Notas

[1] Una secta judía que se permitía un tipo de conformidad transitoria derivó de Herodes el nombre de herodianos, por cuyo ejemplo y autoridad habían sido seducidos. Pero sus miembros fueron tan insignificantes y su duración tan corta que Josefo no los ha considerado dignos de su atención. <<

[2] «¿Cuánto tiempo me provocará este pueblo? ¿Y cuánto tiempo transcurrirá antes de que crean en mí, con todas las señales que he hecho entre ellos?». (Números XIV, II). Sería fácil, aunque indecoroso, justificar la queja de la Divinidad a partir de todo el contenido de la historia mosaica. <<

[3] Durante esta ausencia ocasional, el obispo y la iglesia de Pella mantuvieron todavía el título de Jerusalén. Del mismo modo, los romanos pontífices residieron setenta años en Aviñón y los patriarcas de Alejandría habían trasladado hacía mucho tiempo su sede episcopal a El Cairo. <<

[4] De todos los sistemas del cristianismo, el de Abisinia es el único que todavía se adhiere a los ritos mosaicos. El eunuco de la reina Candace podía sugerir algunas sospechas, pero, como se nos asegura que los etíopes no fueron convertidos hasta el siglo IV, es más razonable creer que respetaban el sábado y distinguían las carnes prohibidas a imitación de los judíos, que, en una época muy anterior, estaban establecidos en ambas orillas del mar Rojo. La circuncisión había sido practicada por los etíopes más antiguos por motivos de salud y limpieza. <<

[5] Agustín es un ejemplo memorable de su gradual progreso desde la razón a la fe. Estuvo, durante varios años, atrapado en la secta de los maniqueos. <<

[6] El senado romano se reunía siempre en un templo o lugar consagrado. Antes de que entraran en materia, cada senador derramaba algo de vino e incienso sobre el altar. <<

[7] Si un amigo pagano (en el caso, por ejemplo, de estornudar) usaba la expresión familiar de «Júpiter te bendiga», el cristiano estaba obligado a protestar contra la divinidad de Júpiter. <<

[8] La preexistencia de las almas humanas, hasta donde al menos esa doctrina es compatible con la religión, fue adoptada por muchos de los padres griegos y latinos. <<

[9] Esta expectativa estaba contenida en el capítulo 24 de san Mateo y en la primera epístola de san Pablo a los tesalonicenses. Erasmo disipa la dificultad con la ayuda de la alegoría y la metáfora, y el docto Grocio se atreve a insinuar que, con propósitos acertados, se permitió que sucediera la decepción piadosa. <<

[10] La Iglesia primitiva de Antioquía calculaba casi seis mil años desde la creación del mundo hasta el nacimiento de Cristo. Africano, Lactancio y la Iglesia griega han reducido ese número a cinco mil quinientos y Eusebio se ha contentado con cinco mil doscientos años. Estos cálculos se formaron en la Septuaginta, que fue universalmente recibida durante los seis primeros siglos. La autoridad de la Vulgata y del texto hebreo ha determinado que los modernos protestantes y católicos prefieran un período de cerca de cuatro mil años, aunque en el estudio de la Antigüedad profana a menudo se encuentren constreñidos por esos estrechos límites. <<

[11] En el concilio de Laodicea (alrededor del año 360), el Apocalipsis fue tácitamente excluido del canon sagrado por las mismas iglesias de Asia a las que iba dirigido y podemos saber por la queja de Sulpicio Severo que su sentencia había sido ratificada por el mayor número de cristianos de su tiempo. Entonces, ¿a partir de qué causas el Apocalipsis es hoy tan generalmente aceptado por las Iglesias griega, romana y protestante? Se pueden considerar las siguientes: I. Los griegos fueron dominados por la autoridad de un impostor que, en el siglo VI, asumió el papel de Dionisio el Areopagita. II. Un justo temor de que los gramáticos pudieran ser más importantes que los teólogos comprometió al Concilio de Trento a fijar el sello de su infalibilidad sobre todos los libros de la Escritura contenidos en la Vulgata latina, entre los que afortunadamente se encontraba el Apocalipsis. III. La ventaja de que esas misteriosas profecías se volvieran contra la sede de Roma inspiró a los protestantes una veneración poco común por un aliado tan útil. Véanse los discursos ingeniosos y elegantes del actual obispo de Lichfield sobre esta materia poco prometedora. <<

[12] Los críticos modernos no están dispuestos a creer lo que los padres afirman casi unánimemente, que san Mateo compuso un evangelio hebreo del que solamente existe la traducción griega. Sin embargo, parece arriesgado rechazar su testimonio. <<