Capítulo 4

Dejando a un guardia en el exterior de la puerta de Suzana, Radin emergió en el pasillo, tomó una curva, luego subió. Le tomó unos minutos preciosos, antes de estar con todos sus sentidos. Tan pronto como él estuvo seguro sondeó mentalmente en la dirección en que iba. 

¿Estás ahí? 

Un pensamiento somnoliento se encontró con el suyo, incoherente. Sonriendo, Radin probó un poco más fuerte. Por último, Salin se despertó. 

¡Ah! ¡Finalmente me contestas! 

¿Cuando has vuelto? 

Hace casi siete días. 

¿En serio? Salin le dio una risa suave. Debo haber estado distraído. 

Me di cuenta. ¿Es ella así de buena? 

Salin no tenía que responder. Radin podía sentir el calor primordial de los pensamientos de su hermano. Después de haber compartido mente con mente en contacto con Salin toda su vida, sabía la diferencia y se sintió intrigado por su fuerza. En cuanto a los hermanos sabían, eran un par único entre los raedjour. Nadie más compartía esa clase de unión mental, al menos no que Radin supiera. 

Egoístamente no habían compartido con nadie su secreto, ni siquiera con el maestro de Radin, Nalfien, disfrutándolo a través de su juventud y en su edad adulta encontrando el secreto muy útil.

Nunca podríamos haber imaginado esto, le aseguró Salin. 

¿Te importa si me uno a ustedes? 

Sí. Creo que ella ya está preparada. Salin rió somnolientamente. Pensé que nunca volverías. 

Traté de comunicarme en cuando regresé. Entonces tuve que llevar a Savous a una cacería de caravana. Encontramos una virgen. 

Un leve interés. ¿En serio? 

Completa con cinturón de castidad. Voy a presentártela esta noche. 

¡Excelente! Diana está dispuesta a dejar las habitaciones. La fiesta es una excusa perfecta. 

Radin surgió por una escalera en el piso en que se encontraba el dormitorio de Salin. ¿Está despierta? 

La mente de Salin se calentó con otra sonrisa. Sí. Y codiciando el culo de Jarak mientras hablamos. Sé que prometimos que el primero de nosotros que encontrara a su Verdadera Pareja incluiría al otro en el primer trío, pero mejor date prisa. Los ojos de Diana se clavaron en la parte baja de la espalda de Jarak, justo encima de donde la cintura de sus pantalones estaba cubierto por el brillo fascinante de su piel. Joven, maduro y firme. Se mordió el labio con fuerza mientras luchaba en no pensar en qué otra cosa estaba madura y dura en el escudero de Salin. 


¡Puta! se llamo a sí misma, ferozmente cerrando los ojos. Jarak ignoraba que ella lo observaba. Se arrodilló ante el pecho de

Salin, guardando la ropa recién lavada. Ella se acostó de nuevo en la cama, mirándolo a través de las pieles al redor de su cabeza. Por supuesto, lo peor era que estaba embobada también por la curva desnuda del cuerpo dormido de Salin.

Desde hace varias semanas, había estado con él y sólo él. Después de que se había dado por vencida y admitió su amor por él, habían estado encerrados en esta habitación, follando casi constantemente. Cuando en ocasiones salían por aire o no estaban durmiendo, Salin le aseguró que esto era normal. 

A pesar de ya estar embarazada, sus ansias por su cuerpo, su semilla y su mera presencia eran necesarias. Ella pensó que esto disminuiría. Estaba casi segura de que ahora podía pensar en otras cosas, además de la polla Salin enterrada profundo en algún lugar de su cuerpo. Pero ahora estaba mirando a ¡Jarak! 

Jarak se levantó de donde estaba agachado y ella cerró los ojos, fingiendo dormir. El había sido su único contacto con el mundo exterior en las últimas semanas. Él le traía su comida, buscada agua para el baño, y sustituía cualquier ropa de cama sucia o muebles rotos. Entonces ¿por qué ella lo quería ahora? 

Frunciendo el ceño a sí misma, decidió que necesitaba a Salin. Decidida, balanceo sus caderas moviendo su trasero en la erección que nunca había desaparecido totalmente en las últimas semanas. Un somnoliento gemido llegó a sus oídos. 

“Despierto”. Preguntó ella inocentemente. 


