiempo. Consecuencia necesaria de la misma es la mayor multiplicación posible del valor de uso del trabajo —o bien de las ramas de la producción— de tal modo que la producción del capital, así como por un lado hace que se desarrolle constante y necesariamente la intensidad de la fuerza productiva del trabajo, por otro lado promueve constante y necesariamente la ilimitada multiplicidad de las ramas del trabajo, esto es, la más multilateral riqueza en contenido y forma, de la producción, sometiendo a ésta todos los aspectos de la naturaleza.
El aumento de la fuerza productiva, al darse la producción en gran escala como resultado espontáneo de la división y combinación del trabajo, de la economía en diversos gastos —condiciones para el proceso laboral— que se mantienen iguales o se reducen con el trabajo colectivo, como caldeamiento, etc., locales de trabajo, etc., nada cuesta al capital, que obtiene gratuitamente esa acrecentada fuerza productiva del trabajo. Si la fuerza productiva aumentara simultáneamente en la producción de las diversas condiciones de producción —materia prima, medios de producción y medios de subsistencia— y en las [ramas de producción] determinadas [por éstas], en tal caso su incremento no originaría ninguna mudanza en la proporción que guardan entre sí los diversos componentes del capital. Si la fuerza productiva del trabajo creciera simultáneamente, por ejemplo, en la producción del lino, telares y en el trabajo mismo de tejido (en virtud de la división del trabajo), a la masa mayor que se tejiera en un día correspondería una masa mayor de materia prima, etc. En las labores extractivas, por ejemplo en la minería, si el trabajo se vuelve más productivo no significa que aumente la materia prima, ya que no se elabora materia prima alguna. Para hacer que las cosechas sean más productivas, no se requiere even(56) que haya aumentado el número de instruments, sino tan sólo que estén más //657// concentrados y que el trabajo, que antes era efectuado fragmentariamente por cientos de personas, se efectúe colectivamente. Pero lo que es menester para todas las formas del plustrabajo es el crecimiento de la población; de la población obrera para la primera forma; de la población en general para la segunda, ya que demanda un desarrollo de la ciencia, etc. [309] La población, sin embargo, aparece aquí como la fuente principal de la riqueza.
Proporción entre las condiciones objetivas de la producción. Cambio en la proporción entre los componentes del capital
Pero si consideramos al capital en sus orígenes, la materia prima y el instrumento aparecen como procedentes de la circulación, y no como producidas por él mismo; así como después, en la realidad, el capital individual obtiene de la circulación las condiciones de su producción, aunque a su veza éstas las produce el capital, pero otro capital. A esto obedece, por una parte, la tendencia necesaria del capital a apoderarse multilateralmente de la producción; su tendencia a poner como del capital, aunque de otro capital, la producción de las materias de trabajo y las materias primas, así como también la de los instrumentos; la tendencia del capital a propagarse. Pero en segundo lugar es claro que si las condiciones objetivas de la producción obtenidas de la circulación por el capital, se mantienen idénticas en lo tocante al valor, es decir que en el mismo cuanto de valor de uso se objetiva el mismo cuanto de trabajo, se podrá gastar en trabajo vivo una parte menor del capital, o sea que se modificará la proporción entre los componentes del capital. Si el capital ascendiera a 100, por ejemplo, la materia prima a 2/5, el instrumento a 1/5, el trabajo a 2/5 y, gracias a la duplicación de la fuerza productiva (división del trabajo) el mismo trabajo pudiera elaborar con el mismo instrumento el doble de materia prima, el capital tendría que aumentar en 40; por tanto trabajaría un capital de 140, de lo cual 80 de materia prima, 20 de instrumento, 40 de trabajo. El trabajo estará ahora en una proporción = 40 : 140 (antes = 40 : 100); el trabajo era antes como 4 : 10; ahora únicamente como 4 : 14. O bien, en el mismo capital de 100 ahora corresponden 3/5 a la materia prima, 1/5 al instrumento, 1/5 al trabajo. La ganancia sería, ahora como antes, de 20. Pero el plustrabajo sería de 60%, mientras que antes era de 50. No se necesita más que 20 de trabajo para 60 de materia prima y 20 de instrumento. 80. | 20. | 100. Un capital de 80 le rinde un beneficio de 20. Ahora bien, para que el capital empleara todo el trabajo en este nivel de la producción tendría que aumentar a 160, a [310] saber: 80 de materia prima, 40 de instrumento y 40 de //658// trabajo. Esto le daría una plusvalía de 40. En la etapa anterior, en la cual el capital de 100 sólo rendía una plusvalía de 20, un capital de 160 sólo daría una plusvalía de 32, o sea 8 menos, y el capital tendría que aumentar a 200 para producir la misma plusvalía de 40.
Hemos de distinguir: 1) El trabajo en aumento (o la intensidad, la velocidad del trabajo) no requiere ningún anticipo mayor en material o en instrumento de trabajo. Por ejemplo, los mismos 100 obreros con instrumentos del mismo valor pescan más, o cultivan mejor el suelo, o extraen más metales de las minas o más carbón, u obtienen más láminas a partir de la misma cantidad de oro, gracias a una mayor destreza, a una mejor combinación y división del trabajo, etc., o desperdician menos materia prima; de modo que prosiguen con el mismo cuanto de valor en materia prima. En este caso, pues, si suponemos que sus productos mismos entran en su consumo, se reducirá su tiempo de trabajo necesario, con los mismos costos de mantenimiento efectúan un trabajo mayor; o bien una parte menor de su trabajo es necesaria para la reproducción de la capacidad de trabajo. La parte necesaria del tiempo de trabajo se reduce con respecto al tiempo de plustrabajo y aunque el valor del producto permanece incambiado, [=] 100 jornadas de trabajo, aumenta la parte que toca al capital, el plusvalor. Si el obrero colectivo excedentario era = 1/10, o sea = 10 jornadas laborales y ahora es ya(57) de 1/5, el tiempo de plustrabajo habrá aumentado en 10 días. Los obreros trabajan 80 días para sí y 20 para el capitalista, mientras que en el primer caso 90 para sí y sólo 10 para el capitalista, (Este cálculo por jornadas laborales, y el tiempo de trabajo como única sustancia del valor, se manifiestan con toda claridad allí donde existen relaciones de servidumbre. Rajo el capital, encubiertos por el dinero.) Del nuevo valor creado toca al capital una porción mayor. Pero las proporciones entre los diversos componentes del capital invariable se mantienen, conforme al supuesto, inalteradas. Es decir, que aunque el capitalista emplea una masa mayor de plustrabajo porque paga menos salario, no emplea más capital en materias primas e instrumentos. Intercambia una parte menor de trabajo [311] objetivado por el mismo cuanto de trabajo vivo, o el mismo cuanto de trabajo objetivado por un cuanto mayor de trabajo vivo. Esto sólo es posible en la industria extractiva; en la manufacturera, en la medida en que se economiza más materia prima; asimismo allí donde procesos químicos aumentan la sustancia, en la agricultura; en la industria del transporte.
2) La productividad aumenta simultáneamente no sólo en determinada rama de producción, sino también en sus condiciones, o sea en el case en que con la intensificación del trabajo, con el aumento de los productos del trabajo en el //659// mismo tiempo, tiene que aumentar la materia prima o el instrumento o ambos. (La materia prima puede no costar nada, por ejemplo haces de juncos, leña que no cuesta nada, etc.) En este caso la proporción del capital permanece incambiada. O sea que el capital, con la mayor productividad del trabajo, no necesita invertir un valor mayor en materia prima e instrumento.
3) La productividad aumentada del trabajo requiere que se invierta una parte mayor del capital en materia prima e instrumentos. Es sólo gracias a la división del trabajo, etc., que la misma cantidad de obreros se ha vuelto más productiva, en cuyo caso el instrumento no se modifica; sólo ha de aumentarse la materia prima, ya que el mismo tiempo de trabajo en el mismo tiempo elabora un cuanto mayor de aquélla y, según el supuesto, la productividad es resultante exclusiva de una mayor pericia de los obreros, división y combinación del trabajo, etc. En este caso la parte del capital intercambiada por trabajo vivo no sólo se reduce relativamente, por su propia merma, con respecto a los demás componentes del capital que se mantienen iguales (ella se mantiene igual si sólo aumenta el tiempo de trabajo absoluto; disminuye, si el tiempo relativo de trabajo crece), sino que también se reduce por el aumento de aquéllos.
Si tuviéramos:
[312]
Si en todos los casos el incremento de la plusvalía presupone el incremento de la población, en este caso presupone asimismo una acumulación, o que entre un capital mayor en la producción. (Lo cual se resuelve finalmente también en una mayor población trabajadora ocupada en la producción de la materia prima.) En el primer caso toda la parte del capital empleada en trabajo constituye 1/4 del capital total y es a la parte constante del capital = 1 : 3; en el segundo caso, menos de 1/6 del capital total(58), y toda la parte del capital empleada en trabajo, está, con respecto a la parte constante del capital, en una proporción que no llega a 1 : 5(59). Por consiguiente, //660// aunque el aumento de la fuerza productiva debido a la división y combinación del trabajo se funda en el aumento absoluto de la fuerza de trabajo empleada, aquél está necesariamente ligado a la reducción de la misma en proporción al capi tal que la pone en movimiento. Y si en la primera forma, la del plustrabajo absoluto, la masa de trabajo empleado debe aumentar en la misma proporción que el capital empleado, en el segundo caso crece en menor proporción, y precisamente en proporción inversa al incremento de la fuerza productiva.
Si mediante el último método, aplicado al trabajo agrícola, se duplicara la productividad del suelo, si el mismo cuanto de trabajo diera 1 quarter de trigo en vez de 1/2, el trabajo necesario se reduciría en 1/2 y el capital podría emplear una cantidad doble con el mismo salario (expresado éste solamente en cereal). Pero no necesitaría más trabajadores para el cultivo de su tierra. De esta suerte empleará el mismo trabajo con la mitad del salario anterior; una parte de su capital quedará libre: una parte del capital que antes estaba invertida en dinero; el tiempo de trabajo empleado se ha mantenido invariable con respecto al capital empleado, pero la parte excedente de aquél ha aumentado en proporción a la parte necesaria. Si antes la proporción del trabajo necesario con respecto a la jornada laboral íntegra era = 3/4 de jornada o 9 horas, ahora será igual a 3/8 o = 4 1/2 horas. En el primer caso el plusvalor era de 3 horas; en el segundo = 7 1/2.
El curso del proceso es el siguiente: con una población trabajadora y una extensión de la jornada laboral dadas, esto es, con la extensión de la jornada laboral multiplicada por el [313] número de jornadas laborales simultáneas, sólo puede aumentarse relativamente el plustrabajo mediante una mayor fuerza productiva del trabajo, cuya posibilidad ya está puesta en el supuesto de crecimiento de la población y training to labour(60) (lo que implica también determinado tiempo libre para la población no trabajadora, no directamente trabajadora, o sea desenvolvimiento de las capacidades espirituales, etc.; apropiación espiritual de la naturaleza). Dado cierto nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, únicamente puede aumentarse el plustrabajo mediante la transformación de una parte mayor de la población en obreros y el aumento de las jornadas laborales simultáneas. El primer proceso consiste en la reducción de la población obrera relativa, aunque en términos absolutos se mantenga incambiada; el segundo, en el aumento de la misma. Ambas tendencias, tendencias necesarias del capital. La unidad de estas tendencias contradictorias y, por consiguiente, la contradicción viva [se da] tan sólo con la maquinaria, de la que hablaremos sin tardanza. La segunda(61) //661// forma, evidentemente, sólo permite una exigua proporción de la población no-trabajadora con respecto a la trabajadora. La primera(62), ya que con ella la cuota de trabajo vivo empleado aumenta más lentamente que la cuota de capital utilizado, admite una proporción mayor de la población no trabajadora con respecto a la trabajadora.
La relación recíproca entre los diversos componentes del capital, tal como se presentan en el devenir de éste —en el cual obtiene de la circulación la materia prima y el instrumento, las condiciones del producto, y se relaciona con ellos como con supuestos dados—, desaparece ciertamente cuando se la examina más de cerca, ya que todos los momentos se presentan como igualmente producidos por el capital, pues en caso contrario no habría sometido a su dominio todas las condiciones de su producción; pero para el capital individual se mantienen en la misma relación. Por tanto siempre se puede considerar como valor constante una parte del mismo, y es sólo la parte invertida en trabajo la que varía. Estos componentes no se desarrollan de manera uniforme, pero el capital, tal como se verá en la competencia, tiende a distribuir uniformemente la fuerza productiva. [314]
Como la creciente productividad del trabajo opondría al capital una barrera constituida por la masa no creciente de la materia prima y de la maquinaria, el curso del desarrollo industrial consiste en que cuanto más la producción sea producción de materias primas para la industria —tanto materia prima para el material de trabajo como [para] el instrumento—, cuanto más el material de trabajo se aproxime a la mera materia prima, tanto más será en esas ramas donde comience la introducción del trabajo en gran escala y el empleo de maquinaria. Así, en la hilandería antes que en la tejeduría, en la tejeduría antes que en la imprenta, etc. En la producción de los metales, que constituyen la materia prima principal para los instrumentos de trabajo, en el primer lugar. Si es imposible aumentar rápidamente el producto bruto genuino, esto es, el que suministra la materia prima a la industria en el nivel inferior, se echará mano al sustituto que sea pasible de un incremento más acelerado. (Algodón, en lugar de lino, lana y seda.) Con la sustitución del trigo por las papas ocurre lo mismo en los medios de subsistencia. En este último caso se remplaza la mayor productividad mediante la producción de un artículo inferior, que contiene menos sustancias hematopoyéticas y por tanto condiciones orgánicas menos costosas para su reproducción. Esto último tiene cabida en el análisis del salario. En la discusión sobre el salario mínimo no olvidarse de Rumford[243].
