[1] Texto problemático. É. des Places, siguiendo a V (Vallicellanus F 20). de mediados del XV, edita sý te kalôs poieîs hà eis gnôsin toîs hiereûsin, hõs philoûsi, perì theologías proteínon erõtémata, mientras que A. R. SODANO (Giamblico. I misteri egiziani, Abammone Lettera a Porfirio, Milán, 1984, págs. 399-400) en lugar de hà propone agnós, referente a Porfirio, como «ignorante», «desconocedor, «che non conosci la scienza dell’essere divino». <<
[2] Según lectura de VM, seguida por É. des Places y Parthey; mientras que Sodano (op. cit., pág. 240, n. 9) prefiere la conjetura hierogrammatéôn, «escribas sagrados». <<
[3] Theologiôn: lectura de V, seguida por É. des Places y Parthey, mientras que Sicherl y Sodano prefieren epistemôn, «ciencias». <<
[4] En esta obra sinónimo de «teúrgia». <<
[5] Cf. PROCLO, Comentario al Timeo I 102, 20-22 DIEHL. <<
[6] Teúrgia. <<
[7] Laguna en el texto. Cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 403-404. <<
[8] Cf. PROCLO, Comentario al Parménides IV 219. <<
[9] A partir de este momento aparecerán entrecomilladas las citas de la Carta a Anebo de PORFIRIO (I 1b SODANO). <<
[10] Laguna en los manuscritos: 10 letras en M y 9 en V, en el que se lee un final en -tos, que M. Ficino conjeturaba como (kaì adiákri)tos, en el sentido de «indistinguible, inseparable», hipótesis seguida por Gale y Parthey. <<
[11] Carta a Anebo I 1b SODANO. <<
[12] É. DES PLACES, en su edición con traducción (pág. 43), considera el texto entrecomillado como procedente de la obra de Porfirio. <<
[13] Carta a Anebo I 1c SODANO. <<
[14] Cf. J. JÜTHNER, reseña a TH. HOPFNER, Über die Geheimlehren von Iamblichus (Leipzig, 1922), en Deutsche Literaturzeitung 45 (1924), 585-586. <<
[15] Carta a Anebo I 1c SODANO. <<
[16] Carta a Anebo I 1c SODANO. <<
[17] Symphýreis conjetura de Sicherl, seguida por É. des Places, mientras que los manuscritos dan symphýrei y symphérei. Cf. A. R. SODANO, op. cit., pág. 406. <<
[18] Cf. PLATÓN, República 509b6-10; Cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 246-248. <<
[19] Cf. A. J. FESTUGIÈRE, La révélation d’Hermès Trismégiste, París, 1953, III, págs. 49-50. <<
[20] Cf. E. Á. RAMOs JURADO, Lo platónico en el siglo V a. C.: Proclo. Sevilla, 1981, págs. 39-85. <<
[21] Los démones. <<
[22] Los héroes. <<
[23] Cf. PLATÓN, Fedro 246b7-8. <<
[24] Carta a Anebo I 2a SODANO. <<
[25] Cf. PLATÓN, Apología 32b-c; JENOFONTE, Helénicas I 7, 15. <<
[26] Plérôma, término técnico gnóstico, introducido en el neoplatonismo por Jámblico y del que Proclo hace uso abundante. <<
[27] Carta a Anebo I 2b SODANO. <<
[28] Dictum atribuido a Tales. Cf. II A 2, II A 3 II A 23 DIELS-KRANZ. <<
[29] Carta a Anebo I 2b SODANO. <<
[30] Cf. PLOTINO, Enéadas III 8, 17-18: V 8, 7: PROCLO, Elementos de teología 33; SIRIANO, Comentario a la Metafísica 38, 3. Sobre la teoría de la procesión y su desarrollo en el neoplatonismo, cf. E. A. RAMOs JURADO, op. cit., págs. 28-32. <<
[31] Carta a Anebo I 2c SODANO. <<
[32] Texto problemático. Cf. É. DES PLACES, op. cit., pág. 59, n. 1; A. R. SODANO, op. cit., págs. 409-41 O. <<
[33] Cf. Carta a Anebo I 2c SODANO (EUSEBIO, Preparación evangélica V 10, 10; 1244,6-10 MRAS). <<
[34] Estamos ante el eterno tema de la catarsis trágica, sobre el que resulta inútil e inabarcable ofrecer una bibliografía, aunque, como introducción, se puede acudir a la edición trilingüe de la Poética de ARISTÓTELES, por VALENTÍN GARCÍA YEBRA (Madrid, Gredos, 1974, págs. 340-391). <<
[35] 22 B 68 DIELS-KRANZ. <<
[36] Cf. Carta a Anebo I 2c SODANO (EUSEBIO, Preparación evangélica V 10, 10; 1244,6-10 MRAS). <<
[37] Cf. PLATÓN, Fedro 257a7. <<
