LA CIENCIA: RESEÑA DE LOS ANÁLISIS Y EXÁMENES MÉDICOS Y CIENTÍFICOS REALIZADOS A LOS VIDENTES DESDE 1981

A estas alturas de la Historia, puede decirse sobre los eventos de Medjugorje y sus protagonistas que han sido los más estudiados por la ciencia en lo que a apariciones marianas o experiencias místicas se refiere. Esto ha sido posible gracias a múltiples factores, siendo los dos principales la duración del evento y los medios técnicos y estructurales disponibles durante el desarrollo de los acontecimientos a estudiar.

El primero, la duración del evento, porque ha permitido preparar a conciencia y durante el mismo a numerosos equipos de investigadores y científicos, quienes se han podido desplazar al lugar de los acontecimientos mientras éstos están sucediendo, y no una vez sucedidos.

El segundo, la disponibilidad de medios, porque nunca antes se ha dispuesto de elementos tan sofisticados tecnológicamente, que faciliten la ejecución de dichos exámenes en menos tiempo y con presupuestos asequibles.

Hay que tener en cuenta que los eventos de Medjugorje están ocurriendo en una época en la que los medios tecnológicos favorecen el amplio y detallado estudio científico de los seis muchachos y de los eventos que ellos describen.

Desde 1981 han sido numerosísimas las veces que los videntes, niños primero y jóvenes y adultos después, han sido sometidos a múltiples pruebas llevadas a cabo por diferentes equipos procedentes de varios países y especializados en materias diversas. No han faltado los psiquiatras, psicólogos, neurólogos, otorrinolaringólogos, oftalmólogos, radiólogos y todo tipo de profesionales de apoyo en otras tantas especialidades médicas.

Las conclusiones de todos estos análisis médicos siempre han sido las mismas, y básicamente se pueden resumir en dos.

La primera de ellas, constatada desde el primer análisis médico que les realizaron dos días después de la primera aparición, es que los videntes son personas perfectamente sanas psíquicamente, y que las enfermedades físicas que puedan tener o haber tenido, no interfieren en su salud mental ni en su apreciación de la realidad.

La segunda conclusión es que, hasta donde la ciencia ha podido llegar, los videntes no mienten. En numerosos análisis ha quedado demostrado que durante los momentos de éxtasis pierden todo contacto con el mundo exterior, no siendo sensibles a ningún tipo de estímulo externo. Por ejemplo, en ocasiones se les han colocado en los oídos unos auriculares con niveles de sonido muy superiores a los que el tímpano puede soportar, sin que ellos reaccionasen y sin que sus órganos auditivos se viesen afectados.

También se les han colocado diferentes objetos ante los ojos sin que sus pupilas reaccionasen, ni siquiera con haces de luz de diferente intensidad proyectados sobre los ojos a escasos centímetros. También ha sido comprobada su insensibilidad al tacto físico durante los éxtasis mediante agujas, objetos calientes o fríos y otro tipo de estímulos.

Todo este tipo de pruebas les han sido realizadas tanto simultáneamente como por separado, dando siempre los mismos resultados, siendo especialmente llamativo la simultaneidad de los éxtasis y de estas experiencias en varios o en todos los miembros del grupo a la vez.

Sin embargo, fuera de los momentos de éxtasis, sus reacciones a las mismas pruebas han sido las normales en personas sanas.

Paralelamente se ha podido comprobar mediante los elementos adecuados que, durante estos momentos de aparente ausencia del sentido exterior de las cosas, se da una llamativa actividad cerebral. Los análisis que se han centrado en ello han podido constatar que los videntes ven algo animado durante los éxtasis, y también se ha declarado que los videntes oyen algo imperceptible para las personas que les acompañan en ese momento. Las partes cerebrales en las que se registran este tipo de informaciones han desarrollado la actividad específica del momento en que se ve o se oye algo durante los éxtasis, aunque ante los chicos no hubiese más que una pared blanca o tuviesen los ojos tapados y no hubiese ningún sonido a su alrededor.

Lo que no se ha podido constatar nunca es qué ven ni qué oyen los videntes durante sus éxtasis. La ciencia sólo puede llegar hasta cierto punto, constatando que alguien puede estar viviendo un tipo de experiencia —viendo y oyendo—, pero no han podido registrar en ningún medio audiovisual lo que los videntes ven y oyen.