Abordaremos ahora el tercer case del plustrabajo relativo, tal como se presenta en el empleo de la maquinaria. //662//
[[En el curso de nuestra exposición hemos visto cómo el valor, que aparecía como una abstracción, sólo es posible en calidad de tal abstracción una vez que está puesto el dinero; esta circulación monetaria, por otra parte, lleva al capital, y por tanto sólo puede desarrollarse plenamente sobre la base del capital, así como, en suma, la circulación sólo sobre esa base puede englobar todos los momentos de la producción. En el desarrollo, pues, se revela no sólo el carácter histórico de las formas que, como el capital, pertenecen a determinada época histórica, sino que determinaciones tales como el valor, que se presentan como puramente abstractas, ponen de manifiesto la base histórica de la que han sido abstraídas y solamente sobre la cual, pues, pueden aparecer en esa abstracción; y determinaciones [315] tales, que plus ou moins(63) pertenecen a todas las épocas, como por ejemplo el dinero, evidencian la modificación histórica a que han sido sometidas. Entre los antiguos no se encuentra el concepto económico del valor. Valor, a diferencia de pretium(64), sólo jurídicamente, en casos de fraude, etc. El concepto de valor es enteramente propio de la economía más reciente, ya que constituye la expresión más abstracta del capital mismo y de la producción fundada en éste. En el concepto de valor se delata su secreto.]]
Lo que caracteriza al plustrabajo fundado sobre la maquinaria es la reducción del tiempo de trabajo necesario, la que ocurre en la forma de una menor utilización de jornadas laborales simultáneas, de menos obreros. El segundo momento(65), [[es]] que el capital tiene que pagar el aumento de la fuerza productiva misma, [[que ese aumento]] no es gratuito. El medio, a través del cual se pone en obra este aumento de la fuerza productiva, es también tiempo de trabajo inmediato y objetivado, valor, y para apoderarse del mismo el capital tiene que intercambiar por aquél una parte de su propio valor. Analizar la introducción de la maquinaria a partir de la competencia y de la ley —fijada por ésta— de la reducción de los costos de producción, no presenta dificultades. Se trata aquí de analizarla a partir de la relación del capital con el trabajo vivo, sin tomar en consideración a otro capital.
Si un capitalista empleara en el hilado del algodón a 100 obreros que le cuestan 2.400 £ y sustituyera por una máquina de 1.200 libras a 50 obreros, pero de tal manera que también la máquina se desgastara totalmente en un año y hubiera que sustituirla por otra al comienzo del segundo año, salta a la vista que nada habría ganado con ello, que tampoco podría vender más baratos sus productos. Los 50 obreros restantes harían el mismo trabajo que antes hacían 100; el tiempo de plustrabajo de cada obrero habría aumentado en la misma proporción en que se había reducido su número, por lo cual habría permanecido incambiado. Si antes ese tiempo de plustrabajo //663// era diariamente = 200 horas, esto es, 2 horas por cada una de las 100 jornadas laborales, ahora sería asimismo = 200 horas de trabajo, id est = 4 por cada una de las 50 jornadas laborales. Con respecto al obrero, su plustiempo [316] habría aumentado; para el capital la cosa sería la misma, ya que ahora tendría que intercambiar 50 días de trabajo (tiempo necesario y plustiempo sumados) por la máquina. Las 50 jornadas laborales objetivadas, que el capital intercambia maquinaria, no le darían, pues, más que un equivalente, en vez de plustiempo, como si hubiera intercambiado 50 días de trabajo objetivado por 50 de trabajo vivo. Pero esto sería remplazado por el tiempo de plustrabajo de los 50 obreros restantes. Prescindiendo de la forma del intercambio, la cosa sería la misma que si el capitalista hiciera trabajar 50 obreros cuya jornada laboral se compusiera sólo de trabajo necesario y, a cambio de ello, ocupara a otros 50 cuya jornada de trabajo lo resarciera de esta «pérdida». Supongamos empero que la máquina sólo costara 960 libras, es decir, pues, sólo 40 jornadas laborales, y que cada uno de los demás obreros produjera, ahora como antes, 4 horas de plustrabajo, o sea 200 horas o 16 días y 8(66) horas (16 2/3(67) días), de modo que el capitalista habría ahorrado, en sus gastos, 240 libras. Pero mientras que antes con una inversión de 2.400 sólo ganaba 16 días y 8 j horas, ahora con una inversión de 960 ganaría igualmente 200 horas de trabajo. 200 es a 2.400 = 1 : 12; en cambio 200: 2.160 = 20 : 216 = 1 : 10 4/5. Expresándolo en jornadas laborales, en el primer caso el capitalista habría ganado 16 días 8 j horas sobre 100 jornadas laborales, en el segundo la misma cantidad sobre 90; en el primero, sobre 1.200 horas diarias de trabajo, 200; en el segundo, sobre 1.080, 200: 1.200 = 1 : 6; 200: 1.080 = 1 : 5 2/5. En el primer caso el plustiempo del obrero individual = 1/6 de jornada de trabajo = 2 horas. En el segundo caso, sobre 1 jornada laboral(68), 2 6/27 horas. A lo que se agrega, además, que con la aplicación de la maquinaria, la parte del capital que antes se empleaba en instrumentos, debe deducirse del costo excedentario ocasionado por las máquinas. [317] //664//
Money y capital fixe: suponen certain amount of wealth(69) (Economist.) — Proporción entre el capital fixe y el capital circulant. Hilanderos de algodón (Economist)
[[«The money circulating in a country, is a certain portion of the capital of the country, absolutely withdrawn from productive purposes, in order to facilitate or increase the productiveness of the remainder. A certain amount of wealth is, therefore, as necessary, in order to adopt gold as a circulating medium, as it is to make a machine, in order to facilitate any other production»(70) (Economist, vol. V, p. 520).(71)]][244] [[«¿Y cómo ocurren las cosas en la práctica? El sábado, un fabricante obtiene de su banker(72) £ 500 en billetes para wages(73) y las distribuye entre sus obreros. El mismo día la mayor parte de las mismas pasa a manos de los shopkeepers(74) y a través de éstos retornan a sus diversos bankers» (l. c., p. 575).]][245]
[[«A cotton spinner(75) con un capital de 100.000 libras que hubiera desembolsado 95.000 libras for his mill and machinery, would soon find he wanted means to buy cotton and pay wages. His trade would be hampered and his finances deranged. And yet men expect that a nation, which has recklessly sunk the bulk of its available means in railways, debería ser capaz, ello no obstante, to conduct the infinite operations of manufacture and commerce»(76) (l. c., p 1271)]][246] [318]
Esclavitud y trabajo asalariado (Steuart). — Profit upon alienation.(77) Steuart.
«Money… an adequate equivalent for any thing alienable»(78) (J. Steuart) (p. 13) (t. I, p. 32, ed. Dublín, 1770)[247].
[[«En la Antigüedad, to make mankind labour beyond their wants, to make one part of a state work, to maintain the other gratuitously, sólo era posible por medio de la esclavitud… If mankind be not forced to labour, they will only labour for themselves and if they have few wants, there will be few labour. But when states come to be formed and have occasion for idle hands to depend them against the violence of their enemies, food at any rate must be procured for those who do not labour; and as, by the supposition, the wants of the labourers are small, a method must be found to increase their labour above the proportion of their wants. For this purpose slavery was calculated… Here then was a //665// violent method of making men labourious in raising food;… men were then forced to labour because they were slaves of others; men are now forced to labour because they are slaves to their own wants»(79) (Steuart, t. 1, p. 38-40). «It is the infinite variety of wants, and of the kinds of commodities necessary to their gratification, which alone renders the passion for wealth indefinite and insatiable»(80) (Wakefield(81) a propósito de A[dam] Smith, p. 64, note).]][248]
«Machines I consider as a method of augmenting (virtually) [319] the number of industrious, without the expense of feeding an additional number»(82) (Steuart, t. I, p. 123). («When manufacturers get together in bodies, they depend not directly upon consumers, but upon merchants»(83). Steuart, t. I, p. 154)(84) («The abusive agriculture is no trade, because it applies no alienation, but is purel9 a method of subsisting.»)(85) (l. c., p. 156.) («Trade is an operation, by which the wealth, or work, either of individuals, or of societies, may be exchanged, by a set of men called merchants, for an equivalent, proper for supplying every want, without any interruption to industry, or any check upon consumption»(86) (Steuart, I, p. 166).) («While wants continue simple and few, a workman finds time enough to distribute all his work; when wants become more multiplied, men must work harder: time becomes precious; hence trade is introduced. El merchant como intermediario entre el workman y el consumer»(87) (l. c., p. 171).) («Money es el common price(88) de todas las cosas» (l. c., p. 177).) «El dinero está representado por el comerciante. Ante los consumers el comerciante representa la totalidad de los manufacturers; ante éstos la totalidad de los consumers, y his credit supplies para ambas classes the use of money. Representa wants, manufacturers and money by turns»(89) (l. c., p. 177, 178). (Steuart, véase t. 1, p. 181-183, considera al beneficio por oposición al real value(90), que define muy confusamente (pensando en los costos de producción) como cuanto de trabajo objetivado (what a workman can perform in a day, etc.), necessary expence de los workmen, precio de la materia prima, como profit upon alienation, [320] fluctuante según la demand.)(91) En Steuart las categorías son aún muy mudables; todavía no han llegado a ser fijas, como en A. Smith. Acabamos de ver que se identifica el real value con los costos de producción, puesto que junto al trabajo de los workmen y el value del material también figuran, confusamente, los wages como componente aparte. El otro pasaje comprende por intrinsic value(92) de una mercancía el valor de su materia prima o la materia prima misma, mientras //666// que por useful value(93) entiende el tiempo de trabajo empleado en aquélla. «El primero es something real in itself(94); por ejemplo la plata en una filigrana de ese metal. El intrinsic worth of a silk, woollen or linen manufacture is less than the primitive value employed, because it is rendered almost unserviceable for any other use but that for which the manufacture is intended; el useful value, por el contrario, must be estimated according to the labour it has post to produce it. The labour employed in the modification represents a portion of a man’s time, which having been usefully employed, has given a form to some substance which has rendered it useful, ornamental, or in short fit for man, mediately or immediately»(95) (p. 361, 362, t. I, l. c.). (El valor de uso real es la forma que se ha dado a la sustancia. Pero esta forma no es más que trabajo en reposo.) «When we suppose a common standard on the price of any thing, we must suppose the alienation of it to be frequent and(96) familiar. In countries where simplicity reigns… apenas es posible to determine any standard for the price of articles of first necessity… en tales condiciones de la sociedad, los articles of food and necessaries are hardly found in commerce; no person purchases them; because the principal occupation of everybody is to procure them for himself… Sale alone can determine prices, and frequent sale can only fix a standard. Now the [321] frequent sale of articles of the first necessity marks a distribution of inhabitants in labourers and free hands»(97), etc. (t. I, p. 395-396(98), l. c.). (La teoría de la determinación de los precios por la masa del medio circulante fue expuesta en primer término por Locke, repetida en el Spectator del 19 de octubre de 1711, desarrollada y elegantemente formulada por Hume y Montesquieu, llevada formalmente hasta el extremo en sus principios por Ricardo y aplicada en forma práctica, con todos sus absurdos, al sistema bancario, etc., por Loyd, el coronel Torrens, etc.) Steuart polemiza contra ella y, ciertamente, su análisis anticipa, en sustancia, casi todo lo que más tarde expusieron Bosanquet, Tooke, Wilson (cuaderno, p. 26)[249]. (Dice, entre otras cosas, como ilustración histórica: «Es un fact que cuando Grecia y Roma abounded in wealth, when every rarity and the work of choicest artists was carried to an excessive price, an ox was bought for a mere trifle and grain was cheaper perhaps than ever it was in Scotland… La demand is proportioned, not to the number of those, who consume, but of those who buy; now those who consume, are all the inhabitants, but those who buy, are only the few industrious who are free… En Grecia y Roma, esclavitud: those who were fed por el trabajo de sus propios //667// slaves, los esclavos del estado, o mediante el grain distribuido gratuitamente entre el pueblo, had no occasion to go to the market: they did not enter into competition with the buyers… Los few manufacturers then known, made wants in general less extensive; consequently, the number of the industrious free was small, and they were the only persons who could have occasion to purchase food and necessaries: consequently, the competition of the buyers must have been small in proportion, and prices low; además los markets eran supplied en parte por el surplus produced en las lands de los great men, laboured by slaves, who being fed from the lands, [322] the surplus cost in a manner nothing to the proprietors; y como el número de quienes tenían la occasion de comprar era muy reducido, this surplus was sold cheap. Por añadidura the grain distributed to the people gratis, necesariamente tenía que mantener down el mercado, etc. Por el contrario por a fine mullet o an artist, etc., gran competencia y por tanto precios en extraordinario ascenso. The luxury of those times, though excessive, was confined to a few, and as money, in general, circulated but slowly through the hands of the multitude, it was constantly stagnating in those of the rich, who found no measure, but their own caprice, in regulating the prices of what they wished to possess»(99). (26, 27, cuaderno, Steuart.)[250] «Money of account no es sino una arbitrary scale of equal parts, invented for measuring the respective value of things vendible. Money of account difiere totalmente del money-coin, which is price(100), y podría existir aunque no hubiera en el mundo ninguna sustancia que fuese el proportional equivalent(101) de todas las mercancías» (t. 11, p. 102). [323] «Money of account(102) presta el mismo servicio para el valor de las(103) cosas que los minutos, segundos, etc., para los ángulos o las scales para los geographical maps, etc. En todas estas inventions siempre some denomination taken for the unit»(104) (l. c.). «The usefulness of all those inventions(105) being solely confined to the marking of proportion. Just so the unit money can have no invariable determinate proportion to any part of value, i. e., it cannot be fixed to any particular quantity of gold, silver o any other commodity whatsoever. The unit once fixed, we can, by multiplying it, ascend to the greatest value»(106), etc. (p. 103). «So money a scale for measuring value»(107) (p. 102). «The value of commodities, therefore, depending upon a general combination of circumstances relative to themselves and [to] the fancies of men, their value ought to be considered as changing only whith respect to one another; consequently, any thing which troubles or perplexes the ascertaining those changes of proportion by the means of a general, determinate //668// and invariable scale, must be hurtful to trade and a clog upon alienation»(108) (l. c.)[251]. «Debe distinguirse de manera tajante entre price (es decir coin) considered as a measure y precio considered as an equivalent for value. Los metals no desempeñan igualmente bien cada una de las dos funciones… Money is an ideal scale of equal parts. If it be demanded what ought to be the standard of value of one part? I answer, by putting another question: What is the standard length of a degree, a minute, a second? It has none —but so soon as one part becomes determined, by the nature of a scale, alI the rest must follow in [324] proportion»(109) (p. 105). «Ejemplos de este dinero ideal son el dinero bancario de Amsterdam y el Angola money(110) en la costa africana. El bank money stands invariable like a rock in the sea. According to this ideal standard are the prices of all things regulated»(111) (p. 106, 107)(112).
