LIBRO QUINTO (Δ)

CAPÍTULO PRIMERO

<PRINCIPIO>[1]

Se llama «principio»

<1> el extremo de una cosa a partir del cual puede uno comenzar a moverse: por ejemplo, éste es el principio de la longitud y del recorrido 35desde este lado, pero desde el lado opuesto es otro;

<2> y aquello a partir de lo cual cada cosa puede realizarse mejor: a 1013aveces, por ejemplo, ha de comenzarse a aprender, no por lo primero, es decir, no por el principio del asunto, sino desde donde sea más fácil aprender;[2]

<3> y lo primero a partir de lo cual se hace algo, siendo aquello inmanente <en esto>: por ejemplo, así es la quilla principio del navío y los cimientos lo son de la casa, y hay quienes piensan que de los animales 5lo es el corazón, otros que el cerebro y otros que cualquier otra parte semejante, sea la que sea;

<4> y lo primero a partir de lo cual se hace algo, no siendo aquello inmanente <en esto>, es decir, de donde naturalmente se originan el movimiento y el cambio: el hijo, por ejemplo, tiene su principio en el padre y la madre, y la guerra en la ofensa;

<5> y aquello por cuya voluntad se mueve lo que es movido y cambia lo 10que es cambiado: así, se dice que son principios, en las ciudades, las magistraturas, las autoridades, las monarquías y las tiranías, y también las artes y de éstas, muy especialmente, las rectoras.[3]

<6> Además, se dice también que es principio <de una cosa> lo primero 15a partir de lo cual la cosa resulta cognoscible, por ejemplo, las premisas lo son de las demostraciones.

En otros tantos sentidos se habla también de «causas», ya que todas las causas son principios.[4] Y ciertamente lo común a todo tipo de principios es ser lo primero a partir de lo cual algo es, o se produce, o se conoce. Y de ellos, unos son inmanentes y otros son extrínsecos, y de 20ahí que principio sean la naturaleza y el elemento, el pensamiento y la voluntad, la entidad y el para-qué. Y es que el bien y la belleza son principio, en muchos casos, tanto del conocimiento como del movimiento.

CAPÍTULO SEGUNDO

<CAUSA>[5]

Se llama «causa»

<1> en un sentido, aquello de-lo-cual se hace algo, siendo aquello inmanente 25<en esto>: el bronce, por ejemplo, lo es de la estatua y la plata lo es de la copa —y también sus géneros—;

<2> en otro sentido, la forma y el modelo, es decir, la definición de la esencia y los géneros de ésta (por ejemplo, de la octava es «la proporción de dos a uno» y genéricamente el número), así como las partes de la definición;

<3> además, aquello de donde proviene el inicio primero del cambio y del reposo: así, el que da un consejo es causa, y el padre lo es del hijo, 30y en general, el agente lo es respecto de lo hecho y lo que produce el cambio lo es respecto de lo que resulta cambiado;

<4> además <está la causa entendida> como fin, y éste es aquello para-lo-cual: por ejemplo, el del pasear es la salud. ¿Por qué, en efecto, pasea? Contestamos: para estar sano, y al contestar de este modo pensamos que hemos aducido la causa. Y también todas aquellas cosas 35que, siendo otro el que inicia el movimiento, se interponen antes del 1013bfin, por ejemplo, el adelgazar, el purgarse, las medicinas y el instrumental médico se dice que son causas de la salud; y es que todas estas cosas son para el fin, si bien difieren entre sí en que las unas son acciones y las otras instrumentos.

Así pues, éstos son aproximadamente[6] todos los sentidos en que se habla de «causa». Ahora bien, puesto que las causas se dicen tales 5en muchos sentidos, ocurre que la misma cosa tendrá muchas causas, y no accidentalmente (por ejemplo, tanto el arte escultórico como el bronce son causas de la estatua, y lo son en tanto que estatua y no en otro cualquier aspecto, si bien no lo son del mismo modo, sino que lo uno es causa como materia y lo otro como aquello de-donde proviene el movimiento), y habrá causas recíprocas (así, el ejercicio es causa del 10buen estado físico y éste lo es del ejercicio, pero no del mismo modo: lo uno es causa como fin y lo otro como principio del movimiento). Además, lo mismo es causa de efectos contrarios: y es que aquello que —estando presente— es causa de tal cosa, a veces, al estar ausente, lo consideramos causa de lo contrario: por ejemplo, consideramos que la ausencia del piloto es la causa del naufragio, dado que su presencia era la causa de su salvación. Ambas —ausencia y presencia— son, por lo demás, causas en tanto que mueven.15

Por otra parte, todas las causas establecidas caen dentro de los cuatro tipos de causas más obvios. En efecto, las letras son causas de las sílabas, y la materia lo es de los artefactos, y el fuego y la tierra y las cosas de este tipo lo son de los cuerpos, y las partes lo son del todo, y las 20premisas lo son de la conclusión, en tanto que aquello de-lo-cual <se hacen>. Y de todas estas causas, unas lo son como sustrato, por ejemplo, las partes, y otras como esencia: así el todo,[7] la composición y la forma. Por su parte, la semilla, el médico, el que da un consejo, y en general, el agente, todos ellos, son aquello de donde proviene el inicio del cambio o del reposo. Otras, por último <son causa> como el fin y el bien de las 25demás cosas. En efecto, el <aquello-para-lo-cual> pretende ser lo mejor y el fin de las demás cosas, y nada importe si se califica como bien <real> o como bien aparente. Las causas son, pues, éstas y éste es el número de sus especies. Y si bien las modalidades de las causas son muchas en número, no obstante, si se agrupan, también ellas resultan ser pocas.

30Las causas se dicen tales, pues, en muchos sentidos, y entre las de la misma especie unas son anteriores y posteriores respecto de otras: por ejemplo, el médico y el hombre de arte son causa de la salud, y de la octava lo son el doble y el número, y las que abarcan a cualquier otra lo son siempre de los efectos particulares <de ésta>.

Además, están la causa accidental y sus géneros.

35Por ejemplo, de la estatua es causa, en un sentido, Policleto y lo es, pero en otro sentido, el escultor, ya que accidentalmente coincide que 1014aPolicleto es el escultor. Y causas son también las que abarcan a la accidental, por ejemplo, de la estatua es causa el hombre y también, genéricamente, el animal, puesto que Policleto es hombre y el hombre es animal. Por lo demás, entre las causas accidentales las hay más lejanas 5y más próximas unas que otras, por ejemplo, si se consideran causas de la estatua el blanco y el músico, y no solamente Policleto o el hombre.

Todas las causas —además de decirse tales bien en sentido propio bien accidentalmente— se dicen tales, ya porque lo son en potencia, ya porque están actuando, por ejemplo, se dice que es causa de la edificación, ya un constructor, ya un constructor que está edificando.

10Del mismo modo cabe también hablar acerca de los efectos de que las causas son causas: cabe decir de algo, por ejemplo, que es la causa de esta estatua determinada, o bien que lo es de una estatua, o, genéricamente, que lo es de una escultura; igualmente, que es la causa de este bronce determinado, o bien que lo es de un bronce o, genéricamente, que lo es de la materia. Y lo mismo tratándose de las causas accidentales.

Además, cabe combinar las unas y las otras al referirse a ellas, por ejemplo, hablar no de Policleto o del escultor, sino del escultor Policleto. Pero, en cualquier caso, todas estas causas —si bien cada una de 15ellas se dice tal, a su vez, en dos sentidos— son seis en número: como particular, como género, como accidente, como género del accidente, formuladas en combinación o formuladas cada una simplemente; y de todas ellas, a su vez, en tanto que están actuando o en potencia. Difieren entre sí, por lo demás, en esto: que las causas particulares y las 20que están actuando existen y dejan de existir al mismo tiempo que los efectos de que son causas —por ejemplo, este que está curando y este que está siendo curado por él; este constructor que está edificando y este edificio que está siendo edificado por él—, mientras que <tratándose de causas> en potencia no siempre es así. En efecto, la casa y el 25constructor no desaparecen al mismo tiempo.

CAPÍTULO TERCERO

<ELEMENTO>

Se llama «elemento»[8]

<1> lo primero de-lo-cual algo se compone, siendo aquello inmanente <en esto> y no pudiendo descomponerse, a su vez, específicamente en otra especie distinta. Así, son elementos de la voz aquellos de que la voz se compone y en que se descompone últimamente, mientras que ellos no pueden descomponerse en otras voces específicamente distintas, sino que, en caso de descomponerse, las partes resultantes serán de la 30misma especie: por ejemplo, es agua una parte de agua, pero una de la sílaba no <es sílaba>. De igual modo explican también los elementos de los cuerpos quienes denominan tales a los componentes últimos en que se descomponen los cuerpos sin que aquéllos puedan, a su vez, descomponerse en otros de distinta especie. Y sean una o muchas tales cosas, las denominan elementos.

<2> De modo semejante se dice también que son elementos los de las demostraciones geométricas y, en general, los de las demostraciones: 35en efecto, las demostraciones primeras y que están contenidas en 1014bmúltiples demostraciones se dice que son elementos de las demostraciones: tales son, por lo demás, los silogismos primeros[9] que constan de los tres términos y proceden por uno medio.

<3> También, a partir de esto y por desplazamiento del significado, llaman elemento a aquello que, siendo uno y pequeño, se aplica a muchas cosas, y de ahí que lo que es pequeño y simple e indivisible 5se denomine elemento. De donde resulta que las cosas máximamente universales son elementos, ya que cada una de ellas, siendo una y simple, es inmanente en muchas cosas, en todas o la mayoría; y de ahí resulta también la opinión[10] de que la unidad y el punto son principios. 10Y puesto que los llamados géneros son universales e indivisibles (de ellos no hay, en efecto, definición), algunos dicen que los géneros son elementos, y que lo son en mayor grado que la diferencia, puesto que el género es más universal que ésta: efectivamente, en aquello en que se da la diferencia se da también el género con ella, mientras que en aquello en que se da el género no se da la diferencia en todos los casos.