Cronología de los análisis más destacables

El primer examen al que fueron sometidos los seis videntes fue solicitado por la policía el 27 de junio de 1981, tres días después de la primera aparición.

Esa mañana, los seis chicos fueron detenidos y llevados a la comisaría de Citluk, a tres kilómetros de Medjugorje, donde el médico local, el Dr. Ante Vujevic, declaró a los niños como completamente sanos y perfectamente equilibrados.

No contentos con esto, la policía retuvo de nuevo a los niños dos días más tarde, el 29 de junio, día de la sexta aparición, para llevarlos al departamento de Psiquiatría del Klinicka Bolnica Mostar (Hospital Clínico de Mostar). Allí fueron examinados por la Dra. Mulija Dzudza, quien llegó a la misma conclusión a la que había llegado su colega dos días antes: los chicos eran niños sanos, declarando con cierto recelo delante de ellos que «quien los ha traído está más loco que ellos».

El primer psiquiatra que examinó en profundidad y con unos medios más óptimos a los niños fue el Dr. Nikola Bartulica, nacido en la ex Yugoslavia, graduado en Medicina por la Universidad de Zagreb y especializado en Psiquiatría por la de Missouri.

El Dr. Bartulica examinó a Vicka en octubre de 1981, cuatro meses después del comienzo de las apariciones, y al resto del grupo en 1989, ocho años más tarde. En ambas ocasiones concluyó exactamente lo mismo: los niños son gente sana y sincera.

En 1982 los jóvenes fueron examinados por el padre Slavko Barbarie, sacerdote franciscano que poseía un doctorado en Pedagogía Religiosa y el título de Psicoterapeuta, ambos obtenidos en la Universidad de Friburgo, Alemania, especialmente reconocida por sus estudios en Teología y en Medicina.

El examen que hizo de los muchachos y de los acontecimientos de Medjugorje llevó al sacerdote y psicoterapeuta a ser uno de los más activos defensores y divulgadores de los eventos de Medjugorje desde entonces hasta su muerte, acaecida en Medjugorje en el año 2000.

A finales de 1982 fueron examinados por el psiquiatra esloveno Ludvik Stopar, cuya conclusión fue la misma que la de sus predecesores en los análisis, dejando por escrito la siguiente declaración: «No se trata de un fraude».

Esta declaración hay que valorarla en su justa medida teniendo en cuenta que se trataba, al igual que los dos primeros casos reseñados, de médicos locales de la ex Yugoslavia, pagados y contratados por el Estado, cuando las autoridades comunistas presionaban para que los especialistas declarasen enfermos o mentirosos a los muchachos con el fin de aplacar un fenómeno religioso, considerado por dichas autoridades como un desafío al Sistema, dada la magnitud que había tomado en menos de un año.

En 1984 comienzan a llegar a la antigua Yugoslavia los primeros equipos internacionales. Sólo ese año fueron numerosos los equipos de universidades italianas que viajaban en busca de un buen trabajo en los que los estudiantes pudieran practicar.

Es sabido que durante todos estos años han sido muchos los médicos, teólogos y periodistas que han soñado con ser los que descubran el supuesto fraude, conclusión a la que tampoco pudieron llegar ninguno de estos equipos científicos universitarios.

Los resultados de todos ellos, que fueron publicados de forma independiente, concluían siempre de forma unánime que en sus trabajos no habían encontrado ningún elemento de duda en lo que a la salud, el testimonio y la veracidad de los videntes se refería.

Ese año 1984 se llevó a cabo el trabajo más exhaustivo realizado hasta la fecha, liderado por el Dr. Henri Joyeux, a petición del sacerdote y mariólogo experto René Laurentin.

Joyeux era por entonces —y lo sigue siendo ahora—, una eminencia médica y científica en Francia. Era el prototipo de científico moderno, exhaustivo, metódico y paciente. Famoso por sus éxitos en cirugía cerebral, en oncología y neurología. Desplazó un equipo hasta Medjugorje durante nueve meses, desde marzo hasta diciembre de 1984. Sus conclusiones están explicadas en este mismo capítulo un poco más adelante. Son sorprendentes.

En 1985 hubo otra investigación llevada a cabo por la conocida como Comisión Francoitaliana, ya que en realidad suponía una extensión promovida desde Italia de los estudios realizados el año anterior por el equipo francés, añadiendo nuevos elementos de estudio científicos y teológicos.

