Agradecimientos
Doy las gracias a mi padre, que con veinte años combatió contra los nazis y que, cuando yo era niño, me explicó la mayor parte de los episodios de guerra que aparecen en este libro, mientras yo lo escuchaba con la boca abierta temblando de admiración y de miedo. Me gusta pensar que si hoy escribo historias, el mérito es de sus apasionantes y a veces terribles descripciones. Si hoy estuviese vivo, creo que estaría contento de ver que aquellas historias viven en una novela.
Doy las gracias a Véronique por haber inventado el nombre del comisario Bordelli.
También doy las gracias a mi prima Francesca por haber verificado la plausibilidad científica de este libro.
Doy las gracias a Franco porque esta novela la he escrito en su casa.