Capítulo 3
Aún podía recordar su mirada, el día que entré al consultorio y le dije de mi embarazo pensé que se asustaría pero solo tomó el sobre, lo leyó y suspiró.—¿Cuánto tiempo dijiste que tenías? –preguntó mirándome fijamente.
—4 semanas –le dije –Y no te atrevas a insinuarme que no es tuyo porque te juro que…
—Sé que no mientes—me cortó mientras se levantaba de la silla y caminaba hasta mi lugar—sé que no has estado con nadie más.
—¿Me está siguiendo doctor Malinov?.
—Cuido mis intereses Triana—sus manos se colocaron a mis costados dejándome atrapada entre el escritorio y el—tu eres mía y yo soy demasiado posesivo.
Este hombre está loco ¡Huyamos!
Por un momento no estuve más de acuerdo con mi conciencia.
—Yo no soy de nadie –dije nerviosa rogando internamente que alguien llegara. Bajó sus labios a los míos su aliento mentolado me pego de golpe y ¡dios, me iba a besar!.
No lo permitasEl sonido de mi celular lo hizo alejarse un poco de mí, tomé el aparato con manos temblorosas.
Michell
¡Diablos!...
— Mocosa porque no contestabas—gritó Michell al otro lado del teléfono— bueno no importa te perdono lo que sea que estabas haciendo, ¿Cuándo llegas?.
—¿Llegar?—pregunté ya que no entendía nada solo sentía la mirada penetrante de Dimitri Malinov respirando muy cerca de mí.
— pitufina es navidad ni se te ocurra quedarte allá porque te iré a buscar.
…Nueve Meses…
—Michell, en este momento no puedo hablar pero te llamo luego –dije.
— Ok pitufa pero te quiero aquí para mañana.
—Como quieras—dije antes de colgar.
Sin decir más tomé los resultados del escritorio y salí del consultorio. Una parte de mí, la más masoquista deseaba que gritara, que dijera que no era suyo pero no, lo aceptó tan fácil que me quedé sin armas yo iba dispuesta a luchar a enfrentarme a el pero que lo tomara tan tranquilo me había dejado desorientada así que había hecho lo que mejor podía … Salir de allí.
Pensé que me seguiría, iría a mi departamento o algo así pero seguramente debajo de esa fachada tranquila Dimitri Malinov, estaba asustado hasta los tuétanos y era lógico yo era una extraña y ahora estaba embarazada, deambulé por las calles de Nueva York por horas hasta llegar al Central Park, éste parque me alegraba. Después de mucho pensar llegue al departamento tomé a Tommy, unas cuantas mudas de ropa y las llaves de Audi y conduje sin pensar hasta New Jersey, ahora estaba aquí sentada en la terraza de mi antigua casa mientras veía las estrellas era 24 de Diciembre y Tanya estaba dentro horneando las galletas favoritas de mi hermano.
Quien veía a Michell Triana diría "Es un hombre intimidante" medía 1.92 mts y tenía grandes músculos, pero ante Tanya era un niño pequeño. mi hermano adoraba a su esposa y que hubiese podido estudiar en New York se lo debía a ella que lo había convencido para dejarme ir.
—¿Qué haces aquí pitufa?—la voz grave de mi hermano me hizo girarme al verlo, era un milagro que no me hubiese escuchado vomitar por las mañanas—vas a enfermarte si sigues aquí –se sentó a mi lado y pasó su brazo sobre mis hombros— Tani, me ha dicho que te has sentido mal, que estás enferma del estómago o algo así,— Michell era un niño despistado, siempre lo había sido, pero Tanya, ella era otra cosa.
—Tengo parásitos—mentí y el hizo cara de asco.Qué gran actriz eres tú…
—Parásitos !qué asco!, debes revisarte.
—Soy doctor y ya me receté unas pastillas, es por eso es que he estado vomitando. —Revísate igual y con un doctor de verdad—lo miré entrecerrando los ojos—
estaré más seguro. …Nueve Meses…
—La cena está servida—dijo Tanya desde la entrada, Michell y yo nos levantamos dispuestos a pasar una buena velada entre pavos y ensaladas.