En la recopilación de los economistas italianos, reunida por Custodi, Parte antica, tomo III: Montanari (Geminiano), Della moneta[252], escrito about(113) 1683, dice en torno a la «invención» del dinero: «E cosí fattamente diffusa per tutto il globo terrestre la comunicazione de' popoli insieme, che può quasi dirsi esser il mondo tutto divenuto una sola città in cui si fa perpetua fiera d'ogni mercanzia, e dove ogni uomo di tutto ciò che la terra, gli animali e l'umana industria altrove producono, può mediante il danaro stando in sua casa provvedersi e godere. Maravigliosa invenzione!(114)» (p. 40). «Ma perché egli è proprio ancora delle misure d'aver siffatta relazione colle cose misurate, che in certo modo la misurata divien misura della misurante, ond'è che siccome il moto è misura del tempo cosí il tempo sia misura del moto stesso; quindi avviene che non solo sono le monete misure de' nostri desiderii, ma vicendevolmente ancora sono i desiderii, misura delle monete stesse e del valore»(115) (p. 41-42). «E egli ben manifesto quanto maggior numero di moneta correrà in commercio entro fi recinto di quella provincia in proporzione [325] delle cose vendibile che vi sono, tanto piú care quelle saranno, se cara può dirsi una cosa perciocchè vaglia molto oro in paese ove l’oro abbondi e non piuttosto vile debba in quel caso chiamarsi l’oro medesimo, di cui tanta pozione sia stimata quanto un’altra cosa che altrove piú vile viene considerata?(116)» (p. 48).
«Hace 100 años el chief feature in the commercial policy of nations era la amassing of gold and silver, as a kind of wealth par excellence»(117) (p. 67) (Gouge W[illia]m. A Short History of Paper Money and Banking in the United States. Filadelfia, 1833)[253]. (Barter in United States(118)) (véase Gouge, cuaderno VIII, p. 81 y ss.): «En Pennsylvania, así como en las demás colonias, un importante traffic was //669// carried on by barter… Todavía en 1732(119) en Maryland se passed una ley making tobacco a legal tender at one penny a pound, and Indian corn at 20 d. a bushel»(120) (p. 5) part. II). Pero pronto, «their trade with the West-Indies, and a clandestine commerce con los Spanish made silver so plentiful, que en 1652 a mint was established in New England for coining shillings, sixpence and three penny pieces»(121) (p. 5) (l. c.). «En 1645 Virginia prohibió dealings by barter, y estableció la Spanish piece of 8 to 6 sh. as the standard currency de la colony (el dólar español)… Las otras colonias affixed diversas denominations al dólar… La money of account(122) era en todas partes, nominalmente, la misma que en Inglaterra. La coin(123) del país era, en [326] especial, española y portuguesa», etc.; cfr. p. 81, cuaderno VIII)[254]. (P. 6[255] Por una ley de la Queen Anne(124) se intentó poner término a esta confusión.)
Industria lanera en Inglaterra desde Isabel (Tuckett). — Silk manufacture (same)(125). Hierro, ídem. Cotton(126)
Tuckett: A History of the Past and Present State of the Labouring Population, etc., 2 vol. Londres, 1846(127) [256].
«Manufactura lanera: En tiempos de Isabel el clothier occupied the place of the millowner or manufacturer; he was the capitalist who brought the wool, and delivered it to the weaver, in portions of about 12 pounds, to be made in to cloth. En un comienzo la manufacture estaba confined to cities y corporate y market-towns, the inhabitants of the villages making little more than [sufficed] for the use of their families. Más adelante in non-corporate towns favoured by local advantages y también in country places by farmers, graziers y husbandmen, who commenced making cloth for sale, as well as for domestic use(128).»[257] (Las calidades más bastas.) «En 1551 se aprobó una ley que limitaba el número de los looms and apprentices que podían tener los clothiers y los weavers residing out of cities; ningún country weaver should have a tucking mill, nor any tucker a loom. Según una ley del mismo año todos los weavers de broad cloth tenían que seguir un apprenticeship de 7 años. Pese a ello la village manufacture, as an object of mercantile profit, took firm root. 5 y 6 Eduardo VI, c. 22, a statute, prohibió el use of machinery… Flemings y Dutch(129) [327] conservaron por ello su superioridad en esta manufactura hasta fines del siglo XVII…[258]. En 1668 se introdujo de Holanda un Dutch loom»(130) (p. 138-141)(131) [259]. «Gracias a la //670// introducción de la maquinaria, en 1800 una persona podía work(132) tanto como 46 en el año 1785. En 1800 el capital invested in mills, machinery, etc., appropriated para el woollen trade(133) era de no menos de 6 millones de £, y el número total de las personas of all ages(134) ocupadas en Inglaterra en este ramo era de 1.500.000» (p. 142-143)(135). La fuerza productiva del trabajo [[resulta]] pues, acrecentada en un 4.600%(136). Pero, en primer término, para el capital fixe ese guarismo era de apenas 1/6, aproximadamente; en proporción al capital total (materia prima, etc.) quizás era de sólo 1/20. «Pocas veces una manufactura ha obtenido tales ventajas de los improvements in science(137) como el arte de teñir los paños, gracias a la aplicación de las laws of chemistry»(138) (l. c., p. 143-144)(139).
Silk manufacture(140). Hasta los comienzos del siglo XVIII «el art of silk throwing había alcanzado su mayor desarrollo en Italia, donde machinery of a particular description fue adopted para esta finalidad. En 1715 John Lombe, uno de tres hermanos que tenían un negocio como throwsters y silk-merchants, viajó a Italia y se las ingenió para obtener un modelo en una de las milis. Lombe y sus hermanos levantaron en Derby, en 1719, a silk mill con la improved machinery. Esta mill contained 26.586 wheels, all turned by one water wheel… Parliament le dió 14.000 libras for throwing open the secret to the trade. Esta mill se aproximaba más to the idea of a modern factory than any previous establishment de la misma índole. La maquinaria tenía 97.746 wheels, movements, and individual parts working [328] day and night, todo lo cual recibía su motion from one large water wheel and were governed by one regulator, y it employed 300 persons to attend and supply it with work»(141) (133-134)(142). (En la silk trade(143) inglesa no se manifestaba ninguna spirit of invention(144); la introdujeron por primera vez los tejedores de Amberes evadidos tras el sacking of the town(145) por el duque de Parma; French refugees(146), introdujeron luego (1685-1692) varias branches(147) [260].)
En 1740, 59 altos hornos produjeron 1.700 toneladas de hierro; en 1827, 284 produjeron 690.000. Los altos hornos, pues, aumentaron como 1 : 4 48/59, ni siquiera se quintuplicaron(148); las tons(149) como 1 : 405 15/17(150). (Cfr., en torno a la proporción en una serie de años, l. c., cuaderno, p. 12.)[261]
En la manufactura del vidrio se evidencia de la manera más clara en qué grado el progreso de la ciencia depende de la //671// manufactura. De otra parte, por ejemplo, el invento del cuadrante [[de reflexión]] surgió de las necesidades náuticas; el parlamento fijó premios para los inventos[262].
Ocho máquinas algodoneras, que en 1825 costaban £ 5.000, were 1833 sold for £ 300(151). (Sobre hilado del algodón, véase l. c., p. 13, cuaderno.)[263]
«A first rate cotton spinning factory cannot be built, filled with machinery, and fitted with gas work and steam engine, under £ 100.000. A steam engine, of one hundred horse power will turn 50.000 spindles, which will produce 62.500 miles of fine cotton thread per day. In such a factory, 1.000 persons will spin as much threads as 250.000 persons could [329] without machinery. McCulloch estimates the number in Britain at 130.000(152)» (p. 281(153), l. c.).
Origen del trabajo asalariado libre. Vagabundaje. Tuckett
«Where there are no regular roads, there can hardly be said to be a cornmunity; the people could have nothing in common»(154) (270, Tuckett, l. c.).
«Del produce de la earth, useful to men, 99/100 son el produce of men»(155) (l. c., p. 348.)[264]
«When slavery or life-apprenticeship was abolished, the labourer became his own master y se le abandonó a sus propios resources. Pero si no hay suficiente trabajo, etc., men will not starve whilst they can beg or steal; consequently the first character the poor assumed was that of thieves and mendicants»(156) (p. 637, note, t. II, l. c.). «One remarkable distinction of the present state of society, since Elisabeth, es que su ley de pobres era especialmente una ley for the enforcement of industry, intended to meet the mass of vagrancy that grew out of the supression of the monasteries and the transition from slavery to free labour. Como ejemplo de ello señalemos la 5.ª ley de Isabel, directing house holders using half a plough of land in tillage, to require any person they might find unemployed, to become their apprentice in husbandry, or in any art or mystery; si rehusaba, to bring him before a justice, who was almost compelled to commit him to ward until he consented to be bound. Bajo Isabel era necesario que de cada 100, 85 [se dedicaran] a la producción of food. At present, no se da a lack of industry, but a [330] profitable ernployment… The great difficulty then was to overcome the propensity of idleness and vagabondage, not to procure them remunerative occupation. During this reign there were several acts of the legislature to enforce the idle to labour»(157) (p. 643, 644, t. II, l. c.). //672//
«Fixed capital, when once formed, ceases to affect the demand for labour, but during its formation it gives employment to just as many hands as an equal amount would employ, either of circulating capital, or of revenue»(158) (p. 56, John Barton, Observations on the Circumstances which Influence the Condition of the Labouring Classes of Society, Londres, 1817, p. 56.)[265]
Blake sobre la acumulación y la tasa del beneficio. (Muestra que los precios, etc., no son indiferentes, porque una clase de meros consumers(159) no consume y reproduce a la vez,) — Dormant capital(160)
«La community se compone de dos clases de personas; la una, que consumes y reproduces, la otra, que consumes without reproduction. Si toda la sociedad se compusiera de producers, el precio a que intercambiaran entre sí sus mercancías traería aparejadas pocas consecuencias; but those who are only consumers form too numerous a class to be overlooked. Their power of demandíng arises from seats, mortgages, annuities, professions y services of various descriptions rendered to the community. The higher the price at which [331] the class of consumers can be made to buy, the greater will be the profit of the producers upon the mass of commodities which they sell to them. Entre estas clases puramente consumidoras el gobierno ocupa the most prominent station(161)». (W. Blake, Observations on the Effects Produced by the Expenditure of Government During the Restriction of Cash Payments, Londres, 1823, p. 42, 43)[266]. Blake, para demostrar que el capital prestado al estado no es necesariamente aquel que antes estaba employed(162) de manera productiva, dice (y lo que aquí nos interesa es sólo la admisión de que una parte del capital está siempre dormant(163)): «El error radica en la hipótesis: 1) de que el whole capital del country está fully employed; 2) that there is immediate employment for successive accumulations of capital as it accrues from saving. I believe there are at all times some portions of capital devoted to undertakings that yield very slow returns y slender profits, and some portions lying wholly dormant in the form of goods, for which there is no sufficient demand… Now, if these dormant portions and savings could be transferred into the hands of government in exchange for its annuities, they would become sources of new demand, without encroaching upon existing capital»(164) (p. 54, 55, l. c.). «Whatever amount of produce is withdrawn from market by the demand of the saving capitalist, is poured back again, with addition, in the goods that he reproduces. El gobierno, por el contrarío, los incauta para consumirlos sin reproducción… [332] //673// Donde los savings se forman con el revenue, es claro que la persona entitled to enjoy the portion saved is satisfied without consuming it. It proves that the industry of the country is capable of raising more produce than the wants of the community require. If the quantity saved is employed as capital in reproducing a value equivalent to itself, together with a profit, this new creation, when added to the general fund, can be drawn out by that person alone who made the savings, i. e. by the very person who has already shown his disinclination to consume… If every one consumes what he has a might(165) to consume, there must of necessity be a market. Whoever saves from his revenues, foregoes this might(166), and his share remains undisposed of. Should this spirit of economy be general, the market is necessarily overstocked, and it must depend upon the degree en que accumulates este excedente, whether it can find new employments as capital»(167) (56, 57). (Cfr. en general este escrito en la sección sobre la acumulación.) (Cfr. cuaderno, p. 68 y p. 70[267], donde se indica que la rate of profits y wages(168) aumenta a causa de los precios, en virtud de la demanda de guerra, without any respect «to the quantity of land taken last into cultivation»(169).)[268] «Durante las guerras de la revolución, la tasa del interés subió en el mercado a 7, 8, 9 e incluso 1,0%, aunque durante todo el tiempo lands of the lowest quality were cultivated»(170) (l. c., p. 64-66)[269]. «La suba del interés a 6, 8, 10 e incluso 12% pone de manifiesto la [333] suba del beneficio. La depreciación del dinero, supposing it to exist(171), en nada podía alterar la proporción entre el capital y el interés. Si 200 fibras no valieran más que 100 libras, 10 libras de interés no valdrían más que 5 libras; lo que affected el value del principal, would equally affect the value of profits. It could not alter the relation between the two»(172) (p. 73). El razonamiento de Ricardo, según el cual el precio de los wages no puede hacer que aumente el precio de las mercancías, no se ajusta a una sociedad donde una large class are not producers»(173) (l. c.)[270]. «More than the just share is obtained by the producers at the expense of that portion, which of right belongs to the class who are only consumers»(174) (74). Esto, naturalmente, es importante, ya que el capital no sólo se intercambia por capital, sino también por rédito y todo capital puede incluso ser consumido en calidad de rédito. Con todo, nada tiene que ver ello con la determinación del beneficio en general. Éste, bajo la forma de profit, interest, rent, pensions(175), impuestos, etc., puede distribuirse (al igual que parte del salario, even(176)) entre las diversas categorías y clases de la población. Nunca pueden repartirse entre sí más que el plusvalor total o el surplusproduce(177) total. La ratio(178) según la cual se lo reparten es importante, naturalmente, desde el punto de vista económico, pero nada cambia en cuanto al problema precedente.
«Si la circulación de mercancías de [[un valor de]] 400 //674// millions requiriera a currency(179) de 40 millions y esta proporción de 1/10 fuera el due level(180), en tal caso, si el valor de las mercancías circulantes aumentara a 450 millones, from natural causes, the currency, in order to continue at its level, tendría que aumentar a 45 millones o los 40 millions must be made to circulate con tal increased rapidity, by banking or other improvements, as to perform the functions of 45 millions… Such an [334] augmentation, or such rapidity, [es] la consequence y no la cause del increase of príces»(181) (Blake, l. c., p. 80 y s.; cfr. cuaderno, p. 70).
