Capítulo XXXV

Mientras tanto, en el sótano de vinos, una situación amenazadora estaba a punto de producirse y Gray no había sido advertido de ella. Los fabricantes del corazón artificial sabían que podría ocurrir, pero la habían ignorado.

Cuando la vida animal salió de los océanos hace millones de años, sacó consigo del mar la sal y el agua. Las primeras formas de vida eran de sangre fría y la temperatura de sus cuerpos variaba con el medio ambiente. En el frío, los animales se movían perezosamente, sus defensas eran más bajas y sus poderes de conseguir comida eran limitados. En el calor las reacciones se aceleraban permitiendo mayor movilidad. Esto, también era cierto en el cerebro, las células hechas de membranas eléctricamente activas se polarizaban y depolarizaban en milisegundos. Especies posteriores desarrollaron un mecanismo para estabilizar el calor del cuerpo, incrementando, por consiguiente, su movilidad y su radio de acción. Esta habilidad, sin embargo, impuso un límite nuevo. El agua en las células del cuerpo tenía que ser conservada y así se desarrolló la piel para reducir la evaporación y los ríñones para remover el exceso. El hombre desarrolló aún sistemas más complejos en el nivel automático: las hormonas, las glándulas y los órganos que ayudaban a mantener la temperatura del cuerpo a 37 grados centígrados y el contenido del agua a un 92 por ciento del peso total del cuerpo.

Harris había estudiado los problemas científicos del desperdicio de calor del cuerpo. Sus archivos estaban llenos de informes de un cierto investigador, ya retirado.

Memorándum para James Tiller,

Ph. D., junio 18 de 1967.

Profesor de Fisiología,

Universidad Estatal de Mojave.

De: Ronald Harris, Ph. D.

Señor: He sido autorizado a consultarle respecto a los desperdicios de calor en relación con un sistema propuesto de corazón artificial en el cuerpo humano. Me ha sido sugerido su nombre sobre la base de sus investigaciones en los efectos del calor y la falta de agua en el cuerpo humano.

Los honorarios usuales son de 75 dólares diarios. R. H.

A: R. Harris, junio 25 de 1967.

De: J. Tiller

Gracias por su memorándum del 18 de junio de 1967. Mi actual trabajo se relaciona con el área de los efectos del calor del medio ambiente, tales como el desierto y los trópicos, no con el calor endógeno. Sin embargo, envíeme más información. Tal vez pueda acomodar su problema en mi plan de trabajo. J. T.

A: Tiller, julio 4 de 1967.

De: Harris.

Nos complació saber que acepta usted. El programa se beneficiará enormemente con un hombre de su capacidad.

Podría resumir las preguntas clave hechas por la Junta de Físicos Consultores: Dado que la fuente de poder de plutonio generará 50 vatios de energía y dado que el corazón usará 5 vatios como energía mecánica, ¿cuáles serán los efectos fisiológicos del exceso de 45 vatios? R. H.

A: Harris, agosto 1o. de 1967.

De: Tiller.

Las preguntas no pueden ser contestadas sacando las respuestas de experiencias previas, más bien requieren un acercamiento experimental directo. J. T.

A: Tiller, septiembre 3 de 1967.

De: Harris.

Nuestra junta no siente que sea necesaria una prueba a gran escala para los propósitos de este subsegmento del programa. Por favor dénos una estimación de los costos directos e indirectos y del protocolo científico. En lo personal puedo asegurarle que recibirá la más alta prioridad posible. R. H.

A: Harris, septiembre 21 de 1967.

De: Tiller.

Propongo se implante una fuente de calor artificial de 45 vatios en el abdomen de 25 animales experimentales y se conserven en la colonia animal del Estado de Mojave. Múltiples pruebas de laboratorio serán llevadas a cabo como se indica en el protocolo anexo. J. T.

A: Tiller, octubre 1o. de 1967.

De: Harris.

Su propuesta ha sido encontrada aceptable. Al programa se le dotará de fondos completos, empezando el 1o. de enero de 1968. Se requerirán cartas mensuales indicando el progreso correspondiente.

La Universidad deberá archivar una declaración indicando que se trata de un Patrón de Oportunidad Igual. R. H.

A: Harris, febrero 1o. de 1968.

De: Tiller.

Los animales han sido recibidos y los suministros han sido encargados. Las implantaciones empezarán el 29 de enero. J. T.

A: Harris, marzo 1o. de 1968.

De: Tiller.

Veinte fuentes de calor han sido implantadas. Dos animales han muerto por errores técnicos. Estos serán reemplazados. J. T.

A: Harris, abril 1o. de 1968.

De: Tiller.

Hay ahora en la colonia un total de 25 animales vivos. Están sanos y comen y beben bien. Peso estable. Todos los animales tienen un grado de fiebre en relación con el nuevo punto estable para pérdida de calor. J. T.

A: Harris, mayo 1o. de 1968

De: Tiller.

Todos los animales van bien. Una hembra que ahora se sabe que estaba embarazada parió una cría sana. La madre está muy bien. Se requiere permiso para suspender el reporte mensual hasta que se haga un resumen final en septiembre. Voy a salir de vacaciones. J. T.

A: Tiller, mayo 14 de 1968.

De: Harris.