Pero solo fue ver el pavo para sentir como mi estómago se revolvía y contraía violentamente, aguanté las arcadas lo más que pude y hasta comí algo de las papas gratinadas junto con el arroz verde que había preparado mi cuñada tan cariñosamente pero cuando quise probar el pavo, fue otro cuento.
Por un momento pensé que no llegaría hasta el baño, para cuando llegue allí mi estómago se contraía salvajemente, en estos días había vomitado más que en mis 22 años de vida, sentí como me retiraban el cabello empapado de la nuca y me pasaban una toalla.
Me levante completamente para darle la cara a Michell, seguramente me iba a obligar a ir al hospital. Internamente me pregunté si de camino tendría el valor contarle o esperaría a que Jonathan el ginecólogo de la familia se lo dijera…. Quizás podría esconderme detrás de el.
—Quizás a Michell lo puedas engañar, pero yo conozco perfectamente esos síntomas.—Tanya—dije mirando fijamente a mi rubia cuñada.
—¿Cuántos meses tienes María?—preguntó colocando sus manos en jarras y me había dicho María.
—No sé de qué hablas—fingí demencia mientras me levantaba sintiendo mis piernas como si fuesen gelatina.
Y la ganadora del Oscar es…
—María Alejandra Triana, no me trates de estúpida, primero solo hay dos cosas que odio en este mundo la primera cuando tu hermano se pasa de gracioso en público y la segunda que me mientan, segundo yo soy mujer puedo ver los cambios que ha tenido tu cuerpo, son pequeños pero ahí están y por último he tenido esos síntomas tres veces, así que no te hagas la demente conmigo y dime ¿Cuántos meses tienes?— Era cierto Tanya y Michell había tenido tres perdidas ya que mi cuñada tenia abortos espontáneos cuando llegaba el tercer mes de embarazo— ¿Estoy esperando María?.
—Uno—respondí con la cabeza gacha—por favor no le digas a Michell, yo le diré. —Alejandra—me abrazó fuertemente y por primera vez desde que me enteré de mi…Nueve Meses…
estado me permití llorar ¿Qué iba a hacer yo con un bebé? Pasaron varios minutos hasta que nos separamos. Tanya limpió mis lágrimas y luego habló—¿Quién es el padre, es tu novio?—negué –diablos Alejandra ni siquiera sabemos si tienes uno, ¿te pasó algo en New York? ¿Fuiste abusada? –dijo mirándome preocupada— negue—¿entonces quien es el padre?.
—Es mi profesor de Obstetricia—dije echándome agua en la cara Michell no tardaría en venir.—¿Te obligó?—Tanya me miró por el espejo observando cada reacción de mi rostro.
—¡No!. Fue una noche de Alcohol.
—Alejandra—bufó frustrada—¿sabes qué existe algo llamado condón? qué sirve para evitar este tipo de problemas y fue inventado en el siglo XVI, muchachita.. —Sí lo sé, pero Malinov…
—¿Al menos ya él lo sabe?—la miré con terror, efectivamente él lo sabía pero no había hablado con el después de decírselo; llegué al departamento, empaqué todo y me vine a New Jersey, mi rostro debió reflejar algo porque Tanya me giró bruscamente quedando frente a ella— No me digas que el muy hijo de puta no quiere hacerse responsable. Si es eso hay que decirle a Michell.
— No por favor, el no se ha negado yo.. Yo le dije y luego huí, es todo. Regresaré y luego de las clases y hablaremos, por favor no le digas a Michell, déjame decirle a mi por favor—tomé sus manos en un susurro desesperado.
—¿Qué tanto se demoran ustedes allá dentro?—dijo Michell golpeando la puerta, miré a mi cuñada suplicándole que no le dijera nada.—Está bien Alejandra pero si no lo haces tú ¡lo hare yo!— sin más abrió la puerta y le sonrió a Michell, acariciando su mejilla tiernamente.
—Te sientes bien pitufina estas verde—dijo mi hermano tomando mi rostro.
—Estoy bien Michell, tu sabes los parásitos—dije y el me abrazó protectoramente, así era Michell, el se había convertido en mi todo y yo en el de él.