[38] Cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 255-257 (n. 38). <<
[39] Juego de palabras entre proskléseis, «evocaciones», y prosklíseis, «inclinaciones», producto del itacismo (es decir, pronunciación como i de ê y ei). <<
[40] Prosklínousai. <<
[41] Cf. Carta a Anebo I 2c SODANO (EUSEBIO, Preparación evangélica V 10, 10; I 244, 6-10 MRAS). <<
[42] Cf. PLATÓN, Fedro 244 d 7; EURÍPIDES, Fenicias 934. <<
[43] El tema de la cólera divina, desde el punto de vista filosófico, choca con el tema de la impasibilidad divina y ha sido objeto de múltiples tratamientos en la filosofía antigua. Un pasaje similar de inspiración jambliquea encontramos en SALUSTIO, Sobre los dioses y el mundo XIV: «Si una persona considera la inmutabilidad de los dioses conforme a la razón y verdadera, y se muestra perpleja de cómo se complacen con los buenos y abominan de los malos, con los pecadores se irritan y, al ser servidos, se vuelven favorables, hay que decir que dios no conoce el placer —pues lo que conoce el placer también conoce el dolor—, ni conoce la cólera —pues la cólera es también una pasión—, ni se le concilia con dones —pues por el placer se vería dominado—, ni es lícito que lo divino se vea afectado para bien o para mal por los asuntos humanos. Por el contrario, ellos son buenos eternamente y sólo hacen el bien, no causan el mal nunca, pues están siempre en el mismo estado. Nosotros, si somos buenos, por semejanza con los dioses entramos en comunión con ellos, pero, si somos malos, por desemejanza nos alejamos; y si vivimos de acuerdo con la virtud nos unimos a los dioses, pero, si somos malos, los hacemos enemigos nuestros, no porque ellos se irriten, sino porque nuestros pecados no permiten a los dioses iluminamos y nos ligan a los démones castigadores. Por el contrario, si por plegarias y sacrificios hallamos el perdón de nuestros pecados, veneramos a los dioses y los cambiamos, por lo menos, curando nuestro vicio por medio de estos actos y por la conversión hacia lo divino, de nuevo gozamos de la bondad de los dioses. De forma que es equivalente decir que dios abomina de los malos y que el sol se oculta a los que han perdido la vista». <<
[44] Cf. Carta a Anebo I 2c SODANO (EUSEBIO, Preparación evangélica V 10, 10: 1244,6-10 MRAS). <<
[45] Cf. PLATÓN, Leyes VII 818b-d. <<
[46] Carta a Anebo I 3a SODANO. <<
[47] Carta Anebo I 3b SODANO. <<
[48] Carta Anebo I 3b SODANO. Pasaje controvertido; cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 409-410. El tema aparece ya en los presocráticos. <<
[49] Cf. Carta a Anebo I 3b SODANO. <<
[50] Cf. Carta a Anebo I 3b SODANO. <<
[51] Carta a Anebo I 3c SODANO. <<
[52] Cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 261-262 (n. 47). <<
[53] Carta a Anebo I 3c SODANO. <<
[54] Cf. PLATÓN, Leyes X 903c-d. <<
[55] Carta a Anebo I 3c SODANO. <<
[56] Carta a Anebo I 3d SODANO. <<
[57] Cf. Epinomis 984a 1. <<
[58] Cf. PLATÓN, Leyes IV 715e8-716a1; Fragmentos Órficos, 21, 158 KERN. <<
[59] Cf. PLATÓN, Gorgias 498e11-12, Filebo 60a1-2; EMPÉDOCLES, fr. 25 DIELS-KRANZ. <<
[60] Carta a Anebo I 3e SODANO, <<
[61] Cf PORFIRIO, Sobre la Abstinencia II 39, 1, 2-3; Epinomis 984c4-6. <<
[62] Cf. Carta a Anebo I 2c SODANO. <<
[63] Cf. V 23; PLATÓN, Timeo 41a7, Político 273b1. <<
[64] Carta a Anebo I 3e SODANO. <<
[65] Cf. E. Á. RAMOS JURADO, op. cit., págs. 39-85. <<
[66] La angelología neoplatónica comienza con Porfirio, cf. F. CUMONT, «Les Anges du paganisme», Revue de l’histoire des religions 72 (1915), 159-182. <<
[67] Carta a Anebo I 4a SODANO. <<
[68] «Visiones directas», el más alto grado de iniciación, como los misterios eleusinos. <<
