1. La Creta minoica

' Por suerte para él, provenía de una familia adinerada, porque se calcula que al final de sus excavaciones en Creta se había gastado un millón de dólares. De la época, por supuesto: una auténtica fortuna.

2 Se cree que los egipcios se referían a los cretenses como «el país de Keftiu».

Básicamente, que los borrachines enfermaban menos.

4 La cerámica suele utilizarse para fechar acontecimientos y establecer periodos históricos, porque tanto la forma de las vasijas como su decoración son muy susceptibles a las modas temporales. Lo mismo podría decirse de otros objetos del ajuar cotidiano, pero los muebles y la ropa, al estar fabricados con materiales orgánicos, se pudren con el tiempo. Por su parte, los objetos de hierro se corroen y los metales preciosos o incluso el bronce atraen la voracidad de los saqueadores, que acaban fundiéndolos. La cerámica, en cambio, no es un objeto tan codiciado y se conserva casi a la perfección; por eso se encuentra en tantos yacimientos. Todavía tiene otra ventaja, sobre todo en el caso de la cerámica griega: la costumbre de sus fabricantes de decorarla con pinturas que nos suministran muchísima información sobre el vestuario y las costumbres de la gente que la utilizaba.

5 Curiosamente, las bañeras no estaban unidas a los desagües, de modo que habría que vaciarlas manualmente.

o ella, no se sabe. Más de un autor ha dado por supuesto que fue el sacerdote varón, claro.

'Y que algunos autores relacionan con la explosión del volcán de la isla de Tera. Hablaremos de ello enseguida, pero ya adelanto que no parece muy verosímil en fecha tan temprana.

esta escritura pertenecería el célebre disco de Festos, que presenta en ambas caras unos misteriosos signos estampados con una especie de tipos de imprenta.

'Antes se subía por ellos en burro, pero ahora hay un funicular que lleva al pueblo de Tera.

"' Seguramente, de haberse producido hoy día habría causado muchísimas más víctimas directas, pues la población se ha multiplicado varias veces.

11 La película Remando al viento de Gonzalo Suárez es una magnífica ilustración de toda esta historia, aunque sin mencionar, lógicamente, al Tambora.

II. La Grecia micénica

1 Zeus tenía la costumbre de transformarse para seducir a diosas o mujeres mortales. Así, en diversos momentos adoptó forma de toro, águila, oso, cisne o cuclillo. Llegó a transformarse en el marido de Alcmena -una escena que recuerda a Uther Pendragón convirtiéndose en el esposo deYgraine en el mito artúrico, y en concreto en la película Excalibur- y, en el colmo de la rareza, en una lluvia de oro líquido. Malpensados abstenerse.

2 La tradición de que Aquiles era invulnerable salvo en el talón es bastante tardía y no aparece ni en Homero ni en el resto de poemas tradicionales del ciclo troyano.

3 Sólo se olvidó a su esposa, lo que puede dar lugar a muchos comentarios malintencionados.

la Ilíada Helena habla de sí misma con palabras muy duras: «[...] por causa de esta perra de mí y de la obcecación de Alejandro [=Paris] a los que Zeus asignó el funesto destino de convertirnos en argumento de poemas para los hombres futuros» (6, 357). Es muy llamativo aquí el metalenguaje de Homero.

la hermana «menos guapa» de Helena, no desempeña un papel simpático en el mito. Pero tenía sus razones para odiar a Agamenón: éste, cuando partió a Troya, sacrificó a la hija de ambos, la joven Ifigenia, para conseguir que los dioses le enviaran a la flota vientos propicios.

6 Del mismo modo, el tesoro que Schliemann atribuyó a Príamo pertenece al estrato denominado Troya II, unos mil años anterior a la guerra de Troya. Ésta se correspondería con los estratosVI oVII.

Aunque Schliemann se apresuró a hablar de «tesoro de Príamo», en este caso la denominación de «máscara de Agamenón» no procede de él.

8 En realidad, las sílabas posibles son muchas más de 90.Ya veremos que el lineal B tenía sus limitaciones.

9 Normalmente, el indoeuropeo se fecha en el cuarto milenio a.C., y no en el séptimo ni el sexto. Los detalles son bastante más complicados -hoy no suele creerse en un solo indoeuropeo-, pero no entraré aquí en ellos.

10 Muchos griegos también debían pensar que eran originarios de allí, como se ve por un pasaje de Aristóteles: Meteorológicos, 1, 352 b.

«digamma», una especie de «w», se perdió en griego durante el primer milenio. De hecho, lo más probable es que aún se pronunciara en la época en que se compuso el material base de los poemas homéricos. Así, la coincidencia entre el wanax micénico y el wánax anárón de Homero sería total.

12 Se puede ver una buena panorámica de 360 grados del Tesoro de Atreo y de otros monumentos griegos en www.vgreece.com.

13 Hay algunas representaciones micénicas de jinetes a caballo, pero son escasas.

en un país más llano, como Mesopotamia, mil años después el emperador persa Darío hizo alisar una enorme explanada en Gaugamela para preparar el terreno a sus carros, con la intención de utilizarlos para arrollar a Alejandro Magno.

15 El nombre de la letra correspondiente a la «w», que ya no existe en la Grecia clásica, era «digamma». Si se restaura en ciertas palabras, se parecen mucho más a sus correspondientes latinas: así, el nombre de la oveja en griego arcaico era owis (luego ois) y en latín ouis. O sea, la misma palabra.

ha llegado ni un solo verso escrito en lineal B. Eso quiere decir que los aedos que componían y recitaban los poemas épicos no debían de tener ningún miedo de olvidarlos. Que no se les pasara por la cabeza la posibilidad de recurrir a un escriba de palacio dice mucho de la confianza que tenían en sus propios recursos memorísticos y en su oficio. (Por supuesto, si aparece alguna tablilla de lineal B con versos épicos, me apresuraré a borrar esta nota).

lo mismo que ocurre con las historias del rey Arturo, que con el tiempo han ido mezclando personajes de orígenes diferentes, como el propio Arturo, Merlín o incluso Tristán.

III. La catástrofe final de la Edad de Bronce: un misterio sin resolver

1 Muchas madres de hoy día se quejan de lo mismo y de que no hay manera de que los hijos se larguen de casa. ¿Viviremos en la edad de plata sin saberlo?

2 Para obtener hierro hace falta una temperatura mucho más alta que para forjar bronce. La ventaja es que los minerales ricos en hierro son mucho más abundantes.Ya hemos visto que minoicos y micénicos tenían que buscar el cobre en Chipre y el estaño en lugares remotos. El hierro, una vez dominada su tecnología, se podía obtener prácticamente en cualquier lugar.