Por lo demás, lo común a todas estas acepciones consiste en que 15elemento de cada cosa es lo primero que es inmanente en cada cosa.

CAPÍTULO CUARTO

<NATURALEZA>

Se llama «naturaleza»,[11]

<1> en un sentido, la generación de las cosas que crecen (si se pronuncia la «y» alargándola),[12]

<2> y en otro sentido, lo primero a partir de lo cual comienza a crecer lo que crece, siendo aquello inmanente <en esto>;

<3> Además, aquello-de-donde se origina primeramente el movimiento que se da en cada una de las cosas que son por naturaleza y que corresponde a cada una de éstas en tanto que es tal. Se dice, por lo demás, que crece todo aquello que aumenta de tamaño gracias a otra cosa, bien 20por contacto y por unificación orgánica, bien por desarrollo, como los embriones. La unificación orgánica difiere, en todo caso, del mero contacto: en efecto, en el caso de éste no es necesaria ninguna otra cosa aparte del contacto, mientras que en el caso de los componentes de una unidad orgánica hay algo —uno y lo mismo en ambos <componentes>— que hace que se unan orgánicamente en vez de estar meramente en contacto, y que constituyan una sola cosa según la continuidad 25y la cantidad, pero no según la cualidad.

<4> Además, se llama «naturaleza» lo primero de lo cual es o se genera cualquiera de las cosas que son por naturaleza, siendo aquello algo informe e incapaz de cambiar de su propia potencia:[13] por ejemplo, el bronce se dice que es la naturaleza de la estatua y de los utensilios de bronce, y la 30madera de los de madera. Y del mismo modo en los demás casos. De ellos, en efecto, está constituida cada cosa, conservándose la materia. Y es que de esta misma manera llaman también naturaleza a los elementos de las cosas que son por naturaleza: unos dicen que el fuego, otros que la tierra, otros que el aire, otros que el agua, otros que algún otro elemento semejante, unos que alguno de ellos, y otros, en fin, que todos ellos.

<5> Además, y en otro sentido, se dice que la naturaleza es la entidad 35de las cosas que son por naturaleza: así, por ejemplo, los que dicen que la naturaleza es la composición primera de las cosas o, como dice Empédocles,

1015ano hay ninguna naturaleza de las cosas que son,

sino solamente mezcla y separación de lo mezclado,

si bien a esto lo llaman «naturaleza» los hombres.[14]

Por ello, al referirnos a cuantas cosas son o se generan por naturaleza, 5no decimos que poseen la naturaleza correspondiente hasta que no poseen ya la forma y la configuración, aun cuando exista ya aquello de lo cual por naturaleza son o se generan. Y es que, ciertamente, el compuesto de lo uno y lo otro[15] es «por naturaleza» —por ejemplo, los animales y sus partes—, mientras que «naturaleza» son la materia primera (ésta se entiende de dos maneras, o primera respecto de la cosa, o primera en general: así y en el caso de las cosas de bronce, el bronce es primero respecto de ellas, pero en general lo sería el agua, 10suponiendo que todo lo que se derrite es agua) y también la entidad, es decir, la forma. Ésta es, a su vez, el fin de la generación.[16] <6> A causa de esta <acepción>, y por ampliación ya del significado, y en general, se llama naturaleza a toda entidad, puesto que la naturaleza es cierto tipo de entidad.

De lo dicho resulta que la naturaleza, primariamente y en el sentido fundamental de la palabra, es la entidad de aquellas cosas que poseen 15el principio del movimiento en sí mismas por sí mismas. En efecto, la materia se denomina naturaleza porque es capaz de recibir aquélla, y las generaciones y el crecimiento porque son movimientos que se originan de ella. Y ella es el principio del movimiento de las cosas que son por naturaleza,[17] y, en cierto sentido, es inmanente en éstas, bien en potencia, bien en estado de plena actualización.

CAPÍTULO QUINTO

<NECESARIO>[18]

20Se llama «necesario»

<1> aquello sin lo cual, por ser concausa, no se puede vivir (por ejemplo, la respiración y la alimentación son necesarias para el animal, ya que sin ellas es imposible que exista),

<2> y también aquellas cosas sin las cuales el bien no puede existir o producirse, o el mal no puede suprimirse o desaparecer (por ejemplo, el beberse la medicina es necesario para no estar enfermo, y el viajar a Egina para cobrar el dinero).

<3> Además, lo impuesto violentamente y la violencia. Esto, a su vez, 25es lo que obstaculiza, o impide, en contra de la inclinación y de la elección: en efecto, lo impuesto violentamente se denomina «necesario» y, por ello, también «doloroso» (como dice también Eveno:[19] «todo lo necesario es por naturaleza penoso»), y la violencia constituye un cierto tipo de necesidad (como dice también Sófocles: «la violencia me fuerza 30a actuar necesariamente así»),[20] y la necesidad parece ser algo que no se deja persuadir, y con razón, ya que es lo contrario del movimiento que se ejecuta conforme a la elección y al razonamiento.

<4> Además, lo que no puede ser de otro modo que como es, decimos que es necesario que sea así. Y ciertamente, todas las demás cosas se denominan necesarias, de un modo u otro, en virtud de este significado de «necesario». En efecto, de lo impuesto violentamente se dice que 35es necesario hacerlo o padecerlo cuando, a causa de la violencia ejercida, 1015bno se puede seguir la inclinación propia, como que la necesidad es precisamente aquello por lo cual no se puede actuar de otro modo. E igualmente en el caso de las concausas del vivir y de lo bueno: y es que cuando el bien en unos casos, y en otros casos la vida y la existencia, no son posibles sin ciertas cosas, estas cosas son necesarias, y esta 5causa constituye un cierto tipo de necesidad.

<5> También la demostración es de las cosas necesarias, ya que <lo demostrado>, si se ha demostrado estrictamente, no puede ser de otro modo. Y la causa de ello son las premisas primeras, si las cosas de que parte el silogismo no pueden ser de otro modo <que como son>.

En algunos casos la causa de que ciertas cosas sean necesarias es algo distinto <de ellas mismas>, pero en otros casos no es así, sino que son 10ellas la causa de que otras cosas sean por necesidad. Por consiguiente, lo necesario en el sentido primero y fundamental de la palabra es lo simple: esto, en efecto, no puede tener más que un modo de ser y, por tanto, no puede ser de este otro modo y de aquel otro modo, puesto que, en tal supuesto, tendría más de un modo de ser. Así pues, si existen realidades 15eternas e inmóviles, nada hay en ellas de violento o antinatural.

CAPÍTULO SEXTO

<UNO, UNIDAD>[21]

Se dice de algo que es «uno» ya accidentalmente, ya por sí.

<1> Accidentalmente,[22] por ejemplo, «Corisco» y «músico», y «Corisco músico» (lo mismo da, en efecto, decir «Corisco» y «músico» que «Corisco músico»), y también «músico» y «justo», y también «Corisco 20músico justo». Y es que todas estas cosas se dice que son uno accidentalmente: «justo» y «músico» porque sucede accidentalmente que se dan en cierta entidad que es una; «músico» y «Corisco» porque sucede accidentalmente que aquello se da en éste; e igualmente también «el músico Corisco» es uno con Corisco en cierto modo: porque una de las partes del enunciado —«músico»— sucede accidentalmente que se da 25en la otra, «Corisco»; y también «el músico Corisco» es uno con «el justo Corisco», porque una parte de cada enunciado sucede accidentalmente que se da en el mismo sujeto, y éste es uno. Y lo mismo si el accidente se afirma del género, o bien de algún nombre universal, por ejemplo, si se dice que «hombre» y «hombre músico» son lo mismo: en efecto, <se dice que lo son>, bien porque «músico» sucede accidentalmente 30que se da en el «hombre», el cual es una entidad, bien porque lo uno y lo otro sucede que se dan accidentalmente en un individuo, en este caso Corisco, sólo que los dos no se dan en él del mismo modo, sino que lo uno se da como género, como algo intrínseco a la entidad, mientras que lo otro se da como estado o afección de la entidad. Así 35pues, todo lo que se dice que es accidentalmente uno, se dice de este modo.

<2> De las cosas que se dice que son uno por sí mismas, <a> algunas 1016ase dice que lo son porque son continuas, como el haz de leña atado y los maderos pegados con cola. También una línea, si es continua, se dice que es una, aunque esté doblada, al igual que cada una de las partes [del cuerpo], por ejemplo, una pierna o un brazo. Por lo demás, de entre estas cosas, las que son continuas por naturaleza poseen un grado mayor de unidad que las que lo son por obra del arte. A su vez, se llama continuo aquello a lo que, por sí, le corresponde un movimiento que 5es uno y que no puede ser sino tal. Y el movimiento es uno si es indivisible, y es indivisible según el tiempo. Y por sí mismo es continuo todo aquello que es uno no por mero contacto: en efecto, si se colocan maderos en contacto unos con otros, nadie dirá que se trata de algo uno —un madero o un cuerpo o una cosa continua. Las cosas que son totalmente continuas se dice que son uno aun cuando estén dobladas, y en mayor medida si no están dobladas: así, la tibia o el muslo en 10mayor medida que la pierna, ya que el movimiento de la pierna puede no ser uno. Y la línea recta es una en mayor medida que la que está doblada: efectivamente, de la que está doblada y forma un ángulo decimos que es una y que no es una, ya que su movimiento puede darse 15no conjuntamente o conjuntamente, mientras que el de la recta se da siempre conjuntamente, y ninguna parte suya que tenga magnitud está en reposo mientras otra está en movimiento, al contrario de lo que ocurre con la línea doblada.