[69] Fórmula de los Oráculos Caldeos, frags. 115, 116, 134. <<
[70] Almas impuras. <<
[71] PLATÓN, Fedón 83d4. <<
[72] Laguna en el texto. <<
[73] Conjetura de Saffrey. <<
[74] Carta a Anebo I 4b SODANO. <<
[75] Pasaje controvertido, cf. A. R. SODANO, op. cit., pág. 411. Pretendernos conservar la lectura de los manuscritos. <<
[76] Teúrgos. <<
[77] Cf. Carta a Anebo I 4b SODANO. <<
[78] Carta a Anebo I 5 SODANO. <<
[79] Carta a Anebo I 5 SODANO. <<
[80] Carta a Anebo I 5 SODANO. <<
[81] Carta a Anebo II 1 SODANO. Cf. E. Á. RAMOS JURADO, «Un filósofo ante la adivinación, Jámblico de Calcis», Studia Philologica Valentina I (1996), 53-64. <<
[82] Cf. F. PFEFFER, Studien zur Mantik in der Philosophie der Antike, Meisenheim am Glan, 1976; P. ATHANASSIADI, «Philosophers and oracles: shifts of autority in late paganism», Byzantion 62 (1992), 45-62. <<
[83] Cf. la tradición onirológica y onirocrítica antigua: Acerca de los ensueños y Acerca de la adivinación por el sueño de ARISTÓTELES, La interpretación de los sueños de ARTEMIDORO DE ÉFESO o, por ejemplo, los fragmentos recopilados por D. DEL CORNO (Graecorum de re onirocritica scriptorum reliquiae, Milán-Varese, 1969). Cf. también R. G. A. VAN LIESHOUT, Greeks on dreams, Utrecht, 1980; A. J. CAPPELLETTI, Las teorías del sueño en la filosofía antigua, Caracas, 1987; D. DEL CORNO, «Dreams and their Interpretation in Ancient Greece», Bulletin of the Institute of Classical Studies of the University of London 29 (1982), 55-62; M. A. VINAGRE LOBO, «Etapas de la literatura onirocrítica según los testimonios de Artemidoro Daldiano», Habis 22 (1991), 297-312; M. A. VINAGRE LOBO, «La literatura onirocrítica griega hasta el s. II d. C. Estado de la cuestión», Estudios Clásicos 101 (1992), 63-75; M. A. VINAGRE LOBO, La literatura onirocritica griega anterior a Artemidoro Daldiano, tesis doctoral, Universidad de Sevilla, 1993; P. ATHANASSIADI, «Dreams, Theurgy and Freelance Divination: The Testimony of Iamblichus», The Journal of Roman Studies 83 (1993), 115-130. <<
[84] Carta a Anebo II 2a SODANO. <<
[85] Cf. Carta a Anebo II 2a SODANO. <<
[86] A. R. SODANO (op. cit., pág. 412), siguiendo una tradición que tiene como antecedentes a Ficino, Gale, Parthey, etc., postula genéseôs, «devenir, generación», en lugar de gnóseôs, lectura de los manuscritos, seguida por É. des Places, preferible desde nuestro punto de vista. <<
[87] Para Asclepio, cf. R. HERZOG, Die Wunderheilungen von Epidauros, Leipzig, 1931; IG IV I2, 121-122; III 1168-1173 DITTENDERGER; ESTRABÓN, VIII 6, 15; ARTEMIDORO, IV 22; PLINIO, Historia Natural XXIX 1, 4. Para Alejandro y Lisandro, cf. ESTRABÓN, XV 2, 7; PLUTARCO, Lisandro 20, 7; PAUSANIAS, III 18, 3. <<
[88] Aunque traducimos el texto de É. des Places, enárgeian, «evidencia, claridad», que es una conjetura a su vez de Westerink, creemos, con A. R. SODANO (op. cit., pág. 413), que se ha de conservar la lectura de los manuscritos enérgeian. «fuerza». Creemos que la conjetura es innecesaria. <<
[89] Carta a Anebo II 2b SODANO. <<
[90] Castabala en Cilicia, hoy Budrum Kale. Cf. ESTRABÓN, XII 2,7; TIBULO, I 6, 45-50; Ovidio, Tristes IV 1, 41-42; EURÍPIDES, Bacantes 677-774. <<
[91] Para otras posibilidades de intelección del texto, que no compartimos, cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 415-416. <<
[92] Cf. PLATÓN, Timeo 71e5. <<
[93] Cf. HERÁCLITO, frag. 92 DIELS-KRANZ (75 MARCOVICH). <<
[94] Carta a Anebo II 2c SODANO. <<
[95] A la teoría racionalística, aristotélica y porfiriana, se opone la creencia teúrgica del origen divino del entusiasmo. Cf. ARISTÓTELES, Política 1340a7-b6. <<
