La creación de un Universo
Todos conocemos esas grandes series de relatos de SF en que nos son pintados, gracias a la fértil imaginación del autor, Universos futuros con todo lujo de detalles, llegando a constituir planos de existencia que nos parecen tan reales como el que vivimos cotidianamente. Pero en pocas ocasiones habremos tenido la oportunidad de que uno de estos «creadores de Universos» nos explique su génesis y desarrollo. Para cubrir esta laguna viene aquí este artículo, aparecido originalmente en el newszine americana Science Fiction Review de noviembre de 1965.
A principios de 1961, me di cuenta de que la FEDERATION OF THE HUB (Federación del Núcleo Galáctico) había adquirido una forma, fragmentaria pero definida, en mi imaginación. Previamente, durante un período de nueve años, había escrito cuatro obras —tres novelas cortas y una larga— en las que había empleado la HUB como decorado de fondo. En las novelas cortas tan solo le había prestado una atención puramente nominal. Los personajes humanos de los relatos tenían que ser miembros de alguna civilización, y la HUB o la FEDERATION OF THE HUB, situada vagamente hacia el centro de la Vía Láctea, me había resultado una buena etiqueta para definirla. Las historias en sí, se desarrollaban en mundos remotos apenas tocados por la cultura de la HUB, así que no tenía necesidad de extenderme en detalles sobre la misma. No obstante, ya hice una serie de afirmaciones sobre la misma; y se me ocurrieron otras ideas adicionales. Había surgido a la existencia un primitivo y muy borroso proyecto de la HUB.
En la novela A Tale of Two Clocks (Un cuento de dos relojes), escrita en 1959, las necesidades del relato me llevaron a delinear unos detalles mucho más definidos acerca de la HUB, en especial a lo que hacía referencia a varias organizaciones oficiales y semioficiales. De hecho, había establecido y escrito mucho más de lo que yo mismo me daba cuenta en aquel momento, pero entonces no sentía ningún deseo de continuar con aquello. Tras acabar la novela, me vi envuelto en un trabajo que no tenía nada que ver con la SF, e iba a pasar un año y medio antes de que volviera a este campo de las letras. Entonces, hice dos cuentos, y me hallé temporalmente desprovisto de material suficientemente atractivo para basar en él nuevos relatos, por lo que comencé a buscar algo nuevo.
Se me ocurrió que la FEDERATION OF THE HUB podía servir como telón de fondo para alguna historia, pero mi impresión inmediata fue que la novela ya había presentado todo lo que de interesante había en aquella civilización, y que debía crear alguna otra cosa.
Y entonces me di cuenta de que esta argumentación no tenía sentido. En el mundo real, abrimos un periódico y, con las usuales maniobras y crisis nacionales e internacionales, nos encontramos con que las pasadas veinticuatro horas han producido una montaña de acontecimientos personales y aventuras del suficiente interés como para ser consideradas como publicables por los editores de periódicos. Y esto pasa en nuestra Tierra de hoy en día. Yo había presentado a la HUB como compuesta por más de trece centenares de mundos civilizados, miembros de la misma, y con viajes interestelares ilimitados que permitían nueva exploración. Obviamente, durante cualquiera de los días normales de la HUB debía de producirse un enorme número de acontecimientos en esa enorme área que pudieran dar lugar a historias interesantes. Si deseaba relatos basados en la HUB, tan solo tenía que establecer cuales podían haber ocurrido en ella. Tenía que buscar historias equivalentes a las que un editor de hoy en día consideraría publicables, y seleccionar entre ellas las que necesitase.
Esto funcionó estupendamente. Utilizando datos que ya había acumulado sobre la HUB, su pueblo, costumbres, etc., extendiéndolos y ampliándolos en varios sentidos, pronto hube imaginado un argumento sobre una banda de criminales que buscaban destruir y robar un hotel de vacaciones de lujo: Lion Loose (León suelto), otro sobre un detective que buscaba un tesoro enterrado: The Tangled Web (La red enmarañada), sobre mutaciones llevadas a cabo mediante manipulación de los genes: The Other Likeness (El otro aspecto), el encuentro de una jovencita y su animal doméstico con una manada de parientes salvajes del bicho: Novice (Novicio), y por fin la historia de un capitán mercante que se encuentra a la deriva en lugares inexplorados: The Winds of Time (Los vientos del Tiempo). Estos acontecimientos, colocados frente a los más amplios escenarios del futuro y sus posibilidades, se magnificaban, y adquirían más ángulos y ramificaciones de los que hubieran tenido sus equivalentes terrestres de nuestros días. Pero, esencialmente, continuaban siendo experiencias humanas.
Y, entonces, cometí un error. Habiendo escrito esas historias y puesto que me gustaba bastante la forma en que lograban una relación entre ellas, a través de la HUB y del particular período de la historia de la misma en que estaban situadas, decidí que podía tratar en una forma similar cualquier tema de SF. Desenterré un cierto número de ideas para relatos, nuevas y viejas, y traté de insertarlas en el contexto de la HUB.
