PRIMERA INTERFERENCIA PASIVA O NUEVAS PÁGINAS PARA SER SALTADAS
ACTO Y ESCENA ÚNICOS.
Escenario sin escenografía alguna, a excepción de un bajo pedestal en el centro. Sobre él cae una luz cenital y blanquísima, sobre él reposa el cuerpo del héroe de este relato, moribundo por sus graves heridas. La luz crea un amplio ruedo iluminado; el resto del escenario a oscuras.
Entra Fray Sabino. Se acerca al Héroe. Sobre ellos comienzan a caer rosas rojas y blancas.
FRAY SABINO. (Junto al héroe.) ¡Tan joven y ya está en camino de reunirse con el señor...! ¡Pobrecito...!
Entra Mefistófeles, sigilosamente. Cesan de caer las rosas.
FRAY SABINO. (Al ver a Mefistófeles.) ¡Tú...! ¡¿Aquí también?!
MEFISTÓFELES. (Recogiendo una rosa del suelo.) Por supuesto, Mein Herz. Me asiste tanto derecho como a ti.
FRAY SABINO. (Resignado.) Tienes razón, Mefistófeles...
MEFISTÓFELES. (Mirando alrededor.) ¿No ha llegado nadie más?
FRAY SABINO. Aún no es hora.
Mefistófeles se acerca al Héroe.
MEFISTÓFELES. ¡Oh, cuán joven es! ¿Crees que muera, Fray Sabino?
FRAY SABINO. (Suspirando.) Los designios del Autor son inescrutables... (Repentinamente suspicaz.) ¿Acaso tú no eres quien conoce el futuro?...
MEFISTÓFELES. (Encogiéndose de hombros.) Eso era antes, Mein Herz. Este mundo de ahora es muy descreído... fray sabino. De nuevo tienes razón.
MEFISTÓFELES. Sé muchas cosas, pero no soy omnisciente.
(Extiende su mano hacia el héroe.)
FRAY SABINO. ¡Detén tu mano, Satanás, o te rompo el güiro aquí mismo!
MEFISTÓFELES. (Conciliador.) Solo iba a recoger una gótica de su sangre, Mein Herz...
FRAY SABINO. ¡Llevas siglos jodiendo con la sangre de los demás! Ni que fueras vampiro...
MEFISTÓFELES. (Un poco molesto.) La sangre es un fluido muy singular...
Entra Puck. Sobre su cabeza lleva una corona de flores.
PUCK. Gutten morgen, Mefi.
MEFISTÓFELES. Good momig, Puck.
PUCK. Buenos días, Fray Sabino.
FRAY SABINO. Buenos días, hijito. ¿No has visto a nadie por el camino?
PUCK. (Dándose una palmada en la frente.) ¡Por el Roble, el Fresno y el Espino!... Tenga la bondad de disculparme, padre. En vez de venir por el camino recordándoles la cita a los demás, vine por los senderos aéreos aprovechando el viento del Este...
FRAY SABINO. Bueno, hijo, ya no tiene remedio... De todas maneras, no importa; aún es temprano.
Puck se acerca al Héroe en puntillas de pie.
PUCK. (Pensativo.) He visto morir muchos hombres desde que los antiguos cavaron el Deflpond bajo Chanctonbury, pero nunca me había dado tanta pena como ahora...
FRAY SABINO. (Suspirando.) ¡Nos leía tanto!... (Caen rosas rojas y blancas.) ¡Pobrecito...!
MEFISTÓFELES. Vamos, Fray Sabino, no es tan pobrecito como lo pintas...
FRAY SABINO. Eso lo dices porque tú no morirás jamás, so cabrón.
Entra el Cuervo de Poe. Cesan de caer las rosas.
CUERVO. (Revoloteando sobre Mefistófeles.) Never more, never more!
FRAY SABINO. ¿Quién coño citó a este pajarraco maníaco?
puck. Nadie, Fray Sabino. Usted sabe que ese pájaro aparece cada vez que nos reunimos. (Al Cuervo.) Lay down and don’t fluter around.
cuervo. (Posándose.) Never more!
MEFISTÓFELES. (A Puck.) ¿No podrías enseñarle otras palabras?
puck. No es mío.
Entra Segismundo cargado de cadenas. Sin saludar a nadie, se acerca al Héroe y lo observa ensimismado.
SEGISMUNDO. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.
MEFISTÓFELES. Este es peor que el cuervo...
CUERVO. (Al oír su nombre.) Never, never more!
FRAY SABINO. Buenas, Segismundo.
SEGISMUNDO. Buenas, padre. Buenas a todos. (Mira a su alrededor.) Aquí falta gente...
PUCK. Aún es temprano.
Entra Gargantúa; todo sofocado.
GARGANTÜA. (Tronante.) Disculpad la demora, amigos míos. Vine tan veloz como pude. (Lanza una mirada al Héroe.) ¿Está muy mal?.
