Notas

[1] «Las alegrías del joven Werther». (N. de la T.). <<

[2] Todas las citas de Lukács pertenecen a la traducción de Manuel Sacristán, en Georg Lukács, Goethe y su época, Barcelona-México D. F., Ediciones Grijalbo, 1968. (N. de la T.). <<

[3] Traducción de Luis Martínez de Merlo, en Dante Alighieri, Divina comedia, Madrid, Cátedra, 2007. (N. de la T.). <<

[4] Werther, que empieza alabando a Homero, acaba, en las últimas páginas del libro, como entusiasta traductor de Ossian, el apócrifo autor de epopeyas que falsificó y fingió descubrir Macpherson, en los inicios del romanticismo. El propio Goethe, en cambio, que había empezado como admirador de Ossian en su juventud, le contrapone luego a la grandeza de Homero, y tiene por fin la alegría de saber que se trataba de una superchería. (N. del T.). <<

[5] Charles Batteux (1713-1780) escribió un Cours des belles lettres ou Principes de la Littérature, y se le considera uno de los principales estéticos franceses de la época clasicista. Robert Wood (1716-1771) fue autor de una obra entonces básica sobre Homero: An Essay on the Original Venius and Writings of Homer (Londres, 1768). Roger de Piles (1635-1709) escribió obras sobre pintura. Johann Joachim Winckelmann (1717-1768) fue la figura decisiva que creó el ideal «clasicista» de la antigua Grecia, sobre todo en su Geschichte der Kunst des Altertums. Winckelmann dejó acuñada, con profundísima influencia en toda la cultura posterior, la imagen de la cultura helénica como un mundo sereno, puro y de blancura marmórea. Johann Georg Sulzer (1720-1779) acababa de publicar el primer tomo de su Allgemeine Theorie der Schönen Künste, uno de los primeros tratados sistemáticos de estética, orientado por un moralismo que no agradó a Goethe. Christian Gottlob Heyne (1729-1812) era entonces profesor en la Universidad de Gotinga, y los apuntes de sus lecciones —todavía sin editar— circulaban con gran admiración entre los aficionados al arte. (N. del T.). <<

[6] No se moleste el lector en buscar el lugar aquí indicado: ha habido necesidad de cambiar todos los nombres auténticos que se encontraban en el original. (N. del A.). <<

Wahlheim: «hogar de elección». (N. del T.).

[7] Ha sido necesario suprimir este pasaje de la carta para no dar ocasión de pesadumbre a nadie; aunque, en el fondo, a ningún autor le puede importar mucho el juicio de una sola muchacha, persona joven e inexperta. (N. del A.). <<

[8] Se refiere a la novela inglesa de Oliver Goldsmith, publicada en 1766, y que inmediatamente fue traducida en Alemania, excitando también allí el nuevo talante sentimental del prerromanticismo. (N. del T.). <<

[9] Se han omitido los nombres de algunos autores alemanes. Quien merezca la aprobación de Charlotte, lo notará seguramente en su corazón si lee este pasaje; de otro modo, nadie tiene que saberlo. (N. del A.). <<

[10] La oda Die Frühlingsfeier de Friedrich Gottlieb Klopstock (1724-1803). El poeta, ya acreditado por su magna obra épico-religiosa La Mesiada (1784), inicia con esta oda, que canta la impresión de una tormenta, y con otras poesías análogas, un nuevo tono en la lírica germánica, ya muy próximo al romanticismo. Recordemos cuatro versos de esta oda: «Ach, schon rauscht, schon rauscht / Himmel und Erde vom gnädigen Regen! / Nun ist —wie dürstete sie!— die Erd’ erquickt, / und der Himmel der Segensfüll’ entlastet!» («¡Ah, ya hay rumor, ya hay rumor / en el cielo y en la tierra de la lluvia graciosa! / Ahora la tierra —¡qué sed tenía!— ¡queda reavivada, / y el Cielo descarga la plenitud de la bendición!»). (N. del T.). <<

[11] Tenemos ahora un excelente sermón sobre esto, de Lavater, entre los sermones sobre el libro de Jonás. (N. del A.). <<

Esta nota de Goethe se refiere a Predigten über das Buch Jonas, publicado, en 1773, por Johann Kaspar Lavater (1741-1800), creador de la presunta ciencia de la «fisiognómica» y gran amigo de Goethe. (N. del T.).

