Los Seals
26 de Agosto, 5:30 P.M.
Los dos hombres se sentaron silenciosamente dentro de la cabina de Jim Mulrey en la vía principal y escucharon atentamente. Jim finalizó de explicar lo que había visto en el Gloria.
Tom Delaney habló primero, “Bueno, parece que nos estamos enfrentando a un incidente explosivo o nuclear.”
“Exacto.”, dijo Anthony asintiendo con su cabeza. “El problema es que no sabemos donde demonios han escondido las cosas.”
“Bueno, hay una cosa cierta, tienen que descargar esos misiles del Gloria pronto,” dijo Jim, moviendo su cabeza.
Tom frotó su frente. “No pueden simplemente traerlos a la isla sin levantar ninguna sospecha.”
“Escuchen muchachos, debo hacer una llamada telefónica al Capitán John Murphy.
John era el líder de mi unidad durante la Tormenta del Desierto. El es ahora un enlace con Seguridad Nacional donde vive, en Manhattan. “Estoy seguro que nos dirá como proceder.”
Luego de una larga conversación a través de un teléfono seguro, Jim volvió con sus amigos. “Escuchen, Murph dijo que no hablemos con esa gente. Las probabilidades dicen que movieron los misiles fuera del yate.” ‘Tú y tus compañeros deberéis tener los ojos y oídos bien abiertos, algo en lo que son realmente buenos.’ Murph concluyó autorizando a los tres a utilizar todos los métodos, incluyendo la fuerza mortal con el fin de neutralizar a los terroristas.”
“!Atentos!, los misiles pueden estar en la isla. Tom, como tú estás en la recepción del hotel, puedes estar atento por la presencia de alguien extraño, sobre todo si es marinero. Tony, como tú estás en el bar en el abrevadero podrás hacer el mismo trabajo. Tal vez algunos tragos aflojen algunas lenguas. Muchachos, si descubren a alguien que tenga una furgoneta afuera, háganmelo saber. Estoy preocupado de que puedan hacer algo pronto; el 9/11 se acerca!”