21

En el camino hacia la estación, Moko me pidió que le comprara una revista porno y cigarrillos. La chica de la tienda, que estaba regando la acera, me reconoció y dijo:

—Vaya, has ligado, qué bien.

Sus brillantes pantalones color crema le ajustaban tanto que pude distinguir la línea de sus bragas. Mientras se limpiaba las manos mojadas en su delantal y me alcanzaba los cigarrillos, miró las uñas pintadas de Moko.

—¿Te duele todavía el culo? —le pregunté a Moko.

—Bueno, un poco cuando voy al water, pero ese Jackson es muy amable, me compró este pañuelo en la tienda de la base, es de Lanvin.

—¿Lo harías otra vez? Yo estoy un poco cansado.

—Sí, bueno, es algo fuerte, pero si hay otra fiesta supongo que iré. La verdad es que no hay muchas ocasiones de divertirse ¿no? Cuando ya nada me divierta, me casaré.

—¿Eh? ¿Has planeado casarte?

—Claro, por supuesto. ¿Pensabas que no?

Un camión hizo un brusco giro a la derecha en el cruce, y una polvareda cayó sobre nosotros. Se me metió arenilla en los ojos y en la boca. Escupí.

—Maldito conductor —farfulló el cartero, bajándose de la bicicleta, frotándose también los ojos.

—Oye, Ryu, respecto a Yoshiyama, vigílale porque pega mucho a Kei. Cuando se emborracha se pone muy bestia, la pega palizas y todo eso. Habla con él sobre esto ¿vale?

—¿Lo hace de verdad? ¿Crees que lo hace en serio?

—¿Qué dices? Una vez le rompió un diente. No sé que pensar de ese Yoshiyama, es una persona completamente distinta cuando se emborracha. De cualquier modo, vigílalo.

—¿Está bien tu familia, Moko?

—Sí, bueno, mi padre ha estado un poco enfermo, pero mi hermano… Oye, ¿no te he hablado nunca de él? Es de un serio que no se puede aguantar; quizá por eso yo he acabado así. Aunque últimamente parece que ya se han resignado, y cuando les dije que había salido mi foto en An-An, mi madre se alegró, así que supongo que todo anda bien.

—Oye, ya es casi verano. No ha llovido mucho ¿verdad?

—No, Ryu, oye, me estaba acordando de aquella película, Woodstock. ¿La viste?

—Claro ¿por qué?

—¿No te gustaría verla otra vez? Me pregunto si verla ahora me decepcionaría. ¿Tú que piensas?

—Seguro que nos decepcionaría, pero Jimi Hendrix seguirá sensacional, era realmente fantástico.

—Sí, sería una decepción ¿no?, pero quizás podríamos sentir algo después de todo, aunque luego nos destrempara. A mí me gustaría probar a verla de nuevo, a ver qué pasa.

Gritando «Yiayiayiayia», Tami y Bob pasaron como una exhalación en un deportivo amarillo. Moko se rió, saludó con la mano y aplastó su cigarrillo con el fino tacón de su zapato.