3 La tragedia tuvo al menos una consecuencia positiva. La ayuda que prestó Grecia a Turquía tras el primer terremoto, que fue luego correspondida, sirvió para aliviar las tensiones que siempre han reinado entre ambos países.

a En la novela ucrónica Tiempos de arroz y sal, de Kim Stanley Robinson, la civilización occidental sucumbe a la plaga, y son la china y la árabe las que dominan el mundo.

autores piensan que no provenían de Sicilia ni Cerdeña, sino que «después» de esta guerra se instalaron en esas islas y les dieron su nombre. Robert Drews defiende la opinión contraria (Drews, 1993).

autores que proponen la traducción «tierras costeras» mejor que «islas».

IV. Intermedio: el estudio de la cronología y una hipótesis provocadora sobre la Edad Oscura

1 La verdad es que, tal como está el panorama educativo, a menudo nos conformamos con que no se equivoquen por más de dos siglos.

2 El propio prologuista de la obra, Colin Renfrew, dice que sí, que es una teoría muy interesante..., pero que sus argumentos no le impresionan, y que en realidad no hay que adelantar la cronología, como proponen sus autores, sino «atrasarla» mucho más. Está claro que cuando se encarga el prólogo o la presentación de un libro, hay que tener mucho cuidado con quién se elige para evitar las puñaladas traperas.

V. La identidad de los griegos

última que oí en las noticias fue «unas lluvias fuertísimas». Como dirían mis alumnos: «¡Qué fuerte, qué fuerte!».

cual hace pensar que debían dedicarse sobre todo a la ganadería.

3 El error, achacable como digo a una tradición oral condensada y confusa, se comprueba poco después, cuando Tucídides confunde la primera oleada de colonizaciones, que llevó a los griegos al otro lado del Egeo en torno al siglo xi -suponemos-, con la segunda, que a partir del siglo viii los llevaría por buena parte del Mediterráneo.

'También había pueblos que les hacían sentir complejo de inferioridad cultural, como los egipcios. Gordon S. Shrimpton señala que, como para compensar este complejo, cuando describían aquel vasto país y sus increíbles monumentos, utilizaban términos que lo encogían. Las enormes estelas de piedra eran para ellos «obeliscos», es decir, «pequeñas brochetas», y las colosales tumbas funerarias eran «pirámides», nombre que también recibían unos pastelillos de trigo y miel (Shrimpton, 1997, p. 13). Una interpretación con un toque freudiano que no deja de ser curiosa.

la mitología hitita hay un paralelo más antiguo en el que Kumarbi hace lo mismo con su predecesor Anu... , sólo que en lugar de una hoz utilizó los dientes.

6 El examen de los huesos encontrados en las tumbas de Atenas revela que la edad media de los varones al morir era de cuarenta y cuatro años, y de las mujeres treinta y cinco. Esta diferencia de nueve años, que en nuestra sociedad actual prácticamente se invierte, se debería tanto a las muertes al dar a luz como a los efectos negativos del parto en la salud posterior de la madre. Los espartanos, en reconocimiento de este riesgo, permitían que las mujeres que morían en el parto tuvieran lápidas con su nombre, mientras que las tumbas del resto de la gente eran anónimas.

¿Había muchos más viudos que viudas en Grecia? No. La diferencia en las expectativas de vida se compensaba porque, en promedio, las mujeres se casaban con hombres diez años mayores que ellas, de modo que era matemáticamente más probable que ambos esposos muriesen casi a la vez o con poco tiempo de diferencia.

VI. Innovaciones de la Época Arcaica

' También escrito abjad. Término que se refiere a un consonantario, una especie de alfabeto en que sólo se escriben las consonantes.

2 El mismo nombre de élektron le daban los griegos al ámbar, de donde, por la propiedad que tiene de magnetizar pequeños materiales, proviene el término «electricidad». El ámbar y el electro tenían en común el brillo entre amarillento y rojizo -parece que el electro usado en Lidia tenía parte de que es dificil saber si el ámbar le prestó el nombre a la aleación o viceversa. Probablemente ambos provengan de la raíz *(h)él-, la misma que la de hélios, «sol». Observando el brillo del sol cuando se acerca el crepúsculo puede comprenderse la razón.

s Para situar cronológicamente a estos primeros filósofos se suele utilizar el término latino floruit, «floreció», o el griego akmé (no, no se trata de la fábrica que suministra productos al Coyote para que acabe con el Correcaminos). Ese florecimiento o plenitud lo atribuían los antiguos a los cuarenta años, y nos sirve de eje para situar en el tiempo a estos personajes.

VII. Problemas sociales y soluciones: tiranos y colonizadores

' Hoy día ambos golfos, el Sarónico y el de Corinto, están unidos por un canal, construido a finales del siglo xix, que permite el paso a barcos de poco tonelaje.

2 Literalmente «ciudad madre». Si los dorios hubiesen sido más cultos que los jonios, tal vez utilizaríamos su dialecto y diríamos «matrópolis», y para ir al centro de la ciudad tomaríamos el «matro».

s También escrito Hamílcar, nombre que encontramos frecuentemente en la historia de Cartago, pues es un compuesto formado con el nombre del dios fenicio Melkart.

quien Plinio elViejo, coleccionista de anécdotas sobre el mundo natural, cuenta que murió precisamente en Sicilia de la forma más absurda. Estaba sentado en la playa cuando pasó sobre él un águila que llevaba entre las garras una tortuga. Al confundir la calva de Esquilo con un pedrusco, la rapaz soltó la tortuga con la intención de romper el caparazón contra la roca y así poder comerse la carne. Obviamente, lo que se rompió fue el cráneo del infortunado Esquilo. Aunque cosas más raras se han visto, los que tenemos poco pelo preferimos pensar que es una anécdota inventada.

s Aunque hay opiniones discordantes. Extrapolando a partir de los actuales datos de pluviosidad, Peter Garnsey calcula que en la zona de Odesa la cosecha de trigo fallaba uno de cada dos años, y la de cebada uno de cada seis o siete (Garnsey, 1988, p. 11).

que se atribuye la célebre paradoja de Epiménides, que podría enunciarse así: «Epiménides el cretense dice: Todos los cretenses dicen siempre la mentira». ¿En este caso también? Se supone que es el típico truco lógico que en una película de ciencia ficción fundiría los circuitos de un ordenador.

VIII. La guerra en Grecia

1 En realidad, he comprobado personalmente que el escudo puede tapar todo el cuerpo hasta las rodillas, pero si se quiere manejar la lanza con cierta soltura no hay más remedio que desplazarlo un poco hacia la izquierda. De esa forma sí queda al descubierto el costado derecho.

2 Por eso no nos han llegado restos de trirremes naufragados, mientras que sí los tenemos de otro tipo de barcos.

a Los espartanos tenían por costumbre seguir avanzando despacio, al son de sus agudas flautas, lo que debía suponer un espectáculo incluso más escalofriante para los rivales.

n Bien es cierto que el estudio de Marshall, Men Against Fire, tiene muchos detractores.

