CAPÍTULO 11

Grupo MSN: Salón de Mystery

Asunto: Un problema

Autor: Style

Tengo un problema con el que espero que podáis ayudarme.

Mystery y yo acabamos de volver de Belgrado, donde conocí a una chica preciosa e inteligente que probablemente se hubiera convertido en mi novia serbia de no ser por mi problema: no consigo cerrar con beso.

Por alguna razón, la transición al beso supone un inmenso desafío para mí. En cuanto veo abrirse la posibilidad, me empiezan a entrar las dudas. «¿Y si me rechaza?». «¿Y si arruino la reputación de la Comunidad?». «¿Y si sigue enamorada de su ex novio?». Entonces, una de dos, o acumulo tanta ansiedad que, cuando por fin lo intento, lo fastidio todo, o no hago nada y luego me torturo a mí mismo por no haber sabido aprovechar el momento.

¿Qué me pasa? ¡Estoy tan cerca de alcanzar el premio! Pero mi problema no me permite alcanzarlo.

Style

Grupo MSN: Salón de Mystery

Asunto: Re: Un problema

Autor: Nightlight9 (1)

¿Y si me rechaza?, dices. ¿Y si te cae un meteorito encima?

Si aun viendo abrirse la posibilidad, como dices que ocurre, todavía no estás del todo seguro, usa la otra regla de los tres segundos. Tiene un ciento por ciento de efectividad. Cuando estés sentado a su lado, deja que se produzca un silencio. Mírala a los ojos sin decir nada. Si te sostiene la mirada durante tres segundos, es que quiere que la beses. El momento de tensión que experimentarás es uno de mis momentos favoritos: tensión sexual.

Nightlight9

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Asunto: Re: Un problema

Autor: Maddash (2)

Ésta es la técnica que uso yo:

  1. En la primera cita, consigo que sea ella quien venga a recogerme a mí, y sólo dejo que esté en casa unos minutos. Lo hago porque es mucho más fácil conseguir que una mujer te acompañe al apartamento al final de una cita cuando ya ha estado ahí sin que ocurriera nada.
  2. Al acabar la cita la invito a venir a casa y sirvo unas copas.
  3. Si dice algo sobre mi guitarra (siempre la dejo en un lugar visible), la cojo y le canto una canción.
  4. Jugamos con mi cachorro.
  5. Salimos a la terraza.
  6. Cuando volvemos a entrar le enseño el programa de música WinAmp que tengo en el ordenador. Mientras ella juega con las visualizaciones del WinAmp, le digo que se siente en mis rodillas y le doy un beso en la mejilla.
  7. Una de dos, o se vuelve y me besa en la boca o sigue jugando con el WinAmp. Si ocurre lo segundo, le enseño más cosas en el ordenador y la vuelvo a besar en la mejilla. Lo que quiere ella es que yo la dirija. Eso es lo que quieren casi todas las mujeres.
  8. El resto ya te lo puedes imaginar.

Maddash

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Asunto: Re: Un problema

Autor: Grimble

Una de mis técnicas preferidas de cierre es la del masaje. Una vez en mi casa, le digo a la chica que me duele la espalda de jugar al baloncesto y que necesito un buen masaje. Pero, durante el masaje, no paro de decirle lo que está haciendo mal. Hasta que, con aparente exasperación, insisto en enseñarle cómo se hace. Mientras le doy un masaje en la espalda, le digo que tiene mucha tensión acumulada en las piernas y que yo doy unos masajes de piernas alucinantes. Empiezo a masajear sus piernas a través de los pantalones, pero, al cabo de un rato, le digo que así no hay quien dé un buen masaje, y le pido que se los quite. Si muestras autoridad, ella hará lo que le dices.

Al principio, me limito a masajearle las piernas, pero, lentamente, voy subiendo hacia las nalgas. Cuando empieza a ponerse cachonda, la froto con las bragas puestas, hasta que e stá calada. Llegado ese momento, suelo bajarme los pantalones, ponerme un condón y follar sin darle un beso siquiera.

Es una técnica que no les recomiendo a los tímidos.

Grimble

Grupo MSN: Salón de Mystery

Asunto: Re: Un problema

Autor: Mystery

¿Quieres saber cómo resuelvo yo ese problema? En mi caso no hace falta que me diga a mí mismo que no importa lo que piense la chica. Lo cierto es que no me importa. Cuando era más joven, me parecía un momento importantísimo, pero, ahora, me da igual; lo consiga o no, siempre lo intento.

Si no consigues desprenderte del miedo, entonces piensa: «¡Cambio de fase! Ya no soy Style. Ahora soy un cavernícola. Vamos a ver si le gusto o no. Y, si me odia, me importa una mierda».