<b> Además y en otro sentido se dice que son uno aquellas cosas cuyo sujeto material no es específicamente diferente. Y no difiere cuando su forma específica no puede ser distinguida por la percepción sensible, ya se trate del sujeto que es primero, ya del que es último 20respecto del fin: en efecto, del vino se dice que es uno y también del agua, en tanto que no pueden distinguirse según la forma específica, y también se dice de todos los líquidos (como el aceite, el vino) y de todos los cuerpos que se derriten que son uno porque el sustrato último de todos ellos es el mismo; en efecto, todas estas cosas son agua o aire.

<c> Se dice también que son uno aquellas cosas cuyo género es uno, aunque se diferencie por medio de diferencias opuestas. Y se dice que 25son uno todas estas cosas porque uno es el género que constituye el sujeto de las diferencias (por ejemplo, uno son el caballo, el hombre y el perro puesto que todos ellos son animales), en un sentido muy próximo a como la materia es una. A veces se dice de esta manera que tales cosas son una, pero otras veces se dice que el género superior es el mismo, y cuando se trata de las especies últimas del género, se dice 30del que está sobre ellas: así, el isósceles y el equilátero son una y la misma figura porque ambos son triángulos, si bien no son los mismos triángulos.

<d> Además, se dice que son uno todas aquellas cosas cuya definición —el enunciado que expresa su esencia— es indivisible de cualquier otro enunciado que exprese la cosa (pues todo enunciado, por sí, es 35divisible):[23] en este sentido, efectivamente, «lo que ha crecido» y «lo que mengua» son uno, puesto que una es su definición, al igual que la definición de la especie es una en el caso de las superficies. Y en general, aquellas cosas cuya aprehensión intelectual —la que aprehende 1016bsu esencia— es indivisible, sin que <la aprehensión intelectual> pueda separarlas ni en cuanto al tiempo ni en cuanto al lugar ni en cuanto a la noción, en tales cosas se da la unidad de manera prominente, y de ellas en las que son entidades. Y es que, de modo universal, se dice que son uno todas aquellas cosas que son indivisibles, en tanto que son indivisibles: 5y así, si son indivisibles en tanto que son «hombre», son «un» hombre, y si lo son en tanto que «animal», son «un» animal, y si lo son en tanto que «magnitud», son «una» magnitud.

Ciertamente, la mayoría de las cosas se dice que poseen unidad por hacer o tener o padecer o relacionarse con otra cosa que es una; en su sentido primero, por el contrario, se dice que son «una» aquellas cosas cuya entidad es una, una por continuidad, por especie o por definición; 10y es que, efectivamente, contabilizamos como múltiples a aquellas que no son continuas, o bien cuya esencia no es una, o cuya definición no es una.

Además, en cierto sentido decimos de cualquier cosa que es una si, poseyendo cantidad, es continua,[24] pero en cierto sentido no decimos que lo es, a no ser que constituya un todo, es decir, a no ser que posea la unidad de la forma: por ejemplo, al ver las partes de un zapato puestas juntas de cualquier manera no diríamos que constituyen una unidad, 15excepto en el sentido de que son continuas, pero sí <que lo diríamos> si estuvieran juntas de modo que compusieran un zapato, es decir, poseyeran ya cierta forma una. Y de ahí que de las líneas, la circunferencia sea una de modo prominente puesto que es entera y completa.

«Ser uno» consiste en «ser principio de número».[25] En efecto, la medida primera es principio, ya que lo primero mediante lo cual conocemos 20cada género es su medida primera. Conque la unidad es el principio de lo cognoscible en cada género. Ahora bien, la unidad no es la misma en el caso de todos los géneros: en un caso es el intervalo más pequeño, en otro caso la vocal o la consonante, otra es la unidad del peso y otra la del movimiento. En todos los casos, a su vez, la unidad es lo indivisible en cantidad o en especie. Y lo indivisible en cuanto a la cantidad se llama: «mónada» si lo es totalmente y carece de posición, «punto» si 25lo es totalmente y tiene posición, «línea» si es divisible en una dimensión, «superficie» si lo es en dos dimensiones, y «cuerpo» si es divisible en todas —las tres— dimensiones; e invirtiendo el orden, lo divisible en dos dimensiones es «superficie», «línea» lo divisible en una dimensión, «punto» y «mónada» lo que no es divisible en absoluto en cuanto a la cantidad: mónada si no tiene posición, y punto si tiene posición.30

En fin, ciertas cosas son uno numéricamente, otras específicamente, otras genéricamente y otras por analogía:[26] numéricamente lo son aquellas cosas cuya materia es una, específicamente aquellas cuya definición es una, genéricamente aquellas cuya figura de la predicación es la misma[27] y, en fin, por analogía las que guardan entre sí la misma proporción que guardan entre sí otras dos. Por otra parte, las modalidades 35posteriores acompañan siempre a las anteriores:[28] así, las cosas que son uno numéricamente lo son también específicamente, pero no todas las que lo son específicamente lo son también numéricamente; a su vez, todas las que lo son específicamente lo son también genéricamente, 1017apero no todas las que lo son genéricamente lo son además específicamente, aunque sí que lo son por analogía; por su parte, no todas las que lo son por analogía lo son también genéricamente.

Resulta también evidente que lo MÚLTIPLE se dirá tal por oposición a los sentidos de «uno», ciertas cosas porque no son continuas, otras porque su materia —la primera o la última— es específicamente divisible, 5otras, en fin, porque sus definiciones —los enunciados que expresan su esencia— son más de una.

CAPÍTULO SÉPTIMO

<LO QUE ES>[29]

«Lo que es» se dice tal ya accidentalmente ya por sí mismo.

<1> Decimos, por ejemplo, que accidentalmente el justo es músico, 10el hombre es músico y el músico es hombre; y del mismo modo que decimos que el músico construye una casa porque sucede accidentalmente al constructor que es músico, o al músico que es constructor (en efecto, «esto es tal cosa» significa aquí que tal cosa le sucede accidentalmente a esto), también hablamos en este sentido en el caso de los ejemplos aducidos: pues cuando decimos que el hombre es músico y que el 15músico es hombre, o que el blanco es músico o que éste es blanco, en el último caso lo decimos porque ambas cosas sucede accidentalmente que se dan en el mismo sujeto; y que el músico es hombre, por su parte, porque «músico» sucede que se da accidentalmente en éste. (Y en este sentido se dice también que lo no-blanco es: porque es aquello a lo cual esto le sucede accidentalmente.) Así pues, las cosas que se dice 20que son accidentalmente, se dice que son por las razones siguientes: o bien porque ambas determinaciones se dan en la misma cosa y ésta es, o bien porque aquello se da en algo que es, o bien porque es aquello en lo cual se da la determinación de que aquello se predica.[30]

<2> Por otra parte, se dice que son por sí mismas todas las cosas significadas por las distintas figuras de la predicación:[31] en efecto, cuantas son las maneras en que ésta se expresa, tantas son las significaciones de «ser». Ahora bien, puesto que, de los predicados, unos significan 25qué-es, otros una cualidad, otros una cantidad, otros alguna relación, otros un hacer o un padecer, otros dónde y otros cuándo, «ser» significa lo mismo que cada uno de ellos. Y es que no hay diferencia alguna entre «un hombre es(tá) convaleciendo» y «un hombre convalece»,[32] ni entre «un hombre es(tá) paseando o talando» y «un hombre pasea o 30tala». Y lo mismo también en caso de los demás predicados.

<3> Además, «ser» y «es» significan que algo es verdadero, y «no ser» que no es verdadero, sino falso, lo mismo en la afirmación que en la negación. Así, que Sócrates es músico significa que tal cosa es verdad, o bien, que Sócrates es no-blanco, que <tal cosa> es verdad; por el contrario, que la diagonal no es conmensurable <significa> que es falso <que lo sea>.

<4> Además y respecto de estos sentidos enumerados, «ser» y «lo que 35es» significan tanto lo que se dice que es en potencia como lo que se dice que es ya plenamente realizado: efectivamente, tanto del que puede ver 1017bcomo del que está viendo decimos que es alguien que ve, y del mismo <decimos> que conoce tanto el que puede utilizar su conocimiento como el que lo está utilizando, y que es tranquilo tanto aquel que está 5ya tranquilo como el que es capaz de tranquilizarse. Y lo mismo en el caso de las entidades: también, desde luego, decimos que en la piedra es(tá) la estatua de Hermes, y que <en la línea> es(tá) la semilínea, y que es trigo lo no madurado aún.

En otro lugar habrá de definirse cuándo algo es potencialmente y cuándo no lo es aún.[33]

CAPÍTULO OCTAVO

<ENTIDAD>

10Se llaman «entidad»[34]

<1> los cuerpos simples —por ejemplo, la tierra, el fuego, el agua y cuantos son tales— y, en general, los cuerpos y sus compuestos, animales y divinidades,[35] así como sus partes. Todas estas cosas se dice que son entidad porque no se predican de un sujeto; al contrario, las demás cosas <se predican> de ellos.

15<2> En otro sentido, lo que es causa inmanente del ser de aquellas cosas que no se predican de un sujeto: así, el alma para el animal.

<3> Además, las partes inmanentes de tales cosas, si las delimitan y expresan algo determinado, y si su eliminación acarrea la eliminación del todo: así, como dicen algunos, la <eliminación> de la superficie <acarrea> 20la del cuerpo y la de la línea <acarrea> la de la superficie; y el número, en general, es tal según el parecer de algunos[36] (puesto que define todas las cosas y si se eliminara, nada quedaría).

<4> Además, la esencia, cuyo enunciado es definición, también ella se dice que es la entidad de cada cosa.

Sucede, por demás, que la entidad se denomina tal en dos sentidos: de una parte, el sujeto último que ya no se predica de otra cosa; de otra 25parte, lo que siendo algo determinado es también capaz de existencia separada.[37] Y tal es la conformación, es decir, la forma específica de cada cosa.