IX. Ciudades arcaicas: Esparta

1 Mientras escribo estas lineas, el gobierno español desaconseja viajar a Tailandia por su inestabilidad política, se ha producido una carnicería en Bombay que sin duda desanimará a los turistas, y las autoridades de Estados Unidos han dictado nuevas normas para los aeropuertos que se lo pondrán más dificil a los viajeros. Si todo sigue así, el mundo volverá a hacerse más pequeño. No quisiera pensar que para nosotros se ha pasado ya la época de los Antoninos y se acerca la de los bárbaros.

2 La ciudad apenas merecía el nombre de tal, pues se componía de casas dispersas, no tenía murallas y los edificios públicos de su ágora no podían competir con los de otras ciudades. Hoy día, el lugar más pintoresco que se visita en Esparta es la iglesia-fortaleza de Mistra, de época bizantina, situada en pleno monte Taigeto, al oeste de la ciudad.

s En su obra La sociedad abierta y sus enemigos, Karl Popper pone a Esparta justamente como ejemplo de sociedad cerrada, y habla de la fascinación que todos los regímenes totalitarios, como por ejemplo el nazi, han sentido por esta ciudad. Puedo imaginarme los ojos como platos que habría puesto Popper si hubiese oído a los espartanos de 300 defender la libertad de pensamiento frente al «oscurantismo». Dicho textualmente en la película, como si Leónidas y los suyos fueran antecesores de Galileo o de Newton.

de esto, alguien podría pensar que la escena de 300 en que se llevan a Leónidas niño a la agogé es un error, pero no: Leónidas no estaba destinado a ser rey, y llegó al trono de rebote. El error, eso sí, está en el actor escogido. Aunque Gerard Butler tiene una presencia imponente, es demasiado joven: Leónidas rondaba los sesenta años cuando combatió en las Termópilas.

'También aparece en los textos como Demarato, pero la forma espartana del nombre tenía una alfa larga en lugar de una eta.

6 De nuevo encontramos un paralelo en Roma, con el duelo entre los tres hermanos Horacios, romanos, y los tres Curiacios, de la ciudad de Alba.

vino griego debía de ser tan espeso que se mezclaba con agua no sólo para rebajar su contenido en alcohol y suavizar su sabor, sino en cierto modo para «reconstituirlo».

X. Ciudades arcaicas: Atenas

otra versión del mito, los atenienses varones votaron por Poseidón y las mujeres por Atenea. Como éstas vencieron por un voto, Atenea se convirtió en patrona de la ciudad. Pero los hombres, para vengarse de su derrota, les retiraron el derecho a votar.

2 Eran sobre todo las tierras situadas al noroeste, donde se hablaban dialectos emparentados con el dorio: las comarcas de Acarnania, Etolia y el Epiro. Aquellos lugares gozaban un clima más húmedo y fresco que el resto de Grecia, y sus bosques eran más densos. Sus pobladores se dedicaban sobre todo a la ganadería trashumante, por lo que no se agrupaban en polis. Esta organización tribal habría sido la que tenían todos los griegos antes de asentarse en los territorios de la Grecia central y del Peloponeso.

s Ni siquiera está muy claro que este personaje, cuyo nombre significa «dragón», no sea más legendario que histórico, como sucede con el legislador de Esparta, Licurgo.

era un sophós, un sabio natural, una persona a la que los dioses habían otorgado sentido común y ecuanimidad, y también el don de la inspiración, pues era un gran poeta. Algo distinto era un philósophos, «buscador o amante de la sabiduría», palabra que parece que acuñó Pitágoras. Tampoco era lo mismo un sofista o sophistés, con una terminación -tes que solía aplicarse a ocupaciones: los sofistas, por así decirlo, se dedicaban profesionalmente a la sabiduría. De hecho, cobraban por ejercerla.

me he equivocado contando sílabas. En griego, si-o no era diptongo, así que había dos sílabas.

la década de 560, las exportaciones de cerámica ateniense de figuras negras superaban ya a las de su vecina Corinto, que en el pasado había dominado ese mercado. En cerámica se suele hablar de «figuras negras» y «figuras rojas», estilos muy fáciles de distinguir. En las figuras negras el artista deja el fondo con el color natural de la arcilla, rojizo, mientras que rellena con esmalte negro a los personajes, y los trazos interiores los realza con líneas blancas. En la técnica de figura rojas, que apareció hacia el año 525, el pintor esmalta de negro el fondo y deja el interior de las figuras sin rellenar, salvo las líneas negras que representan los músculos, la ropa, etcétera.

puede parecer contradictorio, pues hemos visto a un Cronos violento, castrapadres y devorahijos. Pero en la mitología griega convivían muchas versiones distintas, pues los griegos eran gente ahorradora que no tiraba nada a la basura, ni costumbres ni leyes ni rituales religiosos. Existía una tradición según la cual el reinado de Cronos había sido una época de felicidad, una especie de edad de oro como la que menciona Hesíodo en Trabajos y días.

8 La forma completa de nombrar a un ateniense era añadir el nombre de su padre, y más tarde de su demo.

9 Los dorios, en cambio, se organizaban en tres tribus.

curioso es que una vez hecho este primer censo, los descendientes de quien se hubiera inscrito en el demo de Colargo seguían registrados en él, aunque vivieran a 20 kilómetros de distancia o en una colonia del Egeo.

" Erectea, Egea, Pandionisia, Leóntide,Acamántide, Enea, Cecropia, Hipotóntide,Ayántide y Antióquide, nombradas según el orden oficial.

12 Aquí adelanto acontecimientos, pues el thólos se construyó después del año 470.

XI. Las Guerras Médicas

' Hasta en la ropa se notaban esas diferencias. Para los griegos, llevar pantalones era un signo de afeminamiento. Paradójico, ¿verdad?

2 «Humanitario: que es solidario y benévolo con los demás». ¿Cómo se puede aplicar ese adjetivo a una catástrofe?

en griego. Como algunos empleaban ese tiempo libre en actividades intelectuales, skholé ha dado en inglés términos como scholar, «erudito, estudioso», y en español «escuela». Así que la escuela proviene del tiempo libre... ¡Que me lo hubieran dicho a mí cuando iba al colegio de los frailes!

su interés por descubrir nuevas rutas comerciales, Darío promovió diversas expediciones. Una de ellas, en la que viajaba el griego Escílax de Carianda, recorrió el Golfo Pérsico y las costas de Asia Central hasta llegar a la India.

s Décadas después, los atenienses obligaron a sus aliados de la Liga de Delos a aceptar un mismo patrón monetario y de pesos y medidas. Aunque impopular, sin duda aquella medida fue muy práctica, como sabemos los que vivimos en la Zona Euro y utilizamos el sistema métrico decimal.

6 Hay una pequeña dificultad en esta historia. Eran los éforos quienes decidían la política exterior de Esparta. Tal vez en el relato de Heródoto haya que entender que Aristágoras, a la vez que trataba con los éforos, se reunía en privado con Cleómenes para tratar de ganarse su influencia. Como fuere, la jugada no le salió bien.

del otro Milcíades que mencionamos en relación con la tiranía de Pisístrato.