Él gruñó. La mano que había estado descansando sobre su muslo se deslizó hacia arriba y adelante, deslizándose sobre su

vientre y entre sus piernas. “Despierto”, murmuró su voz profunda raspada por el sueño y ya estaba causando olas de placer que le recorrían la espalda. ¿O fue el largo dedo que estaba tocando sus pliegues empapados? Ella suspiró.vientre y entre sus piernas. “Despierto”, murmuró su voz profunda raspada por el sueño y ya estaba causando olas de placer que le recorrían la espalda. ¿O fue el largo dedo que estaba tocando sus pliegues empapados? Ella suspiró. 

“Bien”. 

Se vio la vuelta, doblo su cuerpo hasta que ella se acostó de espaldas, el muslo que tenía cerca lo coloco atravesando su cadera. La posición le abrió aún más a su exploración mientras que le permitía llegar a un puñado de sus rizos de plata y llevar sus labios a los de ella. 

Oyó la puerta. Ella asumió que Jarak había olvidado algo. Ciertamente no se detuvo. El escudero había sido testigo de mucho más últimamente que Salin masturbando su coño. 

El beso de Salin no era suficientemente profundo. Se mantuvo de espaldas. Gruñendo, se trasladó a forzarlo más cerca de ella, pero se apartó por completo. 

“¿Que es usted...?” Entonces lo vio. Un raedjour tatuado estaba de pie en la plataforma de la cama. Sus resplandecientes ojos rojos lo marcaban como hechicero, y estaba segura que los diseños en el pecho y la cara de manera similar lo señalaban como eso. Estaba fascinada por el tatuaje del vientre que se extendía en su perfecto abdomen y señalando hacia el bulto prometedor de su entrepierna. 

“¿Quién es usted?” Preguntó ella. Había algo familiar en esa cara.  “Diana—”. Comenzó Salin, su voz tenía una mezclada de

diversión. —“Conoce a mi hermano, Radin”.

¡Así que este era el famoso Radin! Salin lo sabía, estaba muy unido a su hermano. Radin el brillante. Radin el pícaro. Radin el vagabundo. Radin el poderoso. 

¡Radin el hermoso hijo de puta! 

Él inclinó la cabeza en señal de saludo, su mirada se movió libremente sobre su cuerpo desnudo. Diana se dio cuenta de que probablemente debería cerrar las piernas, pero ella se sorprendió cuando se excito por permitirle ver. Además no quería que esos maravillosos dedos de Salin dejaran de hacer su tarea. 

“Eres un hombre afortunado, Salin”. Su voz era casi tan hermosa como la de Salin, profunda y rica como la miel. ¿Tal vez un poco más... refinada? 

“Lo soy, ¿no?” Reflexionó Salin acariciando la oreja de Diana. 

Diana noto que él no parecía en absoluto preocupado por la presencia de su hermano o su hermano examinando su cuerpo húmedo y acogedor. 

Interesante. “Bonita joyería”. 

Salin levantó la cabeza para fruncir el ceño ante Radin. Diana sonrió. En cada muñeca, su verdadera pareja llevaba restricciones de cuero. Eran iguales a las de sus muñecas, excepto que las suyas eran negras y las de ella eran blancas. “Idea de mi verdadera pareja”. Explicó Salin. “Para demostrar que soy de ella como ella es mía”. 

“A tus hombres les encantaran”. 

“No me podría importar menos”.

Radin asintió con la cabeza. Sonriendo, ladeó la cabeza hacia un lado. El cabello blanco y liso caía en ondas sobre sus hombros. Ella empezaba a preguntarse de nuevo por qué estaba allí, cuando dijo: “¿Te importa si me uno a ustedes?” 

Su interés la animó. Los ojos de Radin fueron a su rostro. Ella arqueó una ceja y se volvió hacia Salin. Su bastarda verdadera pareja estaba sonriéndole. “¿Supongo que no te importa?” 

“No, en absoluto”. 

Ella entrecerró los ojos. “¿Por qué pienso que aunque diga 'no' vas a tratar de convencerme?” 

Apretó los labios sin éxito de ocultar una sonrisa. "¿Estás diciendo 'no'?” Volvió la mirada hacia Radin, quien esperó pacientemente. La sonrisa era igual a la de Salin. Obviamente el aire de familia no era sólo en apariencia. 