CAPÍTULO NOVENO

<LO MISMO, DIVERSO, SEMEJANTE, DESEMEJANTE>[38]

Ciertas cosas se dice que son «lo mismo»

<1> accidentalmente, por ejemplo, «blanco» y «músico» porque sucede accidentalmente que se dan en lo mismo, y «hombre» y «músico» porque lo uno sucede accidentalmente que se da en lo otro, y decimos «el músico es hombre» porque sucede accidentalmente que se da en el 30hombre. Lo así expresado se identifica con cada uno de sus dos términos y cada uno de éstos con ellos: en efecto, tanto el hombre como el músico se dice que son el mismo que «el hombre músico», y que éste es el mismo que aquéllos. (Y de ahí que ninguna de estas cosas se predique universalmente. No es, en efecto, verdadero afirmar que «todos los hombres» son lo mismo que «músico», ya que las determinaciones que 35se predican universalmente pertenecen por sí mismas <a sus sujetos>, mientras que las accidentales no les pertenecen por sí mismas, por más que se prediquen de los individuos sin matización alguna al respecto. 1018aSócrates y Sócrates-músico parece, en efecto, que son lo mismo; pero «Sócrates» no se dice de una pluralidad de individuos, y de ahí que no se diga «todos los Sócrates» como se dice «todos los hombres».)

<2> Ciertas cosas se dice, pues, que son lo mismo de esta manera, mientras que otras se dice que lo son por sí, y esto en todos los mismos 5sentidos en que se dice «uno»: en efecto, se dice que son lo mismo aquellas cosas cuya materia es una, ya específica ya numéricamente, y aquellas cosas cuya entidad es una, de modo que es evidente que la mismidad consiste en cierta unidad del ser, bien de una pluralidad, bien de algo considerado como una pluralidad: así, cuando se dice de algo que es lo mismo que ello mismo, se considera como si fuera dos cosas. Se dice que son diversas, por el contrario, aquellas cosas cuya especie o materia o definición de la entidad es más de una. Y, en general, «diverso» 10se dice por oposición a lo «mismo».

Se dice que son «diferentes» aquellas cosas que son diversas, pero siendo lo mismo en algún aspecto,[39] sólo que no numéricamente, sino según la especie o según el género o por analogía. Además, aquellas cuyo género es diverso, y también los contrarios, y también cuantas cosas comportan la diversidad en su entidad.

15«Semejantes» se dice que son aquellas cosas cuyas afecciones son, en su totalidad, las mismas, y también si las afecciones que son las mismas son más que las que son diversas, y aquellas cosas cuya cualidad es una; y una cosa es semejante a otra si tiene la mayoría —o bien los más importantes— de los contrarios por los cuales ésta puede ser alterada.[40]

Lo «desemejante» se dice tal, a su vez, por oposición a lo semejante.

CAPÍTULO DÉCIMO

<OPUESTOS. CONTRARIOS. DIVERSOS EN CUANTO A LA ESPECIE>[41]

20<1> Se llaman «opuestos» la contradicción, los contrarios, los relativos, la privación y la posesión, y los extremos desde los cuales y hasta los cuales tienen lugar las generaciones y las destrucciones.[42] También aquellas cosas que no pueden estar a la vez presentes en el sujeto capaz de recibirlas se dice que son opuestas, ellas mismas o bien los elementos de que se componen: en efecto, el gris y el blanco no se dan a la vez en lo mismo, luego son opuestos los elementos de que derivan.

25<2> Se llaman «contrarios»:[43] <a> aquellas cosas que, siendo diferentes en cuanto al género, no pueden estar presentes a la vez en lo mismo; <b> también las que, perteneciendo al mismo género, difieren en grado sumo, <c> y las que, dándose en el mismo sujeto receptor, difieren en grado sumo, <d> y las que, cayendo bajo la misma potencia, difieren en grado sumo, <e> aquellas cuya diferencia es máxima, bien 30absolutamente, bien en cuanto al género, bien en cuanto a la especie.

Las demás cosas se dice que son contrarias, unas porque tienen tales contrarios, otras porque son sujetos receptores de los mismos, otras porque son capaces de producirlos o de ser afectadas por ellos, o porque los producen o son afectadas por ellos, o porque son pérdidas o adquisiciones, o bien, posesiones o privaciones de ellos.

Y puesto que «uno» y «lo que es» se dicen en muchos sentidos, otro tanto 35tiene que ocurrir también necesariamente en el caso de todas las nociones que se dicen según los significados de aquéllos, de modo que «mismo», «diverso» y «contrario» serán diversos respecto de cada categoría.

<3> «Diversas en cuanto a la especie»[44] se dice que son <a> todas aquellas cosas que, siendo del mismo género, no están subordinadas entre sí; <b> y también aquellas que, dándose en el mismo género, tienen 1018balguna diferencia; <c> y también aquellas que comportan contrariedad en su entidad. <d> Diversos entre sí en cuanto a la especie son también los contrarios, todos o los que se denominan tales en sentido 5primario, <e> y todas aquellas cosas que tienen definiciones diversas en la especie última del género (por ejemplo, «hombre» y «caballo» son indivisibles en cuanto al género, pero sus definiciones son diversas), <f> y todas aquellas cosas que, dándose en la misma entidad, tienen alguna diferencia. Por su parte, las cosas que se oponen a éstas son de la misma especie.

CAPÍTULO UNDÉCIMO

<ANTERIOR Y POSTERIOR>[45]

Se denominan «anteriores» y «posteriores»

<1> ciertas cosas porque, supuesto que en cada género hay algo que es primero y es principio, se hallan más cerca de algún principio fijado 10ya absolutamente y por naturaleza, ya relativamente, ya en algún lugar, ya por algunos. Así,

<a> algunas cosas se dice que son anteriores en cuanto al lugar por hallarse más cerca, bien de algún lugar establecido por naturaleza (por ejemplo, del centro o del extremo), bien respecto de un lugar cualquiera, mientras que lo que se halla más lejos se dice que es posterior;

<b> otras cosas <se dice que son anteriores> en cuanto al tiempo (unas 15por estar más lejos del tiempo presente, como cuando se trata del pasado: la guerra de Troya es ciertamente anterior a las guerras médicas porque está más alejada del tiempo presente; otras, por el contrario, por estar más cerca del momento presente, como cuando se trata de los acontecimientos futuros: los juegos de Nemea son «antes» que los de Pitia porque están más próximos al momento presente, en cuyo caso tomamos al presente como principio y como lo primero);

<c> otras cosas <se dice que son anteriores> en cuanto al movimiento. 20(Anterior es, en efecto, lo que está más cerca de lo que ha iniciado primero el movimiento: así, el niño es «antes» que el adulto. También eso es un principio, hablando absolutamente);

<d> otras cosas <se dice que son anteriores> en cuanto a la potencia (pues anterior es lo que descuella en cuanto a su potencia, es decir, lo más potente. Y tal es aquello de cuya voluntad se sigue necesariamente 25otra cosa que es posterior, de modo que si aquélla no la mueve, ésta no se mueve, y si la mueve, se mueve. La voluntad es principio);

<e> otras cosas <se dice que son anteriores> en cuanto al orden (y éste es el caso de todas aquellas que están colocadas, conforme a alguna regla, en relación con algo único y determinado, por ejemplo, el danzante que está junto al corifeo es anterior al que está en tercer lugar, y la cuerda penúltima es anterior a la última: y es que en un caso se toma como principio al corifeo, y en el otro caso a la cuerda de en medio).

<2> En este sentido se dice que estas cosas son anteriores mientras 30que, en otro sentido, lo que es anterior en cuanto al conocimiento se considera, además, anterior absolutamente, en cuyo caso son diversas las cosas que son anteriores según la noción y las que lo son según la sensación. Y es que según la noción los universales son anteriores, mientras que los individuos lo son según la sensación; y según la noción el accidente es anterior al todo,[46] por ejemplo «músico» es anterior 35a «hombre-músico», puesto que el todo de la noción no puede darse sin la parte, por más que no pueda haber músico si no hay alguien que sea músico.

<3> Además, se dice que son anteriores las propiedades de las cosas que, a su vez, son anteriores, por ejemplo, la rectitud es anterior a la lisura, dado que la primera es una propiedad de la recta por sí misma, mientras que la segunda lo es de la superficie.1019a

<4> Algunas cosas se dice que son anteriores y posteriores en este sentido, y otras que lo son según la naturaleza y la entidad: así, todas las cosas que pueden existir sin otras, pero no éstas sin ellas, distinción esta que utilizaba Platón.[47] (Y puesto que «ser» se dice en muchos sentidos, tenemos, en primer lugar, que el sujeto es anterior y, por tanto, la entidad es anterior, y en segundo lugar, que «anterior» y «posterior» 5se dicen de distinta manera según la potencia y según el estado de actualización: en efecto, ciertas cosas son anteriores según la potencia y otras según el estado de actualización. Así, según la potencia, la semilínea es anterior a la <línea> entera, y la parte al todo, y la materia a la entidad, mientras que atendiendo al estado de actualización son posteriores, puesto que alcanzan este estado de actualización cuando 10el compuesto está disgregado.) Y en cierto modo todas las cosas que se dice que son «antes y después» se dice que son tales según estos significados: y es que ciertas cosas pueden existir sin las demás en el momento de la generación —por ejemplo, el todo sin las partes— y otras, a su vez, en el momento de la destrucción, por ejemplo, la parte sin el todo. Y de modo semejante en los demás casos.

CAPÍTULO DUODÉCIMO

<POTENCIA O CAPACIDAD, IMPOTENCIA O INCAPACIDAD>[48]

<1> Se llama «potencia» o «capacidad»

<a> el principio del movimiento o del cambio que se da en otro, o 15bien <en lo mismo que es cambiado, pero> en tanto que otro: por ejemplo, el arte de edificar es una potencia que no se da en lo que es edificado, mientras que el arte de curar, siendo potencia, puede darse en el que es curado, pero no en tanto que es curado.[49] En general, pues, se llama potencia o capacidad: de una parte, el principio del cambio o del movimiento que se da en otro, o bien <en lo mismo que es cambiado>, pero en tanto que otro; de otra parte, <el principio según el cual algo es 20cambiado o movido> por la acción de otro, o bien <de ello mismo, pero> en tanto que otro (en efecto, de lo que padece decimos que es «capaz de» padecer en virtud de aquel principio según el cual padece alguna afección, bien se trate de una afección cualquiera, bien se trate no de cualquier afección, sino para mejor).