[96] Los Coribantes, seguidores de Cibeles, la Gran Madre, la rodeaban danzando cuando iba en su carro tirado por leones. Sobre su interpretación en Jámblico, cf. PLATÓN, Leyes 790e8-9; PROCLO, Teología platónica VI 13. <<
[97] De origen tracO-frigio, fue identificado con Dioniso. Cf. ARISTÓFANES, Aves 876; DEMÓSTENES, 18, 259-260; VALERIO MÁXIMO, I 3, 2; ARNOBIO, Contra los paganos V 20-21. <<
[98] Cibeles. Cf. H. GRAILLOT, Le culte de Cybéle, París, 1912. <<
[99] Cantor y músico mítico, formado por Marsias y Pan, aparece ligado tradicionalmente al modo frigio, agitado y desenfrenado, no adecuado, por tanto, para la educación. Cf. PLATÓN, Banquete 215c3; ARISTÓTELES, Política 1340a 10-12: PROCLO, Comentario a la República I 62, 5-9 KROLL. <<
[100] Cf. JÁMBLICO, Vida Pitagórica 65. Teoría pitagórica y neopitagórica (Nicómaco de Gerasa). <<
[101] Carta a Anebo II 2c SODANO. <<
[102] Sobre las posibles interpretaciones de este pasaje, cf. A. R. SODANO, op. cit., pág. 297 (n. 71), a quien seguimos. <<
[103] Carta a Anebo II 2d SODANO. <<
[104] Descendientes de Branco, favorito de Apolo, encargados de ese oráculo en territorio de Mileto y muy popular en la Antigüedad tardía. Cf. PAUSANIAS, I I6, 3; IX 10, 2. <<
[105] Cf. TÁCITO, Anales II 54, 3; PLINIO, Historia Natural II 106, 232; PAUSANIAS, VII 3, I; VII 5, 3; IX 12, 5. <<
[106] Epinomis 978a1. <<
[107] Cf. CICERÓN, Sobre la adivinación I 38, 79; II 117; ESTRABÓN, IX 3, 5; JUSTINO, XXIV 6, 9. <<
[108] En este caso el médium entraba en trance teniendo sus pies sobre figuras y signos místico-simbólicos trazados en el suelo. Cf. Papiros Griegos de Magia IV 2705-2706; VII 196, 206, 390, 846-860; EUSEBIO, Preparación Evangélica V 15, l. <<
[109] Carta a Anebo II 2e SODANO. <<
[110] Carta a Anebo II 2e SODANO. <<
[111] Carta a Anebo II 2e SODANO. <<
[112] Carta a Anebo II 2f SODANO. <<
[113] Carta a Anebo II 2g SODANO. <<
[114] 22 B 93 DIELS-KRANZ. <<
[115] Sobre este pasaje, cf. A. R. SOIJANO, op. cit., págs. 417-419. <<
[116] Carta a Anebo II 3a SODANO. <<
[117] Carta a Anebo II 3a SODANO. <<
[118] Carta a Anebo II 3a SODANO. <<
[119] Cf. HORACIO, Epístolas I 10, 10; A. BOUCHÈ-LECLERQ, Histoire de la divination dans l’antiquité, París, 1879-1882; R. FLACELIÈRE, Adivinos y oráculos griegos, Buenos Aires, 1965. <<
[120] Carta a Anebo II 3b SODANO <<
[121] Cf. III 19. <<
[122] Carta a Anebo II 3b SODANO. <<
[123] Cf. III 18; PLATÓN, Leyes 1 644d8, VIII 803c5; HOMERO, Ilíada VI 196; CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, Misceláneas II 202-207. <<
[124] Cf. PLATÓN, Leyes 885b4-887d5; S. ZEPPI, «L’origini dell’ateismo antico», Giornale di Metafisica X (1988), 197-233, 421-438; XI (1989), 63-95; M. WINIARCZYK, «Bibliographie zum antiken Atheismus», Elenchos 10 (1989), 103-192. <<
[125] Carta a Anebo II 4a SODANO. <<
[126] Cf. PROCLO, Elementos de Teología 7; Comentario al Timeo I 259, 27-29 DIEHL; PLOTINO, Enéadas V 4, 1; 5, 23; CICERÓN, Sobre la naturaleza de los dioses II 33, 86. <<
[127] Ambos ríos citados por PLATÓN en República 621a2-6. El «olvido» es el estado de ignorancia tras la caída del alma en el cuerpo, cf. H. LEWY, Chaldean Oracles and Theurgy, Mysticism, Magic and Platonism in the later Roman Empire, El Cairo, 1956, pág. 190 (n. 53); PLATÓN, Fedro 250a1-4; PROCLO, Comentario al Timeo I 82, 30-83, 6 DIEHL; PORFIRIO, Carta a Marcela 6; PORFIRIO, Sentencias 29. <<
[128] Carta a Anebo II 4b SODANO. <<
