El silencio del mar

y el silencio del mar, y el de su vida.

JOSÉ HIERRO

El silencio del mar

brama un juicio infinito

más concentrado que el de un cántaro

más implacable que dos gotas

ya acerque el horizonte o nos entregue

la muerte azul de las medusas

nuestras sospechas no lo dejan

el mar escucha como un sordo

es insensible como un dios

y sobrevive a los sobrevivientes

nunca sabré qué espero de él

ni qué conjuro deja en mis tobillos

pero cuando estos ojos se hartan de baldosas

y esperan entre el llano y las colinas

o en calles que se cierran en más calles

entonces sí me siento náufrago

y sólo el mar puede salvarme.