Se sentó todavía con el muslo envuelto en Salin. Casualmente ella envolvió sus brazos alrededor de la rodilla en alto y pasó una mirada de arriba abajo por el cuerpo de Radin. "¿Al menos puedo ver lo que se está ofreciendo?" 

Ellos sabían por supuesto que ya la tenían. Podían oler su excitación y Salin sin duda podía sentirlo. A ella no le importada. Salin había cambiado completamente su forma de pensar al menos sexualmente. Si él quería jugar, ella también jugaría. 

"Creo que puedo obligarte". Radin dio un paso atrás. 


Se inclinó y se mostró maravillosamente equilibrado mientras se quitaba las botas violetas sin tener que sentarse. Diana no podía recordar haber visto nunca un hombre en cuero de ese color en particular. 

"Bonitas botas.” 

Salin se echó a reír. "Radin es digamos un amante del color." 

"Lo soy." Las botas cayeron al suelo. 

Los pantalones de oro vinieron después. Ella todavía tenía que encontrar un raedjour que llevara ropa interior y Radin no era la excepción. ¡Dios mío! A menos que no fallaba era en realidad más largo que Salin, que era más que suficiente, ¡muchas gracias! 

Él dio un paso atrás, con los brazos separados. "¿Cumplo con su aprobación?" 

¡Oh, bastante! Pero ella no quería ceder con demasiada facilidad. 

"Hmm". Ella escucho la risita de Salin cuando se apartó, pero él parecía contento de dejarla pretender examinar la situación. 

Se sentó en el borde de la cama y le indicó a Radin que se acercara. Lo hizo y su erección se balanceaba un poco más completa. Sólo un poco más bajo de su boca. Perfecto. Pero lo ignoró por el momento en su lugar deslizo sus manos encima de la piel caliente de sus muslos, en los huesos afilados de sus caderas. Ella considero el tatuaje. "Algún día quiero saber de dónde provienen estos", anunció a la sala con delicadeza siguiendo los patrones. Su piel tembló bajo su tacto. 


Por último sus dedos encontraron su erección. Lo atormento utilizando sólo las yemas de los dedos con suavidad para tocar

las venas.Ella inclinó la longitud y tiro suavemente la piel suelta de su eje hacia atrás de modo que podría rozar su dedo pulgar a lo largo de ese punto sensible por debajo de la cabeza. 

Todo su cuerpo se estremeció. "Ah Salin le has mostrado un truco o dos." 

Salin solo soltó un bufido. "Le mostré un par de trucos pero ella sale con algunas cosas por su cuenta." 

"Mmm, tú, dulce charlatán," murmuró ella, inclinándose hacia adelante para sacar la lengua y capturar la gota de humedad que se filtraba en la cabeza de la polla Radin. 

Un suave gemido se le escapó. “¿Supongo que cuento con tu aprobación?" 

"No tan rápido," dijo ella asegurándose de que su aliento le acariciaba. "Todavía lo estoy considerando." 

Ella apretó los labios y se inclinó para deslizar la cabeza y gran parte de su eje en su boca. 

¡Dioses! Radin maldijo. 

¿Se siente bien? Salin pregunto a la ligera claramente divertido. 

Radin cerró los ojos, lo mejor era disfrutar el raspado lento y suave de los dientes de Diana cuando se apartaba de él. Ella mantuvo la punta atrapada en sus labios y uso su lengua perversa para azotar lo que quedaba en su boca. 


"Hmm". El negó de nuevo cuando su murmullo vibró sobre su polla. Abrió los ojos y vio sus labios húmedos mientras lo tragaba del todo, sus ojos color avellana se medio cerraron. 

Estoy tan contento de que hiciéramos nuestro pacto, decidió Radin. 

Sí. Me imagino que lo estas. Por lo menos ella parece estar disfrutándote. 

En un rincón de la mente de Radin se preguntó cómo era para Salin tener a su verdadera pareja. Radin podía sentir el eco de su placer, al igual que cualquier raedjour pero sabía que los disfrutes del placer de Salin por Diana serian magníficos. No sólo era su verdadera pareja, también estaban todavía en la agonía del primer celo. Era su primer celo, la primera fusión furiosa, eso cimentaba esa verdadera conexión para el resto de sus vidas. 

Salin cambio, se movió por detrás de Diana. Radin mantuvo sus ojos abiertos para ver la lengua larga y negra de su hermano arrastrarse hacia arriba por la columna vertebral de Diana. Ella tembló a su vez y se quejó una vez más alrededor de la polla de Radin. 