[129] Junto con B. DALSGAARD LARSEN (Jamblique de Chalcis. Exégète et philosophe, Universitetsforlaget i Aarhus, 1972, pág. 160) y A. R. SODANO (op. cit., pág. 312 n. 87) pensamos que éste es un argumento utilizable contra el dogma de la encamación de Cristo, en tanto el alma humana y lo divino no pueden constituir una sola hipóstasis. El tema de la encamación constituye, entre los neoplatónicos y cristianos, uno de los más graves elementos de ruptura, que da lugar a una viva polémica, cuyos rastros encontramos en la obra de ORÍGENES (Contra Celso) y PORFIRIO (Contra los cristianos). ¿Por qué ocurre en ese momento concreto de la Historia?, ¿Dios, entonces, ha dejado abandonados a los hombres de la era precristiana?, ¿por qué una encamación única?, ¿por qué la divinidad se ha de manifestar sólo así?, ¿cómo Dios va a elegir un cuerpo mortal, mísero, impuro?, ¿qué sucede con la impasibilidad de Dios, opuesta a un Cristo sufriente? No sería la única vez que Jámblico se refiere polémicamente a los cristianos y a la figura y vida de Cristo, cf. E. A. RAMOS JURADO, «Jámblico de Calcis y el género biográfico», Habis 22 (1991 ), 283-295; «Rasgos jambliqueos en la biografía de Pitágoras», Excerpta Philologica I 2 (1991), 699-703; «Un filósofo ante la adivinación, Jámblico de Calcis», Studia Philologica Valentina I (1996), 53-64. <<
[130] Cf. Carta a Anebo II 4a SODANO <<
[131] Carta a Anebo II 4c SODANO. <<
[132] Sobre las dificultades del presente pasaje, cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 420-421, con quien nos mostramos de acuerdo, mientras que no compartimos la posición de É. des Places y la tradición que en él culmina. <<
[133] Carta a Anebo II 5a SouANO . <<
[134] Carta a Anebo II 5b SODANO. <<
[135] Carta a Anebo II 5b SODANO. <<
[136] Carta a Anebo II 5b SODANO. <<
[137] Carta a Anebo II 5b SODANO. <<
[138] Carta a Anebo II 5b SODANO. <<
[139] Así sucede en el oráculo de Delfos, desde la leyenda de su institución a las Pitias de época imperial. <<
[140] Carta a Anebo II 5b SODANO. <<
[141] Carta a Anebo II 5c SODANO. <<
[142] Carta a Anebo II 5c SODANO. <<
[143] Laguna en el texto. Westerink conjetura (tà dè epi tò kreîtron anateínetai), «otros elevan hacia lo superior». <<
[144] Carta a Anebo II 5c SODANO. <<
[145] Cf. Carta a Anebo II 5c SODANO. <<
[146] Cf. Carta a Anebo II 5c SODANO <<
[147] Carta a Anebo II 5c SODANO. <<
[148] Cf. PLATÓN, Filebo 16a4-17a5. <<
[149] Carta a Anebo II 5d SODANO <<
[150] Carta a Anebo II 5d SODANO <<
[151] Carta a Anebo II 6a SODANO. <<
[152] III 26. <<
[153] Carta a Anebo II 6b SODANO. <<
[154] El arte del mago, no el del teúrgo. <<
[155] Cf. PLATÓN, Fedro 246b3, 253d4. <<
[156] Este tipo de piromancia interpreta las imágenes formadas por el humo del incienso sobre carbones encendidos. Cf. HTPÓLITO, Refutación de todas las herejías IV. <<
[157] Carta a Anebo II 6c SODANO. <<
[158] Carta a Anebo II 6c SODANO. <<
[159] Carta a Anebo II 7 SODANO. <<
[160] Caldeo, de entrada, designa al que habita en la baja Mesopotamia y posteriormente a los miembros del sacerdocio babilonio. También se utilizó para los griegos que estudiaron en Babilonia y se consideraban discípulos de los babilonios y para los charlatanes que pretendían adivinar el futuro por las estrellas. Según la tradición, en época de Marco Aurelio existieron las figuras de Juliano el Caldeo y su hijo Juliano el teúrgo, base de los Oráculos Caldeos, en los que se contendría esta doctrina. Cf. CIRILO DE ALEJANDRÍA, Apología contra Juliano IV 125; AGUSTÍN, Ciudad de Dios X 11. Sobre la estructura y contenido de este epígrafe, cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 315-319. <<
[161] Cf. PLATÓN, República 509b8-9, 379c2-7; Oráculos Caldeos, frag. 15. <<
[162] Referencia, creemos, al cristianismo, al que se aludirá en más ocasiones en este capítulo. <<
[163] Cf. Carta a Anebo II 7 SODANO. <<
[164] Carta a Anebo II 7 SODANO. <<
