Introducción
Este libro se inició como un regalo para mi hijo, Adam. Mientras él empacaba su equipo de sonido, la máquina de escribir, su saco azul y otras necesidades para su nueva vida como universitario, anoté algunas observaciones y palabras de consejo que consideré que podrían serie útiles.
Hace algunos años leí que la responsabilidad de los padres no es la de allanar el camino a los hijos, sino la de proporcionarles un mapa. Así es como espero que utilice estas reflexiones de la mente y del corazón.
Empecé a escribir y lo que creí que me tomaría algunas horas, tomó en realidad varios días.
Reuní mi colección de notas manuscritas, las mecanografié y las puse en una carpeta barata. La guardé bajo el asiento delantero.
Unos días después su madre y yo le ayudamos a cambiarse a su nuevo dormitorio. Cuando ya estaba todo listo, le pedí me acompañara al estacionamiento. Era el momento de la presentación. Saqué la carpeta y se la entregué, expresándole mi intención de darle todo lo que sé sobre cómo vivir una vida feliz y gratificante. Me abrazó y estrechó mi mano. Fue un momento muy especial.
Bueno, de alguna forma esas hojas se convirtieron en el pequeño instructivo que ahora sostienes. Podrías no estar de acuerdo con todas las afirmaciones; también seguramente lo enriquecerías con cientos de vivencias sobre tu propia existencia. Es obvio que algunas son más importantes que otras, pero todas han dado un toque de alegría, significado y eficiencia a mi vida.
Unos días después de haberle dado a Adam su copia, me llamó de su dormitorio. Me dijo:
—Padre, he estado leyendo mi instructivo y creo que es uno de los mejores regalos que he recibido. Voy a ampliarlo y algún día se lo daré a mi hijo.
De vez en cuando la vida nos ofrece momentos tan preciosos y extraordinarios, que casi resplandecemos. Lo sé. Acabo de experimentar uno.