Furias o Erinias: Divinidades nacidas de las gotas de sangre con las que se impregnó la tierra cuando Crono mutiló los genitales de su padre Urano. Se representaban como genios alados, con serpientes entremezcladas en su cabellera y antorchas o látigos en las manos. Vivían en la Tiniebla de los Infiernos, el Erebo, y su misión era la venganza del crimen. Cumplían su tarea persiguiendo al culpable de asesinato hasta hacerlo enloquecer. Eran tres, como las Parcas, y sus nombres eran Tisífone (la vengadora), Megera (la que odia) y Alecto (el olvido de la nada).
Creemos ser rectas justicieras: contra el hombre que puede mostrar limpias sus manos no se dirige nuestra cólera, y puede vivir su vida sin sufrir daño.
Pero si alguien ha pecado como este hombre y esconde su mano asesina, nos erigimos en testigos de los muertos y aparecemos ante él como vengadoras de la sangre hasta la última gota.
Coro de las Erinias en Las Euménides, de Esquilo.
Versos 312-320.