PRESENTACIÓN

A lo largo de estos casi dos años han venido apareciendo en EL PAIS estas NOTICIAS gracias a la acogida del Diario, nada fácil para uno tan serio y como Dios manda, y dentro de él, a los desvelos amistosos de Soledad Gallego, que no sólo cuidaba de su publicación relativamente regular y fuera de las páginas de OPINIÓN que allí se les reservan a los Intelectuales, sino que además logró librarlas del LIBRO DE ESTILO y que aparecieran casi tales cuales salían de mi máquina, con su puntuación fiel, en lo que se puede sin mayor escándalo, a la lengua hablada, y hasta con arbitrios ortográficos como el de las Mayúsculas Honoríficas. Quede aquí seña de agradecimiento a ella y al Periódico.

Muchos eran los que me mostraban acá y allá deseos de seguir el curso de la serie y que, no habiendo podido ser tan fieles al PAÍS como para encontrar cada NOTICIA en la fecha incierta del mes en que saliera, me pedían que las recopilase y republicase. A esas desperdigadas peticiones obedezco ahora; y una vez que he dado por concluida (sin más razones precisas que las que tenía para iniciarla) la aventura de estas andanadas, procedo a recopilar las 19 que han resultado ser y las entrego a la desventurada Editorial LUCINA para su nueva publicación en sarta entera.

Algo, sin embargo, más íntimo y pertinente me ha animado a ello, y es que, al considerar ahora las NOTICIAS en su conjunto, me ha parecido ver que trazaban, de cabo a rabo y sin repeticiones ociosas, un curso más orgánico y congruente de lo que yo creía cuando iban escribiéndose y casi (a falta de abuela que se lo diga) como un despliegue de ramas (variopintas por lo demás, según los avatares contemporáneos del mundo y míos) de un mismo tallo o estallido de fuegos artificiales.

Que es que se diría que esta guerra interminable contra las equivocaciones dominantes sobre las ideas de ‘persona' y de ‘gente’ ha dado aquí con una serie de motivos (de las Artes Plásticas a la falsa Guerra de Ellos, del Preservativo a las Marcas Deportivas, de la Música para Masas a la Política Económica, empezando y terminando por las relaciones entre la Muerte y la Mayoría), para ordenar los ataques en una estrategia mejor coordinada de lo que podían alcanzar mis pobres facultades personales. Que la guerra se pierda luego, o que, después de tanta batalla, siga tan perdida como antes... eso ¿quién podrá saberlo? Lo que importa, por lo pronto, es que esta política, aunque sea la de los perdedores, resulte lo bastante atinada en los blancos de sus asaltos y en las tácticas que ponga en obra. Para rendirse siempre hay tiempo.

Una política, lector, es esto que tienes entre las manos, y ‘política’ no otra cosa que una de las maneras de ejercicio del lenguaje; pues también las cosas que entre los hombres se hacen no pueden menos de tener significado y ser así también un caso de lenguaje. La política de los políticos, de los Ministros del Estado, de los Ejecutivos del Capital y de los Creyentes en el Dios que la actualidad les manda, es un uso de lenguaje cuya retórica consiste en no decir jamás nada que no sea lo que está dicho (escrito, por tanto, en el libro de su Futuro) y así tratar de aburrir a la gente y reducirla a masa contable de Personas. Hay otra política, que es la que no hacen los políticos, sino bien por el contrario, y que es también un uso del lenguaje (lo que las manos puedan acompañar a la idea y alargarla en sus actividades no es más que otra manera de manifestarse el NO que la lengua dice), otro uso del lenguaje que, confiando en que siempre, por debajo de la sumisión de las Personas, late una negación de la Fe y una rebeldía más o menos sub-consciente, confiando en definitiva en el lenguaje contra las Ideas por las que se muere, en que, por debajo de la pedantería de los lenguajes cultos destinados al engaño de la gente, vive un lenguaje común y popular, y haciéndose fuerte en el descubrimiento de que el Poder no puede nunca imponerse sin el empleo de la mentira, trata de poner al descubierto los engaños del Poder Contemporáneo y de los servidores de Dios, Estado y Capital: de decir la mentira de sus verdades, por no decir, más presuntuosamente, la verdad de sus mentiras.