Había pasado más de una semana desde aquella vez, podía sentir la mirada inquisidora de Tanya porque aún no le decía nada a Michell, cada día era algo diferente los vómitos no cesaban, pero Ta siempre me daba galletas saladas ya que a ella le funcionaban y parecían sentarle bien a mi estómago, habían días en que no me provocaba nada otros en que lloraba sin saber por qué o estaba tan mal
…Nueve Meses…humorada que Esteban el hermano de Tanya no le quedaron ganas de volverme a jugar una broma mas, me costaba horrores levantarme de la cama y pasaba gran parte del día somnolienta y lo peor era cuando el mundo decidía dar vueltas.
Estaba en mi antigua habitación, era la última noche que estaría en New Jersey ya que debía regresar a clases y sobre todo al hospital. No sabía que me depararía el destino con Malinov ahí, traté de no pensar más mientras estaba dispuesta a realizar mi ritual nocturno, como todas las noches luego de una ducha me aplicaba crema en todo el cuerpo. Me fui al espejo que estaba en el baño y era de cuerpo entero coloque un poco de crema en mi mano y entonces lo vi, una pequeña onda en mi vientre aun plano, mis ojos se anegaron; ahí estaba él, mi bebé, coloqué ambas manos en mi vientre y empecé a esparcir la crema, cuando terminé me quedé viéndome. Era cierto lo que Tanya había dicho, tenía las caderas un poco más anchas y los pechos me dolían un poco, las areolas, que antes eran rosadas casi traslucidas ahora eran de un color rosado más fuerte y estaban un poco más grandes, pequeños cambios que ante los ojos de los demás no eran notorios, vi la pequeña bascula debajo del lavamanos y me subí sobre ella.
—50 Kg—suspiré, solo había subido tres kilos y como los demás cambios no eran muy notorios no tenía que preocuparme en la universidad, ¿todo el mundo engorda en las fiestas no?.
Me fui a mi cama luego del gran ritual como lo llamaba Sara pero no tenía sueño, ¿Qué estaría haciendo Dimitri Malinov ahora mismo? Sería el padre de mi bebé pero no tenía ni idea quien era, tome mi laptop buscando rápidamente el servidor. Santo Google apareció en todo su esplendor, suspiré y tecleé…..Dimitri Malinov… Habían pequeños reportajes de la universidad de Oxford, fotografías de la graduación, una página de Facebook y un pequeño artículo sobre los primeros tres meses de embarazo escritos por él un blog.
Di clic y comencé a leerEstás embarazada, te acabas de enterar y estás aterrada. Dentro de ti, el cordón umbilical tiene su forma definitiva y el líquido amniótico protege al embrión manteniendo la temperatura y facilitando sus movimientos.
Durante el primer mes
comienza a formarse la médula espinal y a diferenciarse la cabeza
del feto. Hacia el final del primer mes su corazón empieza a latir.
En el segundo mes se empiezan a formar los rasgos faciales, y las
extremidades. En el cuarto mes pasa de llamarse embrión a feto,
tiene piernas y brazos, quizás ya es posible distinguir su sexo. Ya
mueve mucho sus brazos y piernas.
En este período de gestación las probabilidades de un aborto
natural son mucho más altas que en las otras etapas del embarazo,
por lo tanto deberás prestar cuidado más que nada a lo que
consumes: alcohol, drogas, medicamentos, además de otros factores
más específicos que deberás consultar con tu
médico.…Nueve Meses…
Tener un hijo es siempre una
bendición….
Seguí leyendo otras publicaciones de su autoría hasta que un título me llamó la atención
Pensé que sería una bonita carta pero que equivocada estaba….
Carta de un bebé a su
madre…
Oigo mucho ruido afuera. Mi mamá está muy agitada. Al parecer está
acostada boca arriba. Yo estoy relativamente cómoda. Alguien dijo
algo de anestesia. No sé ni que es, ni para que se usa. Ahora mi
mamá parece que duerme, está más relajada.
¿Oh, qué es eso? ¿Una aguja? ¡Pero qué grande es! ¿Qué habrá pasado
con mi linda mamita?, ¿por qué el doctor la está inyectando?