<b> Además, la capacidad de realizar algo perfectamente, o según la propia intención. A veces decimos, desde luego, que no son capaces de hablar o de andar quienes meramente hablan o andan sin hacerlo perfectamente 25o como querrían. Y de modo semejante en el caso del padecer.

<c> Se llaman, además, potencias todas aquellas cualidades poseídas por las cosas en cuya virtud éstas son totalmente impasibles o inmutables, o no se dejan cambiar fácilmente para peor. Y es que las cosas se rompen, se 30quiebran, se doblan y, en general, se destruyen, no por su potencia, sino por su impotencia y porque les falta algo. Por el contrario, son impasibles aquellas cosas que padecen difícilmente, o apenas, en virtud de su potencia, en virtud de que son potentes y poseen ciertas cualidades.

<2> Puesto que «potencia» o «capacidad» se dicen en todos estos sentidos, «potente» o «capaz» se dirá:

<a> en un sentido, de lo que posee un principio del movimiento o del cambio que se da en otro, o bien <en lo mismo que es cambiado, pero> en tanto 35que otro (también lo que es capaz de producir el reposo es algo potente);

1019b<b> en otro sentido, si hay otra cosa que posea una potencia tal sobre ello;

<c> en otro sentido, si tiene la capacidad de cambiar de cualquier modo que sea, para peor o para mejor (también, desde luego, lo que se corrompe parece que es «capaz de» corromperse: no se corrompería si fuera incapaz de ello, pero tiene una cierta disposición, causa y principio 5de tal afección. Y parece que algo es capaz, a veces por poseer algo y a veces por estar privado de algo. Por tanto, si la privación es en cierto modo una posesión, todas las cosas serán tales por poseer algo, y si no, por homonimia.[50] Conque una cosa es capaz por tener cierta posesión o principio, y también por tener la privación del mismo, si es que es posible «tener» una privación);10

<d> en otro sentido, porque otra cosa, o <ella misma> en tanto que otra, no posee la potencia o el principio de su destrucción.

Y todas estas cosas se dice <que son capaces>, bien solamente porque cabe que se produzcan o no se produzcan, bien porque cabe que se produzcan perfectamente. Y, desde luego, este último tipo de potencia se da también en las cosas inanimadas, por ejemplo, en los instrumentos: se dice, en efecto, que tal lira es capaz de sonar, pero tal 15otra no, cuando no suena bien.

<3> «Impotencia» o «incapacidad» es la privación de potencia —es decir, del principio cuya naturaleza hemos explicado— que tiene lugar bien de un modo total, bien en aquello a que naturalmente corresponde poseerla ya: en efecto, nadie diría que un niño, un varón adulto y un eunuco son impotentes del mismo modo para engendrar. Además, hay un tipo de impotencia que se opone a cada uno de los dos tipos de potencia, es decir, a la que es capaz simplemente de mover, y 20a la que es capaz de mover perfectamente.

<4> Unas cosas se dice que son «impotentes» según este tipo de impotencia y otras que lo son en otro sentido. Éste es el caso de lo «posible» y lo «imposible»:[51] imposible es aquello cuyo contrario es necesariamente verdadero (así, es imposible que la diagonal sea conmensurable; y puesto que es falso aquello cuyo contrario es no simplemente 25verdadero, sino necesariamente verdadero, que la diagonal es inconmensurable es no simplemente falso, sino necesariamente falso); lo contrario de esto, lo posible, se da, a su vez, cuando no es necesario que su contrario sea falso, por ejemplo, es posible que un hombre esté sentado, dado que no es necesariamente falso que no está sentado. 30Ciertamente, «posible» significa en un sentido, como queda establecido, lo que no es necesariamente falso, en otro sentido lo que es verdadero, y en otro sentido lo que puede ser verdadero.

Por un desplazamiento del significado se llama potencia, a su vez, la que se estudia en la geometría.

Ciertamente, todos estos tipos de «posibles» no se dicen tales por 35respecto a la potencia o capacidad. Por su parte, las cosas que se dicen potentes o capaces por respecto a la potencia o capacidad, se dicen tales por relación a la potencia en su sentido primero que es: el principio 1020adel cambio que se da en otro, o bien <en lo mismo que es cambiado, pero> en tanto que otro. Y es que las demás cosas se dice que son potentes o capaces, las unas porque otra cosa posee una potencia tal respecto de ellas, las otras porque no la posee, las otras porque la posee de tal modo determinado. Y de modo semejante en el caso de lo impotente o incapaz.

Así pues, la definición principal de la potencia, en su sentido primario, 5será: principio productor de cambio en otro, o <en ello mismo, pero>en tanto que otro.

CAPÍTULO DÉCIMOTERCERO

<CANTIDAD. LO QUE POSEE CANTIDAD>[52]

Se dice que posee «cantidad»

lo que es divisible en partes internas, cada una de las cuales —sean dos o más de dos— son por naturaleza algo uno, y algo determinado. Una pluralidad es una cantidad si es numerable, y también lo es una 10magnitud si es mensurable. Se llama «pluralidad» lo potencialmente divisible en partes discontinuas, y «magnitud» lo divisible en partes continuas. A su vez, la magnitud que es continua en una dimensión es longitud, la que lo es en dos es latitud, y la que lo es en tres es profundidad. De éstas, la pluralidad limitada es número, la longitud es línea, la latitud es superficie y la profundidad es cuerpo.

15Además, ciertas cosas se dice que poseen cantidad por sí, y otras que la poseen accidentalmente: así, la línea posee cierta cantidad por sí, mientras que el músico la posee accidentalmente.

De las cosas que poseen por sí cantidad, unas la poseen en virtud de su entidad —así posee cantidad la línea (en efecto, «que posee cierta cantidad» entra en el enunciado que expresa qué es)— y otras 20son afecciones y posesiones de tal tipo de entidad, como es el caso de «mucho-poco», «largo-corto», «ancho-estrecho», «alto-bajo», «pesadoligero» y las demás afecciones de este tipo. Además, «grande-pequeño», «mayor-menor» (tanto si se consideran en sí como si se consideran relativamente) son afecciones por sí de la cantidad, si bien tales nombres 25se transfieren también a otras cosas.[53]

De las cosas que se dice que poseen cantidad accidentalmente, de algunas se dice en el mismo sentido en que decíamos que «músico» o «blanco» poseen cantidad, porque posee cantidad el sujeto en que se dan; de otras, a su vez, en el sentido en que la poseen el movimiento y el tiempo: de éstos se dice, en efecto, que poseen cantidad, y que son continuos, porque es divisible aquello de lo cual son afecciones. Y me refiero con esto, no a lo que se mueve, sino al espacio en el cual 30se mueve: al tener cantidad éste, la tiene también el movimiento, y al poseerla este último, la tiene, a su vez, el tiempo.[54]

CAPÍTULO DÉCIMOCUARTO

<CUALIDAD>[55]

Se llama «cualidad»,

<1> en un sentido, la diferencia de la entidad, por ejemplo, el hombre es un animal de cierta cualidad en cuanto que es «bípedo», y el caballo en cuanto que es «cuadrúpedo», y el círculo es una figura en cuanto que es «carente de ángulos», como que la diferencia en la entidad 35constituye una cualidad. En este sentido se dice, pues, que la cualidad 1020bes una diferencia de la entidad.

<2> Otro es el sentido de la palabra cuando se aplica a las cosas inmóviles, es decir, a las realidades matemáticas: así, los números poseen ciertas cualidades, por ejemplo, los compuestos, que no se dan en una dimensión, sino que su representación es la superficie y el sólido 5(se trata de aquellos que son tantas veces tanto, o tantas veces tantas veces tanto), y en general, lo que comprende su entidad al margen de la cantidad: en efecto, la entidad de cada número es lo que éste es de una sola vez, por ejemplo, la del seis no es lo que se repite dos o tres veces, sino lo que es de una vez;[56] seis es, efectivamente, una vez seis.

<3> Además, todas las afecciones de las entidades sometidas a movimiento, 10como el calor y el frío, la blancura y la negrura, la pesadez y la ligereza, y todas las de este tipo en las cuales se dice que sufren alteración los cuerpos de las cosas que cambian.

<4> Además se habla de cualidad en el sentido de la virtud y la maldad y, en general, del mal y del bien.

Cabe hablar, pues, de cualidades en dos sentidos, de los que uno es el principal. En efecto, cualidad en sentido primario es la diferencia de 15la entidad (algo de este tipo es también la cualidad de los números: es, en efecto, una diferencia de entidades, o no sometidas a movimiento, o no en tanto que sometidas a movimiento). En un segundo sentido, <cualidades se llaman> las afecciones de aquellas cosas que están sometidas a movimiento, en tanto que sometidas a movimiento, así como las diferencias de los movimientos. Y la virtud y la maldad forman parte de este tipo de afecciones, pues expresan diferencias 20del movimiento y de la actividad según las cuales las cosas que están en movimiento hacen o padecen, ya perfectamente ya torpemente. Bueno es, en efecto, lo que es capaz de moverse o actuar de tal modo, y malo lo que es capaz de hacerlo de tal otro modo, es decir, del modo contrario a aquél. Por lo demás, el significado de «bueno» y «malo» se refiere muy especialmente a la cualidad de los vivientes, y de éstos, a los que están dotados de capacidad de elegir.

CAPÍTULO DECIMOQUINTO

<RELATIVO>[57]

25Algo se dice que es «relativo»,

<1> en un sentido, como el doble respecto de la mitad, el triple respecto del tercio y, en general, el múltiplo respecto del submúltiplo y lo que excede respecto de lo excedido;

<2> en otro sentido, como lo que es capaz de calentar respecto de lo calentable, lo que es capaz de cortar respecto de lo cortable y, en general, lo activo respecto de lo pasivo;30

<3> en otro sentido, como lo mensurable respecto de la medida, lo cognoscible respecto del conocimiento y lo sensible respecto de la sensación.