8 La isla era tan sagrada que, décadas después, durante la Guerra del Peloponeso, se decretó la curiosa prohibición de nacer o morir en ella para no mancillar su pureza.

9 Durante la Guerra del Peloponeso, cada vez que los espartanos y sus aliados invadían el Ática, toda o prácticamente toda su población se refugiaba tras las murallas. Pero hay que tener en cuenta que Pericles había hecho unir la ciudad con el Pireo mediante los llamados Muros Largos, lo que dejaba un amplio pasillo protegido de varios kilómetros de longitud en el que podían acampar los refugiados. En 490 no existía esa posibilidad.

10 En la tradición aparece también con el nombre de Filípides.

Otros historiadores la fechan en agosto.

12 Algunos tan posteriores como la Suda, una enciclopedia bizantina del siglo x d.C. Bien es cierto que el hecho de que esté más cerca de nuestra época que de las Guerras Médicas es un problema para tomar en serio lo que dice.

13 Si la caballería persa, o parte de ella, actuó, debió de ser en esta zona. El uso de la caballería en los flancos es de una época posterior. Quizá incluso la carga ateniense dejó sin espacios a los jinetes persas y anuló su ventaja táctica (Shrimpton, 1980).

'4 Suele atribuirse la creación del ostracismo a Clístenes. En tal caso, la ley habría dormido el sueño de los justos durante veinte años. Esto parece extraño, ya que los atenienses solían legislar ad hoc, para conseguir un fin concreto en un momento concreto. Es más fácil suponer que el ostracismo se introdujo después de Maratón y que más tarde, como solía suceder, se atribuyó su creación a un tiempo más antiguo y, por tanto, más prestigioso.

en esta cita como en la siguiente he utilizado las traducciones reducidas que usé en Salamina. Las profecías, tal como aparecen en Heródoto, son algo más largas, y tienen referencias más confusas para los lectores actuales.

16 Un diezmo que le intentaron cobrar a Tebas después de la guerra, sin el menor éxito. El asunto aún coleaba en 371, poco antes de la batalla de Leuctra.

se incorporaron otros 50 trirremes atenienses.

18 No hay que confundir a los focidios de la comarca de Grecia continental conocida como Fócide con los focenses de Focea, en la costa de Asia Menor.

" Quienes, según Heródoto (7, 211), llegaron a engañar a los persas con retiradas fingidas seguidas por contraataques. Muchos expertos actuales dudan de esta información: la falange era una formación eficaz, pero con muchas limitaciones, y una maniobra de ese tipo habría desordenado sus filas. Lo que está claro es que, si había soldados capaces de llevarla a cabo, eran los espartanos, que prácticamente no hacían otra cosa que instrucción militar.

20 En los años cincuenta se descubrió en Trecén, ciudad costera de la Argólida muy vinculada a Atenas, una estela de mármol blanco del Pentélico con una larga inscripción. Por el tipo de letra, se ha fechado en el siglo in o, como mucho, a finales del siglo iv. El texto es una supuesta copia del decreto de evacuación general propuesto por Temístocles ante la asamblea. En realidad, la transcripción no parece muy fiel, pues emplea a menudo vocabulario que no se corresponde con el del año 480.Ahora bien, más que una falsificación de los atenienses del siglo in, podríamos calificarla como una copia del «espíritu» del decreto. El texto puede consultarse en Cortés, 1999, p. 239 y ss.

2' Aunque después de Artemisio, muchos de esos trirremes no estaban en condiciones de combatir.

Esquilo hace referencia a un desertor heleno, que comunicó a Jerjes que los griegos estaban dispuestos a huir al amparo de la noche.

23 Heródoto sitúa esta reunión del estado mayor persa en los días previos. Pero, puesto que la decisión final de combatir en Salamina queda en suspenso en su narrativa, creo que es más correcto colocarla aquí. Por no añadir que probablemente se celebrarían reuniones constantes, igual que en el campamento griego. ¿Qué hacen los que tienen autoridad en momentos de crisis sino reunirse una y otra vez? Gabinetes, comités, subcomités...

24 En todo lo que sigue combino la versión de Heródoto con la de Diodoro de Sicilia y la de Esquilo. Como señala el estudioso norteamericano Peter Green: «Paradójicamente, y pese a su trascendental importancia, Salamina debe considerarse como una de las batallas peor documentadas en toda la historia de la guerra naval» (Green, 1996, 186). Los relatos de la batalla son tantos como autores. De los incluidos en mi bibliografia, Burn, Hammond, Green y Munro (éste en AA.., Cambridge, 1930) están de acuerdo con Diodoro en que Jerjes envió a los barcos egipcios para bloquear la salida oeste de Salamina. Strauss, Hignett y Lazenby no lo creen, y piensan que los persas sólo cerraron las salidas orientales.

25 Adaptado de Burn, 1984, 513.

26 Allí se juntaban los pastores trashumantes del Ática y Beocia, pero también los de la comarca de Corinto. Por eso fue en el Citerón donde el infortunado Edipo, para que no cumpliera el aciago destino de matar a su padre y casarse con su madre, fue abandonado por un pastor de Tebas y recogido por otro de Corinto.

27 Los acontecimientos relativos a la campaña de Platea se cuentan en el libro 8 de las Historias de Heródoto, en la biografia de Arístides escrita por Plutarco y en Diodoro, 11, 27-39.

28 Green, 1996, 244. Aunque es evidente que el terreno puede haber cambiado muchísimo desde entonces.

29 Como les pasó a los atenienses en el año 413 en Sicilia, en un desgraciado ataque nocturno contra la ciudad de Siracusa.

XII. La Pentecontecia

parecido a lo que les pasaba a los funcionarios soviéticos en Ninotchka de Lubitsch, que se dejaban corromper alegremente por el decadente capitalismo occidental.

2 Polieno, Estratagemas, 8, 51. También en Diodoro, 11, 45, pero sin dar el nombre de la madre.

a En Esparta se producían periódicamente expulsiones de extranjeros, conocidas como xenelasías, para evitar que los lacedemonios se dejaran corromper por el contacto con los foráneos.

cual significaba que entre los hoplitas había cada vez más ciudadanos partidarios de la democracia, y eso por dos motivos: primero, porque estos tetes ascendidos a zeugitas provenían del demos, el pueblo llano; segundo, porque le debían su mejora económica al imperialismo ateniense, que todos identificaban con la democracia.

5 Tucídides, 1, 137; Bryant, 2002, 563.

en Plutarco, Temístocles, 32.Todos los detalles finales de su vida están extraídos de la biografia de Plutarco, con algún añadido de Tucídides. Muchos expertos, como A.J. Podlecki (Podlecki, 1975, p. 43), creen que hay bastante de novelesco en todo este relato. Es posible, pero ya en tiempos de Tucídides había corrido el rumor de que se dio muerte porque no podía servir al Gran Rey tal como le había prometido (Tucídides, 1, 138).