«En Roma la upper y middle class adquirió gran riqueza by Asiatic conquest, but not being created by commerce or manufactures, it resembled that obtained by Spain from her American colonies»(182) (p. 66, t. 1, Mackinnon, History of Civilisation, Londres, 1846, t. 1)[271].
Domestic agricultura(183) a comienzos del siglo XVI. Tuckett
«En el siglo XV, Harrison asserts» (ver también Eden)[272], «los farmers apenas able to pay their rents» sin «selling a cow, or a horse, or some of their produce, aunque a lo sumo pagaban 4 libras por una farm… The farmer in these times consumed the chief party or the produce to be raised, his servants taking their seats with him at his table… The principal materials for clothing were not bought, but were obtained by the industry of each family. The instruments of husbandry were so simple that many of them were made, or at least kept in repair by the farmer himself. Every yeoman was expected to know how to make yokes or bows, and plough gear; such work employed their winter evenings»(184) (p. 324, 325, l. c., Tuckett, t. 1)[273]. [335]
Beneficio. Interés. Influencia de la maquinaria sobre el fondo de trabajo. Westminster Review
Interés y beneficio: «Si un individuo emplea productivamente sus propios savings, la remuneración of his time and skill es agency for superintendente (además el beneficio incluye el riesgo to which his capital may have been exposed in his particular business); y la remuneración for the productive employment of his savings, interest(185). El total de esta remuneración gross profit; si un individuo emplea los savings de otro, le corresponde la agency only. Si un individuo presta a otro sus savings, sólo el interest o el net profit»(186) (Westminster Review, January(187) 1826, //675// p. 107, 108)[274]. De modo que aquí interest = net profit = remuneration for the productive ernployments of savings(188); el verdadero beneficio es la remuneración por la agency for superintendence during his productive employment(189). El mismo filisteo afirma: «Every improvement in the arts of production que no does disturb the proportion entre las portions del capital dedicado y no dedicado al payment for wages, is attended with an increase of employment to the labouring classes; cada fresh application of machinery and horse labour is attended with an increase of produce y consecuentemente de capital; to whatever extent it may diminish the ratio which that part of the national capital forming the fund for the payment of wages bears to that which is otherwise employed, su tendencia es la de not diminish but to increase the absolute amount of that fund y hence to increase the quantity of employment»(190) (l. c., p. 123). [336]
El dinero como medida de los valores y pauta de los precios. Crítica de las teorías sobre la unidad de medida del dinero
De la determinación del dinero como medida, así como, en segundo lugar, de la ley fundamental según la cual, dando por supuesta determinada velocidad de la circulación, la masa del medio circulante está determinada por los precios de las mercancías y por la masa de las mercancías que circulan a determinados precios, o por el precio total, por la suma total de las mercancías, la que a su vez está determinada por dos circunstancias: 1) el nivel del precio de las mercancías; 2) la masa de las mercancías que se encuentran en circulación a determinados precios; además, 3) de la ley según la cual el dinero en cuanto medio de circulación se transforma en moneda, en momento meramente evanescente, simple signo de los valores que intercambia, se desprenden determinaciones más precisas, que desarrollaremos tan sólo cuando y en la medida en que coincidan con relaciones económicas más complejas, circulación crediticia, curso cambiario, etc.[275]. Es necesario evitar todos los detalles y, donde hay que introducirlos, no hacerlo sino cuando han perdido su carácter elemental.
D’abord la circulación monetaria, en cuanto la forma más superficial (en el sentido de expulsada a la superficie) y más abstracta de todo el proceso de producción, en sí misma carece de contenido, salvo en la medida en que sus propias diferencias formales, precisamente las determinaciones simples que desarrolláramos en la segunda sección[276], constituyen su contenido. Es claro que la circulación monetaria simple, considerada en sí, no está replegada en sí misma, [[sino que]] se //676// compone de un sinnúmero de movimientos indiferentes y accidentalmente yuxtapuestos.
Puede considerarse, p. ej., a la moneda como punto de partida de la circulación del dinero, pero no tiene lugar ninguna ley del reflujo hacia la moneda, salvo la de depreciación por wear y tear(191) que hace necesaria la refundición y new issue of coins(192). Esto se refiere únicamente al aspecto material y no constituye absolutamente ningún momento de la circulación misma. Dentro de la circulación misma el punto de retorno [337] puede diferir del de partida; en la medida en que se verifica una inflexión hacia el retorno, la circulación monetaria se presenta como mero fenómeno de una circulación que está detrás de ella y la determina, por ejemplo cuando consideramos la circulación monetaria entre el fabricante, el obrero, el shopkeeper(193) y el banquero. Por lo demás las causas tocantes a la masa de las mercancías lanzadas a la circulación, al alza y baja de los precios, a la velocidad de la circulación, al cuanto de los pagos simultáneos, son todas circunstancias extrínsecas a la circulación monetaria simple. Son relaciones que se expresan en ella; ésta, por decirlo así, les da los nombres, pero no son explicables a partir de su propia diferenciación. Diversos metales prestan servicios como dinero y la relación de valor entre los mismos es diferente, variable. Hace su aparición así la cuestión del double standard(194), etc., que adopta formas histórico-mundiales. No obstante, sólo las adopta, y el double standard mismo sólo aparece, gracias al comercio exterior: por eso, una consideración provechosa supone el desenvolvimiento de relaciones muy superiores a la simple relación monetaria.
El dinero en cuanto medida del valor no se expresa en una cuota de oro en lingotes, sino en monedas de cuenta, nombres arbitrarios para partes alícuotas de un mismo cuanto de la sustancia monetaria. Estos nombres pueden modificarse; la relación entre la moneda y su sustancia metálica puede alterarse, mientras que la denominación se mantiene idéntica. Tal ocurre con las falsificaciones, que desempeñan un gran papel en la historia de los estados. Además los tipos de dinero en los diversos países. Este problema tiene interés meramente con respecto al curso cambiario.
El dinero es medida sólo porque materializa tiempo de trabajo en una sustancia determinada; de ahí que él mismo sea valor y precisamente porque esa materialidad determinada tiene vigencia como materialidad objetiva y universal del valor, como la materialización del tiempo de trabajo en cuanto tal, a diferencia de sus encarnaciones meramente particulares; o sea porque es un equivalente. Pero como en su función en cuanto medida el dinero sólo es un punto de comparación imaginario, sólo necesita existir idealmente, la traducción ideal de [338] las mercancías sólo tiene lugar en su existencia universal, en cuanto valor; como, además, en esta calidad de elemento que //677// mide figura tan sólo como moneda de cuenta y decimos que una mercancía vale tantos chelines, francos, etc., cuando la traducimos en dinero; todo esto ha dado pie a la confusa idea, desarrollada por Steuart y remozada cada tanto y recentísimamente en Inglaterra como si se tratara de un profundo descubrimiento, de una medida ideal. Esto es; se entiende así que los nombres libra, chelín, guinea, dólar, etc., que valen como unidades de cálculo, no son denominaciones determinadas de determinada cantidad de oro, plata, etc., sino puntos de comparación meramente arbitrarios, que en sí mismos no expresan valor alguno, ningún cuanto determinado de tiempo de trabajo objetivado. De ahí toda la cháchara en torno a la fijación del precio del oro y la plata; por precio debe comprenderse aquí el nombre con que se designan las partes alícuotas. Una onza de oro se divide actualmente en 3 £. 17 sh. 10 d.(195) A esto se llama fijar el precio; sólo se trata, como señaló Locke con acierto, de fijar el nombre de partes alícuotas de oro y plata, etc. Expresados en sí mismos, el oro, la plata, desde luego que son iguales a sí mismos. Una onza de oro es una onza, tanto la llame 3 l. como 20 l. En pocas palabras, esa medida ideal en el sentido de Steuart significa esto: si digo que la mercancía a vale 12 l., la mercancía b 6, la mercancía c 3 = se relacionan entre sí = 12 : 6 : 3. Los precios sólo expresan relaciones conforme a las cuales esas mercancías se intercambian entre sí. 2b se intercambian por 1a y 1 1/2b por 3c.(196) Ahora bien, en lugar de expresar la relación de a, b, c en dinero real, que tiene él mismo un valor, en lugar de la £, que expresa determinada masa de oro, podríamos elegir con igual validez cualquier nombre arbitrario e inexpresivo (esto significa aquí ideal) por ejemplo rincha a = 12 rinchas; b = 6 r; c = 3 r. Esta palabra r no es aquí más que un nombre, sin ninguna relación con contenido alguno que le sea propio. El ejemplo de Steuart con el grado, el minuto y el segundo no demuestra nada, ya que aunque el grado, el minuto(197) y el segundo tienen magnitudes variables, no son meros nombres, sino que expresan siempre la parte alícuota de determinada magnitud [339] espacial o temporal. Tienen, pues, en realidad una sustancia. El hecho de que el dinero, en su determinación como medida, sólo funcione como algo imaginario, se transforma aquí en que es una representación arbitraría, un mero nombre, o sea un nombre para la relación numérica de valor. Nombre para una simple relación entre guarismos.
Lo correcto sería entonces no expresar nombre alguno, sino una mera relación numérica, ya que todo el chiste termina en eso: recibo 6 a por 12 b, 3 b por 6 c;(198) relación que puede también expresarse así: a = 12 x, b = 6 x, c = 3 x; donde la x misma es simplemente un nombre para la relación de a : b y b: c. La mera relación numérica abstracta would not do(199). Ya que a : b = 12 : 6 = 2 : 1, y b : c = 6 : 3 = 2 : 1. Luego, //678// c = 1/2. Luego, b = 1/2, o sea que b = c. Luego, a = 2, y b = 2; luego, a = b.
Tomemos cualquier lista de precios[277]; por ejemplo potasa, 35 sh. el medio quintal; cocoa, 60 sh. la lb.; iron (bars) (p. ton)(200) 145 sh., etc. De modo que para tener la relación de esas mercancías entre sí no sólo puedo olvidarme perfectamente de la plata [[presente]] en el chelín: los simples números —35, 60, 145, etc.— bastan para determinar las recíprocas relaciones de valor entre la potasa, la cocoa, los lingotes de hierro. Los números abstractos son suficientes aquí, y no sólo porque puedo dar a su unidad, el 1, cualquier nombre sin relación alguna con un valor; no necesito darle ningún nombre. Steuart[278] insiste en que tengo que darle un nombre cualquiera, pero que éste, como mera denominación arbitraria de la unidad, como simple marking of proportion cannot be fixed to any portion de la quantity of gold, silver or any other commodity(201).
En toda medida, en cuanto sirve de punto de comparación —es decir, cuando los diversos elementos que se debe comparar están puestos en la relación numérica con la medida como unidad y quedan vinculados unos a otros—, la naturaleza de la medida se vuelve indiferente y desaparece en el mismo acto de comparación: la unidad de medida se ha convertido en mera unidad numérica; la cualidad de esa unidad ha desaparecido, por ejemplo el hecho de que se trata de una [340] magnitud de longitud o temporal o de un grado angular, etc. Pero es sólo si se presupone ya como medidos a los diversos elementos, que la unidad de medida marks only proportion between them(202) o sea por ejemplo en nuestro caso, la proporción entre sus valores. La unidad de cómputo no sólo tiene nombres diferentes según los diversos países, sino que es nomen(203) de diferentes partes alícuotas de una onza de oro, por ejemplo. El curso cambiario las reduce a todas, empero, a la misma unidad de peso de oro o plata. Si supongo, por ende, que las diversas magnitudes de las mercancías, por ejemplo como arriba, son = 35 sh., 60 sh., 145 sh., tendremos que a los efectos de su comparación, puesto que ahora el 1 está presupuesto como igual en todas y éstas han llegado a ser conmensurables, será completamente superflua la consideración de que el sh. es una cantidad determinada de plata, el nombre para determinado cuanto de plata. Pero tan sólo se convierten en meras magnitudes numéricas, en cantidad de una unidad homónima arbitraria, comparables entre sí, y tan sólo expresan proporciones recíprocas, cuando cada mercancía está medida con la que presta servicios de unidad de medida. Pero sólo puedo medirlas entre sí, sólo puedo volverlas conmensurables, siempre que tengan una unidad; y ésta es el tiempo de trabajo contenida en ambas. La unidad de medida, //679// pues, tiene que [ser] cierto cuanto de una mercancía en la cual está objetivado un cuanto de trabajo. Como la misma cantidad de trabajo no se expresa siempre en el mismo cuanto de oro, por ejemplo, el valor mismo de esta unidad de medida será variable. Pero en cuanto se considera al dinero sólo como medida, esta variabilidad no significa un obstáculo. En el mismo comercio de trueque —cuando se ha desarrollado hasta cierto punto, por ende cuando es una operación normal, reiterada, no sólo un acto esporádico— aparece alguna otra mercancía como unidad de medida, por ejemplo, el ganado en Homero. Para el papú salvaje de la costa, que con tal de «obtener un foreign article(204) trueca 1 o 2 de sus hijos y cuando no los tiene a mano toma prestados los de su vecino, prometiendo to give his own in exchange, when they come to hand, his request being rarely refused»(205) [279], no existe [341] ninguna medida para el intercambio. El único aspecto del intercambio que existe para él es el hecho de que sólo por la enajenación de las cosas que posee puede apropiarse de las ajenas. Esta enajenación misma no está regida para él más que por su fancy on the one side(206), y del otro lado por la magnitud de su propiedad movable(207). En el Economist del 13 de marzo de 1858 leemos, en una carta al director: «As the substitution in France of gold for silver in the coinage (which has been the principal means hitherto of absorbing the new discoveries of gold) must be approaching its completion, particularly as less coinage will be wanted for a stagnant trade and reduced prices, we may expect ere long that our fixed price of 3 £ 17 sh. 10 1/2 d. an ounce will attract the gold here»(208) [280]. Ahora bien, ¿qué significa eso del «fixed price of 3 l. 17 sh. 10 1/2 d. an ounce» of gold? Nothing else but that a certain aliquote part of an ounce is called penny, a certain multiple of this penny-weight of gold a shilling, and a certain multiple of this shilling-weight of gold a pound?(209) ¿El señor se imagina que en otros países el florín de oro o el louis d’or(210), etc., no designan asimismo determinado cuanto de oro, es decir, que un cuanto determinado [de oro] no tiene un nombre fijo? ¿Que esto es un privilegio de Inglaterra? ¿O una especialidad? ¿Que en Inglaterra una onza de oro(211) expresada en dinero(212) es más que una onza de oro(213) y en otros países menos? Sería curioso saber lo que entiende este caballero por curso cambiario.