Las citadas en primer lugar se denominan relaciones «numéricas» y pueden darse definida o indefinidamente, sea respecto de los números de que se trate, sea respecto de la unidad. (Por ejemplo, el «doble» es un número definido respecto de la unidad, mientras que «múltiplo» es, respecto de la unidad, una relación numérica indefinida, por 35ejemplo, tal o cual múltiplo. Por su parte, lo que contiene un número determinado más la mitad de éste se halla en una relación numérica 1021adefinida respecto de tal número, mientras que lo que contiene un número determinado más una fracción cualquiera de éste se halla en una relación numérica indefinida respecto de tal número, al igual que el múltiplo respecto de la unidad. Y lo que excede se halla respecto de lo excedido en una relación numérica totalmente indefinida: en efecto, el número es conmensurable y de lo inconmensurable no puede 5decirse que haya número; ahora bien, lo que excede es, respecto de lo excedido, la misma cantidad y «algo más», y este «algo más» es indefinido, ya que puede ocurrir casualmente que sea igual o no igual <que lo excedido>.) Ciertamente, todas estas relaciones se dice que son numéricas, y que son afecciones de los números, y en otro sentido lo son también «lo igual», «lo semejante» y «lo mismo». (Todos éstos se 10dicen según la noción de «unidad»: en efecto, son lo mismo aquellas cosas cuya entidad es una, semejantes aquellas cuya cualidad es una, e iguales aquellas cuya cantidad es una; la unidad, por su parte, es principio y medida del número, de modo que todas éstas se denominan relaciones «numéricas», si bien no en el mismo sentido.)

Lo activo y lo pasivo son relativos según la potencia activa y pasiva, 15respectivamente, y según los actos de tales potencias: así, lo que es capaz de calentar es relativo a lo capaz de ser calentado porque puede <hacerlo> y a su vez, y en tanto que está actuando, lo que está calentando respecto de lo que está siendo calentado, y lo que está cortando respecto de lo que está siendo cortado. Las <relaciones> numéricas, por su parte, carecen de actualización, a no ser en el sentido establecido en otro lugar,[58] pero 20en ellas no se dan actividades según el movimiento. De las cosas relativas según la potencia, algunas se dicen también relativas según tiempos distintos, por ejemplo, lo que hizo respecto de lo que fue hecho, y lo que hará respecto de lo que será hecho: de este modo, efectivamente, se dice también que el padre es padre de su hijo, ya que aquél hizo y éste 25recibió una cierta afección. Además, algunas cosas <son relativas> según la privación de la potencia: así, lo im-potente, y todas las cosas que se expresan de esta manera como, por ejemplo, lo in-visible.[59]

Ciertamente, todas las cosas que se dice que son relativas, bien numéricamente bien según la potencia, son relativas porque lo que precisamente son se dice que lo son de otra cosa, eso mismo que son,[60] y no por que otra cosa sea relativa a ellas. Lo mensurable, lo cognoscible y lo 30pensable, por el contrario, se dice que son relativos porque otra cosa se dice que es relativa a ellos. En efecto, «pensable» significa que hay pensamiento de ello, pero el pensamiento no es relativo a aquello de que es pensamiento (pues en tal caso se repetiría dos veces lo mismo); de modo semejante, la visión es también visión de algo, pero no de aquello de que es visión (aunque es verdadero, ciertamente, dicho así), sino 1021bque es relativa al color o a cualquier otra cosa semejante; con aquella formulación se viene a decir dos veces lo mismo: que es <visión> de lo que es la visión.

Ciertamente, de las cosas que se dice que son relativas por sí, unas se dice que lo son del modo expuesto, y otras porque sus géneros son tales: así, la medicina es relativa porque su género, la ciencia, se considera que es relativo. También <son relativas por sí> todas aquellas 5cosas por cuya posesión algo se denomina relativo, por ejemplo, la igualdad es por sí relativa porque lo es lo igual, y la semejanza porque lo es lo semejante.

Otras cosas son relativas accidentalmente: así, el hombre es relativo porque le sucede accidentalmente que es el doble 10de algo, lo cual es relativo; o bien lo blanco, si al mismo sujeto le sucede accidentalmente que es el doble de algo y que es blanco.

CAPÍTULO DECIMOSEXTO

<PERFECTO, COMPLETO>[61]

«Perfecto» o «completo» se dice,

<1> en un sentido, de aquello fuera de lo cual no es posible encontrar nada, ni una parte siquiera (así, el tiempo de algo está completo si no es posible encontrar fuera de él tiempo alguno que sea parte de tal tiempo);

<2> lo que no es superado por nada en su género en cuanto a excelencia 15y bondad; por ejemplo, hablamos de un médico perfecto, y de un flautista perfecto, cuando nada les falta respecto de la especie de habilidad que les es propia. (En este sentido, y desplazando el término al ámbito de lo malo, hablamos también de «un perfecto sicofante» y de «un perfecto ladrón», y es que también los llamamos excelentes, por ejemplo, decimos «un excelente ladrón» y «un excelente sicofante», y la excelencia es un tipo de perfección: en efecto, cada cosa y cada 20entidad son perfectas cuando, según la especie de excelencia propia, no les falta parte alguna de su magnitud natural.)

<3> Además, se dice que son perfectas las cosas que han alcanzado la plenitud del fin,[62] siendo éste bueno: son, efectivamente, perfectas en la medida en que poseen la plenitud final; y puesto que el fin constituye 25un extremo, desplazando el uso del término a lo malo decimos de algo que ha quedado «perfectamente destruido» y «perfectamente corrompido» cuando no falta nada a su destrucción y a su mal, sino que ha llegado a su extremo. Y por eso también se llama metafóricamente «fin» a la muerte,[63] porque aquél y ésta son extremos. Extremo es el fin y aquello-para-lo-cual.

30Las cosas, pues, que se dice que son por sí perfectas o completas se dicen tales en todos estos sentidos: unas, porque nada les falta en cuanto a su bien, ni nada las supera, ni cabe encontrar fuera de ellas nada; otras, en general, porque nada las supera en su género, y porque nada hay fuera 1022a<de ellas>. Las demás cosas se dice ya que son perfectas o completas en virtud de éstas: o por hacer algo de tales características, o por tenerlo, o por ajustarse a ello, o porque de alguna manera se dicen en relación con las cosas que se denominan perfectas en el sentido primero.

CAPÍTULO DECIMOSÉPTIMO

<LÍMITE>[64]

Se llama «límite»

<1> el extremo de cada cosa, lo primero fuera de lo cual no cabe encontrar 5nada de ella, y lo primero dentro de lo cual está contenido todo <lo que forma parte de ella>;

<2> también lo que constituye la forma[65] de una magnitud, o de algo que posee magnitud;

<3> y el fin de cada cosa (y éste es aquello hacia lo cual —y no aquello desde lo cual— tiene lugar el movimiento y la acción; si bien, a veces, <se consideran límites> ambos, aquello desde lo cual y aquello hacia lo cual, es decir, aquello-para-lo-cual);

<4> también la entidad, es decir, la esencia de cada cosa: ésta es, en 10efecto, límite del conocimiento y si lo es del conocimiento, también lo es de la cosa.

De modo que resulta obvio que «límite» se dice en todos los sentidos en que se dice «principio», y en más aún, ya que el principio es un tipo de límite, pero no todo límite es principio.

CAPÍTULO DECIMOCTAVO

<AQUELLO POR LO QUE, POR LO CUAL>[66]

<I> La expresión «por lo que», «por lo cual» se dice en muchos sentidos.

<1> En un sentido se dice de la forma, de la entidad de cada cosa: así, aquello «por lo que» algo es bueno es la bondad misma;15

<2> en otro sentido se dice de el sujeto en que naturalmente se produce algo de modo inmediato, por ejemplo, el color en la superficie.

Aquello «por lo que», dicho en su sentido primero, es ciertamente la forma, mientras que en el segundo sentido es como la materia y el sujeto primero de cada cosa.

En general, el «por lo que» está presente cuantas veces está presente la causa: en efecto, se dice <indistintamente> «¿qué es aquello por lo que vino?» y «¿para qué vino?», y también «¿qué es aquello por lo 20que realiza, errónea o correctamente, el razonamiento?» y «¿cuál es la causa de que el razonamiento sea correcto o erróneo?».

<3> Además, la expresión «por lo que» se dice en relación con la posición: así, el lugar «por el que» se quedó detenido, o «por el que» está paseando. Todas estas cosas significan, efectivamente, lugar o posición.

<II> En consecuencia, también la expresión «por sí (mismo)»[67] se dirá necesariamente en muchos sentidos.25

<1> En un sentido se dice, efectivamente, que la esencia pertenece por sí a cada cosa, por ejemplo, Calias es por sí mismo Calias, es decir, la esencia de Calias;

<2> en otro sentido se dice de cuantas determinaciones están contenidas en la esencia de algo: por ejemplo, Calias es por sí mismo animal, puesto que «animal» está contenido en su definición; en efecto, Calias es cierto tipo de animal;

<3> además, el sujeto de algo, si este algo se da inmediatamente en 30aquello mismo o en alguna parte de aquello mismo: en este sentido la superficie es por sí misma blanca,[68] y el hombre vive por sí mismo, ya que el alma es una parte del hombre y en ella se da la vida de modo inmediato;

<4> además, aquello que no tiene otra causa: del hombre, desde luego, son muchas las causas —«animal», «bípedo»—, pero no es menos cierto que el hombre es, por sí mismo, hombre;

35<5> además, todas las propiedades que pertenecen a una cosa sola, y en tanto que es ella sola, por darse separada, <le pertenecen a tal cosa> por sí misma.

