CAPÍTULO CINCO
UNA PRINCESA EN GUERRA
Leia fue arrojada de nuevo en su celda después de presenciar la destrucción de Alderaan. La princesa no era tonta, sabía que ahora que había revelado esa vieja ubicación de base rebelde, el siguiente paso para ella era la ejecución. Iban a matarla.
Pero cuando un soldado de asalto llegó a recoger a Leia de su celda, había algo inusual en él. Por un lado, era inusualmente corto de estatura para un soldado de asalto.
«Soy Luke Skywalker», dijo. Luego se quitó el casco, lo que iba totalmente en contra de las normas. Definitivamente no era un soldado de asalto. «Estoy aquí para rescatarte».
Tan pronto como Luke Skywalker dijo que había venido con Obi-Wan Kenobi, Leia se precipitó fuera de la celda en un instante. De inmediato se encontró con otro hombre vestido como un soldado de asalto, Han Solo, y un wookie llamado Chewbacca.
También eran parte de la misión de rescate. Esquivando los disparos láser, se dieron cuenta de que estaban atrapados en el pasillo del bloque de celdas. Había verdaderos soldados de asalto en el otro extremo, bloqueando su escape.
Leia se alegró de que este grupo hubiera venido a rescatarla, pero había esperado alfo un poco mejor. Por un lado, Leia consideró que Han Solo era increíblemente molesto. A pesar de que claramente no tenían un plan, todavía estaba actuando como si él estuviera a cargo. La princesa Leia Organa era una senadora y un espía rebelde, y no le gustaba ser mandada, especialmente por personas que no eran tan calificadas como ella. Leia decidió hacerse cargo y agarró el bláster de Luke.
«Alguien tiene que salvarnos el pellejo», dijo. Disparó expertamente un par de tiros a los soldados de asalto más cercanos, y luego llevó a Han, Chewbacca, y Luke por un canal de desperdicios. Los cuatro cayeron en una piscina apestosa de basura. Estaban a salvo de los soldados de asalto, pero ahora tenían un nuevo problema: ¡Habían terminado en un compactador gigante de basura! A medida que las paredes se cerraban en torno a ellos, Luke se comunicó por radio desesperado con sus amigos droides en busca de ayuda, y Leia se enteró que eran C-3PO y R2-D2. Justo a tiempo, R2-D2 fue capaz de detener el compactador antes de que triturara hasta matar a Leia y su grupo de rescate.
Ahora lo único que quedaba era colarse de nuevo en las principales salas de la Estrella de la Muerte y llegar al buque de Solo, el Halcón Milenario, en el hangar. Mientras Leia corría con sus rescatadores hacia el buque, Luke se detuvo en seco. «¡Mira!», Exclamó, señalando. Al otro lado del hangar, Darth Vader estaba luchando contra un anciano encapuchado. Ambos estaban usando armas extrañas y pasadas de moda que parecían espadas hechas de luz ardiente.
Mientras abordaban su buque de escape, Darth Vader abatió al anciano. Sus ropas se derrumbaron a su alrededor como si su cuerpo se hubiera vaporizado simplemente.
«¡No!», gritó Luke.
Leia y Han arrastraron a Luke a bordo del buque, y pronto habían escapado de la Estrella de la Muerte.
Leia estaba triste por la muerte de Obi-Wan Kenobi, el héroe que nunca había conocido. Pero ese dolor no se comparaba con la preocupación de Leia por la Estrella de la Muerte. Había visto lo que podía hacer; había visto destruir su planeta natal en cuestión de segundos, y sabía lo importante que era advertir a los líderes de la Rebelión acerca de ello. El Imperio tenía que ser detenido.
La buena noticia era que R2-D2 y C-3PO habían vuelto al Halcón Milenario también. R2-D2 todavía tenía los planos robados, por lo que Leia tenía la oportunidad de completar su misión. Leia y sus nuevos amigos se apresuraron a la base rebelde en Yavin 4 y entregaron los planos a los líderes rebeldes. Una vez que llegaron, se dieron cuenta que no había tiempo que perder, la Estrella de la Muerte había rastreado el buque de Han Solo a Yavin. ¡La estación de batalla gigante venía, y pronto destruiría la base rebelde!