Felicidades por la paternidad. La demora de un mes en los reportes es concedida, pero deben ser hechos al regreso de sus vacaciones. R. H. hecho que, aunque la temperatura del cuerpo fue elevada sólo un grado al punto de equilibrio, esto fue conseguido por un considerable aumento en gasto de agua. Así, notamos un incremento en la respiración, un incremento en la ingestión de fluidos y volumen de orina.

La interrupción accidental, en un día caluroso, del suministro de agua, indica qué delicado equilibrio habían logrado estos animales. Murieron en la mitad del tiempo calculado si se les hubiera privado completamente de agua. Es una situación positiva de rechazo. Mientras menos hidratado está más caliente se vuelve el animal-paciente y mientras más caliente se vuelve, hay más pérdida de agua debido a la respiración saturada y al sudor. Así hay menos agua refrescante y el ciclo avanza hacia una forma de agotamiento por calor. Sospechamos que ésta puede ser una situación peligrosa, por ejemplo, en un escenario anormal para un paciente con una fuente de calor endógeno.

Creo que se debían estudiar más profundamente estos aspectos de su programa del corazón. J. T.

A: Harris, agosto 1o. de 1968.

De: Tiller.

Veintiún animales marchan bien todavía. Ha surgido un problema. Durante los fines de semana del verano los suministros de agua de cuatro de las jaulas dejaron de operar y los animales murieron con una seria deshidratación. El factor inquietante no es que fallara el abastícimiento del agua sino que los animales fallecieran tan súbitamente. Le tendré informado. J. T.

A: Harris, septiembre 1o. de 1968.

De: Tiller.

Los muertes de los cuatro animales durante el verano han sido cuidadosamente examinadas. Hemos simulado los componentes de los fluidos del cuerpo en una computadora digital IBM 7094, Los resultados a comprobar es lo más fascinante que se desprende de este estudio.

Los mecanismos de pérdida de calor son los siguientes: 1) convección, 2) radiación, 3) evaporación excretaría de sudor y 4) las calorías que lleva el agua respiratoria. Los ajustes fisiológicos hechos por el animal normalmente hidratado oscurecen el hecho que, aunque la temperatura del cuerpo fue elevada sólo un grado al punto de equilibrio, esto fue conseguido por un considerable aumento en gasto de agua. Así, notamos un incremento en la respiración, un incremento en la ingestión de fluidos y volumen de orina.

La interrupción accidental, en un día caluroso, del suministro de agua, indica qué delicado equilibrio habían logrado estos animales. Murieron en la mitad del tiempo calculado si se les hubiera privado completamente de agua. Es una situación positiva de rechazo. Mientras menos hidratado está más caliente se vuelve el animal-paciente y mientras más caliente se vuelve, hay más pérdida de agua debido a la respiración saturada y al sudor. Así hay menos agua refrescante y el ciclo avanza hacia una forma de agotamiento por calor. Sospechamos que ésta puede ser una situación peligrosa, por ejemplo, en un escenario anormal para un paciente con una fuente de calor endógeno.

Creo que se debían estudiar más profundamente estos aspectos de su programa del corazón. J. T.

A: Tiller, septiembre 10 de 1968.

De: Harris.

Hemos recibido su comunicación de septiembre 1o. de 1968. No menciona usted lo que le sucedió a los animales vivos. Por favor continúe con el protocolo original sometido; ¿cuál es su conclusión en referencia al calor artificial en condiciones normales? R. H.

A: Harris, septiembre 15 de 1968.

De: Tiller.

De condiciones normales 21 animales sobrevivieron bien a los experimentos, pero como ya le escribí hay una línea demasiado delgada entre el margen de seguridad y el desastre. Tenemos todos los aspectos administrativos listos para llevar a cabo los estudios sugeridos. Estos continúan siendo los aspectos informativos más interesantes que hemos logrado. Es importante continuar los experimentos ya que cuatro animales no son un número significativo desde un punto de vista estadístico. J. T.

A: Grupo Consejero del Corazón Artificial. Nov. 4 de 1968.

De: Harris.

Recibimos el reporte final del profesor James Tiller de la Universidad Estatal de Mojave. Ha sido aceptado y está archivado en las oficinas de la Sección de Corazones Artificiales para aquéllos de ustedes que dispongan del tiempo para revisarlo.

En resumen, cito directamente de su último memorándum: "Bajo condiciones normales 21 animales sobrevivieron bien a los experimentos". Cuatro animales murieron y esto fue relacionado a un accidente en él suministro de agua, "Cuatro animales no son un número significativo desde un punto de vista estadístico". Recomiendo nos movamos a otros aspectos del desarrollo del programa. R. H.

A: Tiller, enero 5 de 1969.

De: Harris.

Su reporte final ha sido aceptado por el Comité Consejero.

Su distinguido trabajo ha ayudado al programa y sin duda a miles de norteamericanos que padecen enfermedades del corazón. El Comité no recomendó ningún estudio adicional. R. H.

Las brisas del oeste habían desaparecido mientras Cooper esperaba que cayera la noche. Apagó el termostato y abrió las ventanas y la puerta de la terraza para dejar que entrara el aire caliente. El tiempo cálido le reconfortaba. El cáncer se había comido casi toda su grasa natural y siempre se sentía frío y viscoso.

No pasó mucho tiempo antes que la temperatura en la celda de Gray comenzara a subir. El cuerpo de éste, que ya trabajaba horas extras para librarse del exceso de calor atómico, empezó a arder de fiebre.