Capítulo 4

TARR llegó a su casa para descubrir que nada malo le había sucedido a su castillo o a los miembros del clan. Entonces cuestionó la veracidad del mensaje que había recibido . Si Raynor había atacado sus tierras, por qué no había indicios de daños?

Quería respuestas, pero primero iba a interrogar a los tres prisioneros que había traído , incluyendo Raynor.

Los otros tenían heridas en las piernas y no habían podido escapar como los demás . Se curarían, y probablemente Tarr los dejaría volver a sus hogares. Pero la situación con Raynor era diferente.

Un clima de celebración flotaba en el aire mientras hombres y mujeres del clan saludaban a los guerreros victoriosos que retornaban al hogar. Esposas de brazos abiertos daban la bienvenida a sus maridos, niños corrían para estar lado de sus padres, y levantaban sus cabecitas con miradas de admiración, al tiempo que todos le sonreían con orgullo a su valiente líder, Tarr de Hellewyk.

El jefe del clan agradecía las felicitaciones mientras observaba las miradas curiosas que convergían hacia las gemelas. El clan sabía que él había partido a buscar una esposa y volver casado, pero las novedades pronto correrían de boca en boca con la velocidad del viento, y en breve todos estarían al tanto de la charada sobre la identidad de Fiona y Aliss.

Tarr vio a las dos desmontare , una se arrodilló , preocupada por Raynor, y la otra se apostó a su lado. Había esperado notar alguna diferencia entre las dos, por menor que fuese, pero ellas parecían idénticas en todo, e intentaban imitar el carácter una de la otra, deliberadamente para confundirlo todavía más .

Las dos tenían cabellos largos y ondulados, de un color pelirrojo brillante. Los ojos de ambas eran verdes como el follaje de primavera, y sus labios parecían cerezas maduras. La tez era muy clara y suave, ambas levantaban el mentón cuando se sentían amenazadas, y tenían lo misma sonrisa vivaz y alegre. Físicamente, eran idénticas.

Las dos mujeres eran deslumbrantes.

Ordenó a dos de sus hombres que lo siguiesen mientras se aproximaba a Fiona y Aliss.

—Una celda aguarda Raynor y a sus guerreros en la parte subterránea de mi castillo— les avisó, desde lo alto de su caballo.

Aliss no lo miró, mas replicó :

—Entonces me quedaré allá con él.

—Y yo acompañaré a mi hermana — remató Fiona.

—Las dos se quedarán a donde yo determine — dijo Tarr.

Aliss que estaba arrodillada, se levantó con una fuerza que casi derribó a su hermana al aproximarse a Tarr.

—Cómo puedes ser tan impiadoso, y condenar a un moribundo a la mazmorra?

—Raynor es mi enemigo y se condenó a sí mismo cuando invadió mis tierras.

 

 

 

- Tarr pensará que queremos confundirlo de nuevo, y continuará desorientado.

—Y vos tendrás tiempo para comer más — bromeó Aliss.

Fiona suspiró, deleitada.

—La idea es maravillosa, pues me estoy muriendo de hambre.

—Voy a necesitar más velas, un balde con agua y trapos limpios — pidió Aliss. — La chimenea necesita más leña. No quiero que este cuarto esté helado.

Fiona trató de colocar más leña en el fuego.

—Voy a buscar velas, agua y trapos limpios, pero recuerda, Aliss, de que debes estar lista para la cena y en determinado momento debes mostrar prisa para volver a ver a Raynor.

—Si . Nosotras somos tercas, Fiona, pero Tarr tiene fama de siempre lograr lo que quiere, y está determinado a casarse con una de nosotras.

—Crees que no podremos vencerlo?

—Tal vez si. Esta noche , cuando estés a solas con él, trata de descubrir lo máximo posible respecto a él . Después tendremos que compartir toda la información que consigas.

—Venceremos, Aliss. Nadie nos va a separar.

—Si , pero… será una victoria dulce o amarga?

 

Las gemelas entraron en el gran salón . Habían tomado un baño, se habían librado del polvo y la sangre del viaje, y se habían puesto ropas limpias. Ambas usaban faldas verdes y blusas color crema. Sus mejillas estaban rosadas, sus largos cabellos amarrados sobre sus espaldas.

Ambas se aproximaron a la mesa principal.

—No están celebrando a victoria? — preguntó Fiona, parándose delante de Tarr y mirando a su alrededor . — Esperaba encontrarte con una jarra de cerveza levantada celebrando con tus hombres.

—Sin duda, vos sos la que no tiene pelos en la lengua — comentó con una sonrisa el hombre sentado al lado de Tarr.

—Quién sos? — preguntó Aliss.

—Kirk — respondió él, levantándose con caballerosidad .

Tarr hizo las presentaciones.

—Kirk es un gran amigo y se convirtió en padre hace poco tiempo.

—Qué maravilloso! — exclamó Fiona. — Niño o niña?

Kirk sonrió, llenando su pecho con orgullo.