Esta nueva investigación estaba liderada por diecisiete expertos en diferentes materias, incluida la Teología, todos ellos atendidos por un sinfín de especialistas que sometieron a los seis videntes a numerosos interrogatorios, análisis, pruebas y estudios, antes, durante y después de los éxtasis, tanto en grupo como por separado. Al igual que en el caso anterior, sus conclusiones están detalladas más adelante, y fueron aceptadas por el equipo francés, que se sumó a la nominación del estudio.

A medida que los videntes han ido creciendo, se han ido haciendo más reacios a someterse una y otra vez a más análisis médicos. En su opinión, el mundo ya tenía suficientes pruebas sobre su salud psíquica y mental y sobre la veracidad de sus testimonios. Pero en 1998 se sometieron a otro estudio más, en esta ocasión a petición de la parroquia y liderada por el Dr. Andreas Resch, profesor de Teología en la Academia Alfonsianum de Roma, afiliada a la Universidad Pontificia Lateranense.

El Dr. Resch se limitó a repetir los experimentos y pruebas de la Comisión Francoitaliana, trece años después y con mejores y más modernos instrumentos, confirmando las conclusiones de la citada Comisión.

El estudio más reciente a unos videntes sobre sus capacidades psíquicas y sobre la veracidad de sus testimonios fue llevado a cabo a los videntes Ivan Dragicevic y Marija Pavlovic en junio de 2005, a petición de algún estamento de la Santa Sede. Sólo por esto accedieron a someterse de nuevo a las mismas pruebas de siempre, sin dejar de mostrar su malestar y cansancio ante este tipo análisis.

El análisis fue de nuevo liderado por el Dr. Henri Joyeux, quien una vez más ha comunicado públicamente su incapacidad científica para demostrar un fraude en los eventos de Medjugorje.

Teniendo en cuenta las investigaciones citadas como las más importantes llevadas a cabo, y dejando en el tintero otras muchas más de carácter menor, resulta adecuado extenderse en este libro en lo concerniente a cuatro de ellas: las lideradas por el Dr. Nikola Bartulica, siendo la primera de ellas en 1981; la primera llevada a cabo por el Dr. Joyeux en 1984; la de la Comisión Francoitaliana en 1985; y la más reciente, efectuada en 2005 de nuevo por el Dr. Joyeux.

1981 y 1989: Dr. Nikola Bartulica

La primera vez que el Dr. Nikola Bartulica examinó a uno de los videntes fue en octubre de 1981, cuatro meses después del comienzo de los eventos.

El Dr. Bartulica había estudiado Medicina en la Universidad de Zagreb, pero emigró muy joven a Estados Unidos, donde obtuvo la especialidad en Psiquiatría y donde la ha ejercido durante ya más de cuarenta años.

Sin duda, el conocimiento del idioma y del país y la posesión del pasaporte yugoslavo facilitaron mucho la realización de un trabajo serio tan pronto, a escasos meses del comienzo de las supuestas apariciones.

Bartulica quiso conocer a los videntes por iniciativa propia, pues habían llegado a su conocimiento en Estados Unidos las noticias de lo que estaba ocurriendo en una pequeña aldea de su país natal, la ex Yugoslavia.

En ese primer contacto con los eventos de Medjugorje, el Dr. Bartulica entrevistó durante más de una hora y media a Vicka sin que ésta, que entonces tenía diecisiete años, supiera que se estaba entrevistando con un psiquiatra.

En 1989, el Dr. Bartulica regresó a Medjugorje con la intención de examinar de nuevo a Vicka, y tuvo la oportunidad de hacerlo a otros cuatro videntes, todos excepto Jakov.

El Dr. Bartulica recordaba en enero de 2007, en una revista de edición irlandesa llamada Medjugorje Tribune (Se puede visitar su edición digital en: www.medjugorjetribune.com) esa serie de encuentros, comenzando por el citado con Vicka: «Cuando un psiquiatra escucha que una persona tiene apariciones, primero se pregunta si esa persona está sana mentalmente. Le pregunté a Vicka qué era lo que ella veía y escuchaba, y la joven respondió espontáneamente, sin temor ni vacilación. En aquel primer encuentro tuve la certeza de que al menos no mentía, de que era una persona sincera». Hablando sobre el comportamiento de Vicka durante uno de los éxtasis, el médico croata recuerda que «ella era muy expresiva. Yo estaba viendo sus movimientos, sus labios... pensé que si esa muchacha no veía a la Bendita Madre, que si estaba sólo mirando a la pared igual que el resto de nosotros, el fenómeno era ella. Además, no hay descrita en la historia de la psiquiatría ninguna patología idéntica que se manifieste en seis personas distintas simultáneamente, y estando en habitaciones separadas».