Lo que induce a Steuart en error es lo siguiente: los precios de las mercancías no expresan nada que no sea las relaciones según las cuales son intercambiables, las proporciones conforme a las que se intercambian entre sí. Una vez dadas [342] esas proporciones, pueda atribuirle a la unidad cualquier nombre, ya que bastaría el número abstracto e innominado, y en vez de decir que esta mercancía es = 6 stüber(214), aquélla = 3, etc., podría decir que ésta = 6 unidades, aquélla = 3; en absoluto necesito darte un nombre a la unidad. Como únicamente //680// se trata aquí de la relación numérica, puedo darle cualquiera. Pero aquí ya está presupuesto que estas proporciones estén dadas, que las mercancías se hayan transformado previamente en magnitudes conmensurables. Una vez que las magnitudes están puestas como conmensurables, sus relaciones se convierten en simples proporciones numéricas. Precisamente el dinero se presenta como medida, y determinado cuanto de la mercancía en la que se representa, como unidad de medida, para encontrar las proporciones, declarar conmensurables las mercancías and to handle(215). Esa unidad real es el tiempo de trabajo, que está relativamente objetivado en ellas. Pero es el tiempo de trabajo mismo, puesto como general. El proceso por medio del cual, dentro del sistema monetario, el tiempo de trabajo determina los valores, no tiene cabida en el análisis del dinero mismo y es exterior a la circulación; está detrás de ella como supuesto y fundamento operante. La cuestión sólo puede ser ésta: en vez de decir que esta mercancía es = una onza de oro, ¿por qué no decir directamente que es = x tiempo de trabajo objetivado en la onza de oro? ¿Por qué el tiempo de trabajo, sustancia y medida del valor, no es al propio tiempo la medida de los precios, o en otros términos, por qué el precio y el valor en general difieren? La escuela prudoniana cree hacer gran cosa al exigir que se establezca esa identidad y que el precio de las mercancías se exprese en tiempo de trabajo. La coincidencia de precio y valor supone igualdad de oferta y demanda, mero intercambio de equivalentes (o sea, no de capital por trabajo), etc.; en suma, formulándola desde el punto de vista de la economía, salta inmediatamente a la vista que esta exigencia niega el fundamento entero de las relaciones de producción basadas sobre el valor de cambio. Pero si suponemos abolida esa base, por otra parte, el problema carecerá de sentido, ya que sólo existe sobre y con la misma. Que la mercancía, en su existencia inmediata como valor de uso, no es valor, no es la forma [343] adecuada del valor, [[es]] = [[a decir]] que lo es en cuanto algo materialmente distinto o que lo es en cuanto equiparada a otra cosa; o que el valor posee su forma adecuada en una cosa específica por oposición a otras. Las mercancías son trabajo objetivado en cuanto valores; por consiguiente el propio valor adecuado tiene que aparecer bajo la forma de una cosa determinada, como forma determinada del trabajo objetivado.
En Steuart los disparates acerca del patrón medida ideal se ilustran históricamente con dos ejemplos, de los cuales el primero, el dinero bancario de Amsterdam, demuestra precisamente lo contrario, ya que no es otra cosa sino la reducción de la moneda circulante a su contenido en oro o plata (a su ley); sobre el segundo machacan todos los innovadores que siguen la misma orientación. Urquhart, por ejemplo, aduce el caso de Berbería, donde un bar(216), un lingote de hierro ideal, //681// un lingote metálico puramente imaginario, sirve como patrón medida que no conoce alzas ni bajas. Si, p. ej., el valor del lingote de hierro real desciende en, digamos, 50%(217), el bar valdrá entonces 2 lingotes de hierro; si de nuevo aumenta en 100%, sólo valdrá uno. El señor Urquhart al mismo tiempo pretende haber comprobado que en Berbería no hay crisis comerciales ni industriales y, menos aún, monetarias, y lo atribuye a los mágicos efectos de ese ideal standard of value(218) [281]. Ese patrón imaginario «ideal» no es sino un valor imaginario real, una imagen que, empero, debido a que el sistema monetario no ha desarrollado sus determinaciones ulteriores —desarrollo que depende de condiciones por entero diferentes— no alcanza ninguna realidad objetiva. Es como si en la mitología se quisiera tener por superiores aquellas religiones cuyas deidades aún no han sido elaboradas bajo una forma visible, sino que permanecen sumidas en la imaginación, o sea que a lo más han recibido una existencia oral, pero no artística. Este bar se funda en un lingote de hierro verdadero, transformado más tarde en un ser fantástico y fijado en cuanto tal. Una onza de oro, expresada en moneda inglesa de cuenta, = 3 £. 17 sh. 10 1/2 d. Well. Well. Digamos que una libra de seda había alcanzado exactamente ese precio, pero que el mismo bajó más adelante, tal como la seda cruda de Milán, que el 12 de marzo del 58 en Londres estaba [344] a 1 £. 8 sh. la libra[282]. Se trata de la representación de un cuanto de hierro, de un lingote de hierro que conserva el mismo valor 1) con respecto a todas las demás mercancías, 2) con respecto al tiempo de trabajo contenido en él. Este lingote de hierro es, desde luego, completamente imaginario, sólo que no es tan fijo, «standing like a rock in the sea»(219) —como creía Steuart y casi 100 años después Urquhart—. Todo lo fijo en el lingote de hierro es el nombre; en un caso el lingote de hierro real contiene dos lingotes ideales; en otro, sólo uno. Lo cual se expresa diciendo que el mismo e inmutable lingote ideal una vez es = 2 y otra vez = 1 lingote real. De tal suerte y en este supuesto, sólo se ha modificado la relación del lingote de hierro real, no del ideal. Pero in fact(220) el lingote de hierro ideal en un caso es el doble de largo que en el otro y únicamente su nombre no ha experimentado cambio. La primera vez 100 libras de hierro, p. ej. se llamaban bar(221), la otra vez 200 [libras], a bar. Supongamos que se emite dinero que represente tiempo de trabajo, bonos horarios, f. i.(222); a ese bono de una hora se le podría bautizar con un nombre cualquiera, p. ej. una libra; a un vigésimo(223) de hora se le podría llamar 1 sh., a 1/240(224) de hora 1 d. El oro y la plata —al igual que todas las demás mercancías—, según el tiempo de producción que cuestan expresarían diversos múltiplos o partes alícuotas de libras, chelines(225), peniques, y una onza de oro tanto podría ser = 8 £ 6 sh. 3 d. como = 3 £ //682// 17 sh. 10 1/2 d. En estos guarismos se expresaría siempre la proporción en la cual determinado cuanto de trabajo está contenido en la onza. En vez de decir que 3 £. 17 sh. 10 1/2 d. = una onza de oro, cuestan ahora sólo 1/2 libra de seda, es posible imaginar que la onza ahora es = 7 £ 15 sh. 9 d(226), o bien que 3 £, 17 sh. 10 1/2 d. no valen ahora más que media onza porque sólo tienen la mitad del valor. Si cotejamos, por ejemplo, los precios del siglo XV en Inglaterra con los del XVIII, podemos encontrar que dos mercancías, por ejemplo, tienen exactamente el mismo valor monetario nominal, digamos 1 £. En este caso la £ es patrón de medida, pero en el primer caso expresa cuatro o cinco veces más [345] valor que en el segundo, y podemos decir que si el valor de esa mercancía en el siglo XV era = 1 onza, en el XVIII sería = 1/4 de onza de oro, porque en el siglo XVIII 1 onza de oro expresa el mismo tiempo de trabajo que un cuarto de onza en el XV. Podría decirse, pues, que la medida, la libra, se ha mantenido incambiada, pero en un caso es = cuatro veces más oro que en el otro. Estamos ante el patrón ideal de medida. La confrontación que planteamos aquí la podrían haber hecho los hombres del siglo XV si hubieran vivido hasta el XVIII; dirían que una onza de oro, que actualmente vale 1 £, antes valía tan sólo 1/4. 4 libras de oro sólo valen lo que 1 en el siglo XV, por ejemplo. Si esa libra hubiera tenido antes el nombre de livre, puedo imaginarme que una livre había sido entonces = 4 libras de oro y que ahora sólo es = 1; se habría alterado el valor del oro, pero la medida de valor, la livre, habría permanecido inalterable. In fact, una livre significaba originariamente, en Francia e Inglaterra, 1 libra de plata, y ahora no es más que 1/x. Puede decirse, por ende, que el nombre livre, el patrón de medida, nominalmente se ha mantenido siempre igual, pero que por el contrario la plata ha cambiado de valor. Un francés que hubiese vivido desde los tiempos de Carlomagno hasta nuestros días, podría decir que la livre de plata seguía siendo como siempre el inalterado patrón de medida del valor, pero que otrora había valido 1 libra de plata y que finalmente, a través de múltiples vicisitudes, sólo valía 1/x de una media onza. La vara es la misma; solo que su longitud difiere según los diversos países. In fact es lo mismo que si, por ejemplo, se diera el nombre livre al producto de un día de trabajo, al oro que puede extraerse en una jornada laboral; esta livre se mantendría incambiada, aunque en diversos períodos expresaría cuantos de oro muy diferentes.[*]
¿Qué es lo que hacemos, en realidad, cuando comparamos //683// 1 £ del siglo XV con 1 £ del siglo XVIII? Ambas son la misma masa de metal (cada una = 20 sh.), pero de diferente [346] valor, ya que el metal valía entonces 4 veces más que ahora. Decirnos, por ende, que comparada con la de hoy la livre era = 4 veces la masa metálica que hoy contiene. Y sería posible imaginar que la livre ha permanecido inalterada, pero que entonces era = 4 libras reales de oro, y hoy sólo = 1. La cosa sería correcta, desde el punto de vista de la comparación, no con respecto a la cantidad de metal contenida en una livre, sino con respecto a su valor; pero este valor, a su vez, se expresa a sí mismo de tal modo que 1/4 de livre de oro de entonces es = actualmente a una livre de oro. Well: la livre, idéntica, pero en ese entonces = 4 real livres(227) de oro (según el valor actual) = 1 de ahora, únicamente. Si baja el valor del oro y esa baja o alza relativas con respecto a otros artículos se expresa en el precio de éstos, en vez de decir: un objeto que antes costaba 1 £ de oro ahora cuesta 2, podría decirse que siempre cuesta una libra, pero que una libra vale ahora dos livres reales de oro, etc.; o sea I livre de 2 livres de oro reales, etc. En vez de decir: ayer vendí esta mercancía a 1£.; hoy la vendo a 4 £, se podría decir: la vendo a 1 £, pero ayer a una £ de 1 £ real, hoy a 1 £ de 4 libras reales. Los precios restantes se obtienen automáticamente una vez que está determinada la relación del lingote real con el imaginario, pero aquí estamos simplemente ante la comparación entre el valor pasado del lingote y su valor actual. Es lo mismo que si calculáramos todo en £ del siglo XV, for instante. El beréber o el nigger(228) efectúan lo mismo que tiene que hacer el historiador cuando, siguiendo a través de los siglos el mismo tipo de moneda, el mismo nombre de cómputo para una moneda de la misma ley, lo calcula en dinero actual; lo equipara, según su valor cambiante a lo largo de las centurias, a más o menos oro. Se trata del esfuerzo de los semicivilizados por retener también como valor la unidad monetaria, la masa de metal que funge de medida, por retener también ese valor como medida fija. Pero al mismo tiempo deben ser suficientemente sagaces como para saber que el valor real del bar se ha modificado. Debido a las pocas mercancías que ese beréber tiene que medir y al vigor de la tradición entre los no civilizados, ese complejo tipo de cómputo no ofrece tantas dificultades como parecería a primera vista. [347]
1 onza es = 3 £ 17 sh. 10 1/2 d., o sea que no llega a 4 £ Supongamos sin embargo, por razones de comodidad, que es exactamente = 4 libras. Por tanto, pues, 1/4 de onza de oro recibe el nombre de libra y bajo ese nombre presta servicios como moneda de cuenta. Pero el valor de esta libra varía en parte relativamente, con respecto al valor de otras mercancías //684// cuyo valor varía, en parte por cuanto la misma libra es el producto de más o menos tiempo de trabajo. Lo único fijo en ella es el nombre y la cantidad, la parte alícuota de la onza, de la parte ponderal en oro, que le da nombre y que está contenida en una piece of money, called one pound(229)
El salvaje quiere fijarlo como valor invariable, y de este modo se le modifica la cantidad de metal que contiene. Si el valor del oro cae en un 50%(230), la libra para él será, ahora como antes, medida de valor; pero una £ de 2/4 onzas de oro, etc. Para él la libra será siempre igual a una masa de oro (hierro) que tiene el mismo valor. Pero como este valor varía, bien será igual a una cantidad mayor, bien a una cantidad menor de oro o hierro reales, según haya que dar más o menos de éstos en el intercambio por otras mercancías. El salvaje compara el valor presente con el pasado, que para él vale como standard(231) y que sólo sobrevive en su imaginación. Por ello, en vez de calcular según 1/4 de onza de oro, cuyo valor varía, calcula en base al valor que una onza de oro tenía antes, o sea en base al valor imaginario e invariable de 1/4 de onza, el cual empero se expresa en un cuanto variable. De un lado, el esfuerzo por mantener como valor fijo la medida de valor; del otro, el ardid de dar un rodeo para eludir los inconvenientes. Es cabalmente absurdo, empero, considerar como forma histórico-orgánica, e incluso como si fuera superior a las condiciones más desarrolladas, este desvío fortuito mediante el cual los semisalvajes han asimilado la medición de valores con dinero, impuesta a ellos desde el exterior; primero toman un desvío, y luego, en éste, se orientan hasta reencontrar el camino. También estos salvajes parten de un cuanto, del lingote de hierro, pero retienen como unidad de cómputo el valor que tradicionalmente tenía ese lingote, etc.
