Introducción
Hombres prehistóricos, reyes, magos, presidentes, mercaderes, chicos raros y ancianos barbudos, bolsas de valores, prima de riesgo, PIB, boom, crack, suspensión de pagos...
¿Qué hacen estas palabras tan raras junto a personajes tan peculiares?
Muy sencillo: nos ayudarán a conocer una materia muy singular, la ciencia económica, es decir, ¡la economía! Una ciencia que a veces puede parecer un poco incomprensible, pero que, en realidad, se ocupa de problemas muy concretos: estudia cómo consiguen las personas cubrir sus necesidades cotidianas y gestionar de la mejor manera sus propios recursos, tanto materiales como intelectuales.
Desde la prehistoria hasta nuestros días, los seres humanos siempre han buscado la mejor manera de alcanzar sus objetivos: comer, beber, ganar batallas, tener un gran castillo, ir al cine, comprar libros, ayudar a los demás.
Cada una de estas actividades responde a un esquema que puede ser reconducido a un razonamiento económico. En el transcurso de los siglos, los economistas han tratado de organizar estos razonamientos y de extraer reglas y teorías (modelos) que sirvan para describir los comportamientos de las personas y, sobre todo, para explicar sus decisiones.
Porque cada uno de nosotros, para obtener lo que desea, tiene que realizar acciones y decidir entre lo que le gusta y lo que le disgusta, lo que se puede permitir y lo que es demasiado caro para su bolsillo.
Cuando queremos comer un helado, por ejemplo, tenemos que comprarlo en la heladería. Para eso necesitamos dinero. Para conseguirlo, podemos hacer un trabajillo extra para nuestros padres, que nos recompensarán (¡o eso esperamos!) con algún tipo de paga. Con el dinero que hemos ganado, podemos por fin comprarnos nuestro rico helado. Pero antes tenemos que decidir a qué heladería ir: ¿a la que vende el helado más rico o a la que lo vende más barato?, ¿a la que está debajo de casa o a la que está en el centro?
A su vez, el heladero tiene que comprar los ingredientes necesarios para preparar el helado: leche, chocolate, fruta... Y para ello él también necesita dinero.
Comprar, vender, intercambiar, trabajar... Todas son acciones económicas necesarias para realizar o satisfacer nuestras necesidades.
Con la lectura de este libro comprenderemos cómo funcionan estos mecanismos y descubriremos muchas otras cosas interesantes. Charlando con importantes economistas descubriremos el significado de muchas de las palabras que escuchamos a diario en la televisión o en las conversaciones de adultos: débito, inflación, paro, salario, crisis financiera...
A fin de cuentas, un poco de economía no le viene mal a nadie, y quizá incluso nos ayude a cumplir alguno de nuestros sueños y a ser cada vez más felices.