[12] Es la primera vez que se menciona aquí a Ossian, que luego resultará tan importante para Werther. <<

[13] El profeta Elías, según lo relatado en 1 Reyes, 17, 14-16. (N. del T.). <<

[14] Es curioso notar cómo esta expresión procedente del Evangelio (Juan, 8, 3-11) Goethe la emplea aquí en sentido contrario que en boca de Jesús, que perdonó a la adúltera. (N. del T.). <<

[15] Esta expresión, «Krankheit zum Tode», procedente de las Escrituras (Juan, 11, 14, etc.), quedó acuñada por Lutero en su traducción como frase hecha, y más tarde se convirtió en título de una obra de Kierkegaard. (N. del T.). <<

[16] La edición de bolsillo en dos tomos, del impresor de Amsterdam, J. H. Wetstein, aparecida en 1707, era más cómoda, aunque más antigua que la cuidada por el filólogo J. A. Ernesti (1764). Ambas contenían el texto griego enfrentado con su traducción latina. (N. del T.). <<

[17] Recuérdese que esto se escribió antes de la época propiamente romántica, y mucho antes de que tal adjetivo se usara adscrito a una época o a un estilo; procedía ese término de la literatura inglesa, donde, a su vez por referencia a la raíz francesa de «roman», novela, tenía un sentido de «emocionante» y «novelesco» que habría de llegar a ser contraseña de toda una época, preparada por el sentimentalismo de la segunda mitad del siglo XVIII inglés y por el Sturm und Drang, que tuvo precisamente en el Werther su obra más típica. (N. del T.). <<

[18] El excesivo hipérbaton, con inversión del poder alemán de las palabras, es característico del estilo del más joven Goethe, aunque en escala más moderada en el Werther. (N. del T.). <<

[19] Aunque anteriormente Werther ha llamado de «tú» a Charlotte, en esta carta usa el «usted», y más adelante insistirá en el tratamiento, conforme a su situación de distanciamiento y desesperación. (N. del T.). <<

[20] Por respeto a ese excelente señor, se han suprimido de esta colección la carta mencionada y otra que se citará más adelante, porque no se creía que ni el más cálido agradecimiento del público pudiera disculpar semejante atrevimiento. (N. del A.). <<

[21] Esta indicación indumentaria —frac azul, calzón corto y chaleco amarillos— dio lugar a la «moda Werther», que durante aquellos años reinó entre los jóvenes elegantes de Alemania y de Francia. (N. del T.). <<

[22] Los Cánones: entiéndase la Biblia, en los libros canónicamente aceptados. Sobre Lavater y la admiración que siente Goethe por él, recuérdese la nota de la página 43. Benjamin Kennicott (1718-1783), teólogo inglés, era entonces una figura preeminente en las investigaciones sobre el Antiguo Testamento. También era importante el orientalista Johann David Michaelis (1725-1791), profesor de Gotinga, promotor de un estudio histórico-crítico de la Biblia en sentido «liberal». En cuanto a Johann Salomo Semler (1725-1791), quiso atacar el valor de la Biblia a través de sus estudios hebraístas. (N. del T.). <<

[23] Deformación muy personal de Juan 6, 44 y 6, 65. Más adelante, «Y si el cáliz…» también contiene una alusión a Mateo, 29, 39; «Dios mío, Dios mío…» a Mateo, 27, 46, y «Aquel que enrolla los cielos como una tela» a Salmo 104, 2. Aquí y allá se reconocerán fácilmente otras alusiones a frases bíblicas. Es probable que en la atmósfera de la época no resultara tan disonante como creeríamos este uso de citas bíblicas, y en general, esta tonalidad de invocación religiosa en algo que no es sino introducción a un suicidio. (N. del T.). <<

[24] Werther lee aquí el poema Songs of Selma, del apócrifo monje Ossian —en realidad, de James Macpherson (1738-1795), pero la superchería tardó en descubrirse, y los poemas ossiánicos entusiasmaron a toda Europa: reputándose iguales, en rango a los homéricos—. Goethe había traducido esta obra ossiánica cuando estudiaba en Estrasburgo, y la incrusta aquí como elemento apropiado para el clima anímico y estético de la obra. (N. del T.). <<

[25] Es la amiga, «que le aventajaba en años», de que habló al principio, en la carta del 17 de mayo. (N. del T.). <<

[26] Alusión a Lucas, 10, 31 y ss. (N. del T.). <<

[27] Este detalle responde a la realidad efectiva del suceso que inspiró a Goethe. Emilia Galotti, de Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781), y escrita en 1772, era entonces la única obra de gran aliento trágico, y Goethe y los jóvenes del Sturm und Drang la adoptaron como favorita. Por otra parte, su tema la hace apropiada para quedar al lado de un suicida: trata de una joven a quien mata su padre para salvar su honor. (N. del T.). <<

[28] Traducción de Rosa Sala Rosé, en Johann Wolfgang von Goethe, Poesía y verdad: de mi vida, Barcelona, Alba Editorial, 1999. (N. de la T.). <<

[29] Se refiere a la fórmula con la que el luteranismo describió la unión sacramental entre el cuerpo de Cristo y el pan en la Eucaristía: in, cum et sub pane. (N. de la T.). <<

[30] Traducción de Manuel Scholz Rich, en Johann Wolfgang von Goethe, Viaje a Italia, Barcelona, Ediciones B, 2001. (N. de la T.). <<

[31] Traducción de Rosa Sala Rosé, en Johann Wolfgang von Goethe, Poesía y verdad: de mi vida, Barcelona, Alba Editorial, 1999, pp. 596-598, 604-609. (N. de la T.). <<