En la economía moderna todo este problema ha ganado importancia en virtud, principalmente, de dos circunstancias: [348] 1) En diversas ocasiones se ha experimentado, por ejemplo en Inglaterra durante las guerras de la Revolución, que el precio del oro en lingotes superaba al del oro amonedado. Este fenómeno histórico, pues, parecía demostrar que los nombres atribuidos a determinadas partes ponderales alícuotas del oro (metal precioso), gracias a un proceso inexplicable se comportaban de manera autónoma frente a la sustancia cuyos nombres eran. ¿Cómo, de lo contrario, una onza de oro podía valer más que la misma onza de oro acuñada en 3 £. 17 sh. 10 1/2 d.? ¿O cómo podía valer una onza de oro más que 4 livres de oro, si livre era simplemente el nombre para 1/4 de onza? Una investigación más exacta llevó a la conclusión, sin //685// embargo, de que las monedas que circulaban bajo el nombre de libra, in fact ya no tenían la ley normal, o sea que, f. i., 5 libras circulantes pesaban sólo una onza de oro (de igual finura). Como una moneda que presuntamente representaba 1/4 de onza de oro (so about)(232), de hecho no contenía más que 1/5, era muy lógico que la onza fuera = 5 de tales monedas, o sea que el bullion price(233) subiera sobre el mint price(234), puesto que de hecho ya no 1/4 sino sólo 1/5 de la onza de oro se llamaba libra, representaba o designaba dinero; libra era únicamente el nombre para 1/5 de onza. El mismo fenómeno ocurría precisamente cuando la ley de las monedas circulantes no había caído por debajo de su patrón, pero aquéllas circulaban simultáneamente con papel moneda depreciado y estaba prohibido tanto fundirlas como exportarlas. En este caso el 1/4 de onza de oro que circulaba bajo la forma de una £ participaba en la depreciación de los billetes, un destino del que estaba exento el oro en lingotes[*]. El fact era otra vez el mismo; libra, el nombre de cómputo, había dejado de ser el nombre de 1/4 de onza y era ahora el de un cuanto menor. La onza era igual pues a 5 de tales libras, p. ej. Significa esto aquí que el bullion price había subido [349] por encima del mint price. Estos fenómenos históricos u otros análogos, todos ellos de fácil solución y pertenecientes todos al mismo género, dieron lugar por vez primera a la medida ideal, o a que el dinero en cuanto medida fuera sólo término de comparación, no una cantidad determinada. De 150 años a esta parte en Inglaterra se han escrito centenares de volúmenes sobre este case.
Que determinado tipo de moneda haya de superar su contenido metálico no tiene nada de sorprendente, ya que a las monedas se ha añadido nuevo trabajo (en la forma). Pero dejando eso de lado, ocurre que el valor de tal o cual tipo de moneda supera al de su contenido metálico. Ello carece de todo interés económico y aún no ha dado motivo a ninguna investigación económica. No significa otra cosa sino que para determinados fines was requisite(235) disponer de oro o plata precisamente en esa forma, say of British pounds or of Spanish dollars(236). A los directores de bancos, naturalmente, les interesaba sobremanera demostrar que no era que hubiera bajado el valor de los billetes, sino que había subido el del oro. En lo que respecta a este último problema, sólo más adelante lo podremos tratar.
2) La teoría de la ideal measure of value(237), sin embargo, fue propuesta por vez primera a comienzos del siglo XVIII y se la retomó en el segundo decenio del XIX, al discutirse problemas en los cuales el dinero no figuraba como medida //686// ni tampoco como medio de cambio, sino en calidad de equivalente invariable, de valor que existe por sí mismo (en la tercera determinación) y por tanto como la materia general de los contratos. En una y otra circunstancia se trataba de saber si las deudas públicas y otras, contraídas en dinero depreciado, debían ser reconocidas y pagadas en dinero con valor pleno. Era, simplemente, un problema entre los acreedores del estado y la masa de la nación, problema que aquí no nos concierne en nada. Quienes exigían un readjustement(238) por un lado de las deudas y por el otro de las prestaciones (obligaciones)(239), se ponían en un terreno falso: ¿hay que modificar [350] o no el standard of money?(240) En esta ocasión se planteaban tales crude(241) teorías sobre el standard of money, la fijación del precio del oro, etc. («Altering the standard like altering the national measures of weight(242).») Steuart[283] Al primer golpe de vista resulta claro que por el hecho de que se aumente al doble o se reduzca a la mitad la magnitud de medida de una fanega, p. ej., no se modifica la masa de cereales en una nación. Pero la modificación sería muy importante, a modo de ejemplo, para los arrendatarios que tuvieran que pagar la renta cerealera en determinada cantidad de fanegas, siempre que éstos, habiéndose duplicado la medida, tuvieran que suministrar la misma cantidad de fanegas que antes.) En este caso, eran los acreedores del estado quienes se aterraban al nombre «libra», esto es, al «standard(243) ideal» abstrayéndose de la parte ponderal alícuota de oro expresada por ese estándar, ya que éste, is in fact, sólo el nombre de cómputo atribuido a la parte ponderal del metal que sirve como medida. Pero, cosa extraña, eran precisamente sus adversarios quienes formulaban esa teoría del «standard ideal» y ellos, [los acreedores,] quienes la combatían. En vez de reclamar sencillamente un readjustment, o que a los acreedores del estado se les reembolsara en oro el cuanto que efectivamente habían adelantado, exigían que se hiciera bajar el standard de acuerdo con la depreciación; o sea, p. ej., que si la £ se había reducido a 1/5 de onza, en lo futuro ese 1/5 de onza llevara el nombre de libra, o que la libra se acuñara, digamos, en 21 chelines en vez de en 20. Se denominó aumento del valor del dinero a esta baja del standard, ya que la onza ahora = 5 l., en lugar de ser igual a 4 como antes. No decían, pues, que aquellos que habían adelantado p. ej. una onza de oro en 5 libras depreciadas debían recibir ahora solamente 4 libras plenamente válidas, sino que aseguraban que debían recibir 5 libras, pero que en lo sucesivo la libra habría de expresar 1/20 menos de onza que antes. Cuando plantearon esta demanda //687// en Inglaterra tras la resumption of cash-payment(244), la moneda de cuenta había recuperado su antiguo valor metálico. En esta oportunidad se formularon otras crude teorías sobre el dinero como medida del valor y, so pretexto de [351] refutar estas teorías —cuya falsedad era fácilmente demostrable—, se hicieron pasar, de contrabando, los intereses de los acreedores públicos. El primer combate de esta índole se desarrolló entre Locke y Lowndes. De 1688 a 1695, los empréstitos del estado se contrajeron en dinero depreciado, depreciado a causa de que se había refundido todo el dinero de buena ley y sólo circulaba el de mucha liga. La guinea había subido a 30 sh. Lowndes (¿director de la moneda?) (secretary to the treasury)(245) quería reducir la £ en un 20%; Locke, en cambio, defendía el old standard(246) de Isabel. En 1696(247) refundición, general recoinage(248). Locke alcanzó la victoria. Deudas contraídas a 10 y 14 sh. la guinea, se saldaban a la rate of 20 sh.(249). Para el estado y los terratenientes esto era ventajoso por igual[284] «Lowndes planteó el problema sobre una base falsa. Una vez afirma que su scheme(250) no implica debasement(251) alguno del viejo standard. Otra vez atribuye el aumento de precio del bullion(252) al valor intrínseco de la plata y no a la lightness of la coin(253) utilizada para comprarla. Supone siempre que es el stamp(254) y no la sustancia la que hace el currency(255)… Por su parte Locke solamente se pregunta si el proyecto de Lowndes implica o no un debasement, pero no investiga los intereses de aquellos que están sujetos a permanent contracts(256). Mr. Lowndes’s great argument for reducing the standard was, that silver bullion was risen to 6 sh. 5 d. per ounce (i. e. that it might have been bought with 77 pence of shillings of 1/77 part of a pound troy) y entendía por tanto que la pound troy should be coined into 77 sh.(257), lo que significaba una diminution(258) del valor de la £ en 20% o 1/5. Locke le replicó que los 77 d. were, paid in clipped money y que el peso de los mismos no excedía del de 62 pence standard coin(259)… [352] ¿Pero a un hombre que hubiera tomado en préstamo 1.000 £ in this clipped money(260), debía obligársele a pagar 1.000£ in standard weight(261)? Ambos, Lowndes y Locke, expusieron muy superficialmente la influencia de la modificación del standard sobre la relación entre deudores y acreedores… En ese entonces el sistema crediticio estaba aún muy poco desarrollado en Inglaterra… The landed interest y el interest of the crown, were only attended to. Trade at that time was almost at a stop, and been ruined by(262) a piratical war… Restoring the standard was the most favorable, both for the landed interest and the exchequer; and so it was gone into»(263) (Steuart, l. c., t. II, p. 178, 179). Steuart observa irónicamente //688// acerca de toda esta operación: «Gracias a este raising of the standard(264) hicieron abultadas ganancias el gobierno sobre los impuestos y los acreedores sobre su capital e intereses; y a la nación, que fue el principal loser(265), se la satisfizo (pleased) (complació plenamente) porque no se había envilecido su standard» (id est, la medida de su propio valor); «so were all the three parties satisfier(266)» (l. c., t. II, p. 156)(267). Véase John Locke, Works, 4 vol., 7 ed., Londres, 1768, así como el artículo «Some Considerations on the Lowering of Interest and Raising the Value of Money» (1691), y también: «Further Considerations Concerning Raising the Value of the Money, Wherein Mr. Lowndes’s Arguments for it, in his Late Report Concerning “An Essay for the Amendment of the Silver Coins” Are Particularly Examined», ambos en el vol. II. En el primer escrito se afirma, entre otras cosas:
«The raising of money(268), tema acerca del cual tanto se charlatanea ahora, es either raising value of our money(269), y esto ustedes no lo pueden hacer, o raising the denomination of our coin»(270) (p. 53). «Llamemos por ejemplo, una corona a lo que antes se llamaba 1/2 corona. El valor seguirá estando determinado por la cantidad de metal. If the abating 1/20 of the quantity [353] of the silver of any coin, does not lessen its value, the abating 19/20 of the quantity of the silver of any coin, will not abate its value. Según esta teoría, a single three pence or a single farthing, being called a crown, will buy as much spice or silk or any other commodity, as a crown-piece which contains 20 or 60 times as much silver»(271) (p. 54). «El raising of money, pues no es otra cosa que giving a less quantity of silver the stamp and denomination of a greater»(272) (l. c.). «El stamp de la moneda es una garantía para el public; aquélla debe contener tanta plata como la que implica such a denomination»(273) (57). «It is silver, and not names, that pays debts and purchases commodities»(274) (p. 58). «El cuño basta para garantizar el peso y finura de la moneda, pero deja a la so coined gold money find its own rate(275), al igual que las demás mercancías» (p. 66). En resumidas cuentas, mediante el raising of money(276) no se puede hacer otra cosa que «more money in tale»(277); en ningún caso más «money in weight and worth»(278) (p. 73). «La plata es un patrón de medida absolutamente distinto de los demás. La vara o el cuarto de galón, que usan los hombres para medir, bien pueden quedar en las manos del comprador, del vendedor o de un tercero: it matters not whose it is. Pero la plata no sólo es la medida de bargains, it is the thing bargained for y en el comercio pasa del comprador al vendedor, as being in such a quantity equivalent to //689// the thing sold: and so it not only measures(279) the value of the commodity it is applied to, but it is given in exchange for it, as of equal value. But this it does only by its quantity, and nothing else»(280) (p. 92). «The raising being but giving of [354] names at pleasure to aliquot parts of any piece, viz. that now the sixtieth part of an ounce still be called a penny, may be done with what increase you please»(281) (p. 118). «The privilege that bullion has, to be exported freely, will give it a little advance in price above our coin, let the denomination of that be raised, or fall as you please, whilst there is need of its exportation, and the exportation of our coin is prohibited by law»(282) (p. 119, 120).
La misma posición que adoptó Lowndes contra Locke, al atribuir el primero el aumento del precio del metal en lingotes al hecho de que había aumentado el valor del bullion(283) y por tanto disminuido el valor de las monedas de cuenta (o sea que porque ha subido el valor del bullion, baja el precio de una parte alícuota del mismo, llamada £), la adoptaron en 1819 y años siguientes los little-shilling-men(284), Attwood y los demás de la Birmingham school. (Cobbett había planteado el problema sobre la base correcta: nonadjustments of national debts, rents etc.(285); pero echó todo a perder por su teoría según la cual el papel moneda era absolutamente inadmisible (arribó a esta conclusión, sorprendentemente, partiendo como Ricardo —que llegó a la conclusión opuesta— de la misma falsa premisa, o sea de la determinación del precio por la cantidad del circulante)[285].) Toda su sabiduría se condensa en las siguientes frases: «Sir R. Peed, en su disputa con la Birmingham Chamber of Commerce, inquiere: “What will your pound note represent?”»(286) (p. 266, The Currency Question, The Gemini Letters, Londres, 1844) (o sea, el billete de una libra si no se le paga en oro). «¿Qué debemos entender por present standard of value? £ 3, sh. 17, d. 10 1/2, ¿significan una onza de oro o su valor? Si significan la onza misma, ¿por qué no llamar a las cosas por su nombre y, en vez de pound, shilling, pence, decir ounces, pennyweights, and grains?(287) Con ello volvemos to a direct system of [355] barter»(288) (p. 269. Not quite(289). ¿Pero qué habría ganado el señor Attwood si en vez de 3 l. 17 sh. 10 1/2 d. hubiera dicho onza y en vez de shilling, pennyweight? El hecho de que para facilitar el cálculo las partes alícuotas hayan recibido nombres —lo que denota, fuera de ello, que aquí se le ha conferido al metal una determinación social extraña al mismo— ¿qué atestigua en favor o en contra de la teoría de Attwood?)[286]. «¿O [significan] el valor? Si una onza es = 3 £, 17 sh., 10 1/2 d., ¿por qué en tales o cuales períodos está a 5 £ 4 sh. y luego de nuevo a 3, 17, 9?… La expression pound has reference to value, but not a fixed standard value… Labour is the parent of cost, and gives the //690// relative value to gold or iron(290).» (Y por eso in fact cambia el valor de una onza y el de £ 3, 17 sh. 10 1/2 d.) «Whatever denomination of words are used to express the daily or weekly labour of a man, such words express the cost of the commodity produced»(291) (p. 270). La frase: «One pound is the ideal unit»(292) (p. 272). La última frase es importante porque pone de manifiesto cómo esta tesis sobre la «ideal unit» se resuelve en la reivindicación de un dinero que represente directamente al trabajo. La pound(293), entonces p. ej., sería la expresión de un trabajo de doce días. La reivindicación consiste en que la determinación del valor no debe conducir a la del dinero como a una determinación diferente, o bien que el trabajo en cuanto medida de los valores no debe conducir a que el trabajo objetivado en una mercancía determinada se convierta en medida de los demás valores. Lo importante es que esta exigencia se plantea aquí desde el punto de vista propio de la economía burguesa (tal es también el caso de Gray, quien, a decir verdad, elabora esta cuestión hasta un extremo, y de quien nos ocuparemos en breve), no desde el punto de vista de la negación de la economía burguesa, como ocurre por ejemplo con Bray. Los prudonistas (véase p. ej., al señor Darimon) han logrado efectivamente formular la demanda como si correspondiese a las relaciones actuales de la producción, y a la vez como si [356] fuese una exigencia que las revolucionara por entero y una gran novedad, ya que en su condición de crapauds(294) desde luego que no necesitan saber nada de lo que se ha escrito o reflexionado allende el canal. At all events(295), el simple hecho de que la reivindicación haya sido planteada hace más de 50 años en Inglaterra por una fracción de los economistas burgueses, evidencia en qué grado se extravían los socialistas que con ella pretenden haber puesto sobre el tapete algo nuevo y antiburgués. Sobre la reivindicación misma ver más arriba. (Aquí únicamente se puede intercalar algo tomado de Gray. Por lo demás, este problema sólo se puede abordar en detalle al analizar la banca.)