"¡Ah, Salin! Haz eso otra vez", se quejó. 

“Espera” murmuró Salin. "Esto es mejor." 

Radin vio como su hermano movía la boca sobre el hombro derecho de Diana, una mano fija en su pelo para moverla a un lado. Ella inclinó la cabeza para exponer más su cuello, anticipando claramente incluso mientras seguía lamiendo a Radin. Al principio sólo el aliento de Salin sobre su piel, sus labios casi tocándola. Ella gimió. Entonces llegó a la curva de su cuello justo al vértice del hombro. Su lengua se lanzó afuera y su cuerpo se sacudió, sorprendiendo a Radin. Salin se echó a reír, y su onda de excitación creció.


Con amor, él lamio su nuca. La cabeza de Salin bloqueo la vista de Radin de sus exactos movimientos, pero casi no le importó.

La reacción de Diana por las atenciones de Salin fue sujetar más con sus dedos y boca alrededor de la polla de Radin y bombearlo. 

Voy a correrme, Radin informó a Salin. 

Hazlo. Toma ventaja de eso. Lo necesitaras. 

Pero aún así. "Diana", advirtió Radin colocando las manos suavemente sobre su cabeza. 

Ella gruñó. Hacia atrás lo suficiente como para sacarlo de su boca y mirar hacia él. “Córrete o no hago esto", amenazó. 

Gratificantemente sorprendido, él se rindió mientras ella se lo tragó entero. Salin se sacudió de risa mientras continuaba su asalto al cuello de Diana. Sus manos llegaron a situarse a tirar de sus senos. Ella gimió. Radin dejo su urgencia quemarlo y libero su control, y se corrió. La hermosa mujer ingirió la mayor parte. 

Se apoyo detrás de ella, todavía medio duro. Salin se echó hacia atrás, tirando de Diana contra él. Radin gozo de la vista de Diana tirada y abierta con la espalda contra su hermano, una de las manos de Salin tiraba de uno de sus pezones hinchados y la otra se hundió profundamente en su sexo regordete y húmedo. Tenía los ojos cerrados clavando los dedos en los muslos de Salin. No pasó mucho tiempo. Ella ya estaba preparada. De repente ella se arqueó, casi tirando de Salin. Tenía que agarrarla para mantenerla quieta. Parecía doloroso. Tal vez lo era. A ella no parecía importarle. 


Él la abrazó mientras ella cedió murmurando palabras sin sentido hasta el cuello a la curva de la oreja. Tenía la piel maravillosamente sonrojado.

Por último respiró hondo y abrió los ojos para mirar a su verdadera pareja. Una preocupación repentina cruzó su rostro hermoso. "¿Salin?" 

"¿Cariño? 

"¿Estás seguro?" 

Radin reconocido el miedo pero dejó a Salin explicarle. 

“Sí, cariño, estoy seguro. Radin es la persona más cercana a mí que no seas tú. Estoy encantado de compartirte con él. Si te satisface. " 

Ella sonrió. ¿Alguna broma privada de amantes? "Pero..." 

“No Diana. No te preocupes de si estaré celoso. Los Raedjour tenemos suerte de no tener la necesidad como los humanos de asegurarnos de que la pareja es nuestra manteniéndola apartada de todos los demás. Ya lo sabemos." 

Sin mirar, Salin tendió una mano a Radin. Al ver a su señal, Radin puso la mano en su hermano. Salin lo tiro hacía adelante y hacia abajo hasta que estaba arrodillado en el suelo, cubriendo el borde de la cama. 

"Deja a Radin probarte, dulzura." 

Sus agudos ojos estaban en Radin, nublados por la lujuria. Salin libero a Radin y utilizó la misma mano para su sexo. 

Nadie dejaría pasar tal oferta, Radin se inclinó. 


El eco del deseo feroz de Diana perforo a través de Salin, cuando la lengua de Radin tocó sus pliegues. Otro de los beneficios de compartir a su mujer era que como su verdadera pareja podía disfrutar de su deseo y alimentarse de ello sin la necesaria distracción de realizar la tarea.

Con cuidado se deslizó de debajo del cuerpo de Diana y se trasladó a estirarse a su lado. El toco su seno firme mientras ella se arqueaba bajo el particular placentero asalto de Radin. Ella se calmó, y su cabeza cayó hacia un lado los hermosos ojos color avellana se abrieron para captar su mirada. 