—Un varón!

—Felicitaciones — dijo Aliss con sinceridad.

—Y a quién se lo debo agradecer? — preguntó Kirk, provocador.

—La elección es tuya, Fiona o Aliss.

—Entonces les agradezco a las dos y espero llegar a conocerlas bien. — Kirk tomó una manzana de una fuente.

—Debo irme. Aprovechen la cena , y buenas noches . Mi esposa todavía no se recuperó del parto y está muy débil .

Entonces Tarr se quedó a solas con las gemelas. El líder había dado instrucciones para no ser molestados ni por los criados, por lo tanto la mesa ya estaba servida con toda la comida , cerveza y vino.

Quería concentrarse en las gemelas y en nada más. Seguramente ellas ya habían comenzado a cansare de la broma y del esfuerzo que hacían para confundir a todos. Eso era una ventaja para él, Tarr pensaba. Esperaba salir victorioso dos veces en el mismo día.

Mientras hacía sus cálculos, Fiona y Aliss se sentaron en el banco de enfrente. Ambas levantaron sus jarras al mismo tiempo, mientras Tarr les servía vino.

—Leith me contó que fueron a vivir con su clan hace diez años — comenzó a decir el líder. — Cuando tenían once años.

—El padre de Leith, Tavish, era nuestro tío y se ocupó del funeral de papá. Fue a él que mi madre le reveló que estaba enferma. Tío Tavish le prometió que se haría cargo de nosotras — explicó Fiona.

—Lamentamos también que tu padre haya fallecido — murmuró Aliss.

Tarr asintió .

—Lo extraño . El me enseñó todo lo que sé.

—Y tu madre?

—Ella también murió , hace un año. Todos lamentan su pérdida.

—Tienen hermanos? — quiso saber Fiona, mordisqueando un pedazo de pan.

—No , soy hijo único.

—Es por eso es que quieres tener muchos hijos? — preguntó Aliss.

—Mi sangre continuará en el clan de los Hellewyk.

—Y en el caso que sólo tengas niñas? — insistió Fiona.

Tarr sonrió.

—Estoy seguro que tendré hijas… e hijos.

—Y si tu esposa no quisiera tener una prole numerosa?

—Una buena esposa hace lo que su marido le ordena.

—Menos mal que no dijiste una esposa “obediente” —se burló Fiona, atacando un pedazo de queso.

—Debes ir a ver a Raynor — murmuró Aliss, cortando una manzana y mirando a su hermana de modo deliberado.

Fiona sacudió la cabeza .

—No . Es tu turno.

 

Aliss fingió irritación.

—Ya estuve mucho tiempo al lado de él. Te toca a vos.

Tarr levantó a mano.

—Paren de discutir. Una deberá ir, poco me importa cual de las dos, no quiero participar más de la charada de las gemelas por el día de hoy.

—Yo voy, entonces — dijo Aliss, fingiendo sentirse molesta.

Se levantó de mala voluntad , se robó una manzana, como si todavía tuviese hambre, y saludó a los dos.

Cuando Tarr y Fiona se quedaron a solas , el guerrero continuó la conversación :

—Planeas ser una buena esposa?

—Si , si amo a mi marido.

Tarr hizo una mueca.

—La manía de las mujeres! El Amor! Los juglares escriben tonterías poéticas sobre el amor y cantan melosas canciones , y las muchachas tontas se quedan aguardando la llegada del príncipe azul. — Tarr apoyó los brazos sobre la mesa y miró a Fiona. — Yp prefiero a una mujer fuerte, valiente, honesta y con los pies bien plantados en la tierra . Una mujer que esté a mi lado en una batalla, si es necesario, y que pueda darme hijos saludables que den continuidad a mi estirpe.

—Y el amor?

—El coraje de enfrentar la vida juntos es amor.

Fiona juntó sus manos.

—Entonces eres poeta también?

—No me insultes! — bromeó Tarr.

- Estoy hablando con franqueza, como vos. Dejaste en claro lo que deseas de una esposa. Debes haber tenido muchas candidatas.

Los ojos de Fiona brillaban como dos piedras preciosas, y Tarr se sintió tentado de besar esos labios rojos.

—Estás preguntando si fuiste mi primer elección? — murmuró el guerrero, jugando a sacar verdad de mentiras.

Pero ella no cayó en la trampa.

—Claro que no, Fiona es la candidata perfecta para llenar tus requisitos.

Tarr dejó escapar una carcajada.

—Tienes razón . Todos los clanes que me ofrecieron candidatas a esposa, pero Fiona fue la candidata que más me interesó. Su reputación es famosa en la región.

—Qué reputación?

—Oí decir que es una excelente amazona y cazadora. Sabe manejar casi todas las armas tan bien o mejor que muchos hombres, y protege a su hermana como una leona protege a sus crías. Y entonces me di cuenta que será una buena madre, es el tipo de mujer con quien quiero casarme.

