Bruselas y Brujas
¿Hay poco tiempo?
Estos itinerarios han sido creados para aprovechar al máximo el tiempo de que se disponga para conocer lo mejor de la ciudad.
Primer día, Brujas
Hay que dar un paseo por los pórticos del mercado de pescado (Clicar)
y los famosos canales, o ver la ciudad en un circuito por el canal (Clicar)
de 30 min. Para observarla a vista de pájaro, se puede subir a lo
alto del Belfort
(Clicar),
para luego visitar la reliquia más sagrada
de Brujas en la Heilig-Bloedbasiliek (Clicar)
y, finalmente, unirse a los lugareños almorzando en De Belegde Boterham (Clicar).
Hay que disfrutar del arte belga desde los primitivos
flamencos hasta los surrealistas en el Groeningemuseum (Clicar)
y pasar un rato en el tranquilo
‘begijnhof’ (Clicar),
sin olvidar la pequeña casa museo. Se puede visitar Brouwerij De Halve Maan (Clicar),
donde se fabrica la Brugse Zot; se incluye una cata de cerveza.
Siguiendo con la temática cervecera, se puede comer en
Den Dyjver (Clicar),
donde maridan los platos con el jugo de malta, además de usarlo
como ingrediente clave. Para saborear otras
cervezas belgas, hay que entrar en el subterráneo ’t Poatersgat (Clicar),
o caminar por las callejas hasta el pub
más antiguo de la ciudad, Herberg Vlissinghe (Clicar).
Segundo día, Brujas
Hay que alejarse del centro turístico y dar un paseo
por el barrio de Santa Ana, visitando la
Jeruzalemkerk (Clicar),
la tienda de encajes ’t
Apostelientje (Clicar),
el Museum voor Volkskunde
(Clicar)
y los cuatro molinos
(Clicar).
Luego, se toma un almuerzo de pub y una
gueuze (cerveza lámbica) en
De Windmolen (Clicar).
Hay que volver al centro para disfrutar del plato
fuerte artístico de la ciudad: los cuadros
de Hans Memling (Clicar)
ubicados en la capilla de un hospital medieval; con la misma
entrada se visita la característica farmacia embaldosada del museo.
Para refugiarse de las masas, hay que ir al parque Minnewater
(Clicar),
antes de tomar algo en De
Stoepa (Clicar),
bar predilecto de los lugareños.
Se puede cenar en el bistró
L’Estaminet (Clicar)
y luego escuchar un concierto de música clásica en el moderno
Concertgebouw (Clicar),
o ver una película de autor en el Cinema Lumière (Clicar).
Luego se bebe algo en el contiguo De Republiek (Clicar),
un establecimiento que siempre está lleno de jóvenes de Brujas.
Tercer día, Bruselas
Las fachadas doradas que rodean
la espléndida Grand Place (Clicar)
brillan con los primeros rayos de sol y la convierten en un
pintoresco lugar donde abordar la ciudad. Aquí se puede visitar el
Museo de la Ciudad de Bruselas (Clicar)
y luego pasear bajo las acristaladas Galeries St-Hubert (Clicar)
hasta la catedral (Clicar)
y los museos.
En la zona de Mont des Arts,
hay que calcular la visita al Musée des Instruments de Musique
(Clicar)
para almorzar en el café (pub) de su azotea, en un espectacular edificio
alto art nouveau. Si quedan fuerzas, se
puede entrar en el Musée
BELvue (Clicar)
para darse un baño de historia local y en los Musées Royaux des Beaux-Arts
(Clicar)
donde se expone arte belga, de los primitivos flamencos a Magritte pasando por Brueghel.
Para cenar y escuchar jazz
hay que ir a Le Cercle des
Voyageurs (Clicar),
en la parte baja de la ciudad. Otra opción es tomar el ascensor de
cristal en el exterior del Palais de Justice (Clicar)
hasta la zona de Marolles para cenar en uno de sus restaurantes,
como L’Idiot du
Village (Clicar).
Cuarto día, Bruselas
Se puede curiosear por las boutiques (Clicar)
de Rue Antoine Dansaert y alrededores, que albergan grandes nombres
y también nuevos talentos. Para continuar, hay que visitar el poco
conocido, pero interesante museo del traje y el encaje:
Museé du Costume et de la
Dentelle (Clicar).
Hay que ir en tranvía a la casa-museo art nouveau de Victor Horta, el Musée Horta (Clicar),
o bien ir en metro al este para ver los museos del barrio de la UE,
entre los que destaca el Musée
du Cinquantenaire (Clicar)
por sus colecciones de antigüedades. Se puede dar un paseo por el
Parc du
Cinquantenaire (Clicar)
antes de volver al centro para comer un gofre en Mokafé (Clicar).
La noche empieza con un half-en-half en Le Cirio (Clicar)
antes de acudir a un espectáculo de marionetas tradicionales en el
Théâtre Royal de Toone
(Clicar),
o de escuchar música en directo en el Music Village (Clicar).
Como plan alternativo, se recomienda un
concierto de música clásica en el BOZAR (Clicar),
diseñado por Horta.