Plutarco, como tantos otros autores antiguos, mostraba tendencias aristocráticas. Por eso, entre el demócrata Temístocles y los nobles Arístides y Cimón, sus simpatías se decantaban por estos últimos. Aunque hay que reconocer que siempre intentaba ser justo con sus personajes.

8 Como en tantos casos, el uso de una palabra griega otorga más prestigio a lo que se dice. Es la venganza póstuma de los griegos sobre sus conquistadores romanos: un helenismo siempre parece más técnico que la correspondiente palabra con raíz latina. ¿A que pagaremos más a un asesor que nos proponga «sin-ergias» en lugar de «co-laboraciones»? Pues ambas palabras significan exactamente lo mismo: trabajar juntos. Si el médico me ve hecho un trapo y lo achaca a una «caquexia» o «astenia», pienso que se ha ganado su sueldo, mientras que si me dice que tengo «malestar» o «debilidad» sospecho que para oír eso no tenía que haber esperado en la consulta. Si además la palabra griega es esdrújula, miel sobre hojuelas. ¡Perdón! ¿He dicho «esdrújula»? Quería decir «proparoxítona».

9 La batalla de Maratón, que se venció sin más ayuda que la de los plateos, fue cada vez más mitificada por las tres primeras clases que servían como hoplitas. Probablemente entre el pueblo, en su conjunto, la victoria de Salamina era más valorada, pero la mayoría de los testimonios literarios pertenecen siempre a las capas altas de la sociedad.

iu Casi al mismo tiempo que Esparta pactaba con Argos una paz de treinta años que los argivos respetaron escrupulosamente. Algo tan raro en aquellos tiempos como ahora.

XIII. La Atenas de Pericles

1 En cambio, las calles del Pireo eran más anchas y se cortaban en ángulos rectos, porque hacia el año 450 las remodeló el arquitecto Hipodamo de Mileto, el primer urbanista griego. Durante la segunda mitad del siglo v el Pireo se convirtió en el principal puerto del Egeo y casi en una ciudad por derecho propio. Era allí donde vivían más metecos -extranjeros domiciliados-, donde se llevaban a cabo las principales transacciones comerciales y donde actuaban los cambistas y banqueros en sus puestos conocidos como trápezai, «mesas».

2 Para los atenienses, las doce de la mañana más o menos era «la hora a la que se llena el mercado». Con una referencia tan vaga la puntualidad no podía ser precisamente suiza. El ritmo de vida en Atenas y el resto de Grecia, más parecido al de un país de Oriente Medio, nos habría sacado de quicio a los estresados occidentales de hoy, esclavos del reloj.

da nombre al único grupo de reconstrucción histórica de hoplitas que, por el momento, hay en España: Athena Promakhos.

4 Existe otro templo octástilo en la ciudad de Selinunte, pero nunca se terminó, y además se encuentra en un estado aún más ruinoso que el Partenón.

5 Para consultar los textos de Anaxágoras y otros filósofos de la época recomiendo Los filóso os presocráticos, de Kirk y Raven, publicado por Gredos en 1981.

e En realidad, ni siquiera queda tan claro que llegara a producirse ese juicio.

' Una excepción sería Sócrates. Su padre Sofronisco era escultor, y él mismo había empezado en ese oficio. Pero pronto lo dejó por considerarlo servil... o porque tal vez no tenía demasiado talento. Aunque se llamaba a sí mismo pobre, poseía suficiente patrimonio (sospecho que heredado del trabajo de su padre) para servir como hoplita y vivir de las rentas que recibía al año. Trabajar, lo que se dice trabajar, no debió de hacerlo prácticamente en su vida. De alguna manera renegaba de la clase media a la que pertenecía y buscaba más la compañía de los aristócratas, algo que no le debieron de perdonar sus conciudadanos.

8 El Sócrates de Las nubes de Aristófanes da clases a sus discípulos en un lugar llamado «Pensadero», colgado de una cesta, mientras los alumnos se sientan en otras similares para que sus ideas se eleven sobre este mundo. Lo que enseña este pseudo-Sócrates es a estudiar los cuerpos celestes, como si fuera Anaxágoras, o a convertir lo blanco en negro y lo negro en blanco utilizando la esgrima verbal, algo típico de los sofistas. El verdadero Sócrates no se dedicaba a eso.

9 También la suerte jugó a su favor. Ocho de esas obras se han transmitido sólo en dos manuscritos medievales, por lo que parecen remontarse a un único volumen que sobrevivió casi por azar.

`Alguien se preguntará por qué pongo como modelo de ultrapuritanismo un manual católico de los años cincuenta en vez de criticar ejemplos sangrantes de moral machista que se ven hoy día en otras religiones. La razón es evidente. Resulta más fácil meterse con los curas y los obispos porque no suelen dictarfatwas contra los escritores.

" Cf. Blundell, 1995, p. 145, donde la autora nos da los nombres de dos posibles médicas, Fanóstrata y Hagnódice.

12 Aunque el discurso se lo había escrito el logógrafo Lisias, Eufileto tenía que leerlo en persona, pues tanto los acusados como los acusadores se representaban a sí mismos.

13 También si ese hombre seducía a su madre, su hermana, su hija, o incluso su concubina en caso de que estuviera con ella para engendrar hijos libres (MacDowell, 1986, p. 124). La seducción se consideraba más grave que la violación, porque implicaba corromper la moral de una mujer libre.

14 Tomo 1 de los discursos de Lisias, editados por Alma Mater en 1953.

15 El sorteo se realizaba a diario por medio de una máquina bastante ingeniosa, y se hacía justo antes del juicio, para evitar que los encausados tuvieran tiempo de sobornar a los miembros del jurado. Había juicios especialmente graves que se resolvían en asamblea, como el de los generales que mandaban en la batalla de las Arginusas y que fueron acusados de no recoger a los náufragos atenienses.

XIV. La Guerra del Peloponeso

1 Por supuesto, es una visión simplificada. En Atenas había mucha gente apegada a la tierra, y muchos aristócratas que mantenían los viejos ideales y simpatizaban abiertamente con Esparta.

2 Con lo que no contó Pericles fue con que el Imperio persa, mucho más rico que Atenas, acabaría entrando en la guerra en su fase final.