Ya en 1991, el Dr. Bartulica había publicado sus conclusiones en un libro editado en Chicago con el título ¿Están los videntes diciendo la verdad?, en el que concluye que «no hace falta ser un experto para decir que los jóvenes son normales, sinceros, y que su experiencia no es inventada».

1984: Primera investigación del Dr. Henri Joyeux

Henri Joyeux, médico cirujano francés y profesor de la Facultad de Medicina de Montpellier, era por 1984 muy suspicaz, receloso y desconfiado en lo referente a las apariciones de Nuestra Señora. Su reputación era la de un científico con aversión manifiesta al presunto fenómeno extraordinario. Era un celoso científico con una mente inquisitiva, apasionadamente interesado en todo lo humano y, en particular, deseoso de comprender o desvelar cualquier cosa que hubiera bajo un velo de secreto. Es por este motivo por lo que el afamado teólogo y mariólogo francés René Laurentin, padre de los actuales archivos de Lourdes, le propuso poner a prueba a los seis muchachos de Medjugorje. Y por este mismo motivo, por su incesante amor por la verdad científica y la investigación, el doctor aceptó el reto del mariólogo.

El Dr. Joyeux preparó un equipo a conciencia, convencido de que iba a ser el descubridor de un fraude que dejase los conocimientos de un grupo de científicos por encima de la fe de unos aldeanos. Pero sucedió algo totalmente diferente.

El equipo de investigación del profesor Henri Joyeux incluía especialistas en Neurología para el seguimiento de los ritmos eléctricos del cerebro antes, durante y después de los éxtasis, y en Oftalmología, para verificar el funcionamiento de los órganos visuales de los chicos antes, durante y después de la aparición. Además, les acompañaban una serie de especialistas en otras materias. El objetivo del Dr. Joyeux era estudiar de la forma más rigurosa posible, con los mejores medios habidos por entonces y manejados por los mejores especialistas, los eventos de Medjugorje.

Pero cuál fue la sorpresa cuando al llegar a Medjugorje, con el equipo técnico y humano, los chicos se mostraron reticentes a ser examinados por unos desconocidos extranjeros. El Dr. Joyeux recuerda que aquello suponía una pequeña decepción, ya que de negarse los chicos a someterse a los tests científicos, quedaba claro que se trataba de un montaje, aunque como él mismo recuerda, le hubiera gustado al menos tener la oportunidad de demostrarlo aplicando sus habilidades y conocimientos, y no de una manera tan sencilla. «Pensé que tenían miedo de la ciencia», recuerda el doctor en el citado número de la revista Medjugorje Tribune. Pero mientras científicos y franciscanos discutían sobre cómo convencer a los chicos, el más joven de los muchachos, Jakov, propuso la más inimaginable de las soluciones: preguntarle a la Virgen María si se sometían o no a los exámenes. «Sólo eso ya me resultó llamativo —recuerda el Dr. Joyeux—. Teniendo miedo de la ciencia, no lo tenían de su aparición».

Ese mismo día, el Dr. Joyeux pudo asistir a uno de los éxtasis de los chicos, pero sin aplicarles ningún tipo de dispositivo. Al acabar aquella extraña experiencia, uno de los videntes se acercó al párroco muy sonriente y le dijo: «La Virgen nos ha dicho que es bueno que vayamos». «Así que teníamos luz verde para nuestro trabajo —recuerda el Dr. Joyeux—, no de quienes íbamos a analizar, sino de quien decían que veían y por quien les íbamos a analizar». De aquella tarde el Dr. Joyeux destaca que «después de eso los chicos se transformaron completamente. Aceptaron con una profunda humildad y obediencia todo lo que les pedimos que hicieran».

El resultado de todas estas investigaciones fue publicado en un libro firmado tanto por el padre René Laurentin como por el Dr. Joyeux, titulado Etudes Scientifiques et médicales sur les apariciones de Medugorje {Estudios científicos y médicos sobre las apariciones de Medugorje). El libro ha sido traducido a varios idiomas y en él explica el Dr. Joyeux que los éxtasis de los videntes no son una ilusión, ni son el resultado de epilepsia, ni alucinaciones, ni se trata de un caso de histeria.

