PRÓLOGO

Lo que sigue es un panfleto: se publica en la colección «Los panfletos del lince», pero de las dos acepciones que de «panfleto» da el Diccionario de la Real Academia Española la intención, al menos de este, es que siga la segunda: «Opúsculo de carácter agresivo», aunque asumiendo para «agresivo» una acepción que, al menos de momento, la RAE no contempla: el ataque —educado— a lo convencionalmente admitido.

Lo que pretende el texto que Ud. está leyendo en este instante es llevarle a la reflexión: que se plantee cosas, vaya.

Pienso que le va a solventar muchas dudas, que le va a dar respuesta a muchas preguntas que hasta ahora no la habían obtenido, incluso es posible que le dé más: alguna pregunta que ni se había formulado, así como su correspondiente respuesta; pero también le va a llevar a plantearse dudas que estarán más allá de este texto, lo que será genial: indicará que ha obtenido un buen rendimiento de lo que ha pagado por el libro.

La estructura de este panfleto, como no podía ser de otro modo, es panfletaria. De entrada, una batería de preguntas muy directas junto a sus respuestas al estilo de aquel filme de título Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar (Everything You Always Wanted to Know About Sex-But Were Afraid to Ask, Woody Allen, 1972).

A continuación, tres breves incursiones (que no capítulos) en tres grandes cuestiones, en las que trato de perfilar, primero, el lugar en el que nos hallamos: ¿dónde estamos?; en otra, la siguiente, sintetizo hasta la esencia la razón de que estemos donde estamos: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?; y finalmente, una tercera incursión en la que se abre la posible puerta que conduce al nuevo escenario hacia el que nos dirigimos: y ahora, ¿qué?

Luego unas páginas sobre España. España, ¿dónde está?

Para finalizar, añado una cronología comentada de los hechos y procesos por los que hemos transitado —por los que la humanidad ha transitado— hasta llegar aquí.

Una advertencia adicional. A lo largo de este texto verán cifras inconmensurables: cientos de miles de millones de euros, billones de dólares, montos difíciles de calibrar. Les sugiero una especie de patrón de medida. El PIB de España ronda el billón de euros: a esos niveles, un par de miles de millones arriba o abajo, tanto da; tómenlo como referencia a fin de contextualizar esos números fabulosos. Y otra más: cuando lean billones siempre debe entenderse millones de millones.

Como en El crash del 2010, mi agradecimiento a todas aquellas personas que han hecho posible, de la forma que sea, que este texto exista, por lo que si Ud. considera que ha contribuido a ello, considérese incluido en el grupo.

Y, también como en El crash del 2010, resalto al mismo autor que entonces: John Kenneth Galbraith, un economista que decía ser «un escritor de economía». Gracias, profesor Galbraith, por todo lo que me ha ayudado a pensar.

A primera vista, la calamidad de los años veinte menos probable parecería ser otro alocado auge especulativo de la Bolsa con su inevitable derrumbe. Cuando aquellos días de desencanto terminaron, decenas de miles de norteamericanos movieron sobrecogidos sus cabezas y murmuraron: «Nunca más».

JOHN KENNETH GALBRAITH,

The Big Crash: 1929 (1954)

SANTIAGO NIÑO-BECERRA

Vilassar de Mar, julio del 2011