Se quedó mirándolo por un momento y luego extendió la mano para agarrar un puñado de pelo de Salin y alcanzar su rostro al de ella. 

“Mío” murmuró antes de sellar sus labios. 

¿Quién domestico a quién? Radin preguntó con ironía, al percibir la oleada de placer intenso de Salin que calentó su sangre con la declaración de Diana. 

¿Celoso? 

Ambos hermanos vieron el cuerpo de Diana tensarse, luego explotar, sus manos tirando dolorosamente de los pelos de Salin mientras en sus muslos se aferraba la cabeza de Radin. 

Ella dejó sus muslos abiertos y maravillosamente separados. Por un momento. Radin estableció un beso cariñoso en los labios inferiores de ella y se detuvo. Ella se separo de Salin para ver como Radin acariciaba su polla, bombeando lentamente para atraer su atención. ¡Ella bendijo a Rhae por darle consortes con capacidades de recuperación tan maravillosos! De acuerdo, era una vista bonita pero la quería ¡dentro de ella! Levantó la  mirada y se dio cuenta que la estaba esperando. Ella lo miró. "Fóllame ahora mismo."

"Como la dama ordene.” 

Oh, ¿no gateaba sexy? Se puso de rodillas entre sus muslos, inclinándose a sí mismo por encima de ella. Y poniendo los labios a un aliento lejos de los suyos. El gran peso de su polla descansaba sobre su vientre. No en donde la quería. Inclinó la cabeza para tener sus labios, sumergirse en la invitación de la caverna de su boca con su lengua. Ella hundió una mano en el sedoso pelo grueso por su cuello y envolvió la otra alrededor de su polla. Su gemido emparejo el de ella, sus caderas empujaron su polla entre sus dedos. 

Ella gritó, su coño se sacudió. "Esto no es follar." 

El se echó a reír, dejándola guiar su polla más abajo, esperando que lo dirigiera, empujando a casa con un empuje lento. Su espalda se doblo. 

"¿Se siente bien, cariño?" Murmuró Salin. Sus labios acariciaron un lado de la cara cerca de su mandíbula mientras Radin inclinó la cabeza para rozar su cuello por el otro lado. 

"¡Dioses!" ¡Intenso! Buscó a tientas y encontró la polla Salin, tomando posesión de ella mientras Radin comenzó su salida al lado. 

"Lo puedo sentir, dulzura” jadeó Salin lamiendo su oreja con la lengua.”Te encanta esto." 

"Oh, sí" se quejó ella. Entonces gritó cuando abruptamente Radin empujo hacia adelante. 

La cabeza de Salin cayó hacia adelante para presionar contra el hombro de Diana. Por las tetas de Rhae, ¡eso se siente bien!

Radin no contestó, ocupado trabajando su polla dentro y fuera del estrecho pasaje de Diana. Salin temblaba con ella, casi sintiendo el roce de la polla de Radin en el interior de Diana. Si esto era lo que se sentía compartir a su compañera, Salin estaba por completo a favor. Se olvido de sí mismo, se olvidó de sus propios placeres corporales de forma que las ondas de placer de Diana se estrellaban sobre él. Ella se bombea contra Radin, queriendo chuparle más profundo en su cuerpo. 

Le tomó un momento a Salin darse cuenta de que ella estaba tirada sobre él, tratando de llamar su atención. Levantó la cabeza para encontrarse con su mirada, sorprendido por el calor ardiente en su interior. "Yo quiero chupar tu polla", le dijo ella. "Ahora". 

Nadie iba a desobedecer esa orden en particular, Salin se arrastró en sus rodillas. Se rió de sí mismo, por su aparente debilidad. Pero no era una debilidad, exactamente. No estaba en absoluto acostumbrado al bombardeo de sensaciones de no sólo su cuerpo sino el de ella también. 

Radin se reajusto, sentándose sobre sus talones. Tiró de las caderas de Diana hasta que sus nalgas descansaban sobre sus muslos, sus piernas a cada lado. 

Salin se arrastró hasta a arrodillarse junto a ella, pero ella dio una palmada en los muslos como maniobra hasta que estuvo encima de su cabeza, casi a caballo sobre su cara. Satisfecha de que estaba donde ella lo quería, agarró su polla y se la tragó hasta la mitad de su garganta. 

