6. En una época posterior, aparecieron varias falsificaciones que aseguraban ser la Epístola a los Laodicenses. Todavía se conserva uno de estos documentos, que por lo general se incluye entre los denominados apócrifos neotestamentarios. El texto no es mucho más que un pastiche de frases y cláusulas paulinas, unidas entre sí de manera que parezcan una de las epístolas del apóstol. También sabemos de otra carta titulada A ios laodicenses falsificada por el «hereje» Marción en el siglo II; ésta, sin embargo, no se ha conservado.<<