CAPÍTULO 9
El cuerpo de Vroon estaba casi cubierto por una capa de escarabajos drog de tres o cuatro de éstos de profundidad. Los escarabajos se movían por todo su cuerpo, pero muy lentamente. A diferencia de los escarabajos que encontraron en el imperial muerto, o los escarabajos que se metieron en la cama de Zak, estos bichos no se movían frenéticos y apresurados. Se contoneaban lentamente alrededor del cuerpo de Vroon como pequeños ancianos despertándose de la siesta.
Zak se percató de que un sonido suave llenaba el taller. Era un zumbido bajo y constante. Era tan dulce y tranquilizador que Zak comenzó a bostezar.
—¿Está…? —susurró Tash.
—No —respondió en voz baja Hoole—. Escuchad ese sonido. Es el canto de las alas. Vroon está utilizando el canto de las alas para influenciar a los escarabajos.
—¿Cómo puede estar ahí parado con los bichos correteando sobre él de esa manera? —se preguntó Zak—. Es repugnante.
Observaron durante unos cuantos minutos, paralizados, mientras Vroon continuaba calmando a los escarabajos. Poco a poco, sin embargo, el canto de las alas comenzó a desaparecer. Los escarabajos parecieron comenzar a agitarse, moviéndose en círculos más rápido, saltando y saltando unos sobre otros.
Entonces Vroon sacudió todo su cuerpo. De repente, los escarabajos extendieron sus alas, y el enjambre se elevó desde Vroon como una nube. Se apartó de debajo de ellos cuando los escarabajos drog descendieron para asentarse en el suelo.
Sólo entonces se dio cuenta Vroon de que tenía visita.
—¿Qué desean?
—Eso ha sido asombroso —observó Hoole.
Vroon tomó una red y comenzó a recoger los escarabajos, depositándolos en el contenedor de vidrio que Zak vio la otra vez.
—He estado haciendo experimentos de comunicación con los escarabajos drog, del mismo modo que con las plantas. He descubierto que estas elegantes criaturas se calman con el sonido del canto de las alas.
—¿Cómo puede soportar tenerlos encima de esa forma? —preguntó Zak—. Quiero decir, son repug… —su voz se apagó al darse cuenta de lo que estaba diciendo, y a quién se lo estaba diciendo.
Las patas delanteras de Vroon temblaron.
—La belleza está en el ojo del observador.
—Vroon, tenemos una pregunta para usted —dijo Hoole, yendo al grano—. Ayer por la noche un enjambre de estos escarabajos se metió en nuestra nave…
—¡Y en mi cama! —intervino Zak.
—No los dañaron, ¿verdad? —casi gritó Vroon.
Hoole parpadeó.
—Por desgracia, no hubo otro modo de solucionar el problema.
El conservador se giró y se apartó, frotándose los antebrazos contra su cabeza triangular con un movimiento suave, murmurando:
—No, no, no. ¡Es terrible! ¡Trágico!
—Me disculpo por cualquier daño que hayamos causado a la población de escarabajos —dijo Hoole—. Pero hemos visto tantos escarabajos que me preguntaba si posiblemente ya ha habido algún desequilibrio en el sistema.
Zak contuvo el aliento. Aquí estaba. Vroon descubriría que no había suficientes shreevs para comerse a los escarabajos drog. Descubrirían que uno de los shreevs había resultado muerto. Sintió su corazón latir contra su pecho. Debería haber aprendido la lección. Tendría que habérselo dicho al tío Hoole de inmediato.
En cambio, Vroon respondió:
—¡No hay desequilibrio!
Zak se quedó asombrado. ¿Podría haber estado equivocado sobre el shreev? Tal vez sólo estaba aturdido. Tal vez he estado preocupado por nada.
O tal vez, consideró, simplemente Vroon todavía no ha notado el desequilibrio. Tal vez lleve más de un par de días que la población de escarabajos se expanda.
Zak no sabía qué teoría era la correcta. Lo que sí sabía era que de repente se había formado un nudo en su estómago. Ahora era su oportunidad de sincerarse y confesar lo que había hecho.
Pero ¿no había querido resolver este mismo problema solo? ¿Y no había desaparecido el problema? Si no había desequilibrio en el jardín, entonces, ¿por qué debería Zak decirle a nadie que había matado a un shreev? Se metería en problemas por nada.
Por primera vez, a Zak se le ocurrió que en realidad podría salirse totalmente de rositas. No tenía que decírselo a nadie. El tío Hoole y Tash no sabrían que había quebrado una ley.
Zak no estaba seguro de que le gustara la forma en que lo hacía sentir eso.
Vroon terminó de recoger y colocar todos los escarabajos drog de nuevo en su recipiente. Hoole le dijo:
—Usted es el conservador de este jardín y asumo que conoce su oficio, sin embargo, ¿está seguro de que no ha habido un accidente? Tal vez algunos shreevs han enfermado. Ha habido varios incidentes…
—El enjambre de su nave es fácil de explicar —dijo Vroon abruptamente. Aunque continuó hablando a Hoole, Zak pudo ver que el conservador no estaba realmente prestando atención. Vroon estaba observando el recipiente de cristal, sin apartar los ojos de los escarabajos de su colección—. Los escarabajos drog se sienten atraídos por el calor, especialmente cuando se están preparando para poner sus huevos. Dado que su nave está hecha de metal… un material antinatural en esta área, debo añadir… sin duda se calentó al sol. Los escarabajos fueron atraídos por el calor y se metieron dentro para hacer nidos.
—¿Iban a poner huevos en mi cama? —Zak casi se ahoga. La imagen de las larvas de escarabajo drog retorciéndose entre sus sábanas le hizo atragantarse.
—Es lo más probable —confió Vroon—. La temporada de anidación de los escarabajos drog es justo ahora. Probablemente estaban buscando un buen lugar, eso es todo. Un incidente apenas digno de recordar.
Hoole lo consideró.
—Tal vez tenga razón. Pero estos escarabajos parecían muy… agresivos.
Vroon asintió vigorosamente. Su voz se volvió más emocionada con cada palabra.
—En efecto. Se comportan así cuando van en grandes grupos, especialmente durante la temporada de anidación. Cuando están solos y en pequeños grupos son dóciles y apenas se mueven. Pero cuantos más escarabajos haya, más agresivos se vuelven. Un enjambre de ellos podría incluso… —se detuvo—. Bueno, no importa lo que un enjambre de ellos podría hacer. Después de todo, los shreevs mantienen la población controlada.
—¿Está seguro? —dijo una voz nueva.
Era Sh’shak. El otro s’krrr había entrado mientras Vroon hablaba.
—He caminado desde el otro extremo del jardín para llegar hasta aquí. De camino me di cuenta de que había un gran número de escarabajos por todas partes. Pensé que usted querría saberlo, Vroon.
—¡Lo tengo todo bajo control! —espetó el conservador—. Conozco mi trabajo. Todo es exactamente como debe ser.
—No del todo —intervino otra voz.
El Capitán Thrawn entró en el pequeño edificio sosteniendo un bláster en la mano. El Teniente Tier lo seguía, portando un poderoso rifle bláster.
—¡¿Qué significa esto?! —farfulló Vroon—. ¡Este es mi taller!
—Esto no es asunto suyo, Vroon —dijo Thrawn. Apuntó con el bláster a Sh’shak—. Sh’shak de los s’krrr, está bajo arresto. El cargo es asesinato. La sentencia es la muerte.