Él gritó, sorprendido tanto por el movimiento y la sensación.

Ella gimió, añadiendo una vibración que fue casi su perdición.

Cayó hacia adelante, tratando de soportar, tratando de contenerse. 

¿Demasiado? preguntó con voz divertida Radin. 

Yo... ¡ah! Gritó cuando Radin bombeo con fuerza sus caderas, causando a Diana estremecerse sobre su polla de placer y para pasarle ese placer a lo largo de una reacción en cadena a Salin. 

Ignoró mentalmente la risa de Radin, demasiado desconcertado para una réplica rápida. Encontró el hombro de su hermano lo bastante cerca, lo utilizó para sujetar su cabeza. Sus manos encontraron los muslos de Radin, dobló las piernas extendidas de Diana, y se aferró para apoyarse. 

El regocijo de Radin estaba mezclado con envidia pura. El atrajo la cabeza de Salin a su hombro, apoyando a su hermano mejor mientras obviamente Salin tratada con las increíbles sensaciones. En el pasado, ellos habían compartido mujeres. Habían compartido hombres. Pero esto era mucho más intenso. La adición de Diana agregó otro nivel de placer a Salin que ninguno de ellos había previsto con claridad. O, que hubiera sabido que un hombre podía sentir placer a través de su verdadera pareja. Pero saber y sentir claramente eran dos cosas diferentes. 

Radin trabajó su polla dentro de Diana, una sensación totalmente placentera en sí misma. Ella era apretada y mojada, con un fuerte agarre. Y era una puta malditamente exigente. Cada vez que pensaba que no iba lo suficientemente rápido o suficiente duro, se arrojaba a él o rotaba sus caderas con instrucciones claras. 


Trató de no distraerse por Salin pero ¿cómo evitarlo? Fue increíble ver caer en pedazos a su fuerte, siempre controlado hermano El vínculo mental que compartían le permitió escuchar el tartamudeo mental, los incoherentes gemidos y Radin brevemente deseo que su conexión fuese más entrelazada para que él pudiera sentir las mismas sensaciones. 

Sintiendo que Salin estaba al borde, Radin cogió el ritmo, su objetivo de llevar a Diana a un orgasmo que los dejara a todos rendidos. Salin gimió sus pensamientos incoherentes mientras trataba de aguantar, intentado que el placer continuara. 

Él estalló primero. Su liberación fue disparada en la boca Diana. Radin dejó que su canal ardiente agarrara su propia liberación. 

Salin se hundió frente a Radin, respirando con dificultad. Radin lo tenía agarrado con mucho gusto, disfrutando de su propia liberación después del calor. 

Radin se trasladó primero, bajando a Salin para que se acostara al lado de Diana, cuyos ojos estaban cerrados mientras trataba de recobrar el aliento. Poco a poco, Radin se retiró, impulsando un gemido pequeño de ella. 

Los dejó sobre la cama y fue a recoger una botella del vino favorito de Salin, enfriando en una mesa auxiliar. Bendito Jarak. Vertiendo una taza de suave y raro, vino frutoso, bebió él mismo todo antes de llevar otro vaso lleno a la cama. 

La pareja no se había movido. 

"¿Bebes?” 

Salin abrió un ojo. Por lo visto pensaba que era una buena idea, se impulso hacia arriba para sentarse y tomó la copa de Radin.

"¿Cómo te sientes, dulzura?" Radin preguntó sin pensar en que su hermano lo oyera cariñoso. 

Diana se quejó levantando una mano para correr su pelo. "¿Es esto normal?" 

"¿Qué?" 

"Sólo dime que voy a obtener un descanso de sexo de vez en cuando. No borra eso. Quisiera un descanso de sexo." 

Los hermanos se echaron a reír, lo que provocó una furiosa mirada de ella. 

"Ya ha disminuido, dulce." Salin perezosamente acariciaba su muslo. "Hace unos días apenas éramos conscientes de otras personas." 

"¿Y ahora qué?" 

"Siempre desearas a Salin," le aseguró Radin tomando la copa vacía para llenarla. "Pero el celo inicial se ha ido. Sentirás que quieres interactuar con otros, y no sentirás la necesidad de follarlo en todo momento del día." 

Regresó con un vaso, sosteniéndolo para ella. Luchó y, con su ayuda la sentaron. Ella bebió y luego lo miró. "Su explicación es bonita. Me gustas más que Nalfien”. 

