El saltamontes

Pequeño, verde y brillante

se confunde con la hierba.

Dos finas agujas de oto

me parecen sus antenas.

Sus bellas alas ocultas

se han quedado polvorientas

y tiene muy fatigadas

sus dos patitas de sierra.

Ha andado un largo camino

a través de muchas tierras

y ante el Rey de los Insectos

va a elevar una protesta:

—Quiero cambiarme de nombre

y llamarme saltapiedras.

¿Cómo voy a saltar montes

con el trabajo que cuesta?