CAPÍTULO DECIMONOVENO

<DISPOSICIÓN>[69]

1022b«Disposición» se llama la colocación —según el lugar, o la potencia, o la formade aquello que tiene partes. Éstas han de tener, efectivamente, alguna «posición», como pone de manifiesto la palabra misma «dis-posición».[70]

CAPÍTULO VIGÉSIMO20

<POSESIÓN, HÁBITO, ESTADO>[71]

«Posesión», o «estado», o «hábito» se llama,

<1> en un sentido, ese a modo de acto que es peculiar del que posee algo y de lo poseído por él, y que es a manera de una acción o movimiento. 5(En efecto, cuando algo produce y algo es producido, se da entremedias la «producción». Pues del mismo modo se da la «posesión» entre el que posee un vestido y el vestido poseído.) Es, ciertamente, obvio que no es posible poseer tal posesión (y es que se incurriría en un proceso infinito si fuera posible poseer la posesión de lo poseído).

10<2> En otro sentido se llama «estado» a la disposición por la cual lo dispuesto se halla bien o mal dispuesto, ya en sí mismo ya en relación con algo: así, la salud es un cierto «estado», ya que es una disposición de este tipo. Y se llama estado, incluso, a lo que es solamente una parte de tal tipo de disposición, y de ahí que la virtud propia de las partes constituya un estado <o hábito> del todo.

CAPÍTULO VIGESIMOPRIMERO

<AFECCIÓN>[72]

Se denominan «afecciones»,

<1> en un sentido, las cualidades en las cuales una cosa puede alterarse, 15por ejemplo, lo blanco y lo negro, lo dulce y lo amargo, la pesadez y la ligereza, y todas las demás de este tipo;

<2> en otro sentido, las actividades y las alteraciones de tales cualidades,

<3> y de ellas, especialmente, las alteraciones y movimientos que producen daño, y muy especialmente, aquellos daños que producen sufrimiento.20

<4> Además, se denominan «afecciones» las grandes desgracias y los grandes sufrimientos.

CAPÍTULO VIGESIMOSEGUNDO

<PRIVACIÓN>[73]

Se dice que hay «privación»,

<1> en un sentido, cuando se carece de alguno de los atributos que se poseen por naturaleza, aun cuando al que carece de él no le corresponda naturalmente poseerlo: en este sentido se dice que la planta está privada de ojos.

<2> En otro sentido, si carece de algo que naturalmente le corresponde, a él o a su género, poseer: así, el hombre ciego y el topo están privados de la 25vista de maneras distintas, aquél por sí mismo y éste en cuanto género.

<3> Además, si carece de algo que le corresponde poseer, en el momento en que naturalmente le corresponde poseerlo: la ceguera es, desde luego, un tipo de privación, pero no se es ciego a todas las edades, sino solamente en aquella edad en que a uno le corresponde tener vista, si se carece de ella. Y de modo semejante, si se carece de ella «en» lo que, 30«respecto de» lo que, «en relación con» lo que y «del modo» en que corresponde naturalmente poseerlo.

<4> Además se llama privación la sustracción violenta de cualquier cosa.

Cabe hablar de privaciones en tantos sentidos en cuantos se expresan negaciones por medio de prefijos como des-, in-, a-, etc.[74] En efecto, se dice de algo que es «des-igual» porque carece de la igualdad que naturalmente 35le corresponde, y que es «in-visible» porque carece totalmente de color, o bien lo tiene deficiente, y que es «á-podo» porque carece totalmente de pies, o los tiene deficientes. Y también se utiliza este tipo de negación cuando se tiene pequeño <algo>: así, por ejemplo, <se dice de 1023auna fruta que está> «des-provista de hueso» (pues esto es, en cierto modo, tenerlo deficiente). Además, cuando algo no se hace fácilmente, o no se hace del modo adecuado: por ejemplo, se dice de algo que es «in-divisible», no sólo cuando no se divide, sino también cuando no se divide fácilmente, o no se divide del modo adecuado. Además, cuando se carece totalmente de algo: no se llama ciego, en efecto, al que tiene vista en un 5solo ojo, sino al que carece de ella en los dos. Y por ello no todos son buenos o malos, justos o injustos, sino que cabe también lo intermedio.[75]

CAPÍTULO VIGESIMOTERCERO

<TENER>[76]

«Tener» se dice en muchos sentidos.

<1> En un sentido, «dominar», de acuerdo con la propia naturaleza o la propia inclinación. Y de ahí que se diga que la fiebre «tiene» al 10hombre, y los tiranos a las ciudades, y los que van vestidos, los vestidos que llevan puestos;

<2> en otro sentido, el sujeto receptivo en que se da algo <se dice que lo «tiene»>: así, el bronce «tiene» la forma de la estatua, y el cuerpo la enfermedad;

<3> en otro sentido, como lo que contiene las cosas contenidas por ello. En efecto, de lo contenido se dice que lo «tiene» el continente: así, decimos que la copa «tiene» líquido, y la ciudad hombres, y la nave 15marineros; y del mismo modo, también, que el todo «tiene» partes;

<4> además, lo que sostiene a algo impidiéndolo moverse o actuar conforme a la inclinación que le es propia, se dice que «lo tiene»: así, las columnas «tienen» los pesos que se apoyan sobre ellas, al igual que los poetas hacen a Atlas «tener» el firmamento que, si no, se precipitaría 20sobre la tierra, como dicen también algunos filósofos naturales. En este sentido, de lo que mantiene unido se dice también que «tiene» las cosas que mantiene unidas, en cuanto que cada una de ellas se separaría siguiendo su propia inclinación.

«Estar en algo»[77] se dice, por su parte, en distintos sentidos que se asemejan y se corresponden con los de «tener».25

CAPÍTULO VIGESIMOCUARTO

<DE ALGO, A PARTIR DE ALGO>[78]

Ser o proceder «de algo», «a partir de algo», se refiere,

<1> en un sentido, a aquello de lo cual, como materia, procede una cosa y esto, a su vez, en dos sentidos, o según el género primero o según la forma última: así, se es «de algo» como son de agua todas las cosas que se derriten, y también como la estatua es de bronce.

<2> En otro sentido, como <algo procede> del principio primero que inició el movimiento (por ejemplo, ¿de qué proviene la contienda? De un ultraje, pues éste fue el principio de la contienda).30

<3> En otro sentido, <algo procede> del compuesto de la materia y de la forma, como las partes proceden del todo, y el verso de la Ilíada, y las piedras de la casa. En efecto, la forma es el fin, y perfecto es lo que tiene alcanzado el fin.[79]

35<4> En otro sentido, como la forma específica procede de una de sus partes: así, «hombre» procede de «bípedo», y la sílaba del elemento, 1023bde manera distinta, ciertamente, a como la estatua procede del bronce: en efecto, la entidad compuesta procede de la materia sensible, mientras que la forma específica procede de la materia que es propia de la forma específica.

<5> Ciertamente, algunas cosas se dice <que provienen de algo> en los sentidos indicados, pero de otras se dice si cualquiera de estos tipos de procedencia se cumple en relación con alguna parte <de la cosa de que proceden>, por ejemplo, el hijo procede del padre y de la madre, 5y las plantas de la tierra, porque provienen de alguna parte de estas cosas.

<6> En otro sentido, <se dice que algo procede> de aquello tras lo cual sucede en el tiempo, por ejemplo, la noche procede del día, y la tempestad del buen tiempo, ya que aquello sucede después de esto. Y de algunas de estas cosas se dice tal porque tiene lugar un cambio de la una en la otra —como en los casos citados—, mientras que de otras se dice porque se da simplemente una sucesión temporal entre 10ellas, por ejemplo, «la navegación comenzó a partir de el equinoccio», porque comenzó después del equinoccio, y «las Tagelias a partir de las Dionisíacas», porque comenzaron después de éstas.

CAPÍTULO VIGESIMOQUINTO

<PARTE>[80]

Se denomina «parte»,

<1> en un sentido, aquello en que puede dividirse, del modo que sea, la cantidad. (Siempre se dice, en efecto, que lo sustraído de la cantidad, en tanto que cantidad, es una parte de ella, por ejemplo, en cierto sentido se dice que dos son una parte de tres),

<2> si bien, en otro sentido, solamente <se llaman partes> aquellas 15que sirven de medida para la cosa; por eso se dice que dos son una parte de tres en cierto sentido, pero en cierto sentido no.

<3> Además, aquellas cosas en que la forma puede dividirse al margen de la cantidad se dice también que son partes de ella. Por eso se dice que las especies son partes del género.

<4> Además, aquellas en las que se divide, o de que se compone, el todo, sea éste la forma, o bien aquello que tiene la forma: así, tanto el 20bronce (éste es la materia en que se da la forma) como el ángulo son partes de la esfera de bronce o del cubo de bronce.

<5> Además, las que entran en el enunciado que expresa la cosa se llaman también partes del todo, y por eso se dice que el género es, a su vez, parte de la especie, en un sentido distinto de aquel otro en que se dice que la especie es parte del género.

CAPÍTULO VIGESIMOSEXTO

<UN TODO, ALGO ENTERO>[81]

Se dice que es «un todo», «entero»,25

<1> aquello a lo que no le falta parte alguna de las que se dice que un todo está naturalmente constituido,

<2> y también lo que contiene una pluralidad de cosas de modo tal que éstas constituyen una unidad, lo cual puede entenderse de dos maneras: o que cada cosa es una unidad o que la unidad resulta de ellas. <a> En efecto, el universal —es decir, aquello que se predica totalmente como siendo un todo— es universal, en el sentido de que abarca muchas cosas, 30porque se predica de cada una de ellas, y cada una de todas ellas constituye una unidad: por ejemplo, «hombre», «caballo», «dios», ya que todos ellos son animales. <b> Por el contrario, lo que es continuo y limitado es un todo si es una unidad constituida de una pluralidad de partes, en especial cuando éstas existen potencialmente en ello o, si no, también actualmente. Y de estas cosas, las naturales constituyen 35un todo en mayor grado que las artificiales, como decíamos también respecto de la unidad,[82] ya que la totalidad es un tipo de unidad.