Fiona dominó su orgullo y replicó con aire serio:

—Pueden ser sólo cuentos y no la verdad,

—No , fueron muchos los comentarios y sólo pueden ser verdaderos. — Tarr sonrió. — en particular, me gustó la historia de un joven que desafió Fiona a una competencia de arco y flecha. El joven le dijo que vencería y que quería la mano de Aliss en matrimonio como premio.

—Fue muy estúpido!

—Si , porque Fiona lo venció, y él la acusó de haber hecho trampa. Y Fiona le dio una buena zurra

Tarr se rió.

—Tu clan cuenta esa historia con mucha gracia y orgullo. Cuando ese joven quedó caído en el suelo con la nariz sangrando, Aliss corrió a ayudarlo.

—Es lo que hace una buena curandera con cualquiera que esté lastimado. Pero Aliss dejó claro que no lo desposaría.

—Eres linda — murmuró Tarr, desviando la conversación de modo súbito.

Sorprendida, Fiona no respondió.

—Las historias que he oído también hablaban de la belleza de las gemelas, y muchas aseguran que los cabellos pelirrojos de Fiona le dan la pasión por la lucha, y los de Aliss le inspiran atracción por la curación. — La miró intensamente.

—Me pregunto cuáles son las otras pasiones de Fiona…

Estática, ella lo vio inclinarse sobre la mesa, sujetar su mentón y aproximar los labios.

Fiona se estremeció como si le hubiesen arrojado un balde con agua fría, y se apartó sin pérdida de tiempo, antes que los labios de Tarr la tocasen.

—Sos muy presuntuoso y atrevido Tarr de Hellewyk!

—Solamente quería robarle un beso a mi futura esposa.

—No juegues conmigo! Si piensas que besándonos vas a descubrir nuestra identidad, está muy equivocado!

Agarró una manzana y comenzó a pelarla con tanta energía que casi la partió en dos.

 

—Por qué crees que pensé en el beso como método para descubrir quién es quien? Fiona apuntó el cuchillo en su dirección.

—Las reacciones revelan mucho sobre las personas.

—Tienes razón , y tu reacción en este momento es de rabia, lo que te asocia más a Fiona que a Aliss.

En respuesta, Fiona atacó la fruta con más fuerza, soltando un grito al sentir la hoja del cuchillo herir su mano. Pero cuando Tarr intentó ayudarla, ella retrocedió .

—Sé curar mis propios heridas, gracias. — Al verlo fruncir el ceño , sonrió, aprovechando la oportunidad para confundirlo. —Ahora mi reacción te hizo recordar a Aliss’? Ten cuidado, Tarr, pues puedes meterte en un gran lío escogiendo a una de nosotras dos.

Fiona se levantó y dejó el salón, pasando por al lado de los centinelas que dormitaban, hasta llegar al cuarto que había sido destinado a Raynor de Blackshaw.

Aliss levantó la vista de las hierbas que preparaba en el fuego de la chimenea, mientras Raynor permanecía inconsciente en la cama. Fiona levantó la mano herida, y su hermana corrió hacia ella.

—Qué pasó? — preguntó con voz ansiosa.

—Sabes lo que él hizo?

—Te Atacó con un cuchillo?

—No , yo misma me herí, pero fue culpa de él.

—Debe haberte hecho enojar mucho , puesto que no sueles cortarte con cuchillos.

—En verdad, fui una tonta, Aliss.

—Qué sucedió?

- Tarr me besó. Pero no fue el beso lo que me enojó, sino la intención de él, — Fiona miró a Aliss con un brillo furioso en sus ojos verdes. — Quería ver mi reacción!

—Entonces fue todo premeditado…

—Tarr no quería realmente besarme de verdad, sólo descubrir cual de nosotras dos yo era.

—Y a vos te hubiese gustado que él te besase porque se sentía atraído… por vos en especial?

—Nada de eso! — Fiona miró a su hermana quien la encaró con expresión divertida.

—Yo … bien , me sentí excitada con el contacto de sus labios. Fui una idiota. Estaba loca para recibir mi primero beso, pensé que Tarr… quería besarme por ser… porque yo soy …

—Fiona, tienes derecho a desear un beso.

—Pero no tengo derecho a ser imbécil! Y vos, Aliss, como ya fuiste besada y sabes como reaccionar.

—Bah! Unos besitos de unos muchachos inexpertos de nuestro clan.

—Pero lo suficiente para que te sintieses deseada como mujer. Yo jamás conocí esa sensación.

—Quieres que Tarr sienta ganas de besarte porque sos Fiona?

—No … Si! — Fiona levantó las manos en un gesto de desesperación. — Ya te dije : soy una idiota.

—Por qué no besarlo?

—No tengo la menor intención de casarme con él.

Aliss sonrió, lanzándole una mirada maliciosa.

—Es un hombre guapo y un excelente guerrero. Por qué no concederle un beso para poner a prueba sus sentimientos?

—Y si me gusta? — preguntó Fiona. — Qué va a suceder?

—Eso dependerá de vos.