MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS
Una de las paradojas más notables de la vida sexual es que las parejas se preocupan por enseñar a sus propios hijos a evitar los hijos. Resulta tan extraño como que los hijos evitaran tener padres.
Cuando el economista inglés Thomas Malthus (1766-1834) tuvo su décimo hijo y se quedó sin trabajo, anotó que «la población crece más rápidamente que sus medios de subsistencia».
Por ese entonces, el control de la natalidad era ya un tema antiguo. Los primeros y rudimentarios preservativos se empezaron a usar en la edad de piedra, pero resultaban un poco incómodos por estar elaborados en ese material. La piedra pómez ofrecía un material más liviano pero, por desgracia, permeable. El problema no se suavizó durante las posteriores edades de hierro y de bronce. Para poder realmente disfrutar hubo que esperar la llegada de la edad de goma.
Hasta hace pocos años, comprar un preservativo no era tarea sencilla. El cliente solía ponerse gafas negras y sombrero de ala ancha, y dar muchas vueltas antes de decidirse a entrar a la farmacia. Todo empeoraba si era atendido por una mujer; y si ésta era joven, el cliente se veía obligado a comprar grandes cantidades de aspirinas, vendas y dentífricos antes de animarse a pronunciar por lo bajo la palabra fatídica. Si se animaba.
En la actualidad todo cambió. Los preservativos los regala la maestra el primer día de clase en la escuela, y los repone según se necesite. Es decir, el segundo día.
Mucha gente, incluso, compra preservativos en voz alta cuando en realidad busca avergonzada un producto para fijar la prótesis dental.
Actualmente hay preservativos en todos los colores, con sabores a frutas, luminosos; hasta hay modelos para el verano, muy frescos por sus grandes agujeros, aunque un poquitín menos seguros. Existe también un modelo especial para los chefs de la alta cocina, el famoso Condón Bleu.
Fabricar un preservativo es más fácil de lo que parece. Es una tarea que puede brindar muchas horas de distracción, y el placer de usar y regalar un objeto hecho por uno mismo. Aunque si lo usa es mejor que no lo regale.
1) Compre un globo de goma, de los que usan los niños (para jugar).
2) Extiéndalo sobre la mesa.
3) Coloque sobre él un miembro.
4) Con un lápiz, dibuje sobre el globo la silueta del miembro.
5) Recórtelo (el globo).
6) Dóblelo por sus extremos (el globo) y péguelos con engrudo. Déjelo secar (siempre el globo, por supuesto).
Gracias a este pequeño truco doméstico, el usuario podrá ahorrar dinero para alimentar a los numerosos hijos que vendrán. El diafragma es otro método anticonceptivo que se emplea desde el siglo XIX como parte del mecanismo de las máquinas de fotografía; ha demostrado ser muy eficaz para evitar la reproducción de las cámaras.
Otro recurso de control de natalidad es el de los supositorios que producen la muerte del esperma. Son productos poco prácticos, ya que resulta engorroso poner un supositorio a cada espermatozoide. ¡Son muchos millones, son tan pequeños y se mueven tan velozmente!
La anticoncepción oral es la práctica exclusiva del sexo oral como método de control de la natalidad.
Según el método del calendario, deben evitarse las relaciones durante los días cercanos a la ovulación. Se le conoce como método de Ogino, pues se basa en el proverbio vaticano de «Oggi no, domani sí». Éste es el único método de control aprobado por la Iglesia católica, satisfecha de que haya días sin sexo.
El coitus interruptus consiste en la retirada (en lo posible, digna) antes de la eyaculación. No se consideran coitus interruptus las detenciones de la relación sexual debidas a la aparición de hijos, suegras o llamadas telefónicas.
Hay que decir que este recurso es también el más económico, siempre que funcione. Alguna vez funciona. Pero muchas veces el coitus interruptus se convierte en interruptus tardis y, de ineficaz método anticonceptivo, se transforma en un eficacísimo método conceptivo.
Este método, para variar, fue también prohibido por la Iglesia en su encíclica «Terminator in situ!».
En realidad, el único método anticonceptivo aprobado por la Iglesia es el coitus inexistentis.