[165] Carta a Anebo II 7 SODANO. <<
[166] El cristianismo aceptaba la Revelación, pero atribuía la mántica y magia «paganas» a la acción de malos démones. Basta con recorrer, por ejemplo las páginas de la Preparación Evangélica de EUSEBIO, coetáneo de Jámblico, quien no ceja en calificar a los adivinos de charlatanes y estafadores y a los oráculos de obra de démones malignos, que no transmiten verdad, ya que, por ejemplo, no han previsto ni impedido la destrucción de sus templos, caso de Delfos, Zeus Capitolino y Hestia en Roma o el Serapea de Alejandría. De todo ello el cristiano se ve liberado merced a la enseñanza del Salvador. <<
[167] Carta a Anebo II 8a SODANO. <<
[168] Cf. PLINIO, Historia Natural II 95, 207-208; PSEUDO ARISTÓTELES, Del Mundo 4, 395 b 28. <<
[169] Cf. Carta a Anebo II 8a SODANO. <<
[170] Cf. PÍNDARO, Píticas III 60. <<
[171] Cf. JÁMBLICO, Vida Pitagórica XXX 167-186. <<
[172] Entre otros pasajes de la República de PLATÓN, cf. IV 444 c 8, 441 d. <<
[173] Cf. PLATÓN, República X 617e5, II 379b17; Timeo 42d4; Epínomis 983d3. <<
[174] Cf. PLOTINO, Enéadas I 8. <<
[175] Para este apartado, cf. PORFIRIO, Sobre la abstinencia II 38-40; PROCLO. Sobre la existencia del mal IV 16-17. <<
[176] Son principios de EMPÉDOCLES, cf. 31 B 17 DIELS-KRANZ. <<
[177] Carta a Anebo II 8a SODANO. <<
[178] Ataque a la mitología tradicional desde época de los presocráticos desde un punto de vista moral. <<
[179] Carta a Anebo II 8b SODANO. <<
[180] Carta a Anebo II 8b SODANO. <<
[181] Cf. PORFIRIO, Sobre la Abstinencia II 38-40. <<
[182] Cf. Carta a Anebo II 8b SODANO. <<
[183] V 10. <<
[184] Cf. PLATÓN, Banquete 210a3-4. <<
[185] Cf. PORFIRIO, Sobre la Abstinencia II 24. <<
[186] Jámblico sigue asumiendo su papel de sacerdote egipcio. <<
[187] Cf. ARISTÓTELES, Historia de los animales V 33, 558a19; PLUTARCO, Isis y Osiris 75. <<
[188] Cf. Carta a Anebo II 8b SODANO. <<
[189] Cf. J. GARCÍA LÓPEZ, Sacrificio y sacerdocio en las religiones micénica y homérica, Madrid, 1970, págs. 43-47. <<
[190] 22 B 69 DIELS-KRANZ. <<
[191] Cf. PLINIO, Historia Natural XXVIII 3; SALUSTIO, Sobre los Dioses y el Mundo XVI 1 (Cf. E. Á. RAMOS JURADO, «El sacrificio en De Diis et Mundo de Salustio», Actas del II Congreso Andaluz de Estudios Clásicos, Málaga, 1987, págs. 35-39). <<
[192] Cf. Carta a Anebo II 8b-c SODANO. <<
[193] Cf. PORFIRIO, Sobre la Abstinencia IV 9: el halcón, animal grato al Sol, de larga vida, una vez muerto, adquiere poderes adivinatorios. Cf. ELIANO, Sobre la naturaleza de los animales II, 39. <<
[194] Démones y hombres. <<
[195] Carta a Anebo II 8c SODANO <<
[196] Donde se suponía que estaba el cuerpo de Osiris. Según la tradición, Osiris fue un rey legendario de Egipto, enérgico y justo, a quien su hermano Seth le tendió una trampa y logró asesinarlo. Isis, su esposa, consiguió ser fecundada por su esposo muerto, dando a luz a Horus, quien, cuando creció, hizo reconocer sus derechos y atacó a su tío, logrando vencerlo y recobrando la vida Osiris. <<
[197] De Osiris. <<
[198] Cf. EUSEBIO (Preparación Evangélica V 10, 3-5), literalmente, y AGUSTÍN (La Ciudad de Dios X 11), en paráfrasis, citan este mismo texto. La amenaza a los dioses recorre buena parte de la religión egipcia: PGM IV 2313-2318; Libro de los Muertos 65; Pap. Mag. Harris VII 1-4: PGM LVII 13, III 99-101, etc. <<
[199] Este libro, así como los dos siguientes, contienen abundante material simbólico egipcio. <<
[200] Los neoplatónicos, en su exégesis mística de la Ilíada, derivaban Ílion de hýlê, esto es, Ilión seria el país de la materia, o de ilýs, «barro, limo». Los troyanos serían, por tanto, las almas retenidas en el país de la materia. <<