3 La cifra de los 13.000 hoplitas es fiable, pero no tanto la de los otros 16.000 posibles soldados <Jóvenes y veteranos». Para Alfred French, podría ser una forma convencional de referirse a tropas ligeras de alta calidad, que habrían bastado para defender fuertes y murallas (French, 1993, p. 45). Sin embargo, el especialista en la Guerra del Peloponeso Donald Kagan acepta las cifras de Tucídides tal cual (Kagan, 1990, p. 27).

señala una paradoja. Los campesinos podían enfurecerse viendo desde el parapeto cómo los peloponesios destruían -o intentaban destruir- sus cultivos, pero a cambio estaban a salvo: en ningún momento salieron a luchar, y tampoco parece que los enemigos se acercaran demasiado a las murallas de Atenas, pues tan sólo habrían conseguido que los acribillaran a flechazos desde arriba. En cambio, los tetes, supuestos beneficiarios y partidarios de la guerra, eran los que arriesgaban sus vidas remando en la flota para causar devastación en las costas del Peloponeso.

s Hay candidatos más exóticos, como la tularemia, el ergotismo, el ántrax o el virus Ébola (este último en Scarrow, 1988, con una detallada tabla de síntomas). Reconozco que de las dos primeras enfermedades he tenido la primera noticia en mi vida mientras rebuscaba en la bibliografia, y eso que no me pierdo un episodio de House.

6 Tampoco puede decirse que toda Lesbos desertara de la Liga. La ciudad de Metimna, donde dominaban los demócratas, siguió siendo fiel a Atenas. Cuando se critica a ésta por su imperialismo, a veces se olvida que quienes más se oponían a dicho imperialismo eran las oligarquías locales, como ocurría en Mitilene. Pero los regímenes democráticos solían apoyar a Atenas, lo que significa que el «terrible» Imperio ateniense no debía de explotar tanto a los habitantes de la Liga.

' En la primera,Alcibíades resultó herido y Sócrates lo protegió con su escudo. En la segunda,Alcibíades servía en la caballería, pero cuando se produjo la desbandada ante los tebanos, se rezagó para ayudar a Sócrates, que se retiraba con la infantería.

s Una unidad aliada del ejército espartano.

' Unas cuantas décadas más tarde, el general tebano Epaminondas se atrevió a cambiar esta tradición. Hablaremos de él en su momento.

10 De hecho, los Mil de Argos dieron un golpe de Estado poco más tarde. Los demócratas no tardaron en desquitarse derrocando a los oligarcas y llamando en su auxilio a Alcibíades, quien les convenció de que construyeran una muralla para unir su ciudad al mar, igual que la de Atenas.

11 La transcripción más correcta sería «heterías» y «heteras». Pero ya que utilizo «hetaira», cuyo uso se ha popularizado en español, prefiero mantener también «hetairía».

12 El baño ritual era todavía en Atenas, antes de salir para Eleusis el día 19 del mes de boedromión.

13 Recomiendo a los lectores aficionados a temas militares que acudan a la descripción de esta batalla en Tiempos de guerra, de Steven Pressfield. Espectacular.

14 Para Victor Hanson, la principal razón de la derrota ateniense en Sicilia fue que no tenían suficiente caballería (Hanson, 2005, p. 231).

15 Stone, 1988, p. 155 y Manfredi, 2000, p. 252.

16 Como demostró años después, cuando intentó derrocar a su hermano Artajeijes con la ayuda de 10.000 mercenarios griegos. El espléndido relato de esta campaña se encuentra en la Anábasis de Jenofonte, que participó en ella como oficial.

` Helénicas 1, 6, 24. La Historia de Tucídides se interrumpe en el año 411. A partir de ese momento, debemos recurrir a su continuación, las Helénicas de Jenofonte, mucho más condensada y menos rigurosa, y complementarla con Diodoro y con las biografias correspondientes de Plutarco.

18 No me resisto a la tentación de contar su final, aunque sea en una nota. «Lisandro, el general espartano, mandó al sátrapa persa Farnabazo la orden de llevar a cabo esta tarea [la muerte de Alcibíades]. Por aquel entonces Alcibídes estaba viviendo en una aldea frigia con la cortesana Timandra. Los hombres enviados contra él, que no se atrevían a entrar, rodearon e incendiaron la casa. Alcibíades, al darse cuenta, juntó casi todas sus mantas y colchas y las echó sobre el fuego; se rodeó la mano izquierda con el manto y, desenvainando la espada con la diestra, atravesó las llamas incólume antes de que el manto llegara a prenderse. Los bárbaros se dispersaron nada más verlo aparecer y, en vez de aguantar su acometida o llegar a las manos con él, empezaron a dispararle flechas y dardos desde lejos. De esta manera cayó Alcibíades. Después de que los bárbaros se hubieran alejado,Timandra recogió su cadáver, lo envolvió y cubrió con sus ropas y celebró, dentro de sus posibilidades, un funeral espléndido y honroso» (Plutarco Alcibíades, 39).

XV. El siglo iv: la lucha por la supremacía

' En la asamblea ateniense se propuso cortar la mano derecha a los remeros del bando enemigo. Era algo parecido a lo que hacían los franceses con los arqueros ingleses que capturaban en la Guerra de los Cien Años, a los que les cortaban los dedos índice y corazón de la diestra.

2 En cierto modo, inauguró el look de filósofo que luego imitarían Diógenes y otros.

Plutarco, la palabra «sicofanta», literalmente «revelador de higos», podría provenir de la época en que Solón prohibió exportar del Ática cualquier producto agrario que no fuese aceite de oliva (Sol(5n 24). El sicofanta sería la persona que denunciaba a los exportadores clandestinos de higos -y tal vez de otros alimentos-,y a partir de ese momento el término se usaría para cualquier delator profesional. Aunque otros piensan que podría provenir del gesto grosero de cerrar el puño y mostrar el dedo corazón, conocido como «hacer la higa».

4 El supuesto discurso de defensa que Sócrates pronunció ante los jueces. Aunque lo escribió Platón, es posible que haya en esa obra mucho de lo que realmente dijo Sócrates.

y su hermano Polemarco habían heredado la fábrica de escudos de su padre, Céfalo -que aparece como interlocutor en La república-. En aquel taller trabajaban 120 operarios, y gracias a él poseían una gran fortuna. Los Treinta, tan rapaces a la hora de incautar riquezas ajenas como algunos emperadores romanos, decidieron detener a los dos hermanos. Lisias escapó a Mégara, pero Polemarco fue arrestado y ejecutado. Sus bienes, por supuesto, quedaron confiscados. Aunque tras la caída de los Treinta, en la que él participó de forma activa, Lisias recuperó parte de su patrimonio, nunca llegó al nivel de riqueza anterior. Por eso tuvo que dedicarse a escribir discursos judiciales para otras personas.

6 Una prostituta célebre tenía este apodo, Clepsidra, porque utilizaba un reloj de agua para tasar el tiempo a sus clientes. Si la noticia es cierta, se trataba de una adelantada a su época.

' Esta última es una crítica a la sociedad ateniense, no a Sócrates, que además tuvo el detalle de lavarse para que no lo hicieran luego las mujeres.

era el dios de la medicina. O bien Sócrates consideraba que al morir se libraba de una pesada enfermedad, su propio cuerpo mortal, o bien por alguna razón era cierto que le debía un gallo al dios. Critón solía ocuparse de las finanzas de Sócrates.