¿Tendré yo la culpa de que ella se haya enfermado? ¡Ay!, si pudiera
acariciarla con mis pequeñas y tiernas manitas, le diría: "Ya, ya,
mamita, no sufras, yo sé que te vas a curar pronto...
Pero, ¿qué pasa? Parece que la inyección que le pusieron a mi mami
me está afectando también a mí. Siento algo raro en mi cuerpo, como
una picazón, hay un escozor en mi piel. Este líquido que ha sido
como un paraíso para mí se está volviendo de sabor amargo, muy
salado. Mis ojitos están llorando, me arden mucho. Siento como si
se me fueran a salir. Tengo una sensación muy fea en la yema de mis
deditos, como cosquillas, pero con dolor. Yo pienso que a mi mamita
le inyectaron algo. Pobre mami, seguro a ella también le está
doliendo! Pero anímate mamita, las dos vamos a salir bien de este
trance.
Me estoy ahogando. Mi estómago me duele mucho. Es como si me
estuviera deshaciendo por dentro. Por favor, mamita, ayúdame; ya no
soporto este dolor tan intenso. Mis pequeños órganos internos se
están cocinando por dentro.
Mami, mami, tengo mucho calor, me falta oxígeno. Parece que tu
sangre ya no me da lo que necesito. Mami, por favor ayúdame, yo no
me quiero morir! Yo quiero nacer, quiero ver tu cara, ver tu
sonrisa cuando me veas por primera vez. Quiero ser arrullada en tus
brazos... ¿Te acuerdas cuando me hablabas de la ropita linda que me
ibas a comprar; de que tú me enseñarías a jugar con las muñecas? ¿Y
que cuando yo creciera las dos íbamos a usar ropa parecida? ¿Qué te
sentirías muy orgullosa de mí cuando fuera a mi primer día de
escuela? ¿Y qué de los planes que hicimos para celebrar mis quince
años? Pero ahora siento como si mi vida se estuviera escurriendo de
mi pecho. Mami, ¿me sientes? Estoy estirando mis manitas para
tocarte; te estoy empujando la pared de la matriz para pedirte
auxilio... para que hagas algo y me ayudes...
Un escalofrío tremendo acaba de sacudir todo mi cuerpo. Estoy
temblando. Ya no tengo control sobre mis miembros; tiemblan,
saltan, se estremecen y me dan calambres. Alguien acaba de decir
allí afuera que yo me estoy resistiendo, que no me quiero morir.
¿Es que acaso no me quieren y me están matando? ¿Qué fue lo que
hice de malo? ¡No!, ¡NO es posible!
Mami, ¿tú también estás participando con mi muerte aun antes que
nazca?
Mami, por favor contéstame, verdad que tú no...? ¿Verdad que tú me
vas a defender? Mami,
háblame, como lo hacías
unos días atrás..! Mami, mamiiita querida, no me mates por favor!
Me siento muy débil. Ya no tengo ninguna sensación en mi cuerpo.
Todo está borroso. No oigo nada... Mami no me contesta...
Adiós, mamita,
Cuando terminé lloraba como una magdalena mientras me sorbía la nariz. Apagué la laptop y me giré a dormir, estaba asustada… No. Estaba aterrada pero nunca pensé en deshacerme de él así me tocase criarlo sola.
El día siguiente llegó con las mismos buenos días al inodoro, suspire audiblemente mientras me lavaba la boca hoy cumplía 7 semanas y era mi segundo mes de embarazo, debía decirle a Michell pero no sabía cómo, me vestí rápidamente y bajé las escaleras de dos en dos hasta llegar al comedor olía huevos y a tocino.
Recordé aquella mañana en el departamento de Dimitri Malinov, su cuerpo su sonrisa.—Estás más blanca que un papel—dijo mirándome Michell—Antes de irte pasaremos por donde Jonathan–dijo. Tanya lo miró y luego a mí.
—Michell tengo cita mañana, además debo llegar temprano y prepararme para el día que me espera.
—Entonces te acompañaré—dijo.
—Michell no es nece.. –iba terminar pero él me cortó.
—Sí lo es, estás enferma y quiero estar mañana ahí cuando te vea el doctor. Además, tengo que ir a New York por unos insumos que necesita la constructora solo diré que adelantaré el viaje y es mi última palabra muchachita—dijo serio, sabía que era su posición de punto final así que traté de relajarme y comer, ya en mi territorio le contaría a Michell sobre mi embarazo.