Veintidós años después, en las citadas declaraciones del Dr. Joyeux recogidas por el Medjugorje Tribune, el especialista recuerda que entonces «registramos un gran número de fenómenos extraordinarios a los que dimos el nombre de “aparición” o “éxtasis”». Varios miembros del equipo analizaron estos episodios «hasta el último detalle posible» y fueron capaces de «establecer con certeza que había simultaneidad entre los videntes» durante los mismos.

«Intentamos descubrir el fraude a través del registro de este fenómeno cientos de veces, con cámaras, escáneres, sensores y todo tipo de utensilios y herramientas científicas. Justo antes que nosotros lo había intentado un equipo austríaco y después de nosotros lo intentó un equipo italiano. Ellos realizaron numerosos tests psicológicos. Pero nuestra conclusión, la del equipo anterior y la del posterior, fue unánime: que los seis jóvenes estaban sanos física y psicológicamente, que no tenían ningún problema ni en el ámbito personal, ni en el familiar, ni en el social. Incluso pensábamos que su estado de salud era mejor que el de la media de los chicos de su edad en Francia. Los chicos eran sanos.»

1985: La Comisión Francoitaliana

Un año después de la investigación del Dr. Joyeux, un grupo de fieles italianos, denominados ARPA (Asociación Reina de la Paz) promovieron la ampliación de los estudios realizados el año anterior por el equipo francés del Dr. Joyeux. Su objetivo, por un lado, era contrastar y ampliar los estudios médicos por un equipo italiano, y por otro, estudiar los fenómenos denominados como éxtasis y lo que se deriva de ellos, desde el punto de vista psíquico y teológico.

El reto lo aceptaron de forma independiente un grupo de médicos y científicos de la ciudad de Milán, y los resultados fueron tan concluyentes como los de sus colegas franceses, quienes, una vez publicados los resultados, los aceptaron y los firmaron, haciéndose coautores del mismo. De ahí que esta investigación sea conocida como la Comisión Francoitaliana.

Los médicos, científicos y teólogos, entre los que se encontraba Rene Laurentin (las fuentes donde se pueden consultar estos estudios y sus conclusiones son varias. Por citar dos de ellas, aparte del libro del padre René Laurentin y el Dr. Joyeux, una es la propia web de Radio Maria Italia, www.radiomaria.it, y otra es la obra del padre Ljudevit Rupcic Medjugorje u povijesti sapasenja) acordaron y redactaron las doce conclusiones siguientes:

Las apariciones de Medjugorje fueron examinadas con la mayor competencia y pericia por parte de la comisión científico teológica ítalo-fiancesa «sobre los sucesos extraordinarios que están teniendo lugar en Medjugorje». En su investigación, la asamblea de diecisiete renombrados científicos, médicos, psiquiatras y teólogos llegó a doce conclusiones el 14 de enero de 1986 en Paina, cerca de Milán.

1. En base a los exámenes psicológicos, en todos y cada uno de los videntes es posible excluir con seguridad un fraude o engaño.

2. En base a los exámenes médicos, pruebas y observaciones clínicas, etc., es posible excluir en todos y en cada uno de los videntes alucinaciones patológicas.

3. En base a los resultados de investigaciones previas, es posible excluir en todos y cada uno de los videntes una interpretación puramente natural de estas manifestaciones.

4. En base a la información y las observaciones que se pueden documentar, se puede, en todos los videntes juntos e individualmente, excluir que esos fenómenos suceden bajo influencia diabólica.

5. En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, existe una correspondencia entre estas manifestaciones y las que generalmente se describen en la teología mística.

6. En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, es posible hablar de avances espirituales y avances en las virtudes teologales y morales de los videntes, desde el principio de estas manifestaciones hasta el día de hoy.

7. En base a la información y Las observaciones que pueden ser documentadas, es posible excluir enseñanzas o comportamientos de los videntes que estarían en clara contradicción con la fe y la moral cristianas.

8. En base a la información y las observaciones que pueden documentarse, es posible hablar de buenos frutos espirituales en personas atraídas por la actividad sobrenatural de estas manifestaciones y en la gente favorable a ellas.