'En un discurso de mediados de siglo, Demóstenes se queja de que, salvo los 300 más ricos de las symmoríai, los otros 900 sujetos a pagar las liturgias estaban empobrecidos y oprimidos por el sistema.

1' Un ejemplo que demuestra el alto aprecio en que a veces se tenía a los esclavos. En general, en Atenas recibían mejor trato que en otras ciudades. En un panfleto antiateniense de finales del siglo v (que antaño se atribuía a Jenofonte), el autor, al que suele denominarse «elViejo Oligarca», se quejaba de que en Atenas era dificil distinguir a los hombres libres de los esclavos, y de que éstos a veces ni se apartaban por la calle para ceder el paso. Matar o maltratar a un esclavo podía conllevar penas severas, como se ve en el diálogo platónico

11 Parece que Aristóteles llamó a esta parte del saber que estudia el ser y la realidad «primera filosofia». El nombre de «metafisica» vino de una clasificación posterior, hecha por Andrónico de Rodas en el siglo i a.C. Andrónico denominó a los libros que trataban de esta primera filosofia tá metá tá physiká biblia, «los libros que van después de los de fisica».Aunque enseguida se adoptó otro significado bastante apropiado para la palabra, «lo que está más allá de la fisica, lo que trasciende la fisica».

` 2 El poder de Dionisio se debía en buena parte a su superioridad militar. Se le atribuye a él, o más bien a sus ingenieros, la invención de las primeras catapultas, máquinas de guerra con mecanismos de torsión que disparaban piedras, flechas y otros proyectiles en llamas.

entrada, a Platón, que era un hombre más bien ascético, le desagradaba el lujo de la vida siciliana. En particular el de su comida, pues la cocina siracusana era la más elaborada y famosa del mundo griego, sobre todo por sus salsas cargadas de condimentos. Parece que el siciliano Miteco, que vivió entre los siglos v y iv, fue el primero en escribir tratados de gastronomía,y se le llamó «el Fidias de la cocina».

14 Éste había dejado un hijo, Leotíquidas. Pero, como vimos, existían sospechas fundadas de que su verdadero padre era Alcibíades, por lo que Leotíquidas nunca llegó a reinar. Uno de los que intrigó para que Agesilao se convirtiera en rey fue Lisandro. Se decía que ambos habían sido amantes en su juventud, y al parecer Lisandro pensaba que Agesilao sería fácilmente manipulable. Pero su antiguo amante le salió rana, pues demostró ser un hombre de carácter.A veces, incluso de mal carácter.

15 No obstante, los espartanos sufrieron un nuevo golpe en su orgullo en el año 390. Cerca de Corinto, un general ateniense llamado Ificrates atacó a 600 hoplitas lacedemonios con sus peltastas, soldados de infantería ligera, y consiguió matar casi a la mitad. Por supuesto, Ificrates no cometió el error de buscar el choque directo, lo que habría sido una locura, sino que acosó a los espartanos con sus jabalinas, sobre todo por la parte derecha, donde tenían el costado desprotegido. Poco a poco, se demostraba que ya no se podía dominar los campos de batalla sólo con infantería pesada.

16 La batalla de Leuctra aparece narrada en Jenofonte, Helénicas 6, 4; Plutarco, Pelópidas 23; Diodoro 15, 53 y ss.

Estratagemas 2, 3.

18 Ibid.

19 Pelópidas ya no lo acompañaba, porque había muerto dos años antes, durante una campaña en Tesalia.

20 Cornelio Nepote, Epaminondas 9. No es una fuente fiable, pero no podía prescindir de un final tan épico para un personaje como Epaminondas.

XVI. El ascenso de Macedonia

1 Los macedonios tenían fama de borrachos, al igual que les pasaba a los tracios. Al parecer, en muchas ocasiones bebían el vino sin diluirlo con agua, algo que se consideraba en Grecia propio de bárbaros. Existen numerosas anécdotas sobre Filipo que lo presentan embriagado. Más adelante contaremos lo que ocurrió en su última boda.

12,310-321. Me fijé en este pasaje, tan ilustrativo sobre la influencia moral de los generales antiguos, gracias al ensayo de Mary Renault sobre Alejandro (Renault, 1998,p. 54).

s Medio millón en Cartledge, 2004, p. 62. Un millón en Thomas, 2007, p. 175.

término «Compañeros» a veces es confuso, ya que los autores griegos no tenían ningún reparo en utilizar una misma palabra con diferentes significados.Algunas veces Compañeros se refiere a los poco más de cien amigos íntimos que rodeaban al rey, y otras a los miembros de la caballería de los Compañeros, mucho más amplia.

2008, p. 139; Thompson 2007, 26; Gaebel, 2002, p. 164. Alejandro Noguera me lo comentó personalmente.

los generales de Alejandro, varios provenían de las tierras altas, lo que demuestra que en poco tiempo se asimilaron perfectamente y demostraron su lealtad al rey de Macedonia. Perdicas y Crátero eran del cantón montañés de Oréstide, Leónato de Lincéstide y Ceno de Elimea.

Aunque, al morir sus padres, los tutores de Demóstenes dilapidaron su herencia. Ésa fue una de las razones para que se dedicara a la oratoria judicial: recuperar su fortuna, meta que tan sólo consiguió en parte, y ganarse la vida con los discursos que escribía.

XVII. Alejandro Magno

supuesto, es lo que nos cuentan las fuentes griegas, habitualmente chovinistas. Hasta en el bando persa, el general más capacitado tenía que ser heleno. No digo que no fuese así, pero resulta sospechoso.

bien los trirremes tenían tres bancadas de remos, cuando se habla de cuadrirremes, quinquerremes, etc., no quiere decir que esos barcos estuvieran equipados con cuatro o cinco filas de remos, puesto que había limitaciones prácticas que impedían superar las tres filas. Un cuadrirreme probablemente tenía dos bancadas de remos, y en cada uno de ellos bogaban dos hombres. En un quinquerreme habría también dos filas, con dos y tres galeotes en cada remo, y así sucesivamente hasta llegar a los grandes monstruos de la Época Helenística.

historiador del Imperio persa Pierre Briant considera que dicha embajada nunca existió y que este relato es propaganda macedónica que llegó hasta los historiadores (Briant, 2002, p. 832 y ss.). Briant se pregunta cómo reconciliar la oferta de Darío con el hecho de que estuviera preparando un gran ejército en Mesopotamia para enfrentarse a Alejandro. La historia oficial siempre presenta un retrato de Darío como monarca débil y cobarde, y un problema de los autores antiguos era que, una vez decidido el perfil psicológico de un personaje (que en el caso de los enemigos, solía ser bastante tosco, en blancos y negros), tendían a aceptar todas las anécdotas, fidedignas o no, que cuadraban con dicho perfil.