El trayecto a casa fue horrible, Michell tuvo que hacer varias paradas para que yo pudiese devolver el estómago y a pesar de haber salido temprano de New Jersey cuando llegamos a New York ya era de noche. Me quedé medio dormida hasta que Michell me llamó pues habíamos llegado al departamento, tomó mi maleta y su pequeño maletín y ambos nos encaminamos a mi piso. Abrí la puerta y busqué a tientas el botón para encender la luz, habíamos estado en silencio y fue Michell quien lo rompió —Si tienes algo que decirme créeme que este es el momento— habló sin mirarme—Te conozco Alejandra tanto como a Tanya y mi mujer me ocultaba algo y ese algo tiene que ver contigo— dijo sin vacilación.
—No es… …Nueve Meses…—O por Dios no te atrevas a decirme que no es nada María porque te conozco. Carajos, yo cambiaba tus pañales, soy siete años mayor que tú y Tanya es tan transparente para mí como el agua.
—Mich—suspiré—Yo…—Ponte algo cómodo, pediré algo de comer y hablaremos Alejandra, con la verdad ¿entendido?—asentí mientras caminaba a mi habitación me di una ducha corta y pedí a todos los santos que por favor Michell entendiera, cuando salí él estaba sentado en el sofá con un pantalón de pijamas a cuadro y una camisilla de dormir. Ha llegado la hora de la verdad— me dije a mi misma infundiéndome valor.
–Soy todo oídos Alejandra –dijo mirándome, volví a respirar caminando hasta donde él, me senté enfrente y mi mirada se fue directo a mis pantuflas de conejitos.—Michell yo—los ojos se me anegaron en lágrimas, sabía que sería un golpe duro para él –yo estoy... Las palabras empezaron trabarse en mi garganta –Yo –el timbre de la puerta empezó a sonar, seguido de unos golpes.
—Debe ser la Pizza, ve a abrir yo voy por los refrescos y algo de agua, algo me dice que la necesitaré –se levantó del sofá y yo parpadeé para que las lágrimas se espantaran un poco, caminé hasta la puerta y abrí.
—¡Mierda! Triana donde demonios te habías metido.Oh no, no tu…. No
ahora…
.
—Dimitri—dije mientras trataba desesperadamente de soltarme de su
abrazo si Michell nos veía.
—¿Porque demonios te fuiste? — su abrazo fue mucho más fuerte que su voz y su mirada era preocupada y desesperante –dime que no lo hiciste, dime que no abortaste Alejandra —escuché el sonido de un vaso reventarse contra el suelo.
—¡Estás embarazada! – no supe reconocer el tono de voz de Michell a mis espaladas, me solté del agarre de Dimitri para girar y quedar de frente a mi hermano, lo vi caminar hasta tomarme de los brazos y darme una mirada que me heló hasta los huesos, quería hablar, explicarle pero de mi boca no salía sonido alguno —¡CONTESTA ALEJANDRA!—gritó mi hermano haciéndome temblar. —No sé quién diablos eres pero no te permito que la trates así—el rostro de
…Nueve Meses…Malinov era de pura ira, su vena de la frente sobresalía y sus manos estaban hechas puños, en una declaración abierta a golpear a mi hermano.
—Así que fuiste tú desgraciado—dijo Michell muy enojado, la vena de su cuello palpitaba fieramente, sus músculos se veían tensos. Caminó hasta donde Dimitri y antes de que pudiera parpadear su puño cerrado impactó con la mejilla del Doctor Malinov.
Dimitri intentó defenderse, lanzó uno o dos puños pero mi hermano era medalla de oro en pesas, un golpe en el estómago hizo que Malinov terminara en el suelo. ¡Haz algo! Lo va a matar, lo conocemos.