Piensa en todas las chicas con las que no has cavernicoleado que hoy no forman parte de tu vida. ¿Qué importan esas chicas? ¿Para qué te vale que tengan un buen recuerdo de ti si están follando con otro? En algún momento tienes que intentarlo. Dile que saque la lengua y, cuando lo haga, chúpasela. Y, si te da una bofetada, no pasa nada. Así tendrás una buena historia que contar.

Antes Maddash ha dado un ejemplo de la importancia de usar técnicas de apoyo bien elegidas para desviar la atención de una chica, evitando así que se resista a tus avances sexuales. Maddash tiene toda la razón. Dile: «Mira esas marionetas tan monas». Y, mientras tanto, tócale la teta. Si ella se molesta, sencillamente señala hacia las marionetas y ríete. «Míralas. Mira qué graciosas son». Y vuelve a tocarle la teta.

Mystery

Grupo MSN: Salón de Mystery

Asunto: Problema superado

Autor: Style

Gracias por vuestra ayuda. Creo que he encontrado la solución a mi problema. Se me ocurrió hace una semana y la he puesto a prueba con éxito casi todas las noches desde entonces.

Se me ocurrió en el Standard. Estaba con una chica irlandesa que acababa de divorciarse; al parecer, se casó muy joven. Me dijo que ansiaba vivir aventuras. Cuando empecé a recibir IDI, pensé en las cosas que me habíais dicho en el foro de Internet. Pensé que, si me lanzaba sin más, lo más probable era que se asustara y que me rechazase. Así que decidí ir poco a poco y mantener una conversación inteligente al tiempo que utilizaba técnicas de apoyo, como la de las marionetas de Mystery, para distraer su atención sobre mis verdaderas intenciones. ¡Y funcionó! Y ha vuelto a funcionar cada vez que he vuelto a intentarlo. Problema resuelto.

A continuación os describo mi técnica, por si queréis utilizarla. Yo la llamo la técnica del cambio de fase:

  1. Me incliné hacia ella y le dije que olía muy bien. Le pregunté qué perfume usaba y luego le hablé de cómo los animales siempre se olfatean antes de aparearse y de cómo estamos programados evolutivamente para sentir deseo cuando alguien nos olfatea.
  2. Después le conté que los leones se muerden la melena durante el apareamiento y le expliqué que tirar a alguien del pelo hacia atrás también es un desencadenante del deseo. Mientras le hablaba, le acaricié el cuello con la mano. Luego le agarré el pelo y tiré firmemente hacia atrás.
  3. Al ver que a ella no parecía molestarla, seguí tirando. Le dije que, a menudo, las partes más sensibles del cuerpo están protegidas del contacto con el aire; por ejemplo, el lado interior del codo. Después le cogí el brazo, lo doblé un poco y, eróticamente, le mordí la piel en el lado interior del codo. Ella comentó que había sentido un escalofrío.
  4. Entonces, le dije: «Pero ¿sabes lo que es infinitamente mejor? Un mordisco… justo… aquí».

    Me señalé el lateral del cuello. Después le dije «Muérdeme el cuello», como si de verdad quisiera que lo hiciera. Al negarse ella a hacerlo, le di la espalda, a modo de castigo. Esperé unos segundos antes de volverme de nuevo hacia ella. «Quiero que me muerdas exactamente aquí». Y, esa vez, lo hizo. Pura técnica del gato y e| cordel.

  5. Pero el mordisco que me dio fue lamentable. Así que le dije: «Eso no es un mordisco. Acércate que te enseñe». Ella se inclinó hacia mí. Yo le aparté el pelo del cuello y se lo mordí con fuerza. Después le dije que volviera a intentarlo. Y esa vez lo hizo fenomenal.
  6. Sonreí en señal de aprobación y, muy lentamente, le dije: «No ha estado mal». Entonces la besé.

Tomamos una copa más y fuimos a mi casa. Tras un breve tour por la casa, en un movimiento tipo Maddash, hice que se sentara en mis rodillas mientras le enseñaba un vídeo en el ordenador. La acaricié y la besé en la nuca, hasta que ella se volvió y empezó a besarme en la boca. Entonces me dijo que quería tumbarse en el suelo. Yo me tumbé a su lado y no podéis imaginar lo que pasó. ¡Se desmayó!

Le quité los zapatos, la tapé con una manta, le puse una almohada debajo de la cabeza y me fui solo a la cama.

Así que, al final, me quedé con las ganas. Pero ahora sé lo que tengo que hacer. He superado mi problema. Estoy listo para dar el siguiente paso.

Style

El método
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