[201] Cf. PLUTARCO, Isis y Osiris 34, 364 c-d; PORFIRIO, El antro de las Ninfas de la Odisea 10. <<
[202] Carta a Anebo II 10a SODANO. <<
[203] Para toda esta cuestión, cf. J. RITORÉ PONCE, La teoría del nombre en el neoplatonismo tardío, Cádiz, 1992, págs. 194-226. <<
[204] Carta a Anebo II 10a SODANO. <<
[205] Carta a Anebo II 10a SODANO. <<
[206] Cf. PLATÓN, Leyes II 656d-657a. <<
[207] Carta a Anebo II 11 SODANO. <<
[208] Carta a Anebo II 12a SODANO. <<
[209] La traducción sigue el texto ofrecido por É. des Places, Parthey, Scott y Jacoby en lo relativo al término diaphórous, mientras que THILLET y A. R. SODANO (op. cit., pág. 425) lo entienden en forma adverbial, diaphórôs, lectio difficilior, «principi causali classificati in modo diverso», de acuerdo con la traducción de Sodano. <<
[210] Se duda entre Seleuco de Alejandría (Fragmente der griechischen Historiker 341), gramático que vivió en Roma en época de Augusto y Tiberio, y Seleuco de Babilonia, el astrónomo, que vivió en Alejandría en torno al 200 d. C. É. DES PLACES se inclina por el segundo (pág. 220, nota a pág. 195), mientras que A. R. SODANO (op. cit., págs. 357-358) se inclina por un «Seleuco el teólogo» citado por PORFIRIO (Sobre la Abstinencia II 55, 1). <<
[211] JACOBY (FGrH 609, 26) explica este número como resultado de 25 veces 1461 años, que constituye el «periodo de Sotis». El fragmento de Manetón procedería del «Libro de Sotis» del PSEUDO-MANETÓN, pero toda esta teoría hoy día está puesta en duda (cf. A. R. SODANO, op. cit., pág. 358). <<
[212] Sacerdote egipcio de tiempos de Ptolomeo Filadelfo, autor de unos Relatos de Egipto desde los tiempos míticos (FGrH 609). <<
[213] Ha sido corregido en Kmeph (Scott) o Kneph (Gale, Sodano) e identificado discutiblemente con Khnum (Scott, Sethe). <<
[214] Eichtón según Scott, Eichthon según Scutellius, Sodano. Para el primero equiparable a Ef-khe-ton. Röth y Jablonski lo ponen en relación con una divinidad que aparece en los papiros mágicos como rheksíchthon («Ra hijo de Ichthon»). <<
[215] Como el Uno plotiniana (Enéadas V 1 6, 8-11). Cf. et. PORFIRIO, Sobre la Abstinencia II 34, 2. <<
[216] Amón. <<
[217] Carta a Anebo II 12b SODANO. <<
[218] El Corpus Hermeticum, conjunto de diecisiete tratados en el que Hermes (Thot) y otras divinidades egipcias desarrollan temas y argumentos diversos: la divinidad, génesis del mundo y el hombre. Destacan, entre ellos, el Poimandres y el Discurso perfecto, o Asclepio. Estas doctrinas, con ecos ya en el siglo III a. C., las encontramos en pleno vigor en los siglos II-III d. C. y tuvieron una gran resonancia en época medieval y renacentista. Ediciones: SCOTT-FERGUSON (Oxford, 1924-1936), NOCK-FESTUGIÈRE (París, 19722). Estudio básico: A. J. FESTUGIÈRE, La Révélation de Hermes Trismégiste, París, 1944-1954. <<
[219] Estas líneas plantean el tema del débito real y profundo del Corpus Hermeticum respecto a Egipto. Las opiniones están divididas y fluctúan entre el entusiasmo proegipcio de Strivker y Derchain y el escepticismo de Festugière y Scott. <<
[220] De Alejandría, filósofo estoico y sacerdote egipcio, director probablemente del Museo de Alejandría, maestro de Nerón (c. 49 d. C.) y autor de Historias Egipcias (FGrH 618). <<
[221] Astrológicamente, son las entidades que presiden 10 grados del zodiaco, esto es, 36 decanos para un círculo de 360 grados. Conocidos por los egipcios y caldeos, la teoría de los decanos se encuentra en Manilio y Marciano Capela. Cf. E. Á. RAMOS JURADO, op. cit., págs. 184-185. <<
[222] Cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 364-365; E. Á. RAMOS JURADO, op. cit., pág. 184. <<