9. Después de más de cuatro años, las tendencias y diversos movimientos que se han generado a través de Medjugorje, como consecuencia de estas manifestaciones, influyen en el pueblo de Dios y en la Iglesia en completa armonía con la doctrina y la moral cristianas.

10. Después de más de cuatro años, es posible hablar de frutos permanentes y objetivos de los movimientos generados por Medjugorje.

11. Es posible afirmar que todas las buenas iniciativas espirituales de la parroquia, que están en total armonía con el auténtico magisterio de la Iglesia, encuentran sustento en los eventos de Medjugorje.

12. En consecuencia, se puede concluir que después de un examen más profundo de los protagonistas, de los hechos y de sus efectos, no sólo a nivel local sino también respecto a acordes de respuesta en la Iglesia en general, sería bueno para la Iglesia reconocer el origen sobrenatural y, por medio de ello, el propósito de los eventos en Medjugorje.

Hasta ahora, se trata de la investigación más concienzuda y completa del fenómeno Medjugorje y, por esta misma razón, es lo más positivo que hasta ahora se ha dicho acerca de él a nivel científico teológico.

Sobre estos estudios se manifestó años después el profesor Luigi Frigerio, entrevistado por una cadena de televisión italiana (La entrevista se puede ver gracias a Internet en: www.youtube.com/watch?v=lMNftFNQWlU. Otro reportaje en el que habla el Dr. Frigerio, emitido por Rai Uno, se puede ver en: www.youtube.com/watch?v=rFWhLlvB9CQ&feature=related.), que hacía un breve resumen de su experiencia en el análisis de los seis chicos de Medjugorje:

«Por ejemplo, la sensibilidad corneal era perfectamente normal en los muchachos, antes y después del éxtasis.

El reflejo oclusivo del ojo, que se da cuando una persona recibe un estímulo en la córnea, obligando inmediatamente a cerrar el ojo, no existía durante el éxtasis.

Antes del éxtasis, aplicando en la córnea un estímulo de 4 miligramos mediante un estesiómetro, inmediatamente el ojo se cerraba. Durante el éxtasis, con un estímulo de 190 miligramos, no sucedía nada.

Lo mismo pasaba con la percepción sensorial o del dolor. Suministrándoles estímulos caloríficos a 50°, antes y después del éxtasis la sensibilidad era perfectamente normal. Durante el éxtasis, el umbral de percepción del dolor aparecía al aumentarlo en un setecientos por cien.

Era como si estos chicos estuviesen bajo el efecto de una anestesia general, totalmente insensibles a cualquier estímulo sensorial. En el momento en que perdían la sensibilidad al dolor, perdían la sensibilidad a su entorno, pero sabíamos que no estaban dormidos, ni hipnotizados, ni anestesiados, que estaban perfectamente despiertos porque oían, veían y sentían estímulos, aunque no se correspondían con las circunstancias del entorno. Sus sentidos y atención se quedaban absolutamente centrados en algún otro estímulo que estaba ahí, pero que no hemos podido evaluar cuál es».

2005: De nuevo el Dr. Joyeux

La última prueba de los videntes durante un éxtasis se realizó el 25 de junio de 2005, día del 24 aniversario de las apariciones. Fue alguna instancia del Vaticano quien solicitó en esta ocasión un nuevo examen. Y fue de nuevo el Dr. Henri Joyeux, veintiún años después, quien se desplazó a Medjugorje con los mejores equipos del momento para realizar sus registros y su posterior análisis.

En esta ocasión sólo fueron examinados Ivan Dragicevic y Marija Pavlovic, quienes aún afirmaban por entonces —y siguen haciéndolo cuando se escribe este libro— tener apariciones diarias de la Virgen María.

Para ellos no fue fácil someterse a un nuevo análisis. Ivan declaró su malestar por un nuevo examen de salud mental y por tener que someterse a nuevas investigaciones, dejando claro que accedió al mismo sólo porque lo había pedido la Iglesia: «Cuando pusieron esas redes y dispositivos en nuestras cabezas pensé, ¿porqué otra vez? Pero acepté esta prueba sólo porque es la Iglesia quien la pidió. Mi gente sabe que no me gusta ser como un conejillo de indias».

