Introducción

Pues aquí estamos, un siglo más sobre la faz del planeta. ¡Y todavía no sé que hacer! Llevo casi dos mil años sin salir de la tierra, y todo por discutir con Luci.

¡Buf! Vaya petardo el Pablo. Ya sé que él está subido en la parra de que el piso es suyo. Que a mí solo me alquila la habitación. Pero de verdad que no lo aguanto:

  • Que si «las mujeres os apoyáis las unas a las otras y por eso no quieres oír mi versión de las discusiones con Ana»
  • Que «a ti te gusta “Mujeres Desesperadas” porque está orientada al público femenino»
  • Que «no entiendo cómo puede gustarte el fútbol»

¡Y encima el tío se sorprende cuando va a la cocina y se encuentra sus cacharros de hace una semana en la pila! Eso si que no cuela, chavalote. ¡Que yo me voy a comer fuera!

En fin, que casi estoy por pedirle una ayudita a Dios. Aunque realmente no sé si me la prestaría.

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