Para eso seguramente es para lo que en estas NOTICIAS se ensayaban maneras de casi diría que escribir hablando (en contra de la Ley de la Cultura, que es hablar como se escribe) y, renunciando a la retórica, términos y sintaxis, de la jerga de los políticos y sus intelectuales (y ello no por desprecio sistemático de los lenguajes técnicos y formales, que bien sé que para ciertos intentos, científicos o poéticos, son necesarios y los únicos lo bastante hábiles y precisos, sino que pienso que aquello que, de esos ensayos cultos, no acabe por venir a dar en fórmulas de lengua corriente que, no por vía de vulgarización, sino al revés, sepan dar cuenta al común de sus descubrimientos, queda en tanto a beneficio de inventario y sujeto a la sospecha de que no sea más que «otro embeleco»), intentaban aprender al vuelo algo de la lengua práctica y corriente; hasta el punto de que aquel lector que no tenga la paciencia y tino de leérselas en voz alta y devolverlas a la lengua hablada, dudo mucho de que pueda de veras enterarse de lo que dicen. Y un resultado del intento han sido también esas muletillas que iban fijándose a lo largo de las 19 andanadas, lo del ‘usted / usté’ y lo del ‘Rotativo’ por ejemplo.

Pero, como la forma actual de Dios (única epifanía palpable de la eterna) es la del Estado-Capital o Capital-Estado demotecnocrático o tecnodemocrático, ésa era la única que a estas NOTICIAS les interesaba, puesto que a ella, según su propio Ideal, están condenadas a reducirse las más atrasadas de los pueblos «en vías de desarrollo», y que los restos de formas más arcaicas del Señor no sirven más que para mantener, por falso contraste y disimulo, la dominante; y así se dedicaban ellas sobre todo a desmontar las equivocaciones esenciales a la Fe del Capital o Estado democrático tocantes a las nociones de ‘persona’ y ‘mayoría’ y a la contranoción de ‘pueblo', que anula la de ‘mayoría’ (y cómputo de poblaciones en general) y la de ‘persona’.

Se me ofrece ahora, como significativo a tal propósito, considerar que es y ha sido siempre característico de la retórica de los líderes o mandamases el tratar a la población sobre la que operan como si fuese una persona, así cuando ya los demócratas antiguos se quejaban a veces de la volubilidad y los caprichos del demos o la plebe (parecido a como los hombres se quejan de la volubilidad de sus mujeres), y como en la comedia musical de El bobo, que una vez en Sevilla improvisábamos entre unos cuantos, el Capitoste desde su balcón al coro de manifestantes contra la lluvia de dinero lo apostrofaba

«Oh pueblo, pueblo ingrato, yo te di la Paz;

ahora pides la Justicia; y si te doy

la Justicia, pedirás la Libertad también:

eres insaciable»,

o también como los Ejecutivos del Mercado Desarrollado apelan en sus anuncios a la esperada Masa de consumidores presentándola bajo imágenes sumamente personales y dotadas de voluntad y gustos y decisiones; que deben coincidir, ciertamente, con lo que la venta de la basura correspondiente exija, pero coincidir personalmente.

Es en contra de ese uso retórico del Dominio como estas NOTICIAS iban desenvolviendo y fijando la costumbre de dirigirse al lector individual con un Usted personalísimo (y respetuoso, como corresponde al estatuto y edad media calculable para los consumidores del PAÍS), que sólo en virtud de su íntima contradicción pudiera llamar al sentimiento y razón común que late bajo la Persona; y así se hablaba con el lector acerca de la Mayoría, compuesta de tales individuos, y se la describía y analizaba incansablemente, mientras que de lo otro, pueblo o gente, que hubiera por debajo y en contra de la Mayoría (y de la Mayoría dominante de cada Individuo) no se hablaba propiamente, sino que se aludía a ello por vía negativa, como algo que NO era persona ni número de personas, y que por tanto, con su lenguaje y razón común, no sabía decir otra cosa sino NO.

Así eran algunos de los honestos trucos que ahora veo que me asistían en esta aventura de las NOTICIAS DE ABAJO, y que no podía yo personalmente haber previamente calculado. Cierto que la aventura se emprendía también con una apelación (contradictoria, por el uso de Nombres Propios) a algunos otros de los que conmigo se escribían o se hablaban y que me parecían tener lo bastante de gente y de común para que pudieran seguir hablándolo entre ellos sin la interposición del PAÍS y mía; esa parte del intento, como verá el lector, no se llevó muy adelante, no sé bien por qué (pues, entre el latazo de las relaciones personales, no dejo de vez en vez de seguir a mi derredor oyendo algo de sentido común y voces populares), sería tal vez por esa contradicción del Nombre Propio; de la cual el caso más grave era el del mío mismo, que ya podía intentar hablar como si no fuera nadie, sino nada más que YO, que hasta que nos libremos los lectores y yo mismo de mi Nombre Propio... Claro que, si eso se da, debería darse antes de que me muera, porque, lo que es luego, menos todavía podrá hacerse en contra de la Persona.

Y en fin, ya se sabe que es muy poco probable que estas NOTICIAS, y menos seguramente en esta su segunda salida al público como recopilación y libro, puedan estar haciendo algo de lo que ellas deseaban. Pero, como también a lo menos probable hay que darle sus oportunidades...

A.G.C.