Leia y sus compañeros rebeldes analizaron rápidamente los planos de la Estrella de la Muerte que R2-D2 había llevado de manera segura consigo. La estación de batalla gigante debió haber tomado décadas en ser construida. Los planos eran casi perfectos. Casi. ¡Había un pequeño defecto, y ese defecto ayudaría a los rebeldes a destruirla!
La única esperanza de los rebeldes era que uno de sus pilotos fuera lo suficientemente certero como para dar un disparo directo por el puerto de escape de la Estrella de la Muerte. Era el único punto débil de la estación, porque un impacto directo la aniquilaría. Los pilotos de caza dejaron inmediatamente la base rebelde; Luke estaba entre ellos. Leia permaneció en la base, supervisando la acción.
Leia comprobó las estadísticas del Escuadrón de ala-X de Luke. Era bueno que estuviera volando con el Escuadrón Rojo, el grupo estaba formado por grandes pilotos. Lo último que Leía necesitaba era preocuparse por la seguridad de su nuevo amigo. Sobre todo porque en realidad no tenía muchos amigos. En Alderaan, ella había tenido sirvientes, pero muy pocos compañeros. Todas sus clases eran de uno-a-uno con tutores reales. Y luego, como senadora y espía, la mayoría de las personas que trabajaron con Leia eran mucho mayores que ella. Eran cómplices, pero no realmente amigos. Luke y Han, sin embargo, se habían convertido rápidamente en amigos de Leia, así como sus aliados. Por lo tanto, era natural que la princesa estuviera especialmente preocupada por Luke, quien se había comprometido con la Alianza sin reservas.
Por suerte, tenía buenos pilotos cuidándole la espalda en la batalla.
Una acalorada batalla tuvo lugar a lo largo de la superficie de la enorme Estrella de la Muerte, mientras los combatientes de ala-X se defendían de los cazas TIE, los pilotos rebeldes buscaban la oportunidad de dar en el blanco.
Leia fue testigo de la caída de muchos cazas rebeldes y de muchos pilotos rebeldes que murieron antes de que Luke Skywalker fuera capaz de dar el disparo decisivo. Pero entonces un caza TIE se posó sobre él, y fue Han Solo en el Halcón Milenario, quien entró y sacó el caza de la cola de Luke. Luke entonces logró acertar un disparo directamente en el puerto de escape de la Estrella de la Muerte. Una reacción en cadena comenzó en el núcleo de la terrible arma, y luego explotó violentamente, dispersando chispas a través de todo el sistema estelar.
La Estrella de la Muerte se había ido. Desde la base, Leia observó la conclusión triunfante de la batalla. Cuando el ala-X de Luke aterrizó en la base, corrió hacia su nuevo amigo y lo derribó con un abrazo. Luego Han consiguió abrazarlo, también. Después de todo, a pesar de que había dicho que estaba solo en esto por el dinero, él había hecho lo que hacía falta en la gran batalla, la princesa Leia sospechaba que había más cosas sobre Han de lo que aparecía a primera vista.
Gracias al heroísmo de Leia como espía y sus talentos como líder rebelde recién formada, el Imperio había sufrido un golpe terrible. Los rebeldes habían logrado una victoria importante.
Más tarde, la princesa Leia se puso de pie sobre un estrado y en frente de muchos escuadrones de cazas rebeldes reunidos otorgó medallas a Luke Skywalker y Han Solo por su valor.
Para muchos de los rebeldes reunidos en la ceremonia de ese día, Leia pareció sorprendentemente fría y tranquila. Estuvieron sorprendidos por tal calma de una mujer que había perdido recientemente a sus padres, y todo su planeta. Algunas de las tropas rebeldes incluso la criticaron, preguntándose por qué no mostró ninguna emoción humana.
Pero para la princesa Leia, lo más importante era la Alianza. Ahora, con todo lo que había perdido, tenía que serlo. A fin de ser un líder rebelde fuerte, ella tenía que parecer un líder rebelde fuerte… no una joven que lo había perdido casi todo. Incluso si eso es lo que era. Sabiendo todo lo que sabemos sobre la princesa Leia Organa, podemos suponer que su dolor en ese día fue sólo comparable a su certeza de que sus padres hubieran estado contentos con el éxito de los rebeldes. Sin duda, se hubieran sentido orgullosos de la princesa y de la rebelde, en que su hija se había convertido.