PRÓLOGO

El cuento sufí no trata de convencerte sino de seducirte, trata de mostrar experiencias y consejos prácticos, eso sí, envueltos en bellos tapices, más allá de toda especulación.

El sufismo es realista y pragmático, no es una doctrina, ni trata de explicar el universo o la existencia. A través del sufismo encontramos, sencillamente, un camino que conduce a que cada cual descubra los enigmas del universo y la existencia sin destruir el prodigio y el asombro, es más, lo hace sumergiéndonos en las maravillas de la vida.

El sufismo es un tapiz, un hermoso tapiz en donde se tejen leyendas, fábulas, parábolas y poesías que abren el camino hacia el corazón y la intuición. Si no hay amor e inspiración, no hay sufismo.

Estas historias sufíes, más que para reflexionar acerca de ellas, están hechas para ser contempladas, tal como lo hacemos ante un bello jardín, y para ser saboreadas, tal como lo hacemos con una dulce taza de té. Disfrutémoslas.

RAÚL DE LA ROSA