MEFISTÓFELES. Peor.
GARGANTÜA. (Lanzando un pedo estruendoso.) ¡Si en mis manos cae quien le hizo la tamaña gracia, juro que nunca más sentirá las in partibus genitalibus titillationes... ¡Nunca más...!
CUERVO. Never more!
Entra Hamlet. Como siempre, viene distraído. En la mano lleva una de esas calaveras mexicanas de azúcar.
GARGANTÜA. (A Hamlet.) ¡Salud a Vuestra Alteza!
HAMLET. ¡¿Eh?!... ¡Oh, sois vos! Me alegro de hallaros bien... ¿He llegado tarde de nuevo?...
FRAY SABINO. Esta vez, no.
HAMLET. Menos mal. (Se acerca al Héroe. Al verlo moribundo se estremece impresionado.) Angels and ministers of grace, defend us!— Be thou a spirit of health or goblin damn’d, bring with the airs from heaven or blasts from hell, be thy intents wicked or charitable, thou com’st in such questionable shape that I will speak to thee: I’ll call thee, Hamlet, King, father, royal Dane: O answer me!...
CUERVO. Never more!
SEGISMUNDO. ¿Qué dijo?
PUCK. (A Hamlet.) My Prince, that young man isn’t your father...
HAMLET. (Asombrado.) ¿No? Oh, I’m so... sorry...
SEGISMUNDO. ¡¿Por qué carajo no hablan en castellano como Dios manda?!
HAMLET. Disculpadme... Me confundí... Ultimamente me suele pasar con frecuencia...
MEFISTÓFELES. Deben ser los años, Mein Prinz.
HAMLET. (Un poco afligido.) Sí, deben ser los años... (Queda pensativo mirando fijamente la calavera que tiene en las manos.)
FRAY SABINO. (Alarmado.) Ya está mirando la calavera...
GARGANTÜA. Si suelta su monólogo, me voy para el carajo, Fray Sabino...
Todos quedan en suspenso mirando a Hamlet. Súbitamente, este da un mordisco a la quijada de la calavera.
PUCK. (Sorprendido.) Esa no es su calavera, príncipe...
HAMLET. (Masticando.) ¡Oh, no, por supuesto! Es un obsequio del buen Pito Pérez.
GARGANTÜA. (Goloso.) ¿Es de azúcar, Vuestra Alteza?
HAMLET. Sí... ¿Aceptaríais un trozo?
GARGANTÜA. ¡Con gusto, Alteza!
Hamlet da untrozo de dulce a Gargantúa. Luego reparte entre todos los presentes.
FRAY SABINO. Se acerca la hora señalada y aún falta gente.
MEFISTÓFELES. (Chupándose los dedos.) No te preocupes, Mein Herz, ya vendrán...
Entra La Maga. Viste una falda amplia, zapatos bajos, el pelo revuelto y suelto, lleva una hermosa y enorme bolsa hecha de un tapiz andino; viene cebando una bomba de mate. Se detiene ante el Héroe.
LA MAGA. (Con rabia.) Merde!
GARGANTÜA. (Galante.) Bonjour, demoiselle en fleur...
LA MAGA. (Puta.) Merci, bon homme. (A todos.) ¿Por qué tenéis esa cara de velorio?
FRAY SABINO. La cosa está mala, hija mía... (Comienzan a caer rosas rojas y blancas.) Se muere...
LA MAGA. (Mirando al Héroe.) Hay que hacer algo...
SEGISMUNDO. ¿Valdrá la pena?... (Suspira.) Pensad, ¿qué es la vida? Un fre...
MEFISTÓFELES. (Interrumpiendo a Segismundo.) Para eso estamos aquí, Maga.
LA MAGA. (Seria.) Eso espero, che.
Entran Don Quijote y Sancho Panza. Se detienen ante el Héroe.
DON QUIJOTE. Sancho amigo, inclina tu frente ante uno de los más esforzados caballeros andantes que nunca se viera sobre la faz de la tierra.
SANCHO PANZA. A fe mía, que más maltrecho no puede estar.
DON QUIJOTE. No te preocupes, Sancho, que este mozo morir no puede. Has de saber que él nació, por querer del cielo, en esta edad de hierro para resucitar en ella la de oro, o la dorada, como suele llamarse. Él es aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos, quien habrá de resucitar los de la Tabla Redonda, los Doce Pares de Francia y los Nueve de la Fama, y el que ha de poner en olvido los Platires, loa Tablantes, Tirantes y Olivantes, con toda la caterva de caballeros andantes del pasado tiempo, haciendo en este en que se halla tales grandezas, extrañezas, hechos de armas y barbaridades, que oscurezcan las más claras que ellos hicieron.
PUCK. Ya he oído eso...