'Arriano, Anábasis 3, 4; Plutarco, Alejandro 26; Diodoro 17, 51.

s Nonno, Dionisíacas 7, 127.

6 Así se demostró en la batalla de Carras, donde en el año 53 a.C. los partos derrotaron de forma humillante a nada menos que siete legiones romanas. Entre las 20.000 víctimas estaba el general Craso, socio de julio César en el triunvirato.

' Maniobra que todos los historiadores describen como si tal cosa, pero que nunca he visto demasiado clara, ya que las filas de las falanges solían estar bastante apretadas. De todos modos, es casi imposible que los carros falcados hubieran embestido de frente contra una falange, pues los caballos habrían rehusado cargar contra las picas. Más bien intentarían rodear las formaciones para utilizar las hoces en las líneas laterales.

8 En la película, Alejandro y sus compañeros desmontan y luchan un rato a pie. Es verosímil: era una táctica que usaba, por ejemplo, la caballería romana en tiempos de la República.

9 No debía de tratarse del campamento fortificado que estaba a varios kilómetros de allí y donde se habían quedado los heridos con la impedimenta, sino el improvisado en el que habían dormido la noche antes de la batalla.

10 Se cuenta que cuando Jerjes aplastó la rebelión de Babilonia, hizo destruir entera Etemenanki, y que Alejandro proyectó reconstruirla en su segunda visita a Babilonia. Sin embargo, muchos autores opinan que esa destrucción no sería tan exagerada y que Jerjes debió limitarse a causar algunos estropicios en el colosal zigurat y, tal vez, a fundir la gran estatua de oro macizo del dios Marduk.

" Espíritu del mal en el zoroastrismo.

12 Tomado, con modificaciones, de Faure, 1990, p. 292.

13 Parmenión es el protagonista principal de dos estupendas novelas de David Gemmell, Lion of Macedon y Dark Prince, que mezclan historia y fantasía de una forma muy convincente. En ellas aparecen Alejandro, Filipo,Aristóteles, Epaminondas y Pelópidas, e incluso Jenofonte, todos ellos tratados de una forma muy original. Las batallas son magníficas. Espero que alguien se anime a traducir esas novelas al español.

con recomendaciones literarias, la novela La campaña afgana de Steven Pressfield refleja con gran crudeza esta fase de la guerra. Por supuesto, con extrapolaciones y ciertos anacronismos: al no haber apenas información sobre cómo eran y vivían las tribus iranias de aquellas tierras, Pressfield las retrata basándose en las costumbres afganas de épocas posteriores.

15 Éste es el relato de Arriano (4, 8). Según otros, Clito abandonó la tienda furioso, o bien lo expulsaron de ella, pero después volvió sobre sus pasos e irrumpió en el pabellón dando voces. En aquel momento, tal vez temiendo una agresión, Alejandro le habría asestado el lanzazo, sin darse cuenta de que Clito estaba desarmado. Así lo cuenta Plutarco (Alejandro 50), y el mismo Arriano menciona esta versión.

16 En realidad, Alejandro había entrado en la India con unos 75.000 combatientes, pues su ejército había crecido hasta proporciones casi monstruosas. Pero no llegó a utilizarlos todos juntos en combate,y ni siquiera marchaban juntos como una sola unidad, sino divididos en varias columnas.

1'Arriano 5, 17, traducción de Antonio Guzmán para Gredos.

18 Como señala Paul Cartledge, Alejandro aparece en la literatura nacional de más de ochenta países (Cartledge, 2004, p. 38).

19 Green, 1991, p. 476; Cartledge, 2004, p. 215.

XVIII. Los Diádocos y Roma

1 De la que, se decía que había estrangulado con sus propias manos a Estatira, la otra esposa de Alejandro. Como se ve, es dificil encontrar entre todos estos personajes alguno en el que recaigan nuestras simpatías. Tal vez eso explique que la novela Juegos funerarios de Mary Renault, que trata de esta época, no sea precisamente la favorita de sus lectores.

2 En el año 323, al conocerse la muerte de Alejandro, Aristóteles abandonó Atenas y se instaló en la isla de Eubea por temor a las represalias contra el partido pro macedonio.Al parecer, comentó: «No quiero que los atenienses cometan un segundo crimen contra la filosofia», refiriéndose al juicio y ejecución de Sócrates. Falleció al año siguiente, pero de muerte natural.

3 Quesada, 2008, p. 196; Warry, 1980, p. 90; Campbell, 2003, p. 9. En todos ellos hay ilustraciones a color con reproducciones hipotéticas de la Helépolis.

hablar de conflictos pasados, como las Guerras Médicas, normalmente no he tenido en cuenta a la infantería ligera. Pero su papel empezó a cambiar a partir de las guerras del Peloponeso y no dejó de crecer en importancia desde entonces: recordemos la derrota que infligió el ateniense Ificrates a los espartanos en el año 390 con sus peltastas.

5 El padre del primer Seleuco se llamaba Antíoco. Por eso, puso el nombre de Antioquía a la ciudad que fundó en el año 300 a orillas del río Orontes.Al estar situada en un cruce de caravanas, llegó a ser una ciudad muy rica. Antioquía es popular sobre todo por la famosa carrera de cuadrigas de Ben-Hur, que se celebra en su estadio.

6 Polibio 36, 17. La traducción es de Manuel Balasch para la editorial Gredos.

' El término más preciso para esta práctica es «exponer», de donde proviene el apellido Expósito.

8 En una ocasión, Dioniso y Afrodita se fueron a la cama juntos. Evidentemente, la combinación entre ambos tenía que ser explosiva, y así nació el dios Príapo, al que podría aplicarse el soneto de Quevedo «Érase un hombre a una nariz pegado», pero sustituyendo la nariz por otro apéndice.

9 El nombre hace pensar que los primeros papiros de Grecia debieron importarse de la ciudad de Biblos (Gubla en fenicio).

` El mote viene de filéo, «amar», y adelfüs, «hermano». Aunque a quien amaba este Ptolomeo era a su hermana Arsínoe. Tanto, de hecho, que se casó con ella. En su descargo hay que decir que contrajeron matrimonio por razones políticas, ya bien talluditos, y que en Egipto no era escandaloso que se casaran dos hermanos (de padre y madre, no hermanastros) de la familia gobernante.

" Unidades de unos 120-150 hombres que podían actuar de forma independiente.

29, 17,1, con traducción de M. Balasch. El texto en realidad es un fragmento de la enciclopedia bizantina Suda (comentado en Walbank, 1999, vol. 3, p. 388).

13 En singular pilum. Este venablo pesado tenía, además del asta de madera, una larga vara de hierro de dos o tres palmos de longitud, más fina que la punta piramidal. Su poder de penetración era considerable, y al quedar clavado en un escudo resultaba muy dificil extraerlo, por lo que muchas veces el enemigo atacado no tenía más remedio que tirar el escudo al suelo. La idea de que estaban diseñados para doblarse es un error comúnmente extendido.