Por su parte, Marija Pavlovic declaró en aquella ocasión que «nos corresponde a nosotros decidir si vamos a participar o no en la prueba, en total libertad. Sólo espero que, a través de ella, atraigamos más corazones cerca de Nuestra Señora. Por eso voy a hacerlo. Pero entre otras cosas, he de decir que estoy un poco cansada de todas estas investigaciones. Me pregunto qué otra cosa necesitan las personas que yo haga para aceptar la verdad».

El Dr. Joyeux recuerda que en esta ocasión le acompañaba el Dr. Philippe Doron, «un respetado neurólogo que trabajaba en el gran Hospital Salpetriere de París. El aportó los más sofisticados dispositivos para el registro y la investigación. Otros dos hombres y dos mujeres, que nunca antes habían estado en Medjugorje, vinieron con nosotros. Uno de ellos era un especialista en la actividad cerebral y otro en el examen de los órganos respiratorios. Registramos y examinamos a Marija y a Ivan antes, durante y después del éxtasis. Veintiún años después, pude decir que no estábamos equivocados en 1984. Nuestra conclusión científica es clara: los eventos de Medjugorje deben ser tomados en serio».

Una vez expuestos todos estos hechos, es necesario hacer hincapié en una cosa: la ciencia no puede demostrar que la Virgen María se aparece o que no se aparece a los videntes. La ciencia sólo puede estudiar la capacidad y el estado de salud de los videntes antes, durante y tras los éxtasis, como piensa el Dr. Henri Joyeux: «Nunca será posible demostrarlo por ningún tipo de ensayos científicos. Corresponde a las autoridades eclesiásticas declarar ese tipo de cosas».

En este sentido, el Dr. Joyeux opina sobre Medjugorje que «desde 1981 hasta hoy, la Iglesia nunca ha prohibido nada en Medjugorje, algo que no es habitual cuando se sospecha que el fenómeno se trate de una frivolidad». ¿Por qué la iglesia no ha dicho nada entonces? «Simplemente, porque el fenómeno no ha concluido aún», opina el médico francés. «Pero no me sorprendería que la Iglesia se manifestara positivamente antes de que finalice, pues está causando efectos sorprendentes en este mundo sacudido por tantos problemas», concluye el científico galo, quien a estas alturas de su vida ya ha visitado Medjugorje en más de veinte ocasiones.

Una hipótesis sobre los éxtasis

La pregunta que todo curioso peregrino se debe hacer es qué les pasa entonces a los videntes, qué es lo que viven, durante los llamados éxtasis. Pero como bien dejó dicho el Dr. Joyeux, la ciencia no puede llegar hasta una experiencia que pertenece al plano espiritual o trascendental de la persona. Así, con el ánimo de llegar lo más lejos posible en este sentido, sobre los éxtasis de los chicos de Medjugorje, y una vez excluidas cualquier disfunción patológica colectiva, hasta ahora sólo se han podido emitir hipótesis, ya que la única prueba constatable es el propio testimonio de los videntes, lo cual no genera ninguna evidencia científica.

La hipótesis que más fuerza tiene sobre qué viven los videntes de Medjugorje durante sus éxtasis, en esos momentos en que están ausentes espiritualmente de la realidad que les rodea, y sin embargo perfectamente presentes y despiertos, está descrita en el apartado V de las Conclusiones Teológicas de la Conclusión de la Comisión Internacional Francoitaliana:

Con las observaciones anteriores (II y III), la hipótesis descrita es que la aparición se comunica objetivamente, no con ayuda de las vías sensoriales, que están libres y siguen captando las influencias del mundo exterior pero sin que el sujeto las perciba. Se trataría, entonces, de una comunicación de carácter espiritual que toma el cuerpo y los centros sensoriales del cerebro para ver, escuchar y tocar independientemente de las vías sensoriales regulares que registran los impulsos materiales del mundo exterior.

Nuestra hipótesis (que otras pruebas eventualmente podrían aclarar) es, entonces, la hipótesis de la objetividad sui generis, que proviene de la comunicación entre los videntes, de este mundo, y la Virgen María, que pertenece al otro mundo, o más exactamente, a otro tiempo: simultáneamente el tiempo de Dios (la eternidad) se comunica con el tiempo sucesivo de nuestro mundo (nuestro tiempo material, el que se mide con relojes). Todo ocurre como si ellos, de una cierta manera, participasen en el tiempo trascendental de la persona que se les aparece. Eso también explica el hecho de que varios videntes tienen al mismo tiempo distintos diálogos con la aparición.