El sonrió. Salin se echó a reír. "Gracias". "¿Dónde estabas cuando me capturaron?" 

"Probablemente en lado lejano de las montañas. Radin estaba deambulando", respondió Salin por él. "Él a menudo se va poralgunas lunas de vez en cuando." 

"¿A dónde vas?" 

Radin se sentó a su lado y metió su pelo detrás de la oreja. "A cualquier lugar  que pueda. Estoy limitado a los bosques y montañas y necesito lugares donde pueda encontrar un refugio en el día, pero he explorado la mayor parte de  nuestros límites." 

"¿Solo?" 

El sonrió. "Por lo general". 

Ella asintió con la cabeza aceptando eso. Bostezo y se dejó caer de lado, acunándose contra Salin. "Así que. ¿Cuándo voy a salir de estas habitaciones?” 

"Esta noche." 

Sorprendida, se torció para ver el rostro de Salin. "¿En serio?" 

Él asintió con la cabeza. "Habrá una celebración esta noche." 

"¿Por qué?" 

Salin vaciló. 

¿Qué sucede? 

A ella no le va a gustar. 

¿Por qué no?

La mirada de ella se redujo a una pausa verbal. "¿Qué?" 

Salin suspiró. "Radin encontró una virgen." 

“Supongo que te refieres a una mujer. ¿Y qué?" 

"Las vírgenes son una causa de celebración." 

"¿Por qué diablos?" 

Hmm. 

Sí. Salin suspiró. Pero otra parte de él se animó. La ira de Diana lo excitó. La Hellcat emergió. "Nosotros no conocemos a menudo a vírgenes, dulce," dijo Salin razonablemente. 

"¿Y?" 

"Cuando encontramos una hay celebración. Machos sin pareja son invitados a competir para ver quién va a ganar el honor de ser su primero". 

Frunciendo el ceño Diana hizo se sentó para ver mejor a su compañero plenamente. "¿Qué?" 

"Es un honor codiciado ser el primero de una mujer." 

“¿Por qué?” 

"Sólo puede ocurrir una vez", dijo Radin tratando de ayudar. Él sonrió, suavizando el tema. "Además, Rhae nos ha dado un hechizo que amplifica la lujuria de una virgen para que todos puedan compartirla. Me han dicho que es una sensación embriagadora."

"Debido a que sólo ocurre una vez." 

"Sí". 

"¿Sólo para las mujeres?" 

"La virginidad no es lo mismo para los hombres." 

“Sí. No les duele.” Ella frunció el ceño. "Y duele, sabes. Yo creo que duele más ser atravesada si es por un hombre que la tiene colgando como un semental de mierda." Dijo su punto estirándose hacia abajo para rozar un dedo en la polla semidura de Salin. "¿Hacen un honor de torturar a una pobre muchacha?" 

Salin rozó sus dedos con suavidad por la mejilla de Diana, su mirada en sus ojos infinitamente tristes. "Lamento que tu primera vez fuera traumática, dulce." Ella se apartó de él. 

Su ceño todavía firmemente en el lugar, Diana se empujó fuera de la cama. 

Ambos Salin y Radin tuvieron que agacharse para evitar ser pateados. "Justo cuando pensaba que esto actualmente no se podía poner peor lo consigue", ellos escucharon su queja, "tienes otra sorpresa para mí." 

"¿A dónde vas?", Preguntó Salin suavemente. 

"Lejos", proclamó ella, encontrando una de las túnicas de Salin y deslizándola por su cabeza. 

"¿Sola?" 

"Sí".

"No" 

Ella gruñó por su tono. "Jódete." 

Desgraciadamente, Salin subió sobre sus cuclillas con los ojos fijos en ella mientras ella rasgó un baúl de la ropa. "Diana no vas a ninguna parte sin mí." 

"Eso es malditamente malo, porque eres tú de lo que quiero escapar." 

"O Radin". 

"Como si él fuera diferente". 

"Diana". 

Ella lo apunto con el dedo. "No te atrevas. ¡No se atrevan ¡mierda!" 

