Preparación de la boda

 

Jeff seguía trabajando, pero menos, en un par de meses iba a a pedir el traslado a otra unidad probablemente en Bruselas porque necesitaban a gente de su perfil pero no necesariamente en primera línea, de lo que me alegré porque egoístamente quería estar con mi futuro marido lo máximo posible y que no estuviera en peligro.

La vida parecía muy hermosa, me había trasladado a vivir con Jeff a la base y mis cosas también habían sido trasladadas casi en su totalidad. Después de la boda que iba a ser en cuatro meses, antes de que el bebé naciera, nos trasladaríamos a otra casa dentro de la base, pero un poco más grande, aunque a mí me gustaba esta… y quizá en unos meses, cuando naciera el pequeño, nos iríamos a vivir probablemente a Bruselas,

Mi abuela me llamó para visitarla el jueves y fui a verla a casa del general. Estaba solo ella junto con mi tía, y se alegraron mucho de verme. Los preparativos iban adelantados, ya había confirmado la mitad de la gente y estaban todos encantados.

Mi cuñada estaba ya de 6 meses y por suerte nacería antes de la boda, de hecho, mi tía pensó en ello antes de pensar una fecha, para que pudiera acudir con la pequeña pues iba a ser una niña.

- Hablando un poco de todo, -comenzó mi tío-, nos ha dicho tu hermano que has cogido una excedencia en el trabajo.

- Si -afirme-

- Mira querida queríamos hablar sobre el tema. -comenzó la abuela suavemente- mi marido era el embajador de España en Alemania, y no lo nombraron precisamente por ser un don nadie. Era ya un hombre rico y poderoso, hijo de militares, pero con una gran fortuna. Por otra parte, mi familia pertenece a la nobleza desde siempre…. Estamos emparentados con la familia real española y tenemos propiedades por todo el mundo…., con esto, quiero decirte… que no necesitas trabajar.

Yo sabía que tenían dinero, pero en realidad nunca habíamos hablado en serio de nada. Sí que habían traspasado varios miles de euros a nuestras cuentas para nuestra disposición… pero de ahí a lo que estaba escuchando, había un abismo.

- Pero… ese dinero es suyo, y a mi no me importa trabajar cuando nazca el bebé

-Bien querida, ese dinero es mío pero también de mis hijos y nietos y créeme cuando te digo que vas a recibir una gran parte, al igual que tu hermano.

- Pero no es necesario… -comencé azorada…

- ¿Cómo que no dijo la abuela? Eres hija de mi hijo y tienes derecho incluso aunque no hubieran estado casados, sois sus hijos y como tales tenéis derecho a sus títulos y a su parte de la fortuna.

- Así que vas recibir a partir del mes que viene una asignación de lo que te corresponde de renta, y bueno, creo que es algo más de lo que solías cobrar anualmente, cariño.

- Incluso tu hermano cuando se lo dijimos ayer, se quedó sin palabra. -Me dijo la abuela riéndose.

- Nos dijo que dirías que no, por tu forma de ser, pero piensa Marta, qué diría tu padre verdadero, ¿tu crees que le gustaría que una hija suya no tuviera derecho a lo que le pertenece por familia.?- insistía la abuela

- Bueno, tendré que ir asumiendo todo esto. Supongo, es decir, muchas gracias, no me lo esperaba, ni lo pensé... y me siento agradecida y es una tranquilidad... pero no se qué hacer.

- Tranquila no te preocupes, te ayudaremos en todo lo que necesites y te aconsejaremos cómo invertir. Por otra parte, tu tío es consejero de varias empresas y si deseas trabajar, seguro que hay un puesto para ti en alguna de ellas.

- Eso me alegra, me parece muy interesante…

- De momento tienes mucho trabajo para organizar todo, y luego habrá que ver dónde destinan a tu marido y después tendrás que buscar casa. En fin, vas a tener un primer año bastante movido como para preocuparte ahora mismo del trabajo.

Sonaba anticuado pero razonable. Tampoco iba a insistir como si fuera algo imprescindible en mi vida, todo llegaría en su momento. Como hablamos, mejor ir pensando en los próximos 4 meses que faltaba para la boda y luego ya se vería. Además, los nervios y el embarazo me hacían sentirme más cansada de lo habitual, así que aceptaría todo de momento.