—Michell—me tiré a su pecho tratando inútilmente de envolver con mis brazos su cuerpo—Por favor Michell por favor— rogué desesperada mientras lágrimas corrían por mis pómulos, sentía la respiración acelerada de mi hermano que se resistía a que mis brazos lo inmovilizaran—Por favor Michell detente.. Piensa en mí, en mi bebé—hablé tratando de tranquilizarlo, Michell bajo los brazos y los mantuvo a sus costados mientras trataba de controlar los latidos de su corazón de reojo pude ver como Dimitri se levantaba del suelo, tenía una ceja rota y parte del labio partido.
—Desearía tener una pistola para darte entre ceja y ceja –dijo con desprecio mirando fijamente a Malinov –suéltame María Alejandra,María Alejandra y no pitufina, Michell solo me llamaba por mi nombre completo cuando estaba muy enojado.
—Michell yo—traté de hablar pero él me cortó colocando su mano al frente mientras que con la otra agarraba fuertemente su tabique, sabía que hacia eso cuando se encontraba descontrolado y necesitaba calmarse, volteé a ver a Malinov que se limpiaba la sangre con el dorso de su muñeca.
—Fui un estúpido—dijo mi hermano sin mirarme—Los vómitos, la falta de apetito, los mareos, todo estaba claro, Tanya lo sabe—bajé la cabeza sin saber que decirle no quería que ellos discutieran por mi culpa –¡Estoy esperando Alejandra! –dijo enérgico.
—Ella lo descubrió, Michell por favor, yo le pedí que no te dijera.—Yo sabía que era mala idea que vinieras aquí,
yo sabía que era… ¡Demonios!— dijo pegándole fuertemente a la
pared.
—¡No soy una niña Michell! –grité—soy una mujer adulta, no seré ni
la primera ni la última que esté embarazada.…Nueve Meses…
—¡Ya basta! ambos somos culpables.
—Quiero hablar contigo— señaló a Dimitri que subió su rostro y me miró primero a mí y luego a Michell, su pómulo se veía algo hinchado y muy seguramente para mañana estaría de color verde.
—Cuando quieras y donde quieras, te juro que no me cojeras desprevenido.—Ahora –dijo mi hermano mirándolo fieramente –Alejandra déjanos solos—dijo con voz fuerte mientras me miraba,
—Pero…
—Obedéceme, déjanos solos –la orden fue directa, tenía miedo ya la había cagado demasiado con Mich, como para negarme a cumplir una orden, di una mirada mas a los titanes frente a mi y me fui a mi cuarto sin cerrar la puerta.
Media hora después escuche risas desde la sala, asomé un poco la cabeza para ver como mi hermano y Malinov charlaban como si se conocieran de toda la vida, yo estaba con cara de WTF, ¿esos dos eran los que se habían levantado a golpes en la sala de mi casa?
Dimitri tenía una posta de carne en su ojo y pómulo tratando de bajar la hinchazón mientras bebía una cerveza que Michell seguramente había mandado a comprar y la Pizza que anteriormente él había pedido descansaba sobre la mesa. Mi hermano se giró encontrándose con mi mirada, me hizo señas con la cabeza para que llegara hasta donde él.
—¿Entonces seré tío?—dijo Michell volviendo a su estado de niño juguetón—para cuando podré conocer al nuevo integrante de la familia.—Según las cuentas nacerá en Septiembre—dijo Dimitri con una sonrisa— primeros días de Septiembre
—Hay que arreglar todos los detalles para la boda –dijo mi hermano.
Espera… ¿alguien dijo boda?
—¿Boda?—dije exteriorizando la pregunta de mi conciencia…Nueve Meses…
—Si boda, Dimitri y tú se casarán en dos meses en la capilla del pastor Gil en New Jersey –dijo mi hermano como si hablase del clima y no de mi futuro–todo está planificado no es así…
—Ey ,ey, ey… ¿quién dijo que yo quería casarme?.—Es lo que vas a hacer—dijo Michell, con voz autoritaria.
—No.
—Si.
—He dicho NO, me entiendes Michell Triana, no me casaré. No seré ni la primera mujer ni la última en tener un bebé sin casarme.
—Dimitri está de acuerdo—dijo mi hermano y pude ver la sonrisa moja bragas de Malinov.
—Pues que busque otra si tantas ganas tiene de casarse, porque yo no me casaré— dije mientras me dirigía al cuarto.
Primero Muerta que casada con Dimitri Malinov. …Nueve Meses…