[223] Cf. A. R. SODANO, op. cit., pág. 365. <<
[224] Según Thomas Gale, el sol. <<
[225] Sacerdote egipcio, que R. REITZENSTEIN (Poimandres. Studien zur griechisch-iigyptischen und frühchristlichen Literatur. Leipzig, 1904, pág. 108) y A. J. FESTUGIÈRE (op. cit., J, pág. 268) identifican con el Bitos de Zósimo. Scott (Hermetica. The ancient Greek and Latin writings which contain religious or philosophic teachings adscribed to Hermes Trismegistus. Oxford, 1924-1936, IV, págs. 72-73) ve en Bitis un traductor griego reciente de la inscripción a la que se hace referencia en este mismo parágrafo. <<
[226] El tema del descubrimiento de un texto sagrado con el paso del tiempo es un tópos usual en la literatura, en particular, en la revelada (Cf. A. J. FESTUGIÈRE, op. cit., I, págs. 319-324). <<
[227] Carta a Anebo II 12b SODANO. <<
[228] El clásico tema de la fatalidad, de tanta larga tradición en todas las escuelas filosóficas griegas. Para el período prejambliqueo neoplatónico hay que destacar la Enéada III 1 de PLOTINO. <<
[229] Carta a Anebo II 13a SODANO. <<
[230] Cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 377-380. <<
[231] Carta a Anebo II 13a SODANO. <<
[232] S. Fronte, en oposición a W. Scott, piensa que Jámblico se refiere a su obra, perdida, del mismo título, siguiendo la tradición de Th. Gale y Rasche, mientras que Th. Hopner cree que se refiere a su Teología Caldea. <<
[233] Ilíada IX 497. <<
[234] Carta a Anebo II 14a SODANO. <<
[235] Servidores de los decanos, más numerosos, son, sobre todo, las estrellas fijas que se encuentran en el dominio de los decanos y las estrellas fijas que se elevan, al norte y al sur, a la vez que los decanos (cf. W. GUNDEL, «Dekans und Dekanstembildem, Studien der Bibliothek Warburg 29 (1936), 236-237, 266; A. BOUCHE-LECLERQ, L’astrologie grecque, París, 1890, pág. 216). <<
[236] Planeta señor del signo zodiacal en el que el hombre ha nacido (Cf. BOUCHE-LECLERQ, op. cit., págs. 185-192). <<
[237] Carta a Anebo II 14b SODANO. <<
[238] Carta a Anebo II 14c SODANO. <<
[239] Carta a Anebo II 14d SODANO. <<
[240] Cf. MENANDRO, frag. 550 KOCK; PLUTARCO, Sobre el demon de Sócrates 22; MARCO AURELIO II 13; Corpus Hermeticum X 23; AMIANO MARCELINO XXI 14; PLOTINO, Enéadas 111 4; M. DETIENNE, La notion de daïmon dans le pythagorisme ancienne, París, 1963. <<
[241] Carta a Anebo II 15a SODANO. <<
[242] Cf. VIII 4. <<
[243] Carta a Anebo II 15b SODANO. <<
[244] Traducción literal de la repetición que aparece en el texto griego. <<
[245] Los egipcios. <<
[246] Carta a Anebo II 15c SODANO. <<
[247] Carta a Anebo II 16a SODANO. <<
[248] Carta a Anebo II 16a SODANO. <<
[249] Carta a Anebo II 16b SODANO. <<
[250] Carta a Anebo II 17a SODANO. <<
[251] Carta a Anebo II 17b SODANO. <<
[252] Carta a Anebo II 17b SODANO. <<
[253] Ante las diversas posibilidades de este texto, en oposición a É. des Places, entendemos hyperéchousin y epárchousin como participios. Para toda esta cuestión, cf. A. R. SODANO, op. cit., págs. 428-430. <<
[254] Carta a Anebo II l&a-b SODANO. <<
[255] Los sacerdotes. <<
[256] PLOTINO, Enéadas V 3; 7, 1-9; PORFIRIO, Sentencias 40. <<
[257] Carta a Anebo II 18c SODANO <<
[258] Carta a Anebo II 18c SODANO <<
[259] Creemos que se refiere, como en III 31, a los cristianos. <<
[260] Carta a Anebo II 18d SODANO <<
[261] Carta a Anebo II 18d SOOANO <<
[262] Carta a Anebo II 18d SODANO <<
[263] Carta a Anebo II 19 SODANO. <<
[264] Cf. VIII 5. <<
[265] Cf. Carta a Anebo II 19b SODANO. <<
[266] Cf. Carta a Anebo II 19b SODANO. <<
[267] Cf. Carta a Anebo II 19b SODANO. <<
[268] Cf. Carta a Anebo II 19b SODANO. <<