<3> Además, puesto que la cantidad posee principio, medio y extremo, 1024autilizamos el término «todo» respecto de aquellas cosas en las cuales la posición <de las partes> no acarrea diferencia alguna, mientras que decimos que son «un todo» aquellas en que sí acarrea diferencia.[83] En relación, a su vez, con las cosas en que puede ocurrir lo uno y lo otro utilizamos ambas expresiones, «todo» y «un todo». Y son tales aquellas cosas cuya naturaleza continúa siendo la misma, aunque no 5su configuración, al cambiar la posición <de sus partes>, como un trozo de cera y un manto: respecto de ellos se utilizan, efectivamente, tanto la expresión «un todo» como la expresión «todo», ya que poseen ambas características. A su vez, en relación con una cantidad de agua o de cualquier líquido, y en relación con un grupo, se utiliza la expresión «todo», pero de un grupo no se dice que es «un todo», a no ser por desplazamiento del término. Y respecto de todas aquellas cosas para las cuales se utiliza la expresión «todo» cuando se las considera como algo uno, se utilizan también «todos» cuando se las considera como divididas: 10<así, decimos> «todo este grupo» y «todas estas unidades».

CAPÍTULO VIGESIMOSéPTIMO

<MUTILADO>[84]

El término «mutilado» se aplica, no a cualquier cosa de las que poseen cantidad, sino que ha de tratarse de algo que sea divisible en partes y que constituya un todo.[85] En efecto, el número dos no se dice que esté mutilado porque se le sustraiga una de sus unidades (ya que lo sustraído no es igual a lo que queda). En general, ningún número se considera 15mutilado, ya que para ello la entidad ha de conservarse: para que una copa esté mutilada es necesario que siga siendo una copa, mientras que el número no sigue siendo en absoluto el mismo. A estas condiciones hay que añadir que tampoco se consideran mutiladas todas las cosas cuyas partes son desemejantes (en cierto modo el número es tal, es decir, tiene partes desemejantes, por ejemplo, el dos y el tres), sino que, en general, no se considera mutilada ninguna de las cosas en que la colocación <de las partes> no acarrea diferencia alguna, como el agua o el fuego, sino que han de ser tales que sus partes posean una posición determinada 20de acuerdo con su entidad. Además, ha de tratarse de algo continuo: la armonía se compone, en efecto, de partes desemejantes y que tienen una posición determinada y, sin embargo, no resulta mutilada. A todo esto hay que añadir que todas aquellas cosas que constituyen un todo tampoco resultan mutiladas si se las priva de una parte cualquiera: es necesario, en efecto, que no sean ni las partes principales de su entidad ni tampoco partes situadas en cualquier punto de ella. Así, una copa no se dice que está mutilada porque tenga un agujero, sino si le falta el asa 25o alguna de sus extremidades; y el hombre no se dice que está mutilado si le faltan carnes o el bazo, sino alguna extremidad, y no cualquiera, sino alguna de las que, una vez sustraídas totalmente, no se reproducen ya. Por eso los rapados no se consideran mutilados.

CAPÍTULO VIGESIMOCTAVO

<GÉNERO>[86]

«Género» se llama,

<1> de una parte, la generación, si es ininterrumpida, de los individuos de la misma especie: así, «mientras el género humano exista» quiere decir: 30«mientras no se interrumpa la generación de los hombres»;

<2> de otra parte, <toman su denominación como «género»> de aquel del cual proceden, del primero que inició el movimiento hacia la existencia: así, unos se denominan Helenos de género, y otros Jonios, porque los unos provienen de Heleno, como de su progenitor primero, y los otros de Ión. Y con más razón <se consideran un «género»> los que 35derivan su nombre del progenitor que los que lo derivan de la materia[87] (puesto que también los hay que derivan el nombre genérico de la hembra, por ejemplo, «los descendientes de Pirra»).

<3> Además, como la superficie es género de las figuras planas, y el 1024bsólido de los sólidos: en efecto, cada figura geométrica es o tal superficie determinada o tal sólido determinado. Y el género así entendido es el sujeto de las diferencias.

<4> Además, como el componente primero de las definiciones que 5aparece formulado en el qué-es: ése es el género del cual se denominan «diferencias» las determinaciones cualitativas.

Así pues, «género» se dice según todos estos sentidos: según la generación ininterrumpida de la misma especie, según el primero que inició el movimiento <de la generación>, y según la materia: en efecto, aquello a lo que corresponde la diferencia y la cualidad es el sujeto que nosotros denominamos materia.

«Heterogéneas»[88] se llaman aquellas cosas cuyo sujeto primero es 10otro, y no se resuelven la una en la otra, ni tampoco ambas en la misma: así, la forma y la materia son heterogéneas, y también lo son los predicados que corresponden a diversas figuras de la predicación de «lo que es» (unos, en efecto, significan qué es; otros, que es de cierta cualidad y otros según las distinciones expuestas con anterioridad).[89] 15Y es que estos predicados no se resuelven, ni los unos en los otros, ni <todos ellos> en algo que sea uno.

CAPÍTULO VIGESIMONOVENO

<FALSO>[90]

«Falso» se dice

<1> en un sentido, <a> como cuando se dice que una cosa es falsa, bien porque no se da la combinación correspondiente, bien porque es imposible la unión. (Así se dice que «la diagonal es inconmensurable», 20o que «tú estás sentado»: de estas cosas, la una es falsa siempre y la otra lo es a veces. En este sentido se trata de cosas que «no son».) <b> Pero también todas aquellas cosas que, siendo ciertamente cosas que son, por naturaleza aparecen, o no como son, o no lo que son. (Así, las siluetas y los sueños: son algo, desde luego, pero no aquello cuya imagen provocan.) Así pues, las cosas se llaman falsas, bien porque ellas mismas no son, bien porque producen la imagen de algo que 25no es.

<2> Se llama «falsa», por su parte, la definición que, en tanto que falsa, enuncia cosas que no son. Por eso es falsa toda definición que se refiere a otra cosa diversa de aquella respecto de la cual es verdadera, por ejemplo, la definición del círculo es falsa respecto del triángulo. Y, en cierto sentido, la definición de cada cosa es una sola, la que define su esencia, si bien en cierto sentido son muchas, puesto que la cosa 30y la cosa con una afección son lo mismo, como «Sócrates» y «Sócrates músico». (Por su parte, y hablando absolutamente, una definición falsa es definición de nada.) Ésta es la razón por la cual Antístenes creyó ingenuamente que nada puede ser enunciado excepto por medio de un enunciado propio, un único enunciado para una única cosa, de donde resulta que no es posible contradecir ni, prácticamente, decir algo falso.[91] Sin embargo, es posible enunciar cada cosa, no sólo mediante 35su propio enunciado, sino también mediante el de otra cosa: esto puede hacerse de un modo absolutamente falso, pero también de un modo verdadero, como cuando sirviéndonos de la definición de 1025adíada, decimos que el ocho es un número doble.

<3> Así pues, ciertas cosas se dice que son falsas de la manera expuesta. A su vez, se llama falso al hombre que sin escrúpulos y deliberadamente se sirve de discursos falsos, no por alguna otra cosa, sino por ello mismo, y también al que provoca en otras personas este tipo de discursos, al igual que llamamos también falsas a las cosas que provocan una imagen falsa. Por eso resulta falaz el razonamiento del Hipias 5según el cual el mismo hombre es a la vez verdadero y falso:[92] y es que en él se considera falso al que es capaz de engañar diciendo falsedades (y un hombre tal no es otro que el que conoce, es decir, el sabio), y también se considera que es mejor el que obra mal voluntariamente.[93] Ahora bien, esta última falsedad la alcanza por medio de una inducción: en 10efecto, el que cojea voluntariamente es mejor que el que lo hace sin quererlo, pero entendiendo por «cojear» el «hacerse el cojo», ya que si fuera realmente cojo por propia voluntad, un hombre tal sería seguramente peor, como ocurre en lo relativo a la moral.

CAPÍTULO TRIGÉSIMO

<ACCIDENTE>[94]

«Accidente» se llama

<1> aquello que se da en algo, y su enunciación es verdadera, pero no, 15desde luego, necesariamente ni la mayoría de las veces,[95] por ejemplo, si uno encuentra un tesoro al cavar un hoyo para una planta. El encontrar un tesoro es, desde luego, un accidente respecto de la acción de cavar un hoyo, puesto que ni resulta necesariamente de ella, o a continuación de ella, ni tampoco encuentra uno un tesoro la mayoría de las veces cuando está plantando. Cabe también que un músico sea blanco, 20pero lo llamamos accidente porque tal cosa no sucede ni necesariamente ni la mayoría de las veces. Por consiguiente, y puesto que hay ciertas cosas que se dan y se dan en algo, y puesto que algunas de ellas se dan <solamente> en ciertos lugares y en ciertos momentos, será un accidente cualquier cosa que se da en algo, pero no <se da> por tratarse precisamente de esto o de este momento o de este lugar.

Tampoco hay causa alguna definida del accidente, excepto el 25azar, y éste es indefinido. A uno le sucede accidentalmente que llega a Egina si no llegó porque tuviera la intención de llegar allá, sino al ser desviado por una tormenta o apresado por unos piratas. Así pues, el accidente se produce o es, pero no en tanto que él mismo, sino en tanto que otra cosa:[96] la tempestad fue, efectivamente, la causante de que llegara al lugar hacia el que no navegaba, es decir, a Egina.

30<2> «Accidente» se usa también en otro sentido: así, se dice de las propiedades que pertenecen a cada cosa por sí misma sin formar parte de su entidad como, por ejemplo, pertenece al triángulo el tener dos rectos. Y los accidentes de este tipo pueden ser eternos, mientras que ninguno de aquéllos puede serlo. La razón de ello ha sido expuesta en otro lugar.[97]