Diversiones rinocerontes
CUANDO estés paseando en tu auto, fíjate en los otros automovilistas. ¿Cómo se ven? ¿Están sonriendo? ¿Se ven entusiasmados?
Pronto descubrirás que por nuestros caminos y carreteras transita una manada de “zombies” (como sonámbulos). La mayor parte de los conductores mantiene una expresión fija, vidriosa mientras transita. El contacto visual con los demás se evita a toda costa. La sonrisa no existe.
La única indicación de vida es que los carros se están moviendo. Alguien tiene que estar oprimiendo al acelerador, deben ser ellos.
Cuando lleguen a la próxima luz del tránsito, acércate al “zombie” más próximo y comienza a mirarlo o mirarla fijamente. Estudia su cara sin expresión alguna. ¿En qué estará pensando?
Parece que va para un entierro... ¡el suyo! Continúa tu observación. Es curioso, pero no importa lo sumido que esté en su trance, una vez que comiences a mirarle fijamente, sentirá el efecto y te comenzará a mirar para ver qué estás mirando tú. Tu tendencia será apartar la vista apenas él te mire. Pero esta vez evítalo, y en lugar de eso, sonríete y saluda. Esto lo descontrolará definitivamente. Observa qué hace en seguida. La mayoría de los conductores te lanzarán una rápida sonrisa nerviosa, luego mirarán al frente ansiando que la luz se cambie a verde.
¿No les parece un juego divertido? Si la simple mirada no despierta al “zombie”, toca la bocina para sacarlo de su coma. Luego, cuando él o ellas se volteen a mirarte, sonríe de la manera más amplia y hazle señas con la mano como si fuesen viejos amigos que no se han visto en mucho tiempo. El puntaje del juego es así: dos puntos si devuelve la sonrisa y el saludo. Un punto si únicamente lo sacas del estado de coma y puntos de menos en caso de que ocurra algún accidente. ¡Diviértete!
DIVIERTETE DANDO PROPINAS
Otra diversión rinoceronte es el dar propinas. Sé muy bien que el dar propinas no es nada especial. Las vacas y las ovejas también dan propinas. Pero ellas siempre dan propinas a los mismos animales. Generalmente, meseros y meseras, porteros y peluqueros. Todos estos reciben propinas. Búscate otros animales para darles propina. Si un vendedor en un almacén te atiende especialmente bien, dale una propina.
Dale propina a un cajero amistoso. No tiene que ser una gran propina. Una propina de un dólar puede ser una buena sorpresa para alguien que jamás había recibido propinas. Dale una propina de un dólar a un mesero y seguramente te mira feo.
Es divertido dar propina a personas que no esperaban propina. Naturalmente, no le des propina a quien no la merezca. Si le das propina al muchacho que te empaca mal la compra en la tienda, te vas a sentir como un asno, no como un rinoceronte.
SIEMPRE LLEVA $ 100 (DÓLARES)
Lleva siempre contigo siquiera un billete $ 100. Ni lo exhibas ni lo gastes. Simplemente llévalo. El dinero es poder y por el solo hecho de llevarlo contigo te recordará tu potencia rinoceronte. No te preocupes en perder los $100 ni en ser atracado o que te los roben. Si te preocupas, eres un “preocupón” y debes deshacerte de ese vicio antes de que crezca.
¡Eres un rinoceronte audaz!
TEN UNA NUEVA EXPERIENCIA
Todos los fines de semana las vacas y las ovejas salen a comer y al cine. Debes ser rinoceronte y ensayar algo diferente. Experimenta algo que jamás hayas hecho antes. Por lo menos una vez por semana haz algo que sea totalmente nuevo para ti, ya sea en cometa, patinar o ir a la ópera, a un concierto de rock, a bailar disco o a visitar un museo de arte. ¡Prueba un poquito de todo! ¡Amplía tus horizontes! No seas una inerte masa sentada en un sofá mirando televisión como una vaca. Recuerda, ¡Una vida rinoceronte es una aventura!
BUSCA AL RINO
En cualquier parte donde estés busca a otros rinos. No hay muchos de ellos. De cada cien animales tal vez habrá cinco rinos. Cuando localices un animal que sospeches puede ser rinoceronte acércate a él o a ella y te presentas como un colega rinoceronte. A los rinocerontes les encanta relacionarse con otros rinocerontes.
No seas tímido. Sé valiente. Oye, eres un rinoceronte. Tienes cuero de dos pulgadas.
Explícale que estás practicando tu audacia, dale gracias por haberte atendido e intercambia tarjetas rinoceronte. Trata de conocer a tantos rinocerontes como te sea posible. Aun los rinocerontes de vez en cuando necesitan la ayuda de alguien.