En torno a la crítica de las teorías sobre los medios de circulación y el dinero. Transformación del medio de circulación en dinero. — Tesaurización. — Medio de pago. — Precio de las mercancías y cantidad del dinero circulante. — Valor del dinero
En lo que respecta al dinero como equivalente estable, id est como valor en cuanto tal, y por tanto como sustancia de todos los contratos, es claro que las alteraciones experimentadas por el valor del material en el que se representa (directamente, como en el oro, la plata, o indirectamente en calidad de asignación sobre determinada cantidad de oro, plata, etc., en los billetes de banco), tendrán que provocar grandes revoluciones entre las diversas clases de un estado. No investigar //691// esto aquí, ya que estas relaciones mismas presuponen el conocimiento de las diversas relaciones económicas. Sólo algunos ejemplos como ilustración. Es sabido hasta qué punto en los siglos XVI y XVII la depreciación del, oro y de la plata, a raíz del descubrimiento de América, depreció la clase trabajadora y la de los terratenientes, mientras que encumbró a la de los capitalistas (en particular a los capitalistas industriales). En la república romana la valorización del cobre hizo de los plebeyos, esclavos de los patricios. «Como se estaba obligado a pagar en cobre aun las mayores sumas, era necesario, garder este metal en masses o fragments informes qui se donnaient et se recevaient au [357] poids(296). El cuivre(297) en estas condiciones, aes grave(298). Se pesaba el money de metal. [[El cobre, entre los romanos, primeramente sin cuño; luego con el cuño de monedas extranjeras. Servius rex ovium boumque effigie primus aes signavit(299) (Plin., Historia naturalis, 1. 18, c 3.)]] Una vez que los patricios hubieron acumulado una masa de esta sustancia, de ese métal obscur et grossier(300)… procuraron desembarazarse de la misma, soit en achetant aux plébéiens toutes les terres que ceux-ci consentirent à leur vendre, soit en prêtant à de longs termes. Ils durent faire bon marché d’une valeur qui les gênait, et qui ne leur avait rien coûté à acquérir. La concurrence entre todos los que estaban animados por el mismo deseo de s’en defaire, dut amener al poco tiempo a un avilissement considérable en el prix du cuivre à Rome(301). A comienzos del siglo IV post u. c.(302), como se desprende de la Lex Menenia (302 a. u. c.)(303) la relación del cobre con la plata era = 1 : 960… Este metal, tan depreciado en Roma, al propio tiempo uno de los artículos comerciales más solicitados (puesto que los griegos hacían con bronce sus obras de arte, etc.)… Los metales preciosos vinrent s’échanger à Rome contre le cuivre avec d’énormes profits, et un commerce si lucratif excita de jour en jour de nouvelles importations… Poco a poco los patricios sustituyeron en sus tesoros, por lingotes d’or et d’argent, aurum infectum, argentum infectum, esos monceaux de viejo cobre si incommodes à placer et si peu agréables à voir(304). Tras la derrota de Pirro y sobre todo luego de las conquistas en Asia… el aes grave va había desaparecido casi por completo y los requerimientos de la circulación [358] habían vuelto necesaria la introducción de la victoria griega, bajo el nombre de victoriatus… con un peso de 1 1/2 scrupule(305) bis de plata, así como en el siglo VII a. u. c. la lex Clodia hizo de la drachme attique numéraire(306) una moneda romana. Generalmente se la intercambiaba por una libra de cobre o as de 12 onces. De modo que la proporción entre la plata y el cobre era de 192 : 1, es decir, una proporción 5 //692// veces menor que en tiempos de la mayor depreciación del cobre, a causa de la exportación; con todo, el cobre en Roma aún era más barato que en Grecia y Asia. Esta gran revolución en el valor de cambio de la matière monetaire(307), en la medida en que se cumplía empeoraba hasta los extremos más crueles la suerte de los infelices plebeyos que, à titre de prêt, habían recibido el cuivre avili y que, l’ayant dépensé ou employé suivant le cours qu’il avait alors(308), debían, según el texto de sus engagements(309), una suma 5 veces mayor que la que realiter,(310) habían tomado en préstamo. No tenían manera alguna de se racheter de la servitude(311). Aquel al que habían prestado 3.000 ases en la época en que esa suma era = 300 bueyes o 900 escrúpulos de plata, sólo podía conseguirlos a cambio de 4.500 escrúpulos de plata, puesto que el as llegó a estar representado por 1 1/2 scrupulum de ese metal… Cuando el plebeyo devolvía 1/5 del cobre que había recibido, realiter había saldado su deuda, puesto que 1/5 [tenía] ahora el mismo valor que 1 en el momento de cerrar el contrato. El valor del cobre, pues, había aumentado 5 veces con respecto a la plata… Los plebeyos reclamaron una revisión de la deuda, una nueva estimación de la somme due(312) y una mutation(313) en el título de sus primitivas obligaciones… Los acreedores, a decir verdad, no exigían la restitución del capital, pero el mismo pago de intereses era insoportable, ya que el interés estipulado originariamente en 12%, se había hecho tan onereux por el renchérissement excessif du numéraire(314), como si equivaliera al 60% del principal(315). Gracias a un acuerdo, los deudores lograron una ley que restaba del capital los intereses acumulados… Los senadores se [359] resistían a dejar escapar de sus manos el instrumento por medio del cual mantenían al pueblo en la dépendence la plus abjecte(316). Dueños de casi toda la propiedad territorial, armados con los títulos jurídicos que les permitían aherrojar a sus deudores y someterlos a castigos corporales, reprimían las séditions(317) y descargaban su furor contra los plus mutins(318). La mansión de cada patricio era una cárcel. Por último, on faisait naitre des guerres, que proporcionaban al débiteur une paye, avec une suspension des contraintes, y que ouvraient au créancier des nouvelles sources de richesse et de pouvoir(319). Tal era la situación interna de Roma por la época de la derrota de Pirro, la toma de Tarento e importantes victorias sobre los samnitas, lucanos y otros pueblos de Italia meridional, etc… En 483 o 485 aparece la primera moneda romana de plata, la libella;… se llamaba libella por su escaso peso = libra de 12 onces de cuivre»(320). (Garnier, Germain, Histoire de la monnaie, etc. 2 vol., París, 1819, t. 11, p. 7-24)(321).
[[Asignados. «“National Property. Assignat of 100 frcs.”, legal tender(322)… Se distinguen de todas las demás notes in not even professing to represent any specified thing(323). Las palabras “national property” significaban que podía mantenerse //693// su valor mediante la compra con ellos de la confiscated property(324), en las continuas subastas de la misma. Pero no existía motivo alguno para llamar a ese valor 100 frs. Ese valor dependía de la quantity(325) comparativa de la property so purchasable(326) y del número de los asignados emitidos.» (78, 79(327). Nassau W. Senior: Three Lectures on the Cost of Obtaining Money, etc. Londres, 1830.)
«La livre de compte(328), introducida por Carlomagno y casi nunca representada por una piéce réelle equivalente(329), ha conservado su nombre, así como sus divisions en sous y deniers, hasta fines del siglo XVIII, mientras que las monnaies réelles ont varié à l’infini de nom, de forme, de taille, de valeur, no [360] sólo en cada cambio de gobierno sino bajo el mismo régne. El valor de la livre de compte ha sufrido también, es verdad, d’enormes diminutions(330)… pero esto se debió siempre a medidas de fuerza» (p. 76-77(331), t. 1, Garnier, l. c.). Todas las monedas de los antiguos en un origen fueron pesos (l. c.)[287]
«Money is in the first place the universally marketable commodity, or that in which every one deals for the purpose of procuring other commodities»(332) (Bailey, Money and its Vicissitudes, etc. Londres, 1837, p. 1). «It is the great medial commodity»(333) (p. 2, l. c.) Es la general commodity of contracts, or that in which the majority of bargains about property, to be completes] at a future time, are made(334) (p. 3). Por último, es la «measure of value… Now, as all articles are exchanged for money, the mutual values of A and B are necessarily shown by their values in money or their prices… as the comparative weight of substances are seen by their weight in relation to water, or their specific gravities»(335) (p. 4). «The first essential requisite is that money should be uniform in its physical qualities, so that equal quantities of it should he so far identical as to present no ground for preferring one to the other… Por ejemplo, grain y cattle, precisamente por este motivo, no son utilizables a tal efecto, porque equal cantidad of grain and equal numbers of cattle are not always alike in the qualities for which they are preferred»(336) (p. 5, 6). «La steadiness off mine es so desirable en el dinero en cuanto [361] medial commodity and a commodity of contract; la misma es quite unessential to it in its capacity of the measure of value»(337) (p. 9). «Money may continually vary in value, and yet be as good a measure of value as if it remained perfectly stationary. Suppose, p. ej., it is reduced in value y que la reducción en el valor implica a reduction of value in relation to some one or more commodities, suppose it is reduced in value in relation to corn and labour. Before the reduction, a guinea would purchase three bushels of wheat, or six days' //694// labour; subsequently, it would purchase only two bushels of wheat or four days' labour. En ambos casos, the relations of wheat and labour to money being given, their mutual relations can be inferred; in other words, we can ascertain that a bushel of wheat is worth two days' labour. This, which is all that measuring value implies, is as readily done after the reduction as before. The excellence of any thing as a measure of value is altogether independent of its own variableness in value… Se confunde invariableness of value with invariableness in fineness and weight… The command of quantity being that which constitutes value, a definite quantity of a substance of some uniform commodity must be used as a unit to measure value; and it is this definite quantity of a substance of uniform quality which must be invariable»(338) (p. 9-11)(339). En todos los contratos pecuniarios de lo que se trata es de la [362] cantidad del oro y de la plata a prestar, y no del valor. (p. 103). «Si alguien sostiene que un contrato se refiere a determinado valor, he is bound to show in relation to what commodity: thus, he would be maintaining that a pecuniary contract does not relate to a quantity of money as expressed on the face of it, but to a quantity of some commodity of which no mention is made»(340) (p. 104). «No hay por qué circunscribir todo esto a los contratos donde efectivamente se presta dinero. Tiene validez for all stipulations for the future payment of money, whether for articles of any kind sold on credit, or for services, or as rent of land or houses; estas estipulaciones se encuentran precisely in the same condition as pure loans of the media] commodity. If A sells a ton of iron to B for ten pounds, at twelve month’s credit, it is just the same in effect as lending the ten pounds for a year, y los intereses de ambas partes contratantes serán affected del mismo modo by changes in the currency»(341) (p. 110, 111).
La confusión consistente en darles nombres a partes alícuotas determinadas e invariables de la sustancia del dinero, las cuales deben servir de unidad de medida… el confundir la atribución de nombres a las mismas con la fijación del precio del dinero, se puede advertir, entre otros, también en el muy eminente romántico de la economía política, el señor Adam Müller. Dice, entre otras cosas: «Todo el mundo puede darse cuenta de qué importancia tiene la determinación correcta del precio de la moneda, ante todo en un país como Inglaterra, donde el gobierno se hace cargo de la acuñación con munificente liberalidad» (es decir a expensas del país y en beneficio de los Bank of England bulliondealers)(342), «donde aquél no deduce derechos de acuñación, etc., y por lo tanto si elevara considerablemente el precio de la moneda con respecto [363] al precio del mercado, si en vez de pagar como ahora una onza de oro con 3 £ 17 sh. 10 1/2 d. fijara en 3 £. 10 sh. el precio de una onza de oro amonedada, todo el oro afluiría a la casa de la moneda, la plata allí atesorada se colocaría en el mercado a cambio del oro entonces abaratado y sería nuevamente //695// llevada a la casa de moneda; con lo cual el sistema monetario habría caído en el desorden» (p. 280, 281, t. 11, Die Elemente der Staatskunst, Berlín, 1809). De modo que el señor Müller, pues, no sabe que pence y shilling no son aquí más que nombres que designan partes alícuotas de una onza de oro. Como las piezas de plata y las de cobre —que, nótese, no se acuñan conforme a la relación de la plata y el cobre con el oro, sino como simples distintivos o señales de las partes de oro homónimas, y por eso sólo es obligatorio aceptarlas como pago en cantidades muy pequeñas— circulaban bajo los nombres de chelines y peniques, el señor Müller se imagina que una onza de oro se divide en piezas de oro, piezas de plata y piezas de cobre (o sea un triple standard of value)(343). Dos pasos más adelante le viene a las mientes que en Inglaterra no rige un patrón monetario doble, y tanto menos uno triple. La falta de claridad del señor Müller acerca de las, «triviales» relaciones económicas es la base real donde se asienta su concepción «superior».
De la ley general, según la cual el precio total de las mercancías circulantes determina la masa del medio circulante —presuponiendo determinado grado de velocidad en la circulación—, se infiere que en determinado nivel alcanzado por el aumento de las mercancías lanzadas a la circulación, el metal más precioso —el metal de valor específico mayor, es decir, el que en un cuanto menor contiene más tiempo de trabajo— remplaza como medio dominante de circulación al menos precioso; tal es el caso del cobre, la plata, el oro; uno desplaza al otro como medio dominante de circulación. La misma suma total de precios podrá circular con 14 veces menos monedas de oro, por ejemplo, que con monedas de plata. Las monedas de cobre, y las de hierro incluso, suponen una circulación endeble. Exactamente al igual que el medio de transporte y de comunicación(344) más poderoso, pero también más valioso, [364] remplaza al menos valioso a medida que crece la masa de las mercancías circulantes y de la circulación en general.