SEGISMUNDO. (Despectivo.) Capítulo vigésimo de la primera parte. Es solo una paráfrasis...
PUCK. Ya sabía yo.
SANCHO PANZA. Por las heridas y mataduras que tiene, señor, muy cerca está de su hora.
DON QUIJOTE. No seas testarudo, Sancho. ¿A qué crees que hemos venido, sino a impedir, por la fuerza si es menester, que muera este Héroe? (A todos.) Buenos días tengáis todos, caballeros y damas...
FRAY SABINO. Dios te bendiga, viejo flaco.
PUCK. Sir, ¿podría apartar un poco su cabalgadura? Se está comiendo las flores de mi corona...
DON QUUOTE. ¡Oh! (Aparta a Rocinante.) Perdonad a mi fiel corcel. No es dado a ciertas bestias el uso de la razón..
PUCK. No tiene importancia, sir Quijote...
Entran Mowgli, Baloo y Baghera.
MOWGLI. (Señalando al Héroe.) ¿Esa es la muerte de los héroes, Baloo?
BALOO. No siempre, hombrecito, no siempre. Aunque es frecuente.
MOWGLI. ¿Y por qué le pasó eso? ¿Habrá sido por una cosa como la que encontré en las Moradas Frías?...
BAGHERA. No, ranita; fue por algo importante, baloo. Basta ya de parlotear como los Bandar-log, Mowgli, saluda a los presentes...
MOWGLI. (A todos.) ¡Buena caza y muchos días de paz! (A Puck.) ¡Hola, enano de las colinas!
PUCK. (Contento.) ¡Hola, renacuajo hindú!
MOWGLI. (A Fray Sabino.) Rann nos avisó, Fray Sabino. Hemos venido corriendo como sombras...
FRAY SABINO. Muy bien, hijito.
Entra Komachi. Viste un ceñido kimono blanco, pintado con una vista del Monte Fuji. Hace una reverencia ante los presentes, se inclina profundamente ante el Héroe.
KOMACHI. Oki-yo-oki-yo waga tomo ni semu neru kochó.
CUERVO. ¡¿Qué?!
FRAY SABINO. “Despierta, despierta; soy yo quien quiere tu compañía, durmiente mariposa.” Son versos de Basho... Ella es enferma a Bashö...
MEFISTÓFELES. (Admirado.) No sabía que dominabas el japonés, Fray Sabino...
FRAY SABINO. La incredulidad de estos tiempos ha hecho mella en ti, Mefi.
GARGANTÜA. (A Fray Sabino.) ¿Y tendrás que traducir cada vez que ella hable?...
FRAY SABINO. Claro que no... En cuanto suelte dos o tres poemas, se pone a hablar en un castellano de lo más sabroso y tropical.
HAMLET. ¿Poemas?
FRAY SABINO. Komachi es poetisa.
HAMLET. (Los ojos fijos en las formas de Komachi ceñidas por el kimono.) ¡Ah!...
FRAY SABINO. (A Komachi.) Eh... este... arigato Komachi-san...
KOMACHI. Deja eso, Fray Sabino. ¿Llegué a tiempo?...
FRAY SABINO. Sí, hija mía, aún no hemos empezado.
KOMACHI. Bueno, entonces podré descansar un poco.
MEFISTÓFELES. (A Fray Sabino en un susurro.) Estamos pasados de hora, Fray Sabino, y se me va a hacer tarde para un aquelarre que tengo a orillas del Potomac...
FRAY SABINO. (También susurrando.) ¿No puedes esperar un poquito? En diez minutos empiezo...
MEFISTÓFELES. Si tú lo dices...
Entra Aureliano Buendía. Se detiene ante el Héroe y se arrebuja aún más en la manta que trae echada sobre los hombros.
AURELIANO BUENDÍA. (Con voz sorda.) ¡Manda pinga!...
CUERVO. (Maravillado.) Pinga...
AURELIANO BUENDÍA. (Sin hacer caso.) Si se muere, levanto una partida que le va traquetear...
FRAY SABINO. Buenas, Aureliano.
AURELIANO BUENDÍA. Buenas, padre. (A todos.) Buenas...
(De nuevo a Fray Sabino.) ¿Todo está bien, padre?
FRAY SABINO. (Suspirando.) Más o menos, hijo, más o menos...
MEFISTÓFELES. (A Fray Sabino.) ¿Empezamos ya?...
FRAY SABINO. Sí... (Se sube en el burro de Sancho Panza.) ¡Atiendan todos, ilustres amigos...
LA MAGA. ¡Sin burguesadas, Fray Sabino!
MEFISTÓFELES. (Moviendo la cabeza al oír a La Maga.) Ach, die geistliche Situation der Zeit!...
FRAY SABINO. Bueno... ¡Atiendan todos, personajes...!
Todos se congregan ante Fray Sabino. Comienzan a caer rosas rojas y blancas.