LIVY
— ¿Te ha dicho algo ya? —me pregunta Max, estirado a mi lado, en mi cama.
—No, cariño.
— ¿Cuánto hace que se han ido?
—Dos horas.
— ¿Y seguro que no te ha escrito? Comprueba tu teléfono otra vez.
—No. Nada nuevo. Mira. ¿Ves? —digo mientras le enseño la pantalla.
— ¿Se va a morir Bono, mamá? —me pregunta Jimmy, estirado a mi otro lado.
— ¡No se va a morir, so idiota! —le grita Max.
—Max, por favor. Contrólate —contesto, justo antes de dirigirme hacia Jimmy—. No lo sé, cariño. Pero lo que sí sé es que Bono es muy fuerte y los médicos que le tratan le cuidarán muy bien.
—Si se muere, irá al cielo con Jimmy, el amigo de papá, y con la mamá de Chris.
— ¡Y contigo como no dejes de decir esas tonterías! —grita de nuevo Max a su hermano, que se encoge de miedo.
—Vale, a tu cama —le digo con firmeza, señalando la puerta con un dedo.
— ¡¿Y por qué yo?! ¡Él no para de decir gilipolleces porque Bono no se va a morir!
— ¡Max, basta! ¡A tu cuarto! ¡Ya!
Max me mira desafiante durante unos segundos, apretando los puños a ambos lados del cuerpo, hasta que sale de la habitación dando un fuerte portazo.
— ¿Puedo dormir contigo, mamá?
—Claro… —contesto besando su cabeza con cariño, justo antes de arroparle con la colcha.
Una hora después, sigo con los ojos abiertos, incapaz de dormir. Cojo el teléfono por si Aaron me escribe y me escabullo de la cama con cuidado para no despertar a Jimmy, y voy a echar un ojo a Max. Le encuentro dormido encima de la cama, con gesto enfadado. Saco una manta de su armario y se la echo por encima, justo Antes de darle un beso en la frente y de comprobar el audífono de su cabeza, algo que hago por inercia desde que lo lleva.
Cuando estoy volviendo a mi dormitorio, recibo un mensaje de Aaron.
“Ataque epiléptico. Están intentando averiguar la causa, pero por la edad que tiene, no pinta bien…”
Me quedo parada en mitad del pasillo, incapaz de reaccionar. Esta noticia es devastadora para todos, pero especialmente para Max y Aaron. Al instante, marco su Número y espero hasta escuchar su voz.
—Hola… No quería despertarte… —dice en un tono entre cansado y triste.
—Ya estaba despierta.
— ¿Y los chicos?
—Conseguí que se durmieran hace como una hora.
— ¿Max sigue enfadado conmigo?
—Con el mundo en general…
—Lo siento…
—Aaron…
—Creen que puede tener un tumor en el cerebro y…
Escucho cómo se le quiebra la voz y se me rompe el corazón.
—Aaron, escucha…
—Intentaré hablar con Max mañana por la mañana…
—Aaron.
—Quiero que sea consciente de cómo está la situación y de cómo puede que acabe, pero no quiero verle triste…
—Aaron —le corto subiendo el tono de voz, provocando que se quede callado—. ¿Cómo estás tú?
—Mal…
— ¿Vendrás a casa?
—Me quedaré aquí hasta que me digan algo…
—De acuerdo. Te quiero.
—Y yo.
—Llámame para lo que sea…
—De acuerdo.
Al colgar la llamada, arrastro los pies hasta la cama y me estiro en ella. El agotamiento puede conmigo varios minutos después y parece que solo haya cerrado los ojos un rato cuando mi móvil vuelve a sonar. Aún algo aturdida, miro alrededor hasta ver la hora en el despertador. Son las siete de la mañana y Jimmy sigue durmiendo a mi lado, así que descuelgo sin mirar quién es para que deje de sonar, y salgo de puntillas hacia el salón.
— ¿Diga?
— ¡Mamá!
—Lexy. ¿Qué haces llamándome tan temprano?
—Estoy de camino a Aspen.
— ¿Aspen…? ¿Eso no queda muy lejos de tu facultad?
— ¡Jajaja! Las clases acabaron la semana pasada, mamá. Vamos a pasar unos días en la casa que los padres de Archie tienen aquí. ¿Recuerdas que te hablé de él? — No, pero no voy a ser yo quién lo confiese. Tengo unos hijos tan sociables, que soy incapaz de recordar los nombres de todos sus amigos—. Pues nos hemos venido unos cuantos a su casa a esquiar unos días.
—Pero… Nochebuena es dentro de tres días…
—Por eso te llamaba. Hemos decidido que la pasaremos aquí, y Navidad también, así que llamaba para avisarte de que no cuentes conmigo esos días.
—Pero… ¿No vas a venir a casa…?
—Sí, sobre el veintisiete, más o menos. Aunque he quedado para Fin de Año, así que me quedaré sólo dos días…
Me dejo caer sobre uno de los taburetes de la cocina. Ahora mismo estoy más decepcionada que enfadada, y puede que sea por eso no esté gritando hecha una furia.
También estoy triste, porque la Nochebuena que yo esperaba con tantas ganas y que planeaba con tanto ahínco, tiene pinta de convertirse en un fiasco de noche.
—Chris y Jill van a venir… —digo en un último intento de convencerla, aunque sin demasiado ímpetu—. Puede que ya se hayan marchado cuando tú llegues…
—No pasa nada. Quiero ir al concierto que el grupo de Chris va a dar en Londres en unos meses… Les veré entonces…
—Pero… Hace mucho que no estamos juntos…
—Bueno… Ya nos juntaremos en otro momento, ¿no? —Como si eso fuera posible, pienso—.
Entonces, ¿qué me dices? ¿Me acoges durante esos días?
—Sí… Claro…
— ¡Genial, mamá! ¡Nos vemos en unos días! ¡Te quiero!
—Y yo…
Cuelgo el teléfono y me doy cuenta de que tengo los ojos llorosos. Sé que hace años que no coincidíamos todos en Navidad, y que por lo tanto, debería estar acostumbrada, pero me había hecho a la idea de que este año iba a ser diferente…
Sin tiempo para reaccionar, y como las malas noticias no vienen nunca solas, recibo un mensaje de Aaron.
“Confirmado. Bono tiene un tumor cerebral. Es grande, Livy. No va a salir de esta y está sufriendo…”
Le llamo enseguida. Tiene que tomar una decisión muy dura y sé que ahora mismo tiene que estar pasándolo realmente mal.
—Hola… —le saludo nada más descolgar.
—No puedo permitir que sufra, Liv…
—Lo sé.
—Ahora está sedado y… Joder… ¿Hago que le despierten para despedirme, aún a sabiendas de que está sufriendo, o doy el permiso para que lo hagan ya…? ¿O actúo de la forma más egoísta y hago que le inyecten algo para soportar el dolor y me lo llevo a casa…?
—Dios mío, Aaron… No puedes hacer eso…
—Lo sé, pero… Por un lado, necesito decirle adiós, darle las gracias por todos estos años… Pero por otro, si va a sufrir…
—Tienes que pensar en lo mejor para él.
—Pero no puedo dejar que se vaya solo…
—No está solo. Estás ahí con él…
— ¿Y los chicos? ¿Lo entenderán?
—Claro que sí.
— ¿Incluso Max?
—Incluso él… A la larga, lo hará.