La colosal Basilica di San Giovanni in Laterano, al sureste del centro, es el principal reclamo del fotogénico y residencial barrio de San Giovanni. Cerca, al sur del Coliseo, se eleva el monte Celio, una de las siete colinas de Roma. Es una tranquila zona de iglesias medievales y serenas zonas verdes, ideal para escapar del gentío, pero con poca vida nocturna.
Lo mejor en un día
Se toma el metro hasta San Giovanni. Al salir de la estación, se cruza la Porta San Giovanni y, a la izquierda, se observa la inmaculada Basilica di San Giovanni in Laterano (Clicar). Una vez explorado su interior y su encantador claustro, se peina el mercado de Via Sannio (Clicar) en busca de gangas, antes de encaminarse a la Basilica di San Clemente (Clicar) y sus espeluznantes pasillos subterráneos. Se almuerza en el tranquilo Cafè Cafè (Clicar).
Tras saciar el apetito, se va a la Villa Celimontana (Clicar) mientras se espera a que abra la cercana Chiesa di Santo Stefano Rotondo (Clicar). Se estudian los macabros frescos de la iglesia para ver qué destino les aguardaba a los primeros mártires cristianos, algunos de los cuales, supuestamente, vivieron en las Case Romane (Clicar), debajo de la Chiesa dei Santi Giovanni e Paolo.
Se termina el día saboreando una pizza horneada en fuego de leña en Li Rioni (Clicar) y tomando una copa a ritmo de jazz en Il Pentagrappolo (Clicar). Otra opción es gozar de las vistas del Coliseo y la distinguida cocina moderna en la terraza de Aroma (Clicar).