Ninguna de ellas se adecuaba al intento. En nuestro mundo real, Francia no se halla al sur de África porque las cosas son como son, los trasatlánticos no vuelan porque les es imposible, y los mastodontes están extintos porque lo están. Una historia que contradiga tales hechos cae dentro del género fantástico. La HUB había adquirido una realidad paralela en su ficción. Dentro de ella eran posible cualquier número de relatos, pero no aquellos que yo había seleccionado. El peso de la evidencia ya acumulada sobre la HUB se oponía a ellos.
Por fin lo dejé correr, encontré ambientes más adecuados para mis relatos y los escribí de acuerdo con ellos. En aquel período comencé un cuento genuinamente perteneciente a la HUB: Undercurrents (Corrientes de fondo), larga secuela de Novice. Se desarrollaba en Orado, la sede planetaria del Supergobierno de la Federación, e introducía una gran cantidad de información adicional sobre la organización interna de la HUB y sobre otros asuntos, e incidentalmente diré que fue una historia que me resultó especialmente difícil de escribir. Tras terminarla, casi pasó un año antes de que pudiera dedicar de nuevo algún tiempo a la SF.
Esto ocurrió hacia finales de 1963. Durante casi un año estuve inundado de trabajo, y presté poca atención consciente a la FEDERATION OF THE HUB. Sin embargo, el área había retenido una especie de actividad autónoma. En los momentos más extraños me venían nociones espontáneas acerca de la misma, y yo las escribía y archivaba para referencia futura. Cuando al fin pude lograr dedicarme a pensar expresamente en nuevas ideas para relatos de SF, descubrí que tenía más material sobre la HUB del que podía usar.
Esto se debe, aparentemente, a un proceso de asociación. La HUB no es un Universo soñado; ha sido modificado e influenciado demasiado por técnicas literarias conscientes para ser simplemente eso. Además, tiene su propia organización que no sólo rechaza lo ilógico e incongruente, sino que además atrae material relacionado con el existente; intenta crecer. Sus personajes principales y otros factores, tratados una vez o dos, continúan en un vago movimiento, cristalizando por sí mismos nuevos elementos para otros relatos. Me gustaría poder decir que tales ideas, engendradas por la misma HUB se escriben además solas, pero desafortunadamente, no es ese el caso. Se me proporciona la idea de algo que puede llevar consigo una buena cantidad de detalles, pero que aún necesita ser trabajosamente clarificado y organizado para formar un episodio completo, en la forma usual.
También descubrí que, mientras tanto, la HUB había desarrollado una estructura temporal. Las dos primeras historias que escribí acerca de ella, respectivamente en 1952 y 1956, no formaban parte del mismo período temporal que las posteriores. La primera debía de hallarse aproximadamente a unos quinientos años en el pasado de la HUB, la otra tan solo a unos cincuenta. Por el contrario, los relatos posteriores estaban muy agrupados. Un período de tres años los abarca a todos, y la mayoría se encuentran en el último de esos tres años; o sea el “momento actual” de la HUB que yo he fijado en el año 3500 d. JC., un intervalo adecuado para contener los acontecimientos que llevan desde el día de hoy hasta el desarrollo de la HUB en el corazón de nuestra Galaxia. Como nuestro mundo real, el de la HUB posee un presente activo, un pasado conocido y un futuro que está abierto a todas las suposiciones.
Hasta el momento, se han publicado acerca de ella dieciocho relatos, que van desde el cuento hasta la novela. En cuanto al número de las que aún se publicarán, eso es algo que depende de una continuada tolerancia por parte tanto de los lectores como de los editores, así como del tiempo que yo pueda, o desee, dedicar a la HUB. Aparte de esos factores, la HUB parece ser capaz de mantener un chorro de temas que resultaría imposible de agotar por una docena de escritores en tanto que no introdujese elementos destinados a acabar con su existencia de papel por medio de una calamidad cósmica u otro acontecimiento irremediable: pues, generalmente, a medida que se va diciendo más de ella, más parece proliferar el material virgen para nuevas historias que contiene.
CRONOLOGÍA DE LAS HISTORIAS SOBRE LA HUB
Tan solo se indican los nombres de los personajes que han aparecido en más de una de las historias.
Hacia el año 3000.
The Vampirate.
Hacia el año 3450.
Sour Note on Palayata (Pilch).
Año 3498
Harvest Time (Holati Tate, Trigger Argee, Brule Inger).
A Tale of Two Clocks (Trigger Argee, Brule Inger, Holati Tate, Profesor Mantelish, Heslet Quillan, Keth Deboll, Pilch).
Un LEÓN SUELTO en la HUB
Año 3499
Lion Loose (Heslet Quillan).
Who Has My Golden Arm?
Año 3500
The Tangled Web (Wellan Dasinger).
Novice (Telzey Amberdon).
Undercurrents (Telzey Amberdon, Wellan Dasinger, Chomir).
Goblin Night (Telzey Amberdon, Chomir).
Sleep No More (Telzey Amberdon).
The Pork Chop Tree (Trigger Argee, Profesor Mantelish, Holati Tate).
The Other Likeness.
The Winds of Time.
The Machmen.
A Nice Day for Screaming (Keth Deboll).
Balanced Ecology.
Trouble Tide.
James H. Schmitz