Discurso séptimo
Paradojas matemáticas
§. I
1. Entro en esta materia con el preciso desconsuelo de no poder darme a entender bastantemente a la mayor parte de los Lectores. Son en España tan forasteras las Matemáticas, que aun entre los eruditos hay pocos que entiendan las voces facultativas más comunes; pero la importancia de este Discurso, para desengañar al espíritu humano de lo poco que debe fiar de sus más establecidas aprehensiones, me obligó a vencer este reparo. Sirve esto de mucho a otro fin más noble. Nunca nuestro entendimiento está más bien dispuesto a rendirse a los sobrenaturales, y revelados misterios, que cuando hace la reflexión debida sobre la cortedad de su alcance aun en las cosas naturales. Y esta reflexión se excitará necesariamente en los Lectores capaces, al ver en el presente Discurso demostradas con evidencia algunas proposiciones, en que antes concebía una manifiesta repugnancia. Procuraré familiarizarme a la inteligencia de los más tardos, cuanto lo permitiere la materia; mas porque este conato en algunos puntos sería inútil sin la ayuda de figuras, hice estampar las precisas que se hallarán al fin de este Discurso. Las Paradojas irán divididas según el orden de las diversas Facultades Matemáticas a que pertenecen. [134]