Por otra parte, es claro que el pequeño comercio al pormenor, en la vida cotidiana, supone intercambios en una escala muy reducida; tanto menor cuanto más pobre sea el país y más débil la circulación en general. En este comercio de menudeo, en el cual circulan cuantos muy pequeños de mercancías, y por tanto valores muy exiguos, es donde en el sentido más estricto de la palabra el dinero se presenta sólo como medio de circulación evanescente, en lugar de afianzarse como precio realizado. Para este tráfico, pues, hace su aparición un medio de circulación subsidiario, que es sólo un distintivo o señal de la parte alícuota del medio de circulación dominante. Se trata de signos de plata y de cobre, que por ello no están amonedados en la proporción que media entre el valor de su sustancia y el valor del oro, p. ej. Aquí el dinero se presenta únicamente como signo, aunque aún en una sustancia relativamente valiosa. Para que correspondiera como equivalente a la división de las mercancías que ese comercio supone, habría que dividir el oro //696// p. ej., en fracciones demasiado pequeñas.
De ahí que, legalmente, en los pagos sólo sea obligatorio aceptar en una pequeña cantidad esos medios subsidiarios de circulación, por cuyo motivo nunca se pueden estipular como realización del precio. Por ejemplo en Inglaterra, el cobre por un importe de 6 d., la plata por un monto de 20 sh. Cuanto más desarrollada esté la circulación general, tanto mayor es la masa de precio de las mercancías que entran en la circulación, tanto más su intercambio wholesale(345) se escinde de su intercambio al pormenor y tanto más esas mercancías requieren, para circular, diversos tipos de monedas. La velocidad de circulación de los distintivos o señales está en proporción inversa a la magnitud de su valor.
«En el early stage of society, when nations are poor, and their payments trifling, copper has frequently been know n lo answer all the purposes of currency y it is coined into pieces oí very low denominations in order to facilitate the inconsiderable exchanges which then Cake place. Así ocurrió [365] en la early age de la Roman Republic y en Escocia»(346) (p. 3). (David Buchanan. Observations on the Subjects, Treated of in Dr. Smith’s Inquiry, etc. Edimburgo, 1814.)[288] «The general wealth of a country is very accurately measured by the nature of its payments and the state of its coin; and the decided prevalence of a coarse metal in its currency, joined to the use of coins of very low denominations, marks a rude state of society»(347) (p. 4). Más adelante «el business de la currency se divide in two distinct departments; the duty of effecting the main payments… para los more precious metals; los inferior metals por el contrario retained for more trivial exchanges, y por tanto los mismos están totalmente subservient to the main currency. Entre la primera introducción de un metal precioso en la currency de un país y su use exclusivo en los main payments, [hay un] amplio intervalo; y los payments del retail trade en el ínterin tienen que haberse vuelto tan considerables, a causa del increase of wealth, que por lo menos(348) en parte could be conveniently managed by the new y more valuable coin; since no coin can be used for the main payments» (esto es falso, como se pone de manifiesto en el caso de los billetes), «which is not suited, al mismo tiempo, to the transactions of the retail trade, pues todo trade, en último término… recibe del consumer the return of its capital(349)… En el continente, de manera general, [366] la plata se ha mantenido en los main payments(350)… En Gran Bretaña la cantidad de plata en circulación no supera lo que //697// se requiere para los smaller payments(351)… De hecho se efectúan few payments(352) en plata por un importe de 20 sh, Con anterioridad al reign of William III silver was brought in large bags to the treasury in payment of the national revenue(353). En este período tuvo lugar el gran cambio. La introducción exclusiva del oro en los main payments of England, was a clear proof de que los returns del retail trade en esa época se hacían fundamentalmente en oro; esto era posible, sin que un single payment exceeded nunca o incluso equalled any of the gold coins, because, in the general abundance of gold, and scarcity of silver, gold coins naturalmente offered for small sums y a balance of silver demanded in return; por cuyo motivo el oro, by thus assisting en el retail trade y economising the use of silver, incluso para los small payments, would prevent its accumulation by the retail trade(354)… Contemporáneamente a la sustitución de la plata por el oro en Inglaterra» (1695) «para los main payments, la plata remplazaba al cobre en Suecia… Desde luego que la coin used for the larger payments can only pass current at its intrinsic worth(355) … Pero el valor intrínseco no es necesario para a subsidiary currency(356)… En Roma, mientras el copper fue la prevailing coin current only for its intrinsic value(357)… La plata se introdujo 5 años antes de que comenzara la primera guerra púnica, y sólo poco a poco desplazó al cobre en los pagos de mayor importancia… 62 años después de la plata, [367] el oro, but it never seems to have excluded silver from the main payments… En la India el cobre no es a subsidiary currency; circula por su intrinsic worth. La rupee, a silver coin de 2 sh. 3 d., es la money of account; al mohour, a gold coin, y al pice, a copper coin, are allowed to find their value con relación a la rupia in the market; el number of pice currently exchanged for a rupee varies continuamente con el peso y el valor de la coin, mientras que aquí 24 halfpence son siempre = 1 shilling, haciendo caso omiso de su peso. En la India el retail trader debe aceptar siempre considerable quantities of copper por sus goods y por consiguiente cannot afford to take it but por su valor intrínseco… En las currencies de Europe el cobre passes por cualquier valor que se le haya fijado, sin examination de su peso y fineness»(358) (p. 4-18). En Inglaterra, «un exceso de cobre fue puesto en circulación en 1798 by private traders; y aunque el copper sólo era legal payment por 6 d.(359), (el excedente) se abrió camino hacia los retail traders(360), que procuraron ponerlo nuevamente en circulación, pero finalmente retornó a ellos. Cuando esta currency(361) se detuvo, el copper se acumuló, en sumas de 20, 30 y hasta 50 l., en manos de los retail traders(360), que finalmente tuvieron que venderlo a su valor intrinsic» (p. 31).
En la subsidiary currency(361), el medio de circulación en //698// cuanto tal, en cuanto medio puramente evanescente, adopta una existencia separada al lado del medio de circulación que a la vez es equivalente, realiza los precios y es acumulado como valor autónomo. Por lo tanto aquí, mero signo. Sólo se le puede emitir, pues, en la cantidad requerida absolutamente para el pequeño retail trade(362), por lo cual nunca se le puede acumular. La cantidad ha de estar determinada por la masa [368] de los precios que ese medio hace circular, dividida por su velocidad. Como la masa del medio circulante, de un cierto valor, está determinada por los precios, se desprende de suyo que si se lanzara artificialmente en la circulación una cantidad mayor que la que esta misma requiere, y esa cantidad mayor no pudiera encontrar salida (lo que aquí no ocurre, ya que en calidad de medio de circulación está por encima de su intrinsic worth(363)), el medio de circulación se depreciaría; no porque la cantidad determine los precios, sine porque los precios determinan la cantidad, o sea que en la circulación sólo un cuanto determinado puede permanecer a un valor determinado. Por consiguiente, si no existen salidas por las cuales la circulación pueda expulsar la cantidad superflua, el medio circulante no puede cambiar su forma de medio de circulación en la de valor para sí mismo; necesariamente, pues, debe disminuir el valor del medio de circulación. Pero esto puede suceder —salvo obstáculos artificiales, prohibición de refundir la moneda, de exportarla, etc.— cuando el medio circulante es sólo un signo, y él mismo no posee un valor real correspondiente a su valor nominal, o sea cuando no puede pasar de la forma de medio circulante a la de mercancía en general, borrando su cuño; cuando está inmovilizado en su existencia monetaria. Se deduce por otra parte, que el signo, el distintivo monetario, puede circular al valor nominal del oro que él representa —sin poseer ningún valor propio— en la medida en que representa al medio de circulación sólo en la cantidad en que circularía este último. Pero al mismo tiempo, entonces, constituye una condición el hecho de que, una de dos: o ese signo existe sólo en una cantidad tan pequeña que circula únicamente en forma subsidiaria, o sea que en instante alguno cesa de ser medio de circulación (en la cual constantemente presta servicios en parte en el intercambio de pequeños cuantos de mercancías, en parte simplemente en el cambio del medio de circulación real), o sea nunca se le puede acumular; o bien es necesario que no posea absolutamente ningún valor, de manera que su valor nominal nunca pueda ser comparado con su valor intrínseco. En este último caso está puesto como mero signo que a través de sí mismo remite al valor como existente fuera de sí mismo. En el otro caso [369] nunca ocurre que se compare su valor intrínseco con su valor nominal.
De ahí que las falsificaciones del dinero se pongan inmediatamente de manifiesto, y que en cambio la eliminación total de su valor no lo deteriore(364). Caso contrario podría parecer //699// paradojal que se pueda sustituir al dinero por papel, carente de valor, mientras que la menor caída de su ley lo deprecia.
En general, la doble determinación del dinero en la circulación se contradice; servir a título de mero medio de circulación, situación en la que el dinero es intermediación evanescente; y al mismo tiempo como realización de los precios, forma en la cual se acumula y se convierte en su tercera determinación en cuanto dinero. Como medio de circulación se desgasta; no contiene, pues, el metal que lo convierte en un cuanto fijo de trabajo objetivado. Por ende su correspondencia con su valor es siempre más o menos ilusoria. Aducir un ejemplo.
Habiendo arribado ya a este punto, es importante introducir en el capítulo del dinero la determinación de la cantidad, pero precisamente inferida de manera inversa a lo que ocurre en la doctrina habitual. Se puede sustituir al dinero porque su cantidad está determinada por los precios que hace circular. En la medida en que tiene valor —como en el medio subsidiario de circulación—, su cantidad ha de estar determinada de tal suerte que nunca se le pueda acumular en calidad de equivalente, que de hecho siempre figure sólo como mecanismo auxiliar del verdadero medio de circulación. Pero en la medida en que debe remplazar a este último, no le está permitido tener valor alguno, o sea, es menester que su valor exista al margen de él. Las variations en la circulación están determinadas por el amount y number of transactions(365) (Economist). La circulación puede aumentar, con precios estables, gracias al crecimiento de la amount(366) de mercancías; con amount estacionaria, merced al aumento de los precios; por las dos cosas juntas.
En la tesis según la cual los precios regulan la quantity of [370] currency y no la quantity of currency prives, o que afirma en otras palabras, que trade regulates currency (la cantidad del medio de circulación), and currency does not regulate trade, is, of course, as our deduction has shown, supposed, that price is only value translated into an other language(367). El valor, y el valor determinado por el tiempo de trabajo, es el presupuesto. Es claro, por ende, que esta ley no es aplicable de manera uniforme a the fluctuacions de los precios en todas las épocas; por ejemplo en el mundo antiguo, Roma, digamos, donde el medio circulante mismo no surge de la circulación, del exchange, sino de la rapiña, el saqueo, etc.
«Consiguientemente, ningún país puede tener más de un standard, more than one standard for the measure of value, //700// pues ese standard debe ser uniforme y unchanging(368). Ningún artículo tiene un valor uniforme y estable con respecto a otro: it only has such with itself(369). Una moneda de oro es siempre del mismo valor que otra de exactamente la misma fineza, el mismo peso y [[que se encuentre]] en la misma plaza; but this cannot be said of gold and any other article(370), por ejemplo la plata» (Econ., vol. 1, p. 771)[289]. «Pound no es otra cosa sino a denomination in account, which has reference to a given y fixed quantity of gold of standard qualíty(371)» (l. c.). «Hablar of making(372) que una onza de oro valga 5 £ en vez de 3 £ 17 stl. 10 1/2 d. equivale meramente a decir que de aquí en adelante deberá acuñarse en 5 sovereigns(373) en vez de en 3 429/480(374) sovereigns. Por lo tanto no modificaríamos el valor del oro, sino solamente el peso y consiguientemente el valor de la libra o sovereign. Una onza de oro, ahora como antes, tendría el mismo valor con respecto al trigo y todas las demás mercancías, pero puesto que una libra, aunque llevara el mismo nombre que antes, representaría [371] una parte menor de una onza de oro, correspondingly(375) representaría una cantidad menor de trigo y otras mercancías. Exactamente como cuando dijimos que un quarter de trigo ya no debía dividirse en 8 sino en 12 bushels; con ello no podríamos modificar el valor del trigo, sino reducir la quantity contenida en un bushel y por lo tanto su valor» (p. 772, l. c.). «Sea cual fuere el change, permanente o temporario, que pueda producirse [[in the value of gold]](376), su precio se expresará siempre en el mismo amount of money; una onza de oro será siempre 3 £ 17 sh. 10 1/2 d. of our money(377). El cambio en su valor lo indica la mayor o menor cantidad de mercancías que puede comprar» (l. c., p. 890)[290].
Comparar el bar(378) ideal con el milrea ideal en Buenos Aires (así como con la pound en Inglaterra durante la depreciación de los billetes, etc.). Lo que está fijo aquí es el nombre milrea; lo que fluctúa, es el cuanto de oro o plata expresado por aquél. En Buenos Aires el currency era papel moneda inconvertible (pesos en billetes); estos pesos en un comienzo eran igual a 4 sh. 6 d. cada uno; ahora equivalen aproximada mente a 3 1/4(379) d. y has been so low as 1 1/2 d.(380) Una vara de cloth(381) valía antes 2 pesos; ahora, nominalmente, 28 pesos a causa de la depreciación del billete[291].
«En Escocia the medium of exchange —que no hay que confundir con el standard of value— del amount of 1 £ y upwards may be said to be exclusive paper, y el gold does not circulate at all; yet gold is as much the standard of value as if nothing else circulated, because the paper is convertible into the same fixed quantity of that metal; and it circulates only on the faith of being so convertible»(382) (p. 1275)[292].
«Guineas son hoarded in times of distrust»(383) (Thornton, //701// [372] p. 48)[293]. El hoarding principle(384), por el cual el dinero funciona como valor autónomo, es necesario como un momento —prescindiendo de las formas sorprendentes en que se manifiesta— necesario en el intercambio fundado en la circulación monetaria; ya que cada uno necesita, como dice Adam Smith, además de su propia mercancía la medial quantity(385), determinada proporción de la «mercancía general». «The man in trade has property in trade»(386) (l. c., p. 21)1]