¡Los nervios! Ella estaba que echaba humo, mirando en silencioso a los depredadores que también la miraban desde la cama. En algún lugar de esta maldita caverna había una aterrada, pobre mujer que estaba a punto de ser un premio en un concurso de mierda. Como premio, ella sería rasgada en su interior cuando alguno de los más ansiosos raedjour empujara su polla dentro de ella. Por lo menos cuando Diana fue tomada, sabía lo que era el sexo. No buen sexo. Nada como lo que tuvo con Salin. Pero al menos su polla gigantesca no fue la primera que encajaría dentro de su cuerpo. 

Se dio vuelta. Llegó a la puerta e incluso hasta la abrió. Más allá de lo que realmente esperaba. Ella conocía esa mirada en el rostro de Salin. Conocía esa inclinación que redujo sus ojos color carmesí más oscuro, esa insinuación de su sonrisa pequeña de esos labios negros. No había manera denque lograría salir de la suite.

 Pero ella iba condenadamente a intentarlo. 


Un juego de manos la cogió por los hombros y tiró de sus espaldas. Otra serie arrancó la puerta de sus manos y cerró la misma. Los brazos de Salin envolvieron sus hombros y una mano se extendió por su cuello. Apretándola lo suficiente como para dificultarle la respiración. Ella gruñó, furiosa pero eso excito su sangre. Su pie le quería darle a Radin, pero él lo agarro y le torció el pie a un lado. La puso en una posición de manera que terminó bien colocada entre ellos. 

"¡Suéltame!" Ella arañó el brazo de Salin, balanceando su brazo al otro lado lo que habría sido un buen golpe a la mandíbula de Radin si no le hubiese agarrado la mano. 

Juntos caminaron y la empujaron adentro. Salin atrapo sus dos brazos, y los atrajo a sus espaldas, la sentó obligándola a arrodillarse, extendida sobre sus muslos. Aunque ella le decía que la dejara ir, nunca lo paro. No podía decidirse a hacerlo. 

Radin se arrodilló, deslizando los dedos por su húmedo coño. Se inclino hacia adelante, chupo su clítoris con su boca mientras sus dedos se deslizaron hasta el borde de su parte trasera. 

"¡No, espera!" 

“Sí” susurró Salin, sus dientes en su cuello. "Vamos a follarte ahora, dulce. Los dos juntos.” 

Ella se retorció, un miedo momentáneo por el placer del dedo de Radin penetrándola. “No, Salin. No van a caber.”

"Vamos a caber." 

"Salin..." 

"Confía en mí, dulce." 

Ella gimió, todos sus pensamientos volaron de su cabeza, salvo esas dos hermosas varas obsidianas empalándola. 

Radin la mojo con sus propios jugos y luego posiciono la polla de Salin él mismo. "Empuja hacia abajo, dulce," murmuró. Detrás de ella Salin respiró pesadamente en su hombro. 

Ella lo hizo. Ella lo había tenido allí un par de veces, conocía la sensación. 

Pero no en esta posición en particular. 

"Malditamente apretada", murmuró lamiendo y mordiendo su cuello delicado. 

Ella lo hizo gemir con una torcida de sus caderas. Jadeó cuando Radin le recordó su presencia capturando su clítoris entre sus labios. Gritando, se recostó contra Salin. Él le soltó los brazos para tomar el control de sus caderas, preparándose para que ella no se lastimara demasiado. 

Ella se corrió por la boca de Radin, su culo apretando a Salin. Su verdadera pareja jadeo, mordiéndole el hombro para mantener su control. Se dejó caer sobre la cama, llevándosela con él. Ella abrió los ojos a tiempo para ver a Radin arrastrándose a la cama encima de ellos. Sonriendo hacia ella, colocó su enorme polla en su coño y la penetró.

"¡Joder!" Gritó ella, el calor girando cuando él le dio justo allí. 


Inexorablemente, el seguía corriéndose, suavemente a través de sus paredes resbaladizas. Debajo de ella, Salin salía, haciéndolo más espacio para que Radin se deslizara a casa. Luego Salin presionaba mientras Radin se retiraba. Diana cogió las pieles bajo ellos, atrapada entre ellos en un éxtasis de medianoche. Si cerraba los ojos eran un cuerpo masculino masivo, invadiéndola por ambos lados. Como uno, trabajaron juntos, encontrando un ritmo de empuja y saca que la dejó sin sentido y retorciéndose, gritaba y lloraba dentro de su orgasmo. Y otro. O tal vez el mismo. Por último, como uno, ellos gruñían. Como uno, ellos se corrieron, lo que le provocó otro estremecimiento dentro de su cuerpo.